No cabe duda de que en los ¨²ltimos a?os el g¨¦nero de habilidad y los puzzles han asistido a una especie de renacimiento, una oleada de inspirados productos que han vuelto a cimentar sus bases. Un ejemplo evidente es Zuma, un t¨ªtulo de lo m¨¢s simpl¨®n que ya ha sido mil veces copiado. Con una atractiva mec¨¢nica tambi¨¦n encontramos los productos de Q Entertainment Lumines y Meteos, e incluso Namco con su Katamari Damacy ha aportado bastante al g¨¦nero. M¨¢s modesto es Archer Maclean, un programador con bastante experiencia (comenz¨® en las 8bits y fund¨® Awesone Studios m¨¢s adelante) que tuvo la idea de llevar a los videojuegos su "juguete" de la infancia favorito. Mercury es el resultado, un puzzle que aunque a priori recuerde sobremanera a otros como Marble Madness o Monkey Ball, ha conseguido obtener una "personalidad" ¨²nica. El juguete de Maclean era -los m¨¢s nost¨¢lgicos lo recordar¨¢n- una caja de madera que simulaba un laberinto. Dentro, se encontraba una bola met¨¢lica que deb¨ªamos conducir hacia la meta sorteando obst¨¢culos y, para mover el terreno, inclin¨¢bamos un eje. Los nost¨¢lgicos encontraron en el lanzamiento de PSP este cl¨¢sico convertido en videojuego a?adi¨¦ndole propiedades ¨²nicas, y ahora nos toca a los usuarios de PlayStation 2.
Remix Explicado el origen del puzzle, entremos en materia. Mercury Meltdown Remix es ni m¨¢s ni menos que una versi¨®n ampliada del t¨ªtulo que se gan¨® miles de ac¨¦rrimos en PSP; Esto significa que nos encontramos con las mismas bases que lo catapultaron al ¨¦xito: Controlamos a una bola de mercurio, el ¨²nico metal que como sabr¨¦is se mantiene l¨ªquido a temperatura ambiente. Con esta peculiaridad tendremos que coger la bola y dirigirla, por m¨¢s de 200 niveles, hacia una meta que se encuentra al otro extremo de nuestra ubicaci¨®n. L¨®gicamente no ser¨¢ tan sencillo como decimos: Controlar la bola de mercurio ya es un trabajo digno, pero claro, el ser de este material le otorga algunas "desventajas": Si chocamos contra alg¨²n sitio, o si por ejemplo estamos a punto de caer por un abismo, nuestra pelota se dividir¨¢ en dos, tres y hasta 16 m¨¢s. ?Qu¨¦ significa esto? En principio que nuestra masa molecular ha disminuido, y por tanto, el peso de la esfera. Pero tambi¨¦n implicar¨¢ que podamos ganar o perder el nivel. En la esquina izquierda de la pantalla nos encontramos con un medidor que nos indica a que porcentaje -sobre 100%, claro- se encuentra nuestra pelota. Si hemos perdido la mitad, marcar¨¢ 50%, etc¨¦tera. Para superar determinadas fases, deberemos llegar en un determinado porcentaje -o m¨¢s-. Esto se podr¨¢ saber cuando una l¨ªnea roja aparezca sobre el gr¨¢fico: Si bajamos de ah¨ª, tocar¨¢ volver a empezar. As¨ª de sencillo. Pero las cosas no acaban ah¨ª. Dispuestos por el escenario encontraremos distintos "problemas" o power ups. Por ejemplo, habr¨¢ diferentes potenciadores en forma de herramientas que conseguir¨¢n solidificar nuestra pelota, alto necesario para surcar caminos sin "suelo", e incluso calentarla -para ganar agilidad y ser m¨¢s f¨¢cilmente divisible- o enfriarla -para lo contrario-. Otro ser¨¢ una especie aspersor que pintar¨¢ nuestra pelota de un color determinado. Evidentemente esto no se tratar¨¢ s¨®lo de una cuesti¨®n est¨¦tica, sino que encontraremos puertas, interruptores?y dem¨¢s que s¨®lo podremos accionar si nuestra pelota es roja, azul, verde, etc¨¦tera. Adem¨¢s de esto, encontraremos otro tipo de elementos que incluso nos har¨¢n correr m¨¢s r¨¢pido -cintas transportadoras-, avanzar/retroceder autom¨¢ticamente... Incluso nos toparemos con otras "personas", como un bloque m¨®vil llamado Stan que deberemos arrinconar para que vaya caminando hacia un interruptor y, adem¨¢s, nos abra una puerta. En el lado contrario, otro bloque de otro color que en lugar de caminar se encuentra parado en el terreno. Bastar¨¢ con empujarlo. Esto es s¨®lo lo b¨¢sico, claro. Mercury Meldown Remix es un juego f¨¢cil de explicar pero dif¨ªcil de "controlar".