Mario Strikers: Battle League Football
An¨¢lisis
Mario Strikers: Battle League, an¨¢lisis. F¨²tbol y fiesta van de la mano
Mario vuelve a calzarse las botas de f¨²tbol en un juego impecable a nivel de mec¨¢nicas, con un multijugador divertid¨ªsimo pero falto de contenido.
Nintendo tiene entre ceja y ceja seguir animando un verano en el que entre lo de Mbapp¨¦, la final de la Champions y los no fichajes del Bar?a, est¨¢ de lo m¨¢s entretenido. Falta el Mundial, que por razones que escapan a nuestra parcela se disputa en Qatar y lo har¨¢ en invierno, por lo que Mario Strikkers: Battle League es nuestro bote salvavidas hasta que vuelva la liga y m¨¢s all¨¢. Una tercera entrega que convence a nivel jugable, divierte y mucho en compa?¨ªa y que, eso tambi¨¦n va siendo habitual, se presenta algo escaso en modalidades.
A veces da la sensaci¨®n que Nintendo, con Switch, act¨²a como esa compa?¨ªa de hace algunas generaciones en las que centr¨® los esfuerzos en el online: tenemos juego en l¨ªnea, nos olvidamos de los modos para un jugador. Lo coment¨¢bamos recientemente en el an¨¢lisis de Nintendo Switch Sports, y con esta tercera entrega de Mario Strikers pasa algo similar, aunque es m¨¢s generoso que el t¨ªtulo de deportes con control de movimiento.
El f¨²tbol se juega de muchas maneras
El juego mantiene la esencia de la saga, pero equilibra y despoja la jugabilidad de una o dos caracter¨ªsticas concretas -como en Wii- para ofrecer algo mucho m¨¢s compacto y vers¨¢til. Los controles pueden generar confusi¨®n al principio, pero convencen y te brindan muchas opciones de juego. Su primer gran acierto es sentar las bases con todo tipo de acciones que van desde las m¨¢s b¨¢sicas -tiros, pases, pases por alto, entradas- hasta algunas m¨¢s profundas, como el pase al espacio, el tiro cargado, las cargas m¨¢s poderosas o incluso usar a un compa?ero para, en forma de carambola, lanzarlo hacia el rival.
Los partidos, de 4c4 m¨¢s los porteros, fluyen de forma din¨¢mica. Tan punto podemos cargar entradas para golpear m¨¢s fuerte¡ como regatearlo en el momento justo con el bot¨®n de finta. Si somos fans de Pep Guardiola, nos podemos empezar a pasar el bal¨®n con precisi¨®n por arriba o por abajo y sorprender disparando de primeras. La sensaci¨®n es que tenemos el control de todo, y lo m¨¢s importante: nada parece despuntar en exceso. Ni la velocidad es decisiva por encima del resto ni la fuerza, que te permite tumbar f¨¢cilmente a otros rivales y mantenerte de pie si un peque?ajo como Toad intenta empujarte, es algo imprescindible. Todo en su justa medida, incluido los porteros que a veces tendr¨¢n su gran noche, pero no son de esos que cualquier tiro normal lo detienen y solo podemos usar acciones especiales para marcar.
El t¨ªtulo es muy s¨®lido en cu¨¢nto opciones y sobre todo, en capas de profundidad.Una de las caracter¨ªsticas principales son las acciones perfectas. Disparar justo en el momento preciso, dar el pase de primeras en el timing exacto, hacer un regate exacto... Todo aporta m¨¢s beneficios que su acci¨®n corriente, aunque tiene m¨¢s riesgo. Conseguirlo es m¨¢s o menos exigente seg¨²n las estad¨ªsticas de cada jugador y te aporta un elemento diferencial. Es un juego arcade, pero premia la precisi¨®n.
En estad¨ªsticas, adem¨¢s de la fuerza y la velocidad, la t¨¦cnica permite tener una horquilla m¨¢s sencilla para regatear, el tiro permite marcar de posiciones m¨¢s alejadas y diversas (Estela es una bestia en este aspecto) y el pase, hacerlos con mayor tino. Equilibrando el equipo con estos par¨¢metros -o centr¨¢ndonos en algunos concretos- encontraremos nuestro equipo perfecto.
Esto es un party game, tambi¨¦n
A todo ello se a?aden elementos dignos de Mario Kart. Por un lado, los objetos, que conseguimos mientras caen por el escenario y no necesitan mucha presentaci¨®n: bombas, pieles de pl¨¢tano, caparazones verdes y rojos, setas de velocidad y la estrella. Adem¨¢s, tenemos los hipertrallazos, disponibles cuando recogemos una esfera en el campo y que permiten cargar un disparo (tienes que acertar en la barra dos veces para mayor ¨¦xito) que si es gol, vale por dos. Elementos festivos, pero tambi¨¦n de uso estrat¨¦gico que a medida que mejoras en el juego usas con mucha m¨¢s cabeza.
Porque los partidos primero son alocados, y siempre tendr¨¢n momentos de caos donde no sabr¨¢s donde est¨¢ el bal¨®n, pero tambi¨¦n te obligan a usarlo todo de manera sensata. Si vas corriendo todo el rato, te cansar¨¢s y no llegar¨¢s a los rivales; si solo intentas robar cargando una entrada, es m¨¢s f¨¢cil que te regateen; si buscas chutar de cualquier manera un tiro cargado o un hipertrallazo, te podr¨¢n frenar con facilidad. Y as¨ª con todo. Destacar que el hipertrallazo, a pesar de su valor doble, no rompe tanto el juego como podr¨ªamos esperar: no es f¨¢cil cargarlo a tiempo y necesitas hacerlo en momentos muy concretos, algo que se agradece.
Nuestras sensaciones a los mandos han ido in crescendo a medida que jug¨¢bamos con una CPU de mayor nivel o contra otros humanos. No hay un momento de respiro: lanzar el objeto de turno en el momento justo te puede despejar el camino al gol y saber cuando arriesgar o cuando no con las cargas es todo un arte. Nos lo hemos pasado en grande disparando un tiro perfecto que supone el gol de la victoria y que, sin eso, no habr¨ªa entrado. O sacar de centro, lanzar un pl¨¢tano para tumbar un rival, un caparaz¨®n para el siguiente y avanzar hasta el ¨¢rea para empatar un partido.
Nos hemos encontrado con partidos de lo m¨¢s variopintos, con rivales que juegan al tiqui-taca y no sabes como frenarlo, con otros que son los reyes de regatear y buscar el hueco ante el portero (que no se controla, es autom¨¢tico), equipos muy f¨ªsicos que cada vez que te tumban tardas en recuperarte (como m¨¢s fuerte es la entrada, m¨¢s tiempo est¨¢s en el suelo) y sobre todo, con mucha emoci¨®n. Son 4 minutos, pero pasan muchas cosas, la capacidad de remontar o perder en 10 segundos es enorme y eso hace que sean enfrentamientos intensos. Hac¨ªa tiempo que no le grit¨¢bamos a la pantalla tras ganar a la CPU en el ¨²ltimo instante, y Mario Strikers lo consigue.
Dise?ando nuestro equipo ideal
A medida que jugamos ganaremos monedas de oro que podremos invertir en accesorios que cambian las estad¨ªsticas de los jugadores. Todos los accesorios suponen mejoras en alg¨²n campo pero empeorar alg¨²n otro, as¨ª que se pueden usar para equilibrar personajes o para hacerlos especialistas. Subir a m¨¢s de 20 puntos el tiro a Estela es una garant¨ªa para marcar, mientras que un Waluigi con velocidad y fuerza a tope, aunque sea un negado dando pases, puede ser nuestro Ara¨²jo cerrando la retaguardia. La movilidad de Toad -potenciando regate y velocidad- tambi¨¦n da que hablar como esos extremos habilidosos de los que ya no quedan. T¨² eliges como equipar a cada uno y donde colocarlos, aunque luego se van moviendo por todo el campo.
En total tenemos 10 jugadores: Mario, Luigi, Bowser, Yoshi, Wario, Waluigi, Toad, Peach, Donkey Kong y Estela. Seguramente echamos en falta alguno m¨¢s, incluidos desbloqueables, pero eso es algo que tiene que ver con el contenido del t¨ªtulo, que va a lo seguro y no busca sorprendernos precisamente.
Copas, amigos, online
Tras el modo entenamiento donde aprendes todo lo b¨¢sico y avanzado de los controles, el juego te lanza al men¨² principal. En ¨¦l destaca el modo local de las Copas. Distintas competiciones en las que se juegan tres partidos (o m¨¢s si caes en losers, ya que tiene sistema de doble eliminaci¨®n) para conseguir alzar el t¨ªtulo. Un formato que es sencillo -siempre es el mismo esquema en todas- y que no aporta mucha dificultad. Lo bueno viene despu¨¦s a nivel de exigencia, pero eso ya lo descubrir¨¦is vosotros mismos. Decir que tras eso, tenemos el partido libre donde podremos jugar contra la CPU o contra amigos con distintas particularidades y ajustes y el modo accesorios para desbloquear equipamiento como el que comentamos anteriormente.
El gran d¨¦ficit de Battle League est¨¢ aqu¨ª, en lo que hay m¨¢s all¨¢. No esper¨¦is desaf¨ªos como ten¨ªamos en Charged Football, ni un sistema de copas con m¨¢s rivales como pasaba en dicho juego y su Striker Cup. La propuesta es b¨¢sica, exigente m¨¢s all¨¢ de las primeras copas, pero sin grandes florituras. Tampoco a nivel de desloqueables, como nuevos personajes o campos. Jugaremos para tener monedas, comprar accesorios y personalizar nuestro equipo, pero echamos en falta m¨¢s opciones y variantes que ampl¨ªen la divertida propuesta que supone el t¨ªtulo.
Jugar en compa?¨ªa, en local o en l¨ªnea, es donde m¨¢s se exprime Battle League. La diversi¨®n tanto en el uno contra uno como por parejas es enorme -aunque a veces hay algo de caos para ver qui¨¦n controla a qui¨¦n- y es donde mejor nos lo hemos pasado sin ninguna duda. Adem¨¢s del modo local, podremos hacer partidas en l¨ªnea 1c1, en cooperativo o con amigos creando salas. Nuestra experiencia en lo que rendimiento es bastante bueno: hemos tenido algunos momentos con lag, pero han sido los menos y en general hemos podido realizar tiros y pases precisos sin problema, incluso jugando cuatro jugadores a la vez (es el m¨¢ximo permitido, aunque si es con parejas locales podremos llegar a 8).
Tambi¨¦n est¨¢ el modo Club Strikers, donde podr¨¢n apuntarse distintos jugadores y podremos personalizar la experiencia escogiendo equipaci¨®n y personaliz¨¢ndola, algo que podremos hacer con el campo (incluso cambiando vallas, dise?o de las porter¨ªas, el dise?o del c¨¦sped, etc.). Un modo pensado para tener un hub con nuestros amigos y competir con ¨¦l, consiguiendo una moneda propia que nos permite mejorar todos los apartados del club en cuesti¨®n. Adem¨¢s, se jugar¨¢n distintas temporadas en las que podremos ascender de divisi¨®n, conseguir recompensas seg¨²n desaf¨ªos que consigamos y m¨¢s. Una especie de Clubes Pro a lo Nintendo que nos parece tiene mucho potencial para jugar con amigos.
En definitiva, Battle League se enfoca a jugar en compa?¨ªa y es donde mejor funciona, dejando de lado el contenido para el jugador solitario que si bien dar¨¢ para varias horas completarlo al 100%, es menos variado y completo de lo que nos habr¨ªa gustado. El online viene para ser el gran reclamo, de eso no hay duda.
El t¨ªtulo luce bien a nivel visual, con buenas animaciones, f¨ªsicas y campos coloridos, con cinem¨¢ticas resultonas en los hipertrallazos. Solvente en port¨¢til -aunque la elecci¨®n de color de la camiseta nos puede jugar una mala pasada- pero m¨¢s convicente en dock, y con una banda sonora que acompa?a pero tampoco es una maravilla.
Conclusi¨®n
Mario Strikers: Battle League nos ha divertido, emocionado y convencido en el terreno de juego. Equilibrado en mec¨¢nicas, con m¨¢s capas de profundidad de lo que parece y con el toque festivo marca de la casa, los partidos son muy variados, entretenidos y en ellos pasan much¨ªsimas cosas en poco tiempo. Jugablemente es muy s¨®lido, como t¨ªtulo de f¨²tbol arcade lo tiene todo para atraparte, y en compa?¨ªa (local y online) es otro nivel de diversi¨®n. Pero, por desgracia, el juego llega algo parco en contenidos, tanto en modalidades como en elementos desbloqueables, donde echamos en falta m¨¢s variedad, desaf¨ªos y secretos que hemos visto en la propia saga y en otros deportivos de Mario. Su baza es disfrutarlo en l¨ªnea o con amigos. Y ah¨ª es casi imbatible.
Lo mejor
- Jugablemente, con muchas opciones y m¨¢s profundo de lo que parece
- Partidos din¨¢micos, variados y repletos de momentazos
- El sistema de estad¨ªsticas y los accesorios permiten personalizar el equipo de forma acertada
- El t¨ªtulo sube varios escalones en compa?¨ªa, ya sea en l¨ªnea o en modo local
Lo peor
- Escaso en modos y variedad de los mismos para un solo jugador
- Echamos en falta m¨¢s elementos desbloqueables y de personalizaci¨®n
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.