MotoGP 19, an¨¢lisis: Pasi¨®n por las dos ruedas

Con el verano a la vuelta de la esquina, el mundo del motociclismo se aproxima a las vacaciones en una lucha encarnizada entre los dos de siempre. Marc M¨¢rquez y Andrea Dovizioso, Honda y Ducati; dos enemigos ¨ªntimos separados por la gloria del asfalto. En esa misma tesitura se encuentra Milestone en su b¨²squeda enfermiza por lograr el mejor simulador de las dos ruedas jam¨¢s realizado.

En los ¨²ltimos a?os hemos visto cierta progresi¨®n, aunque no ha sido hasta el presente 2019 cuando desde la compa?¨ªa han querido ponerse serios. Entre las novedades m¨¢s destacables se encuentra la ambici¨®n por empujar los l¨ªmites de la inteligencia artificial, aspecto que flaqueaba desde que tomaron la licencia. Metemos gas en la primera curva para contaros nuestras impresiones finales.

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La fiesta de la competici¨®n

Como suele ser habitual, el modo trayectoria es el principal protagonista de la oferta de MotoGP 19. No hay grandes cambios en este plano; podremos llevar nuestro piloto desde la academia de novatos de Red Bull hasta la cima de MotoGP, o saltar desde el inicio a la cilindrada que deseemos. En cualquier caso, las posibilidades est¨¢n sobre la mesa y eres t¨² el que decide tu futuro a trav¨¦s de su labor en la pista.

Una vez comenzada nuestra aventura, tendremos una peque?a pantalla de selecci¨®n que nos indicar¨¢ el estado del contrato con el equipo. Por lo que hemos podido probar, suelen ser lo suficientemente flexibles para no caer en el despido en una mala racha. Los efectos siempre suelen ir en positivo, los cuales variar¨¢n seg¨²n las exigencias de la escuder¨ªa. Todo lo que hagamos en el fin de semana se sumar¨¢n a nuestro total de reputaci¨®n, es decir, el valor que tendremos como piloto y que determinar¨¢ si somos jefe de equipo o escudero.

En categor¨ªas avanzadas se nos abrir¨¢ la posibilidad de poder desarrollar la moto mediante los puntos de desarrollos obtenidos al completar objetivos en los grandes premios. En un principio pens¨¢bamos que ser¨ªa algo similar a lo que podemos ver en el trabajo de Codemasters en Formula 1, pero los italianos se quedan muy lejos de ese registro. Apenas podremos mejorar los ajustes, y mucho menos pensar en ¨¢rboles con piezas pormenorizadas; lo que mejoras, se a?ade a una barrita entre dos partes mec¨¢nicas y la electr¨®nica. Poco que rascar, para que nos entendamos.

Los fantasmas de siempre vuelven a cernirse sobre el modo carrera. Le falta chicha, ese trabajo extra que pueda aportar variedad, profundidad. Se nos antoja demasiado justo, poco nos empuja a seguir un fin de semana tras otro. Eso s¨ª, el trato a la licencia es mucho mejor que en anteriores ocasiones, incluso la m¨ªtica voz de Ernest Riveros est¨¢ presente. Eso s¨ª, falta la emoci¨®n de la competici¨®n. Salir y entrar en pista es demasiado as¨¦ptico para lo que realmente se vive en el mundo real.

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Pilotaje, empujando los l¨ªmites de la realidad

El mayor cambio que hemos encontrado en el plano jugable se encuentra en el pilotaje. M¨¢s all¨¢ de poder ajustar las ayudas y la influencia del nivel de las f¨ªsicas, la manera en la que debemos domar al chasis bajo nuestro cuerpo es m¨¢s importante que nunca. S¨¦ que es dif¨ªcil de expresar con palabras, pero intentaremos hacerlo del mejor modo posible. La mentalidad cambia, puesto que no podemos jugarlo como un arcade puro, sino bajo las reglas de la vida real.

Las motos tienen una trazada bastante caracter¨ªstica respecto a los veh¨ªculos, debido principalmente al efecto de la posici¨®n del cuerpo. No podemos apurar tanto como en un F¨®rmula 1, para que teng¨¢is un ejemplo m¨¢s descriptivo; debemos encontrar ese balanceo perfecto que nos permita encontrar el v¨¦rtice lo m¨¢s c¨®modo posible.

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Por ello debemos tener en cuenta la colocaci¨®n de la moto en todo momento. Esa adaptaci¨®n requiere de muchas horas rodando, y no es que el juego lo ponga demasiado sencillo. La ruta predictiva no funciona bien, o al menos no lo hace en tiempo real, lo que aumenta un poco m¨¢s el aguante del jugador a la hora de conocer d¨®nde tirar o d¨®nde rascar unas d¨¦cimas.

Tambi¨¦n echamos en falta mayor comodidad en el esquema de controles con mando. Al principio jug¨¢bamos como un t¨ªtulo de conducci¨®n m¨¢s; no fue hasta que comprendimos la sensibilidad de la frenada, aceleraci¨®n y viraje cuando vimos la manera en la que se deb¨ªa pilotar. Aunque pueda parecer balad¨ª, no lo es, ni mucho menos. Ese m¨¦todo especial de controlar los sticks y gatillos deja poco margen al error, e incluso en algunos momentos incomoda por no ser la manera real en la que t¨² manejar¨ªas el mando.

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Incluso en algunos momentos peca de ser artificial. No tenemos la misma sensaci¨®n de velocidad que en otro competidores, incluso del efecto que tiene el asfalto sobre la moto. Al frenar no notamos la contundencia de apretar el gatillo, solo un deslizamiento extra?o que necesita de horas para acostumbrarnos. Eso s¨ª, tal como decimos lo negativo, cabe destacar los esfuerzos del estudio por intentar trasladar la experiencia real al mundo virtual; es un campo en el que ya hemos visto en el pasado la dificultad de trabajar en ¨¦l.

Inteligencia artificial y contenido

Ya os ven¨ªamos anticipando la novedad estrella de esta entrega, una nueva inteligencia artificial que aprende de tu forma de conducir y se adapta a las situaciones que ocurre a su alrededor. Lo cierto es que s¨ª hemos visto mayor naturalidad en el grupo del pelot¨®n. Los otros pilotos intentan hacerse un hueco entre la mara?a de motos que teje la mitad de la tabla. Ha sido en el uno contra uno cuando menos sorprendidos hemos estado, puesto que las facilidades para adelantar siguen permaneciendo ah¨ª. Tenemos la sensaci¨®n de que todav¨ªa falta algo m¨¢s. Es una buena forma de comenzar, de eso nadie tiene duda, pero est¨¢ lejos de ser la revoluci¨®n que se nos vendi¨® durante su campa?a publicitaria.

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En el lado de los contenidos tenemos el que, para nosotros, es el modo estrella de este a?o: los desaf¨ªos hist¨®ricos. M¨¢s de 50 retos de los mejores momentos de la historia reciente de la competici¨®n (desde 500 c.c.) nos esperan para poder ser completados. Estos estar¨¢n protagonizados por sus protagonistas en la vida real, en los que tendremos que encarnarnos para emular sus gestas. Completarlas nos dar¨¢ acceso a su moto y a su traje para poder ser utilizados en el resto de modos.

Por la parte del multijugador, cero sorpresas salvo la inclusi¨®n de los tan ansiados servidores dedicados. Funciona especialmente bien a tenor de las partidas que hemos podido jugar, lo que demuestra una vez m¨¢s el compromiso de los italianos por ofrecer la mayor estabilidad posible. Como ¨²ltimo apunte, cabe destacar la inclusi¨®n, tanto de la ya conocida y mencionada Red Bull Rookie Cup, como de la MotoE, una competici¨®n en la que se encuentran nombres como Sete Gibernau. Cuantas m¨¢s opciones, mejor.