Me pone un Munch para llevar?

La saga Oddworld ha vuelto, y esta vez para la port¨¢til de Nintendo. Despu¨¦s de firmar con los chicos de Xbox pens¨¢bamos que no volver¨ªamos a ver al bueno de Abe en ninguna otra consola, pero aqu¨ª est¨¢.

Lo primero que llama la atenci¨®n al poner el cartucho y encender la consola, es ver el logo de Microsoft anunciando el juego, con esa 'X' tan cantosa, y tan de la casa. El caso es que desde que Microsoft firm¨® con Oddworld Inhabitants y se qued¨® con la exclusiva de su estrella, parec¨ªa dif¨ªcil volverla a ver en otra consola.

Pero aqu¨ª est¨¢, de la mano de THQ, una conversi¨®n que difiere bastante del juego visto en la consola verde de Microsoft. Por supuesto aqu¨ª no se est¨¢ juzgando el juego visto en Xbox, sino el que acaba de salir para GBA, y eso va a ser lo que vamos a hacer.

Por desgracia, esta nueva entrega de las aventuras de Abe no alcanza la calidad que todos desear¨ªamos ver. Otros juegos s¨ª han sido convertidos a la port¨¢til de Nintendo con gran acierto, pero ¨¦ste demuestra tener carencias en casi todos sus apartados, aunque el resultado general pueda calificarse como aceptable.

La parte visual de este juego ha tenido que ser adaptada a la m¨¢quina que lo mueve, al igual que todas las conversiones que sufren el mismo proceso. As¨ª, esos maravillosos gr¨¢ficos que se pod¨ªan disfrutar en Xbox, quedan reducidos a un pu?ado de sprites en 2D que ni siquiera se mueven con fluidez por la pantalla.

Para empezar, hay que hablar de los protagonistas: Abe y Munch. Su modelado est¨¢ bien realizado, aunque Abe est¨¢ un poco m¨¢s reconocible que su amigo. En cuanto a la animaci¨®n, no se puede hablar de un buen trabajo. Ambos personajes se mueven de manera muy poco fluida, e incluso ciertas acciones son horrorosas, como los saltos de Abe.

A los enemigos les ocurre tres cuartos de lo mismo, pues pueden reconocerse sin problemas, pero se mueven de manera un poco pobre. En este caso, salen mejor parados que la pareja protagonista por dos motivos: el primero que al tener muy pocas acciones, ¨¦stas est¨¢n un poco m¨¢s trabajadas; y el segundo que los enemigos nunca suelen estar a la altura del protagonista en cuanto nivel de animaci¨®n, por lo que en cierto modo, tienen excusa.

Los elementos que adornan los decorados son pocos y se limitan a ser cosas que hay que coger. Los decorados en s¨ª est¨¢n algo mejor, pues la vista superior que goza el juego permite que ¨¦ste pueda mostrar un buen n¨²mero de detalles. Lo malo es que los decorados son simples im¨¢genes en 2D, totalmente est¨¢ticas. Pero a pesar de ello, el apartado visual es bastante bueno.

Del apartado sonoro se pueden desprender dos lecturas totalmente opuestas. Si hablamos de la calidad con la que suena todo, hay que quitarse el sombrero. No se puede sacar un mejor sonido de la port¨¢til de Nintendo, con ese peque?o altavoz.

Por desgracia, esto no ha sido bien aprovechado, pues la composici¨®n de las m¨²sicas, as¨ª como los efectos de sonido, son muy pobres. Las m¨²sicas en concreto son repetitivas a m¨¢s no poder, y en algunos momentos incluso parece un efecto de sonido.

Los efectos de sonido est¨¢n minimamente bien representados, aunque lo ¨²nico que destaca son las voces (en ingl¨¦s), las cuales se identifican sin problemas. El resto simplemente cumple con su cometido.

Jugar a Munch's Oddysee es tan divertido como puede serlo una adaptaci¨®n; es decir, limitado. Lo que queremos decir, es que el juego intenta ser como su hermano mayor de Xbox, pero por desgracia se queda con las ganas.

Durante la partida se puede manejar a Munch o a Abe, y a ambos se les controla de la misma manera, aunque tienen alguna habilidad diferente. La vista, al ser cenital, hace que se controle el movimiento de los personajes simplemente con la cruceta. Despu¨¦s se usan A y B para interactuar con las cosas y para saltar respectivamente. L se usa para hablar en combinaci¨®n con los otros botones y R es para la habilidad individual: Cantar en el caso de Abe, y un radar en el caso de Munch.

En cuanto al juego, en general las fases se limitan a ser puzzles, al igual que las anteriores entregas, aunque cambiado ahora la perspectiva. En muchos casos, la manera de resolver el puzzle de cada fase consiste en encontrar algo o a alguien, y como mucho, llevarlo a cierto sitio. Una vez resuelto el puzzle, se avanza hasta la siguiente pantalla donde habr¨¢ que resolver otro puzzle.

De vez en cuando, unas im¨¢genes est¨¢ticas muestran la historia acompa?¨¢ndolo de unos textos que est¨¢n en ingl¨¦s, as¨ª que quien no domine el idioma, que se olvide de entender el argumento. De todos modos, tampoco son imprescindibles para jugar, pues la mayor¨ªa de los puzzles son sencillos de resolver.

La moda de hacer conversiones para GBA no pasar¨¢ jam¨¢s. Algunas quedan bien, como la de Jet Set Radio, y otras quedan no tan bien, como este Munch's Oddysee. Puede que la tarea fuera demasiado dif¨ªcil para conseguir llevarla a mejor puerto, pero lo cierto es que este juego no acaba de convencer.

Y no es que sea malo, es m¨¢s bien que parece incompleto; como si necesitara de algo m¨¢s. Quiz¨¢s una mejor animaci¨®n, adem¨¢s de ayudar a la visual, mejorar¨ªa el control, lo que subir¨ªa muchos enteros. Pero as¨ª son las cosas, y en Game Boy Advance, Abe y Munch no parece que quieran quedarse.