Adicci¨®n camale¨®nica

Si no pod¨¦is dejar de jugar a Angry Birds o Cut the Rope, os recomendamos no perder de vista Munch Time, un nuevo t¨ªtulo puzle basado en divertidas f¨ªsicas que intenta recoger lo mejor del g¨¦nero y llevarlo a su terreno. Dichos juegos presentan gr¨¢ficos afables, personajes simp¨¢ticos y una jugabilidad adictiva y, efectivamente, Munch Time no es diferente; nuestro camale¨®nico protagonista deber¨¢ superar decenas de niveles tratando de recoger hasta un m¨¢ximo de tres estrellas en cada uno de ellos. ?Os suena? Realmente, su propuesta no es muy original, puesto que el nuevo t¨ªtulo de Gamistry parece un Cut the Rope con peque?as dosis de plataformas. Veamos hasta que punto logra desmarcarse de los grandes del g¨¦nero.



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El objetivo es claro; para finalizar cada nivel debemos comernos a la babosa, no sin antes recoger las populares estrellas, lo que determinar¨¢ nuestra puntuaci¨®n final; el verdadero reto de este tipo de t¨ªtulos es conseguir las tres estrellas en cada nivel en el menor tiempo posible, tarea que se complicar¨¢ con creces en las fases m¨¢s avanzadas. En un principio tenemos dos ambientes ¨Cel terrario y el lago¨C aunque gracias a una reciente actualizaci¨®n podemos disfrutar de una nueva zona, el desierto. Cada uno de estos paquetes consta de 21 niveles; en un principio puede suponer un n¨²mero algo escaso, pero tal y como prometen los chicos de Gamistry, se a?adir¨¢n nuevos niveles en los pr¨®ximos meses.

Los niveles son peque?os y sencillos, con unos gr¨¢ficos simples tipo cartoon que resultan muy agradables, aunque tanto la paleta de colores como la variedad de elementos son algo escasos. Movemos a nuestro camale¨®n tocando la zona hacia donde queremos que se desplace, ya sea en el suelo o balance¨¢ndose de flor en flor, gracias a su larga y pegajosa lengua. Una vez estemos colgados de una flor, debemos tocar la pantalla en el momento adecuado para que nuestro peque?o lagarto salga disparado con la trayectoria adecuada para as¨ª recoger las tres estrellas del nivel. Claro que a medida que vayamos superando fases esta tarea se complicar¨¢, aunque no todo lo que desear¨ªamos.



Bot¨¢nica y r¨¦ptiles
En este sentido, nos iremos encontrando con una buena variedad de flores diferentes, todas con sus propias caracter¨ªsticas. Al principio, s¨®lo podremos balancearnos, pero m¨¢s adelante har¨¢n acto de presencia flores giratorias, flores ca?¨®n, flores planeadoras o de varios colores. Como buen camale¨®n, deberemos adoptar el color apropiado para poder colgarnos de las flores multicolor, comi¨¦ndonos los insectos coloreados adecuados antes de poder seguir. En algunos niveles deberemos medir muy bien nuestra trayectoria y el momento en que alargamos la lengua; si no lo hacemos bien deberemos reiniciar el nivel una y otra vez. Tambi¨¦n debemos tener en cuenta que, una vez nos colguemos de una flor, no podremos volver a usarla, lo que nos obliga a planear a la perfecci¨®n nuestro camino.

El t¨ªtulo, sin embargo, tiene puntos flojos que no podemos pasar por alto; la escasa dificultad general de los niveles es uno de ellos. Completar cada nivel no nos costar¨¢ m¨¢s de treinta segundos y recoger las tres estrellas en todos y cada uno de ellos no es tan dificultoso como en otros t¨ªtulos similares. En muchos niveles incluso empezamos al lado mismo de nuestro manjar favorito, la ultrajada babosa rosada, sin tener la obligaci¨®n de recoger nuestras queridas tres estrellas. En este sentido, Munch Time vuelve a ofrecer el mismo sistema visto mil y una veces en propuestas de este tipo, algo que puede empezar a cansar a muchos jugadores; quiz¨¢s, en lugar de estrellas, se podr¨ªa haber incluido un elemento m¨¢s af¨ªn a la ambientaci¨®n del propio t¨ªtulo.



Por ¨²ltimo, aunque no menos importante, el control t¨¢ctil no resulta todo lo preciso que ser¨ªa deseable, entorpeciendo notablemente el desarrollo de cada nivel. El camale¨®n no siempre se desplaza hasta el punto deseado y se nota cierta torpeza a la hora de acatar nuestras ¨®rdenes dactilares; muchos otros t¨ªtulos del g¨¦nero demuestran mejores maneras, resultando m¨¢s amenos e intuitivos. T¨¦cnicamente se muestra s¨®lido, con unos gr¨¢ficos sencillos y divertidos, aunque la sensaci¨®n general es quiz¨¢s algo pobre, con niveles algo vac¨ªos y faltos de vida. El apartado sonoro no pasa de testimonial, con alg¨²n que otro efecto de sonido gracioso; las melod¨ªas pueden llegar a ser molestas.