Maneater, an¨¢lisis. El tibur¨®n asesino que clama venganza

A muchos de los que est¨¢bamos atendiendo en directo la conferencia de PC Gaming en el E3 de hace dos a?os nos llam¨® la tenci¨®n el teaser de un juego muy particular: un tibur¨®n que devoraba humanos. Pero no se los com¨ªa de una forma "tradicional", no. Se colaba en la arena de las playas y los mordisqueba all¨ª, saltaba encima de un yate y se los llevaba al agua o devolv¨ªa de un coletazo la dinamita que utilizaban los desesperados cazadores cuando intentaban abatirlo. No fue el mejor t¨ªtulo que pudimos ver aquella noche pero dada la peculiar cadencia y formato de la conferencia de PC, sumado al horario de madrugada de su emisi¨®n en la pen¨ªnsula ib¨¦rica, s¨ª fue una divertida an¨¦cdota que recordamos durante algunas semanas. Result¨® que Tripwire sac¨® finalmente adelante el proyecto y tras aproximadamente una veintena de horas para completarlo al 100%, Maneater no es la maravilla que esper¨¢bamos que fuera pero s¨ª tiene algunos de los momentos m¨¢s divertidos que hemos pasado en un PC durante el ¨²ltimo a?o.

La historia de un cazador vs un tibur¨®n

Narrado como si fuera un documental para un programa sensacionalista de una televisi¨®n local, la historia nos pone inmediatamente en la piel de un tibur¨®n hembra sembrando el caos por el Golfo de M¨¦xico y c¨®mo un cazador legendario nos abate, abre en canal y lanza a nuestra cr¨ªa - a¨²n en el vientre - al agua. Maneater fomenta de esta forma tan interesante la curiosidad en el jugador: le deja sentir de inicio el poder de un tibur¨®n adulto en sus manos para quit¨¢rselo pocos minutos despu¨¦s y que tenga que empezar de cero. Es la evoluci¨®n de esa cr¨ªa y una historia de venganza la que har¨¢ de hilo conductor de la trama, atada aqu¨ª y all¨¢ por unas breves cinem¨¢ticas que veremos a lo largo de las diez o doce horas que dura la campa?a principal.

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La premisa no podr¨¢ ser m¨¢s sencilla: comerse todo lo que se mueva para subir de nivel. Como cachorro de tibur¨®n apenas podremos llevarnos a la boca presas de tama?o manejable y, a medida que vamos creciendo, podremos aumentar la masa de lo que cabr¨¢ en nuestras mand¨ªbulas. Puede que al principio sean tan s¨®lo peces loro o peque?as tortugas la base de nuestra dieta pero no tardaremos mucho en incorporar focas, tiburones martillo o incluso orcas asesinas en nuestro abanico de posibilidades. Todo ello mientras recorremos los secretos y entresijos de Puerto Clovis y su mapa de estilo mundo abierto que, a pesar de ser una fracci¨®n de lo que por ejemplo Ubisoft nos tiene acostumbrados, no deja de tener sus docenas de localizaciones submarinas, sus tantos coleccionables y otros detalles mientras hacemos otras misiones de la campa?a principal que tienen como ¨²nico objetivo que subamos de nivel.

Hacerse con los controles cuesta un poco al principio pero el movimiento de nuestro protagonista es bastante sencillo en general. Podemos nadar m¨¢s o menos r¨¢pido, morder cosas, saltar, pegar coletazos y tirabuzones y zambullirnos a voluntad. Incluso tenemos un s¨®nar a nuestra disposici¨®n que nos ayuda a orientarnos mejor. Dado que no existe un "bot¨®n Z" al uso para fijar en los enemigos, es frecuente que nuestras primeras batallas sean algo ca¨®ticas mientras intentamos enfocar correctamente a nuestro escualo. En PC, reducir dr¨¢sticamente los DPI de nuestro rat¨®n - o ir experimentando con la sensibilidad en los ajustes ingame - ha supuesto un cambio abismal a la hora de manejar el juego. Con teclado y mouse nos consta que la adaptaci¨®n es m¨¢s sencilla que con mando porque muy frecuentemente requiere giros muy bruscos de direcci¨®n que son dif¨ªciles con los cl¨¢sicos sticks.

A medida que vayamos completando misiones iremos cambiando de fase; empezaremos como cachorro y pronto pasaremos a la adolescencia, luego seremos un tibur¨®n adulto, un veterano y finalmente un "mega". Es durante las dos primeras fases donde radica casi de forma exclusiva la dificultad del juego, que es cuando nuestro protagonista ser¨¢ m¨¢s vulnerable. Una vez alcanzada la edad adulta, y especialmente luego, ya seremos una imparable m¨¢quina de matar capaz de llevarse a la boca incluso las presas m¨¢s peligrosas. Maneater tiene un sistema de niveles que dan una idea al jugador de nuestro poder relativo con respecto al entorno pero dado que el m¨¢ximo es 30 y hay enemigos de nivel 45, es m¨¢s una advertencia sobre su letalidad que no una imposibilidad real el hecho de poder derrotar a peces y reptiles en teor¨ªa m¨¢s poderosos que nosotros mismos.

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Un tibur¨®n vs el entorno

Es dif¨ªcil crear un mundo submarino y que adem¨¢s resulte variado y atractivo para el jugador pero Tripwire ha sabido crear una serie de zonas claramente distintivas y con sus se?as de identidad. Aunque los mapas no son gigantescos y podemos recorrerlos a una velocidad bastante considerable, hay buen nivel de detalle en la decoraci¨®n de los fondos con multitud de plantas, residuos por doquier y una serie de localizaciones extra por descubrir. Fuera del agua tambi¨¦n se ha tenido en cuenta ya que tenemos ciertas... capacidades para movernos por muelles, puentes, barcos, playas, ci¨¦nagas, puertos y dem¨¢s. El nivel gr¨¢fico aqu¨ª es menor - y tampoco es un t¨ªtulo puntero a nivel general - pero no hemos tenido ning¨²n problema de rendimiento con el juego con el nivel de detalle bien alto e incluso haciendo streaming, con lo que en general hay que estar contento con la optimizaci¨®n.

Uno de los mayores problemas que tiene Maneater es la falta de variedad de las misiones; el juego es conceptualmente brillante y tiene una muy buena predisposici¨®n pero b¨¢sicamente consiste en ir a un lugar y comernos X n¨²mero de presas, eliminar a un pez en especial, devorar X humanos y... ya est¨¢. Consciente de su limitaci¨®n, adem¨¢s, para progresar en la historia el juego nos obliga a repetir las misiones de ese tipo antes de poder cambiar de mapa con lo que la jugabilidad, en especial durante las horas finales, se hace espesa. Los coleccionables invitan a visitar el entorno y el magn¨ªfico narrador del supuesto documental hace un trabajo excelente para a?adir un poco de color a la por otro lado monocrom¨¢tica - aunque al principio muy divertida - base del t¨ªtulo, pero da la impresi¨®n de que en l¨ªneas generales el juego hubiese agradecido un poco m¨¢s de trabajo en algunos fundamentos que hubieses aportado m¨¢s variedad.

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Para a?adir un poco m¨¢s de versatilidad tenemos a nuestra disposici¨®n una serie de mutaciones que a?adiremos a nuestro arsenal y que se mejoran con los nutrientes adquiridos eliminando presas. El set m¨¢s f¨¢cil de conseguir, que a?ade una especie de armadura de hueso alrededor de nuestro tibur¨®n, proporciona la m¨¢xima durabilidad y supervivencia siendo capaz de tanquear todo lo que nos venga por delante sin problemas. Por un lado est¨¢ bien el tener la posibilidad de disfrutar de esta sensaci¨®n de invulnerabilidad pero por otro le quita un poco la gracia al juego el hecho de saberse casi completamente imposible de matar y adem¨¢s con estad¨ªsticas de da?o m¨¢s que decentes.

A base de explorar concienzudamente todo (o de mejorar a tope el s¨®nar, que ayuda horrores) es posible desbloquear otras mejoras que cambian ligeramente nuestra forma de jugar. Tambi¨¦n a base de subir nuestro nivel de infamia, que se eleva cuando nos comemos humanos (normales o cazadores, en la orilla o bajo el agua) y, al m¨¢s puro estilo GTA, provocan la aparici¨®n de m¨¢s y m¨¢s barcos y botes que se a?aden a nuestra persecuci¨®n y que, tras abatirlos, provocan la salida de alg¨²n jefe que deberemos vencer. En general los enfrentamientos siguen siempre el mismo patr¨®n que consiste en apretar compulsivamente el bot¨®n de esquivar (que adem¨¢s da?a a los enemigos cercanos) mientras saltamos de forma ca¨®tica y devoramos a los cazadores uno a uno. O empezamos a atacar repetidamente la embarcaci¨®n hasta que acaben todos en el agua. A excepci¨®n del boss final, que s¨ª a?ade una novedad, el patr¨®n se repite una y otra vez y lo ¨²nico que cambia es el ¨ªndice de letalidad de los enemigos.

Un tibur¨®n vs el animalismo

Una de las dudas que parte de la comunidad hab¨ªa planteado era acerca de si el juego ser¨ªa una apolog¨ªa contra la caza ilegal de animales o un argumentario para defender especies protegidas. Y aunque es cierto que hay montones de comentarios jocosos acerca de la poluci¨®n de los mares y la contaminaci¨®n marina, Maneater nunca se llega a tomar en serio a s¨ª mismo y eso, a nuestro parecer, est¨¢ muy bien. El juego pretende ser una oda a la diversi¨®n sin sentido, a la locura carnicera que supon¨ªan juegos como Carmaggedon o Destroy All Humans en los que lo importante no era siempre la existencia de un mensaje subyacente sino simplemente hacer algo porque es divertido. Y la verdad, acechar un bote hinchable lleno de ba?istas y romperlo de una dentellada y ver como sus ocupantes pelean por llegar a la playa es divertido. Y esperar a que lleguen a una zona "segura" y lanzarse tras ellos en un frenes¨ª destructivo aleteando como un salmonete fuera del r¨ªo, es divertido. Un salmonete de 7 metros y con una dentadura el¨¦ctrica que paraliza a sus enemigos, quede claro.

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Una vez terminada la campa?a principal podemos volver al mapa y explorar libremente y poder hacer las misiones secundarias que nos hayan quedado por hacer que, como ya hemos dicho, son exactamente iguales que las principales. Uno tiene la sensaci¨®n de que o bien Maneater est¨¢ un poco alargado sin motivo o bien se hubiese necesitado algo m¨¢s para rellenarlo. Porque lo fundamental est¨¢ ah¨ª, los ingredientes est¨¢n ah¨ª y los primeros bocados (sic) al juego son muy divertidos pero la sensaci¨®n de empachamiento llega demasiado pronto. Dicho de otra forma, si no fuera por la necesidad de hacer la review, muy probablemente no hubi¨¦semos llegado al final de la historia y ni mucho menos hubi¨¦ramos completado el juego al 100%.