Alcaldes con armadura y espada

Medieval Lords viene con la etiqueta de ser el Sim City del medievo. Mucho se ha hablado de su entorno totalmente 3D y su combinaci¨®n con la estrategia en tiempo real. Ahora veremos si los buenos deseos de Montecristo se han hecho realidad y Medieval Lords se convierte en el nuevo exponente del g¨¦nero de construcci¨®n de ciudades? algo ya muy dif¨ªcil de por s¨ª.

Hace ya 15 a?os, Will Wright nos sorprendi¨® con un juego distinto que nos invitaba a meternos en el rol de un alcalde cualquiera, construyendo y gestionando una ciudad desde cero. Desde entonces, SimCity se ha convertido en una saga de ¨¦xito que perdura hasta hoy d¨ªa. SimCity abri¨® la veda de ¨¦ste micro-g¨¦nero de la estrategia que nos ha brindado otros grandes ejemplos como Caesar III, en la que la construcci¨®n se combinaba con la estrategia en tiempo real y que hac¨ªa hincapi¨¦ en otros elementos de gesti¨®n como los alimentos y las relaciones con las ciudades vecinas. Tambi¨¦n a Caesar II le sigui¨® toda una saga de construcci¨®n de ciudades cl¨¢sicas, como la antigua Grecia ¨® Egipto.

De la combinaci¨®n de estrategia con juego de construcci¨®n de ciudades (city-builder, de ahora en adelante para abreviar) tambi¨¦n han surgido juegos tan originales y frescos como Constructor y sagas consagradas como Civilization (aunque ¨¦ste mucho m¨¢s de estrategia que de construcci¨®n). Pero hasta ahora nadie se hab¨ªa atrevido a emplazar este g¨¦nero a una ¨¦poca tan intrigante y ex¨®tica como la Edad Media.

La trama

El juego te pone en la piel de un Se?or del medievo que tiene la misi¨®n de defender y expandir los territorios de su rey, construyendo para ello ciudades que sirvan de ejemplo de prosperidad y fortaleza para sus adversarios. No transcurre en una ¨¦poca concreta ni en lugares reales. La importancia del juego no est¨¢ en el d¨®nde ni el cuando, sino en el c¨®mo; la forma que tienes de gobernar tu ciudad y de gestionarla es la pieza clave de este t¨ªtulo.

Tan importante es saber llevar a buen puerto tu ciudad en el plano econ¨®mico y social, como tu capacidad militar para defenderla de agresiones externas y saciar tus ansias de expansi¨®n? Pero aunque vamos a ir paso a paso, ya adelanto que estamos m¨¢s ante un city-builder que un juego de estrategia en tiempo real.

Gr¨¢ficos y sonido

Sin ninguna duda tanto los gr¨¢ficos como el sonido son los elementos estrella de Medieval Lords. La calidad gr¨¢fica es sorprendente, de estilo realista aunque en algunas construcciones quiz¨¢ algo caricaturizada. Colores brillantes y vivos, ¨¢rboles detallados que se mueven con el viento, habitantes recorriendo las calles, vacas y ovejas en sus pastos, verdugos ahorcando a malhechores? toda la vida de la ciudad est¨¢ recreada gr¨¢ficamente hasta el ¨²ltimo detalle.

En cuanto al sonido, pasa exactamente lo mismo, el juego est¨¢ plagado de sonidos que hacen que la ciudad tenga vida propia. Cuando paseamos por la ciudad (opci¨®n disponible entre las vistas del juego), podemos escuchar a los cerdos en sus pocilgas, la gente hablando y dando voces por las calles, trovadores tocando su m¨²sica, el repiqueteo de las campanas de la iglesia? Cada elemento tiene su fuente de sonido que al mezclarse te da la sensaci¨®n de estar realmente inmerso en una ciudad medieval.

La m¨²sica es quiz¨¢ el ¨²nico pero, no por su calidad, que es bastante buena, sino porque apenas tiene tres melod¨ªas y una extra para las batallas. Puede que no sea muy importante, pero cuando llevas horas jugando y escuchando una y otra vez los mismos temas, directamente te dan ganas de quitarla. Evidentemente la m¨²sica es de corte ¨¦pico-medieval y ayuda bastante a sentirte integrado en el entorno mientras construyes.

Jugabilidad

Como ya hemos dicho, el juego consta principalmente de hacer ciudades, aunque se le a?ade un toque de estrategia en tiempo real que veremos m¨¢s adelante. Dispone de dos modos de juego: campa?a y escenario. El primero nos propone una serie de misiones en las que tendremos presente a uno o varios enemigos a los que tenemos que derrotar. El modo escenario hace que te despreocupes totalmente de enemigos y puedas construir una ciudad a tu antojo en un escenario creado por ti.

Comenzando a construir?

Para empezar a construir una ciudad lo primero que necesitamos es una torre maestra. Esta cuenta con soldados para su defensa y puede almacenar comida que reparte a las casas de alrededor. El siguiente paso es empezar ya a construir viviendas e infraestructuras (comida, agua, tecnolog¨ªas). Las casas tienen 9 niveles de desarrollo que ir¨¢n evolucionando a medida que cumplamos los deseos e inquietudes de los ciudadanos. En el nivel 1 son caba?as pobres que no pagan impuestos (pero s¨ª consumen recursos) por lo que resulta m¨¢s interesante tener pocas viviendas muy evolucionadas que todo un poblado pobre que no paga impuestos.

Tambi¨¦n se puede variar la cantidad de impuestos que recaudamos, lo cual variar¨¢ de forma considerable en el ¨¢nimo de los vecinos. Si descuidamos bastante sus intereses pueden enfadarse tanto que dejar¨¢n de pagar impuestos poniendo en serio peligro nuestra estabilidad econ¨®mica. Para dar un toque de dificultad a la jugabilidad est¨¢ bien, pero realmente esto no tiene mucho sentido? ?qui¨¦n puede creerse que en tiempos de la Inquisici¨®n fuese el pueblo el que mandase? Luego te das un paseo por tu ciudad, viendo las horcas, las hogueras, las picotas? y la mitad de tus habitantes haciendo evasi¨®n fiscal porque est¨¢n cabreados? No cuadra mucho, pero que le vamos a hacer, estamos subordinados a los deseos del pueblo.

Tener un buen tesoro a fin de mes a veces puede convertirse en una tarea compleja ya que cada edificio tiene su coste de manutenci¨®n mensual, vamos, que no es pagar y ya est¨¢? Quedarse sin dinero se convierte en algo frecuente en las primeras partidas. Y si llegas a tener saldo negativo? ya puedes reiniciar la misi¨®n, no hay manera de que te den un pr¨¦stamo excepto si est¨¢s jugando en el modo campa?a, en el que tu padre te donar¨¢ dinero si est¨¢s en apuros. Si est¨¢s en el modo escenario lo ¨²nico que puedes hacer es detener el mantenimiento de algunos edificios lo cual har¨¢ que acaben degrad¨¢ndose hasta quedar reducidos a escombros.

Podemos colocar los edificios en cualquier orientaci¨®n y en casi cualquier parte del mapa, no hay restricciones ni cuadriculas, el entorno es totalmente 3D. Para facilitarnos la tarea, la c¨¢mara por defecto (vista desde arriba), nos permite hacer zoom libre, rotar la vista y moverla por el mapa. La otra c¨¢mara del juego (la vista en primera persona), m¨¢s bien sirve para dar un paseo por nuestro pueblo y ver como est¨¢ quedando desde una perspectiva m¨¢s subjetiva.

Tampoco es necesario que construyas una carretera para llegar a un edificio alejado, el juego siempre se encarga de construir un camino autom¨¢ticamente si lo que vas a construir queda lejos de las v¨ªas principales. Los caminos tambi¨¦n mejoran cuando las casas evolucionan, as¨ª cuando las peque?as caba?as se convierten en casonas altas de piedra, los caminos que est¨¢n cerca tambi¨¦n dejan de ser surcos de tierra para transformarse en carreteras empedradas.

El pueblo pide bienestar

Como ya se ha comentado, los habitantes de tu ciudad tienen unas necesidades que si no se cumplen har¨¢n que la poblaci¨®n se estanque y no crezca. Los alimentos y el agua constituyen la necesidad m¨¢s importante ya que si carecen de ¨¦stos, no es que la poblaci¨®n se estanque sino que directamente se va. Para el agua es tan sencillo como colocar una fuente o un pozo, ¨® simplemente colocar las casas cerca del curso de un r¨ªo. Sin embargo, para los alimentos hay que curr¨¢rselo un poco m¨¢s.

Para empezar a alimentar a la gente podemos construir dos tipos de terrenos que generan alimentos; los terrenos privados (como peque?os huertos, gallineros, pocilgas...) que se tienen que colocar pegados a una casa y son sus propios due?os los que se encargan de administrarlos. ? bien podemos asignar terrenos grandes que no tienen que estar al lado de una casa (como, por ejemplo, campos de trigo, vi?edos, pastos de vacas...) Estos grandes terrenos necesitan mayor mano de obra y dependiendo del tama?o pueden requerir hasta 40 trabajadores. Dado el primer paso necesitamos un lugar donde almacenar los alimentos. Sin un almac¨¦n, los alimentos se deterioran y los campos dejan de producir.

Al principio de la partida no hace falta hacer almacenes, ya que la torre maestra puede guardar una gran cantidad, sin embargo cuando la partida crece, algunos campos quedar¨¢n muy lejos de la torre y no funcionar¨¢n, ¨® el n¨²mero de habitantes es tal que ya se necesita otro almac¨¦n para que no falte comida.

Tambi¨¦n hay que tener en cuenta que algunos campos s¨®lo producen alimentos durante una temporada del a?o as¨ª que no vale de nada llenar el pueblo de campos de trigo porque la recogida s¨®lo se hace en Julio y el resto del a?o el almac¨¦n no dejar¨¢ de vaciarse pudi¨¦ndose acabar las reservas en poco tiempo. Tambi¨¦n puede suceder que haya plagas o enfermedades que da?en al ganado ¨® a los cultivos como por ejemplo la peste porcina, por lo que si tenemos exceso de pocilgas los habitantes s¨®lo podr¨¢n alimentarse de otras cosas, que si no tienes... pues ah¨ª est¨¢ el problema.

En definitiva, hay que tener mucho de todo y ser previsores con las ¨¦pocas de recogida de cada alimento. Hay que procurar que entre comida a los almacenes durante buena parte del a?o. Pero lo de los alimentos no acaba aqu¨ª, tambi¨¦n hay que distribuirlos. Los almacenes y las torres distribuyen los alimentos a las casas colindantes, pero claro, los funcionarios van a pasar de patearse todo el pueblo para dar alimentos a las barriadas alejadas... necesitamos mercados, que adem¨¢s de suministrar alimentos influyen positivamente en el ocio de las gentes.

Toda esta combinaci¨®n hace que siempre tengamos que estar muy atentos de las reservas de comida y de los habitantes que tiene la ciudad, planeando una buena estrategia para que los almacenes no se queden a cero de reservas. M¨¢s adelante, a medida que desbloqueamos tecnolog¨ªas, podemos construir edificios que mejoran la productividad como un taller de agricultura ¨® un molino.

Otra de las necesidades de nuestros exigentes ciudadanos es la seguridad. Si no se sienten seguros no "evolucionar¨¢n". La seguridad se consigue de muchas maneras pero la m¨¢s efectiva y contundente es amurallar tu espacio. En cuanto envuelvas al pueblo con una muralla la poblaci¨®n empezar¨¢ a crecer a borbotones. Tambi¨¦n puedes mejorar la seguridad colocando ballestas, llenando las torres de soldados ¨® poner pedestales donde quemar a los herejes... pero lo que mejor funciona son las murallas. Cuando el pueblo te pide m¨¢s seguridad, entonces mejora la muralla y todo ir¨¢ sobre ruedas. Porque las murallas tambi¨¦n se pueden mejorar con las nuevas tecnolog¨ªas. De tener una cutre valla de estacas podemos llegar a construir una muralla infranqueable de piedra. Basta con pinchar sobre el vallado que queremos mejorar y, si est¨¢ disponible, hacer click sobre el bot¨®n correspondiente.

Medieval Lords (PC)

A veces no har¨¢ falta amurallar todo el pueblo e incluso en algunas ocasiones ni siquiera ser¨¢ necesario vallar nada. Esto es debido a que el paisaje mismo tambi¨¦n puede hacer de fortaleza natural. Si tenemos el pueblo en un islote, el mar har¨¢ de vallado y los ciudadanos se sentir¨¢n seguros. Tambi¨¦n las monta?as, hacen el mismo papel, ya que si son muy elevadas el paso ser¨¢ imposible y por tanto los habitantes vivir¨¢n con una gran sensaci¨®n de seguridad. Otra cosa es que adem¨¢s de las murallas naturales de agua y roca quieras fortificar de forma artificial por si acaso los vikingos arriban a tus costas y te invaden... ?qu¨¦ puede pasar!

La fe y la serenidad son otra de las preocupaciones de tus ciudadanos. El problema es que hay muchos edificios que las vulneran (por ejemplo las granjas, los pastos, las tabernas ¨® las casas de brujas). Para calmar sus almas tenemos dos tipos de construcciones: religiosas y embellecedoras. Al principio con colocar una cruz o una simple estatua de madera bastar¨¢, pero a medida que el pueblo crece piden m¨¢s y tendremos que poner iglesias, parques, grandes fuentes e incluso catedrales.

Otro de los factores que influye en la comodidad de la poblaci¨®n es la salud, por supuesto. Al contrario de lo que cabr¨ªa pensar, la salud no es una de las prioridades m¨¢s inmediatas de los habitantes. Sin embargo, m¨¢s adelante no vendr¨¢ m¨¢s gente a tu ciudad si no cuidas un poco este aspecto. Para mejorar la salud tenemos desde un cementerio muy b¨¢sico, hasta unos lujosos ba?os p¨²blicos, pasando por supuesto por la casa del m¨¦dico, la casa de brujas o un cementerio para gente adinerada.

Una ciudad aburrida no atrae la atenci¨®n de la gente noble, por tanto este ser¨¢ otro aspecto que tenemos que cuidar para que venga m¨¢s gente a nuestro pueblo. Y digo gente noble porque al principio a nuestros inmigrantes les valdr¨¢ con tener alimentos, agua, seguridad y serenidad, pero si queremos tener una villa con gente adinerada (y por tanto que aumenten nuestras arcas) necesitamos darles diversi¨®n. Tenemos varios edificios puramente pensados para el ocio, como por ejemplo una taberna ¨® un campo de justas, pero tambi¨¦n las construcciones de otro tipo pueden incrementar esta variable, sin ir m¨¢s lejos nuestros entra?ables habitantes gozar¨¢n de lo lindo viendo arder a los criminales ¨® disfrutando de una buena tarde al pie de la horca.

Tener al pueblo contento significa que evolucionar¨¢n sus viviendas y esto a su vez implica que puedes desbloquear nuevas tecnolog¨ªas para construir nuevos edificios. Este es el mecanismo b¨¢sico para avanzar en la creaci¨®n de construcciones novedosas. Bastante simple, aunque tambi¨¦n puede ser dif¨ªcil debido a los presupuestos y el hecho de que los ciudadanos no siempre van a estar contentos.

Modo Dios

Para crear nuestros propios escenarios donde ubicar nuestra futura ciudad contamos con un editor muy potente que te permitir¨¢ dise?ar casi cualquier escenario que imagines. Puedes variar el relieve formando mesetas, grandes riscos, ca?ones, r¨ªos, lagos o precipicios. Una vez modelada la geometr¨ªa del suelo puedes cambiar el tipo de suelo (productivo, poco productivo ¨® nada productivo) y poner texturas diferentes a las que vienen por defecto.

Aunque no est¨¢n agrupadas, se adivina que cada una pertenece a un tipo de clima distinto. Podemos construir un mapa de aspecto muy mediterr¨¢neo y adornarlo con unos cuantos olivos, por ejemplo. Adem¨¢s de ¨¢rboles, tambi¨¦n podemos poner animales que sirvan de recurso para las caba?as de caza. Y por supuesto todo tipo de adornos como castillos en ruinas, huesos, piedras, monumentos ancestrales?

Hasta aqu¨ª el editor es fant¨¢stico pero? ?sorpresa! ?No puedes hacer territorios enemigos! Quiz¨¢ esto sea demasiado subjetivo, pero creo que en un juego que te lo venden con el lema de 'construir, defender y expandirte' haciendo referencia al tinte de estrategia de batalla que tiene? pues como que te quedas un poco fr¨ªo al comprobar lo potente y maravilloso que es el editor, pero que s¨®lo vale para eso, para hacer un paisaje. S¨ª, l¨®gicamente en ese paisaje es d¨®nde luego vas a ubicar tu nueva ciudad, pero nada, no puedes colocar ni campamentos enemigos, ni una torre enemiga, ni bandidos ni nada, s¨®lo tierra y agua.

Comienza la batalla

Como city-builder, el juego resulta interesante, pero donde falla estrepitosamente es en el plano de la estrategia en tiempo real. Sin ir m¨¢s lejos s¨®lo contamos con dos tipos de unidades m¨®viles de combate: infanter¨ªa y caballer¨ªa. Diferencias: La infanter¨ªa se puede colocar en las torres, pero la caballer¨ªa es m¨¢s contundente en su ataque (en teor¨ªa, porque la verdad es que tampoco se nota tanta diferencia). El n¨²mero de soldados que podemos reclutar depende de los habitantes que tenga la ciudad, pero aparte, si no hay dinero o alimentos, los soldados comenzar¨¢n a desertar. Lo realmente triste no es que s¨®lo dispongamos de dos unidades, lo peor es que estamos absolutamente limitados, no tenemos pr¨¢cticamente ning¨²n control sobre ellas. Lo ¨²nico que podemos hacer es declarar una guerra y posicionarnos en torres para defender ataques.

Para declarar una guerra basta con asentar una leva en un territorio enemigo y entonces comienza la 'tregua de Dios', una cuenta atr¨¢s en la que ning¨²n bando puede atacarse. Ese breve periodo de tiempo nos sirve para mandar m¨¢s soldados a la batalla ¨® para instalar m¨¢quinas de asedio como catapultas ¨® torres donde asentar a los soldados. Y cuando termina la cuenta atr¨¢s? empieza el descontrol y la locura. Lo ¨²nico que puedes hacer es ver como tus soldados se lanzan al ataque por donde ellos quieran, pasando ol¨ªmpicamente de todo. No te molestes en mandar nuevos soldados hac¨ªa otra parte del territorio enemigo, durante la guerra ellos hacen lo que quieren y si se empe?an en entrar por el este, entran por el este aunque haya un punto d¨¦bil en otra parte de la ciudad. La inteligencia artificial de tus soldados es nula, ir¨¢n siempre a romper las murallas y a destruir la torre maestra enemiga. Esto significa que si tienen a 800 t¨ªos lanz¨¢ndoles flechas desde una torre, da igual, si les pilla de camino la destruyen, sino, te desquiciar¨¢s contemplando como se comen todas las flechas mientras siguen empecinados en ir hacia la torre maestra.

Para la defensa ocurre lo mismo. Lo ¨²nico que puedes hacer es tener tus murallas y torres llenas de soldados y algunas cuantas m¨¢quinas de asedio. En cuanto un enemigo intenta penetrar en tu ciudad, ya no puedes hacer nada m¨¢s que santiguarte y rezar para que tus soldados aguanten el ataque. Aunque parezca rid¨ªculo, no puedes enviar soldados a atacar directamente a los enemigos. Digamos que cuando te atacan, la suerte ya est¨¢ echada y si est¨¢s desprotegido es pr¨¢cticamente imposible que puedas resolverlo in situ.

En cuanto a enemigos tenemos cuatro tipos que se diferencian b¨¢sicamente en la potencia y en su grado de pacifismo. Los m¨¢s problem¨¢ticos son los bandidos y los vikingos. Los primeros son peque?os campamentos que de vez en cuando entran en la ciudad para robar oro y destruir casas. Adem¨¢s anexionan territorios por lo que impiden que puedas expandir tu ciudad pac¨ªficamente. Son f¨¢ciles de derrotar pues no tienen murallas ni m¨¢quinas de asedio.

Los vikingos lo que hacen es sobornarte, ¨® les pagas o te arrasan, as¨ª que si tienes una econom¨ªa floreciente lo mejor es pagarles y olvidarte del quebradero de cabeza que supone reconstruir una ciudad en ruinas. S¨®lo aparecen en mapas con agua y cada vez van aumentando m¨¢s su tributo de paz hasta que al final, se cansan de ganar dinero f¨¢cil (??) y te atacan?

En el grupo de los enemigos m¨¢s tranquilos, tenemos dos que en realidad son uno: otras ciudades. Lo que pasa es que el juego distingue entre ciudades fortificadas y feudos. Ninguna se expande y generalmente no te declararan la guerra (a no ser que el gui¨®n del escenario lo requiera). La ciudad fortificada es m¨¢s sencilla de invadir, mientras que los feudos son pr¨¢cticamente impenetrables debido a sus muros de piedra llenos de soldados, sus m¨¢quinas de asedio y su torre maestra fortificada. Una vez que invades y destruyes la torre maestra, la ciudad pasa a ser competencia tuya, ganando todos los recursos que tengan, oro, alimentos, tecnolog¨ªa y poblaci¨®n. Tambi¨¦n sucede que cuando derrotas a un feudo comienza una cuenta atr¨¢s y lanzan un ¨²ltimo ataque a la desesperada para recuperar su ciudad y devastar la tuya.

El modo campa?a

Todo esto de la estrategia en tiempo real s¨®lo la podemos ver en el modo campa?a, porque, como ya digo, en el modo escenario no puedes colocar enemigos. En total solamente hay 8 misiones, aunque son bastante largas. M¨¢s que largas, podr¨ªamos decir pesadas, porque la mayor¨ªa del tiempo lo gastas en tratar de aumentar la poblaci¨®n para poder reclutar a m¨¢s soldados y poder hacer frente a las invasiones de turno ¨® destruir a la ciudad enemiga de turno. Adem¨¢s los terrenos suelen ser un poco complicados por lo que expandirse se convierte en una tarea dif¨ªcil. Todo esto, sumado a que te volver¨¢s loco buscando buenas tierras donde cultivar, hacen que una sencilla partida con dos objetivos se pueda alargar hasta dos horas.

Bueno, en cierto modo se puede deducir que compensa que aunque sean pocas misiones, duren bastante? Eso ser¨ªa lo l¨®gico, pero lo cierto es que la mec¨¢nica repetitiva de los objetivos lo echa todo a perder. De hecho hasta algunas misiones tienen el mismo texto introductivo a pesar de ser en escenarios y ¨¦pocas distintas? ?bug o vaguer¨ªa?

Las misiones se desarrollan en una tierra aparentemente ficticia y nos invita a luchar contra los musulmanes, los germanos, los hunos? variando en cada escenario el tipo de terreno: des¨¦rtico, mediterr¨¢neo, clima templado ¨® zonas g¨¦lidas y monta?osas.Lo bueno de este modo es que dispone de una misi¨®n de tutorial que se compone de varios objetivos con los que repasaremos todas las acciones del juego.

Manual

El manual de instrucciones es discreto tirando a soso. Incluso se echan en falta algunas explicaciones que luego cuando est¨¢s jugando piensas? ?d¨®nde sal¨ªa eso en las instrucciones? Sin duda necesitar¨¢s jugar la misi¨®n del tutorial para comprender todos los aspectos del juego.

Comparado con?

? con Sim City 4, gana Sim City 4. Comparado con los city-builders hist¨®ricos (Caesar III, Se?or del Olimpo: Zeus?) ganan ¨¦stos (salvo en los gr¨¢ficos claro). Comparado con cualquier juego de estrategia en tiempo real, gana tambi¨¦n este ¨²ltimo.

No quiero decir que sea un juego malo, ni mucho menos, lo que pasa es que para equipararse con un constructor de ciudades como Sim City le faltan algunos elementos como mayor variedad y la parte de las batallas es totalmente incomparable con cualquier ETR por su falta de opciones y carencia casi absoluta de control sobre tus unidades.

Estrategia y trucos

Construir una ciudad en el modo escenario es bastante dif¨ªcil ya que contamos con un capital muy reducido desde el principio. Lo mejor es crear pocas casas y centrarse en que evolucionen y luego ya har¨¢s crecer el pueblo. Lo primero que necesitan tus ciudadanos es seguridad y serenidad (aparte de comida y agua, claro). Rodea la villa con una valla de estacas y construye una carpinter¨ªa para acceder a los edificios de esa tecnolog¨ªa, entre ellos los calvarios (cruces) que dan serenidad a tu pueblo.

Con estos elementos tu pueblo ya puede empezar a tener casas de nivel 4 y por tanto acceder a nuevas tecnolog¨ªas como el alba?il o el herrero. Sin embargo, a partir de este punto los gastos se empiezan a disparar, ya que para que evolucionen te ver¨¢s obligado a poner un m¨¦dico, mejorar los muros y la torre maestra, crear graneros? todo esto va sumando n¨²meros negativos a tu presupuesto mensual. No dudes en cerrar un edificio si su coste de manutenci¨®n se sale del presupuesto. Una vez que entres en n¨²meros negativos es casi imposible recuperar el dinero.

En las campa?as, si los objetivos no lo impiden, ve primero a por los bandidos porque te pueden estar dando la lata bastante tiempo. Construye montones y montones de campos de cultivo ya que los soldados necesitan raciones de comida extra y sin alimentos no podr¨¢s reclutar nuevos miembros. Lo primero que debes hacer es amurallar la ciudad y llenar las torres de soldados, no vaya a ser que el enemigo ataque de buenas a primeras y tome tu torre maestra (perdiendo la partida de inmediato). Aunque parezca una exageraci¨®n, no viene mal hacer varias murallas en el extrarradio para asegurar a¨²n m¨¢s tu torre maestra.

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien