Mazmorras argentinas

Los juegos de Rol en primera persona no han sido explotados en GBA por varias razones; entendemos que no es f¨¢cil realizar el motor gr¨¢fico de una aventura de semejantes proporciones, tanto por su complejidad como por la potencia gr¨¢fica de la port¨¢til. Adem¨¢s, no hablamos de un g¨¦nero popular en nuestros d¨ªas, ya sea por la falta de apoyo que han recibido en las consolas de sobremesa o por la poca demanda de los aficionados, que piden a gritos un t¨ªtulo como el que hoy os adelantamos pero para PC.

Mazes of Fate es un juego complejo en muchos aspectos, a la par que simple en tantos otros. La idea b¨¢sica es la usual en estos casos, pues nada m¨¢s cargar el cartucho comenzaremos a ver la trama de la aventura, para luego elegir a uno de los tres personajes que se nos ofrecen, cada uno con habilidades diferentes - guerrero, ladr¨®n y mago -. Nuestro punto de origen es un curioso bar genialmente ambientado que sirve como introducci¨®n al juego y a los distitnos apartados que manejaremos de ah¨ª en adelante.

Cada uno de los personajes de la aventura goza de habilidades dispares, desde fuerza y resistencia por parte del guerrero, pasando por mayor habilidad y astucia de la mano de la ladrona hasta habilidades m¨¢gicas que dotan al ¨²nico mago del juego. Tambi¨¦n disponemos de una opci¨®n que nos permite crear un personaje a nuestro gusto utilizando alguna apariencia f¨ªsica de las tres disponibles.

En cualquier caso a la larga se torna indiferente el personaje que hayamos escogido, pues el t¨ªtulo no especialmente complejo y terminarlo no requiere pr¨¢ctica, sino m¨¢s bien constancia y terminar todas las misiones secundarias que nos van ofreciendo a lo largo de la aventura. Mazes of Fate centra su potencial en la jugabilidad y en la parcial libertad de acciones que dispondremos una vez comenzada la trama principal.

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Con todo esto, es interesante tener en cuenta que Sabarasa Entertaiment, la compa?¨ªa desarrolladora del t¨ªtulo, es de origen argentino - raz¨®n por la cual, como podr¨¦is ver al final del texto, el juego ya goza de traducci¨®n al castellano -. Dicha compa?¨ªa se centra en RPGs en primera persona como este que hoy os acercamos.

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Esto sucede con muchos otros casos, bien pidi¨¦ndonos algo de ayuda para solucionar alg¨²n problema en concreto o para buscar informaci¨®n. Existen cientos de misiones secundarias a cumplimentar que nos ayudar¨¢n a subir de nivel, conseguir algo de pr¨¢ctica antes de embarcarnos en tareas m¨¢s arduas o competentes... En este sentido MoF no tiene nada que envidiar de otros t¨ªtulos del g¨¦nero.

El reino de Karsh, donde transcurre toda la historia, est¨¢ plagado de distintos pueblos en los que encontraremos todos los tipos de tiendas y diferentes localizaciones habituales en el g¨¦nero; tabernas, herrer¨ªas, ventas de objetos y armaduras... A diferencia de un RPG 'japon¨¦s' (distinci¨®n otorgada por los amantes de los juegos de Rol tradicionales para distinguirlos de los que est¨¢n 'de moda'), MoF otorga la posibilidad de entablar conversaci¨®n con los propietarios de las tiendas para realizar favores o pedirles consejo para continuar nuestra historia. .

As¨ª pues, daremos con algunos personajes 'mentirosos' que nos piden ayuda para proclamar su fama a los cuatro vientos, ladrones de todo tipo, se?oras en apuros, historias de amor... tambi¨¦n con alg¨²n enemigo que querr¨¢ impedir nuestro avance. Es sorprendente ver como algunos ciudadanos nos mienten al darnos informaci¨®n para obtener alg¨²n beneficio.

Una vez dentro de alguna mazmorra, el sistema recuerda mucho a los primeros juegos de Rol de PC. Tambi¨¦n en primera persona, nuestro personaje se mueve por casillas, sin l¨ªmite de movimientos, encontrando enemigos a los que combatiremos seg¨²n el car¨¢cter que hayamos escogido. Diferentes compa?eros se unir¨¢n a nuestra aventura, cada cual con distintas caracter¨ªsticas presentes tambi¨¦n en los protagonistas de la aventura. Iremos subiendo de nivel, consiguiendo objetos, tendremos que pelear contra ratas, muertos vivientes, diferentes tipos de monstruos... todo muy conseguido y como hemos menciona ya a un nivel aceptable de dificultad.

La calidad gr¨¢fica del cartucho est¨¢ a la par con el resto de apartados, inclusive el sonoro. Mientras que ¨¦ste ¨²ltimo no presenta ning¨²n tipo de voces, s¨ª que ofrece distintas melod¨ªas decentes para cada lugar en el que nos encontremos. El motor gr¨¢fico funciona a un buen nivel, las mazmorras no presentan mucho detalle aunque cumplen su cometido correctamente. El resto de elementos, desde el mapa mundi a la calidad general de los pueblos es aceptable y m¨¢s que suficiente a tenor de los ¨²ltimos t¨ªtulos que hemos analizado para GBA. Menci¨®n especial para las tabernas, creadas con un mimo y cuidado notorio.

Es importante el sistema de objetos, que nos permite recoger utensilios diversos del suelo - con alg¨²n que otro bug por medio que nos dificultar¨¢ las cosas - o al morir nuestros enemigos para utilizarlos en diversos asuntos, desde la creaci¨®n de nuevas armas hasta la venda de los propios artilugios. MoZ cuenta con una baraja de opciones en este sentido m¨¢s que alentadora. Pese a esto, no es tan complejo como puede aparentar sin haber probado el juego.

Dejando a un lado este curioso dato, lo cierto es que Mazes of Fate se presenta como uno de los mejores juegos de la ¨²ltima oleada de GBA, con una historia genial, un sistema de juego a la altura y con un nivel general m¨¢s que notable. Ser¨ªa una verdadera l¨¢stima que no llegase a nuestras tierras, sobre todo teniendo en cuenta que ya est¨¢ traducido y que, despu¨¦s de todo, ofrece a los aficionados la posibilidad de disfrutar de toda una aventura en tama?o port¨¢til que como bien se?alamos al comienzo de este art¨ªculo nada tiene que envidiar a sus hermanos mayores.

De cualquier modo, el hecho de ser desarrollado en nuestro idioma y sus m¨²ltiples cualidades son razones suficientes para pensar en la importaci¨®n, siempre y cuando no llegue finalmente a Espa?a, dato que, repetimos, no consta de confirmaci¨®n oficial a falta de que alguna distribuidora se anime a hacerse cargo del producto.