MotoGP 17, an¨¢lisis

Milestone vuelve a la f¨®rmula habitual de la franquicia MotoGP durante la temporada m¨¢s igualada de los ¨²ltimos a?os, donde lidera un Maverick Vi?ales en su primer a?o en Yamaha y que se presume prometedor. La temporada pasada pudimos disfrutar de todo un homenaje a uno de los mejores pilotos de la historia, o tal vez el mejor, con Valentino Rossi: The Game, un videojuego que ofrec¨ªa tanto los modos habituales como un peculiar Academia VR/46, el cual demostraba que muchas veces acaparar demasiado no siempre da buenos resultados. Tanto con este modo como con el simplemente decente Sebastien Loeb Rally EVO, el estudio italiano ha demostrado que lejos de las dos ruedas no se siente con la comodidad habitual. Tal vez por ello, MotoGP 17 es una entrega continuista como pocas hemos visto en este tipo de t¨ªtulos anuales de motor.

Eso s¨ª, este equipo de desarrollo italiano supone la resistencia en esto de los videojuegos, ya que junto con esta franquicia, otra de su propia creaci¨®n como Ride suponen algunos de los productos m¨¢s atractivos para los amantes de las motos, siendo esta segunda una suerte de Gran Turismo, salvando las grandes distancias. Sin embargo, parece que no terminan de sentirse con la confianza suficiente para arriesgar en algunos aspectos de sus juegos, y este que nos ocupa no es una excepci¨®n.

Todos los grandes premios de MotoGP est¨¢n perfectamente representados, tanto en la fidelidad de cada trazado como en la publicidad y su entorno, y ya sea en Arag¨®n, Sepang o Laguna Seca, los fans reconocer¨¢n cada circuito sin ning¨²n problema. Hasta aqu¨ª el trabajo es realmente encomiable, pero hay algunos puntos negros en forma de escenarios poco detallados a causa de un motor gr¨¢fico que ya sencillamente no est¨¢ a la altura de la presente generaci¨®n, lo que queda evidente en otros apartados.

Estos son los referentes en cuanto a la ambientaci¨®n y presentaci¨®n. De tan sobrio que es, MotoGP 17 carece de la espectacularidad necesaria para derrochar carisma en un videojuego de estas caracter¨ªsticas. Los men¨²s insulsos y con una banda sonora irrelevante no son un problema excesivamente grave, pero s¨ª lo es la baj¨ªsima calidad de las escenas antes y despu¨¦s de cada carrera, am¨¦n de una austeridad demasiado evidente.

A priori, este modo suena muy atractivo, y qu¨¦ duda cabe que es una novedad, pero carece de la profundidad necesaria para satisfacer a los m¨¢s exigentes con el g¨¦nero. Al final, ser¨¢n nuestros resultados en el asfalto los que dictar¨¢n si tenemos ¨¦xito o no, y nuestras decisiones en los despachos rara vez ser¨¢n determinantes en el devenir de nuestro equipo. Es decir, no ser¨¢n estos sino los que definan si podemos permitirnos mejores ingenieros que reduzcan el tiempo de espera cuando decidamos llevar a cabo una mejora en la tecnolog¨ªa de la moto, por ejemplo.

Carrera de Representante aporta mucho contenido al juego en s¨ª, pero no al g¨¦nero. En definitiva, quien espere un simulador de m¨¢nager quedar¨¢ francamente decepcionado, y toca apuntar esto en el debe de Milestone, ya que no se trata de tener m¨¢s o menos presupuesto para el desarrollo de un videojuego, sino mejores o peores ideas, y las primeras no abundan precisamente.

Para acompa?ar, qu¨¦ mejor que el habitual modo Carrera de Piloto, en que seguimos la trayectoria de nuestro ¨¢lter ego a lo largo de su carrera a lomos de las dos ruedas. Un editor sin muchos alardes y que no deja moldear el rostro a nuestro parecer es el primer atisbo de sobriedad -de nuevo- de este modo, aunque bien es cierto que no vamos a ver a nuestro avatar sin el casco, con lo que no parece una decisi¨®n especialmente relevante. Sin embargo, lo que nos encontramos despu¨¦s es, otra vez, austeridad, una palabra que soy consciente que ya he repetido durante el texto, pero es una que define a la perfecci¨®n todo el conjunto. De nuevo aparece la posibilidad de comenzar con uno de los equipos m¨¢s modestos de Moto3 para ir escalando posiciones poco a poco y poder aspirar a dar el gran salto a la m¨¢xima categor¨ªa, un salto que es bastante m¨¢s grande de lo que parece.

Afortunadamente MotoGP 17 vuelve a apostar fuerte por el multijugador, y este a?o especialmente en el terreno competitivo de los esports. Como es costumbre, tenemos modos tanto competitivos como cooperativos -Carrera Cooperativa es una grand¨ªsima idea-? en abundancia, pero para esta temporada Milestone se ha puesto una meta muy ambiciosa, y es tener peso dentro del siempre complicado entorno de los deportes electr¨®nicos. A trav¨¦s de una serie de desaf¨ªos online, el jugador m¨¢s ¨¢vido de competici¨®n podr¨¢ aspirar a disputar la competici¨®n oficial de MotoGP, que ser¨¢ exclusiva de la versi¨®n de PlayStation 4.

Obviamente, no es lo mismo pilotar una moto de Moto3 que ponerse a los mandos de una bestia de MotoGP. Es muy dif¨ªcil perder el control de la primera, mientras que el reto constante de mantenerse en pie con la segunda otorga a MotoGP 17 una tensi¨®n permanente sobre todo en carreras largas, si decidimos disputar cada carrera con la cantidad real de vueltas, ya que un peque?o error da al traste con un recorrido hasta ese momento inmaculado. A esto se une, como dec¨ªa antes, una IA muy competente en niveles por encima del Normal, a la que no ser¨¢ f¨¢cil superar no solo en la fase clasificatoria, sino en la propia carrera, donde aprovechar¨¢n cualquier atisbo de duda por nuestra parte para adelantarnos sin remisi¨®n. No es una IA especialmente agresiva, pero s¨ª es una que comete pocos errores y sabe meter el dedo en la llaga cuando los cometemos nosotros.

Por otro lado, y mientras el juego cuenta con una banda sonora que cumple su funci¨®n poco memorable de mero acompa?amiento de men¨²s, s¨ª que encontramos uno de los mejores efectos de la franquicia. En esta ocasi¨®n, el ruido de los motores se distingue m¨¢s que nunca entre las ligeras de Moto3 y las potent¨ªsimas de MotoGP, las cuales rugen como fieras hambrientas cada vez que pisamos el acelerador y transmiten no poca adrenalina a quien est¨¢ al mando.