Lost Planet 3

 Peter Weyland

Pero lo que a unos les gust¨®, a otros fans del original no les termin¨® cautivando tanto como deber¨ªa, por lo que Capcom, rescatando una IP de la que no parec¨ªa que fu¨¦semos a ver una pr¨®xima entrega, se ha puesto manos a la obra con un cap¨ªtulo algo arriesgado en su concepci¨®n, ya que entrar en el territorio de una precuela siempre es algo delicado. Lost Planet 3 es una vuelta a los or¨ªgenes, un ¡®throwback¡¯ que nos sumerge de un tir¨®n en un E.D. N. III en todo su helado esplendor, pero apostando por un peso mucho mayor en la narrativa de su modo Historia para un solo jugador, y con un ojo puesto en el g¨¦nero del Survival Horror adem¨¢s. Una apuesta  en la que los mechas se mueven m¨¢s despacio que sus sucesores y no poseen armas. Y en la que el mayor inter¨¦s del protagonista, un minero espacial, es cobrar una buena pasta asentando una colonia primaria y volver a casa cuanto antes con su familia.

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Y hasta all¨ª vamos nosotros, encarnando a Jim Peyton, un minero colono de esos con los pies en la tierra ¨Chelada en este caso- que deja a su familia en la Tierra en busca de un trabajo que lo mantendr¨¢ dos a?os fuera, aunque le permitir¨¢ ganar una verdadera fortuna. Despu¨¦s de un accidentado viaje, estableceremos nuestro primer contacto con la fauna local en un pr¨®logo que recuerda bastante al de Dead Space 3 ¨Cy no ser¨¢ la ¨²nica vez que Spark Unlimited mira de reojo a la serie de EA-, pero que se muestra titubeante en cuanto a cazar el inter¨¦s del jugador. Una vez lleguemos a la base y empecemos a aceptar contratos, el juego ir¨¢ aumentando en variedad de objetivos y en un desarrollo en el que no existe la estratificaci¨®n en cap¨ªtulos o niveles, sino que cada misi¨®n se sucede a continuaci¨®n de la anterior, a veces seguidas, por ejemplo ir a rescatar a un compa?ero, internarnos en un nido infestado ¨Cmomento Aliens- para reparar un terminal, salir vivos de ¨¦l y regresar corriendo a la base porque hay que anclar con el mecha los enormes tornillos que sujetan la instalaci¨®n ante una tormenta de nieve asesina. Dicha base por la que nos movemos, sacada en un claro homenaje a la del planeta Hoth de El Imperio Contraataca (sobre todo el hangar de los mechas, que parece que vamos a ver el Halcon Milenario en cualquier momento), ser¨¢ peque?a al inicio, pero poco a poco se ir¨¢n abriendo nuevas estancias y pasillos y gente con la que hablar y darnos misiones al estilo RPG -acceder simplemente al laboratorio de Coronis la primera vez ya da una muestra de ello.

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Cuando llevemos algunas horas de juego, podremos acceder a misiones secundarias, como recoger energ¨ªa de postes t¨¦rmicos y /o plantarlos ¨Cya sabemos qui¨¦n fue el que los plant¨®, o sea, nosotros mismos- o matar y reunir muestras de Akrid para el laboratorio. Estas no solamente sirven para aumentar el tiempo de juego ¨Cunas 13-15 horas con las misiones principales y alguna secundaria-, sino para aumentar nuestros fondos y poder personalizar mejor tanto las armas del personaje como nuestro mecha, aunque la cantidad de ¨¦stas misiones tampoco es demasiado elevada y a algunos les resultar¨¢ incluso tediosas por tener que volver a recorrer los mismos entornos una y otra vez. Los intercambios de video entre Jim Peyton y su mujer son constantes cuando vamos en el mecha y se convierten en lo mejor, algo que ayuda tanto a la inmersi¨®n en nuestro rol como a hacer crecer al personaje de forma narrativa, estando cada vez m¨¢s harto del frio y de estar solo. El desarrollo de la historia va creciendo, mezclando tem¨¢tica/elementos de films como Aliens, Pitch Black, Starship  Troopers, La Cosa, y como hemos dicho, de series al estilo Dead Space, apostando en ocasiones por un agradecido viraje m¨¢s al Survival Horror atmosf¨¦rico tras tanto tiro.

Porque Lost Planet 3 es una aventura que aunque apuesta por la exploraci¨®n en sus entornos ¨Csobre todo con las misiones secundarias-, en su campa?a principal nos lleva pr¨¢cticamente de la mano en todo momento, de marcador en marcador. Cuanto m¨¢s progresemos en el juego, m¨¢s se ir¨¢n abriendo las distintas localizaciones a las que podremos volver para realizar alguna de las sidequest paralelas o completar los coleccionables del juego. Durante las primeras horas del juego, el salir/entrar en la base Coronis con el mecha andando y desandando despu¨¦s todo el camino ser¨¢ una constante, aunque m¨¢s adelante se activa una especie de teletransportaci¨®n llamada Salida R¨¢pida que nos permite ir directamente a los lugares que ya hayamos visitado y desbloqueado previamente, algo que alivia la tara de tener que llevar al mecha de vuelta a casa, sobre todo si estamos en un punto ya alejado, atravesando de nuevo las mismas zonas delimitadas conectadas entre s¨ª por pasillos y tiempos de carga ¨Cdemasiado largos a estas alturas de generaci¨®n.

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Se nota claramente que Capcom ha echado mano de un estudio occidental, puesto que el cambio de tercio en este LP3 con respecto a su antecesor, buscando un estilo mucho m¨¢s orientado a la narrativa Single Player y a una aventura que apuesta  por la acci¨®n combinada con exploraci¨®n tiene ese toque occidental del personaje ¨ªntegro, del h¨¦roe porque las condiciones se lo imponen, y del marido que mira un video-mensaje de su esposa, lo rebobina y lo contempla otra vez. Por tanto nos encontramos con un desarrollo Third Person Shooter sencillo, directo, muy simple en su concepci¨®n, ya que la mayor parte del tiempo estaremos disparando y/o combatiendo desde el mecha. Lost Planet 3 se deja jugar y adem¨¢s contiene pasajes de acci¨®n/tensi¨®n bastante logrados. Todo ello con unos controles ideales para cualquiera que le apetezca un t¨ªtulo de acci¨®n, pero cuya f¨®rmula jugable es aplicada aqu¨ª en forma de TPS gen¨¦rico, convencional y sin sorpresas, y encima con cambios en la serie como que ahora ya ni nos tenemos que preocupar siquiera de estar en el fr¨ªo p¨¢ramo -sin casco, visera ni nada- ya que el propio traje genera calor y nunca pereceremos de fr¨ªo, siendo la energ¨ªa de los Akrid que recogemos para fines meramente monetarios y la salud del personaje totalmente autoregenerativa y a prueba de heladas.

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Con un simple toque a Triangulo estaremos cambiando entre las armas que hayamos podido comprar/encontrar, como la socorrida escopeta o armas de mayor calibre y cadencia de disparo, siempre llevando solamente dos a la vez, principal y secundaria, aparte de la pistola. ?stas, que van desde un rifle de pulso a una ballesta explosiva se podr¨¢n personalizar en base a mejorar su recarga o aumentar su munici¨®n, pero tampoco presentan un armamento distinto de lo habitual. Manteniendo pulsado Triangulo accederemos a nuestra pistola, de munici¨®n eterna y que una vez mejorada es bastante ¨²til contra los enemigos m¨¢s habituales. Con un desarrollo de la acci¨®n bal¨ªstica tan marcado, las ¨²nicas pruebas de habilidad se suceder¨¢n con el minijuego de reparar elementos. Sencillas en su ejecuci¨®n y dificultad, s¨®lo requieren de coordinar en una posici¨®n determinada y mantener ambos sticks ¨Ccon un tiempo cada vez m¨¢s ajustado.

Con Select accedemos a una interfaz que nos pone informaci¨®n en tiempo real delante del personaje en formato de Realidad Aumentada. Tenemos el listado de Equipo con Armas, Mejoras y para el Mecha de trabajo -que tampoco es un listado enorme precisamente-, los objetivos principales y secundarios, el mapa detallado del nivel, la colecci¨®n de registros de audio y texto y ADN de cada especie de Akrid que ayudan a expandir el backgound de la historia y los personajes, como la minera Diaz, a la que hemos venido a sustituir. Al usar un arma, la propia mirilla nos informa de la munici¨®n que queda antes de recargar, no en n¨²meros, sino con indicadores como barras formando una figura geom¨¦trica que van desapareciendo. Un HUB con datos en pantalla mucho m¨¢s precisos solamente estar¨¢ disponible cuando estemos cerca de nuestro veh¨ªculo de trabajo.

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Controlar al Rigs es ahora una tarea muy distinta a los anteriores mechas armados. Estamos manejando a los abuelos de los VS que ve¨ªamos en los otros t¨ªtulos ¨Crecordad, esto es una precuela-, y encima sin armas, por lo que la lentitud al avanzar con ellos es una constante marcada tambi¨¦n por la trama dle juego. Con detalles como una foto de nuestra esposa colgada, incluso recibiremos video-mensajes desde la tierra de ella, o podremos activar hasta un hilo musical dentro de la cabina y escoger entre varias canciones a golpe de cruceta, que en ocasiones, cuando se trate de alg¨²n momento o escena de acci¨®n en particular, estar¨¢n desactivadas. La personalizaci¨®n del mecha ¨Cimprescindible explorar y encontrar los materiales necesarios- incluye desde reforzar su casco exterior a a?adirle elementos como cabestrantes que luego usaremos nosotros para alcanzar zonas imposibles o movimientos ofensivos como combos de ataque y cargas. Usado tambi¨¦n en el combate, el coger a uno de esos bichos acorazados con la pinza, y destriparlo con el taladro es todo un placer, aunque en s¨ª todo se reduce a un intercambio mec¨¢nico de golpes que redunda mucho en protegernos constantemente y luego intentar engancharlos cuando el propio juego lo indica -antes no porque fallaremos-, tanto con Jefes Finales como con los propios enemigos m¨¢s comunes que nos ataquen. Lo malo es que cuando recibamos demasiados golpes seremos expulsados del Rigs hasta que se restablezca ¨Csalud regenerativa para el mecha tambi¨¦n-, por lo que en caso de combatir contra un Final Boss tendremos que aguantar hasta que podamos subir. A pesar del engorro, lo cierto es que contemplar desde fuera como las bestias cargan una y otra vez contra nuestro mecha inerte, que no se derrumba jam¨¢s, es todo un espect¨¢culo.

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Cerca de nuestro Rigs se establece el llamado Cord¨®n Umbilical, que inyecta energ¨ªa a nuestro traje y pone en pantalla una interfaz m¨¢s detallada de armas, mapas, munici¨®n e indicadores num¨¦ricos, algo que va desapareciendo progresivamente del HUD cuando nos alejamos de ¨¦l hasta que se corta el cord¨®n y nos quedamos a ciegas, y luego reaparece a medida que nos acercamos. Nuestro mecha nos proporciona munici¨®n normal constante, por lo que la escasez de munici¨®n jam¨¢s plantear¨¢ problema alguno en el juego, aunque la especial tendremos que comprarla aparte. Las taquillas de municion en sus patas servir¨¢n para configurar el armamento que portaremos accediendo al inventario de armas.  Manteniendo cuadrado cambiaremos de una munici¨®n a otra. Y recargando al lado del Rigs, se regenera toda la munici¨®n de nuestras armas, aunque solamente la normal.

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Otras sub-especies incluyen Akrids que nos disparan y se cubren en tiroteos que nos pondr¨¢n a prueba en reflejos. Y tenemos enormes Final Bosses en la mejor tradici¨®n Capcom. Algunos de estos jefes se repiten incluso varias veces seguidas, pero cada vez parece que se van haciendo m¨¢s fuertes y necesitar¨¢n m¨¢s munici¨®n. La forma de resolverlos es con el cl¨¢sico de aprendernos sus patrones de ataque, aunque apenas presentar¨¢n uno o dos tipos de ataques, por lo que una vez aprendidos, todo consiste en dilatados enfrentamientos que hasta cuentan en los escenarios con iconos de proporcionarnos munici¨®n, dado que es seguro que ¨¦sta se nos terminar¨¢ en varias ocasiones ante la cantidad de balas que necesitan, y que depende tambi¨¦n del modo de Dificultad escogido. Adem¨¢s, algunos Akrid nos pueden agarrar, comenzando un QTE para librarnos ciertamente complicado a la hora de apuntar con la mira sobre el objetivo.

Y otro aliciente m¨¢s, los mechas, que tambi¨¦n entran en juego en cuanto un equipo empieza a anotarse tantos de forma consecutiva o alcanza un n¨²mero de bajas determinado que le da acceso a una de estas monstruosidades con ametralladora, ca?ones ¨Caqu¨ª s¨ª- y muchos puntos de resistencia, el terror del rival. Tanto las fuerzas NEVEC como los Piratas tienen diversos modelos disponibles, unos m¨¢s ¨¢giles, otros m¨¢s armados con explosivos, etc. Cualquier soldado de un bando u otro puede montar en estas moles que aparecen en la base del equipo cuando empiezan a estar disponibles. Juegos recientemente probados como Titanfall nos hacen ver que sobre esta jugabilidad hay muchas ideas, en Lost Planet 3 el funcionamiento de los mechas en multijugador es bastante b¨¢sico, bastante simple. Tienen su propia vida y al sufrir tanto da?o como para desmoronarse dan unos segundos de margen al jugador para desmontar. Sacar muchos puede dar ventaja en la partida pero no asegura la victoria. Est¨¢n bien equilibrados pero se echan de menos evoluciones para ¨¦stos, subidas de nivel, cambios de perks y armamentos, etc.

Hay otros factores que podr¨ªan haberse llevado m¨¢s all¨¢ en Lost Planet 3 Online, como el n¨²mero de jugadores por encuentro, muy bajo, o el aspecto gr¨¢fico que presenta el t¨ªtulo en este modo compartido con el resto de jugadores del mundo, claramente por debajo del resultado visual de la campa?a singleplayer. La IA flojita de los Akrid que pone en juego la CPU para crear algo m¨¢s de intensidad de combate o ciertas ralentizaciones cuando hay mucho fuego o enemigos en pantalla y alg¨²n bug espor¨¢dico que puede interponerse dan a este esperado modo un aspecto de inacabado o no todo lo potente que deber¨ªa haber sido y se promet¨ªa. Es divertido, es r¨¢pido y mantiene las mec¨¢nicas de Lost Planet 3, pero no se expone como deber¨ªa y realmente no aporta nada que no se pueda encontrar en otros third person shooters de mayor recomendaci¨®n y vanguardia t¨¦cnica.

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A esto se suman los escasos mapas, que no llegan a la decena y son demasiado parecidos entre s¨ª, o algunos movimientos que no terminan de estar equilibrados, como armas que tardan demasiado en recargar y con ello van a ser poco utilizadas o la cierta invulnerabilidad que se tiene al dar volteretas o subir con el gancho, irreal y que pone a todos los jugadores cuando lo descubren a abusar de estos movimientos. Estamos seguros de que Capcom corregir¨¢ con parche inminente estos desajustes. Quieren un multijugador abarrotado y que devuelva a las sensaciones del segundo episodio y hasta las mejore. El sistema de progresi¨®n de personaje y desbloqueo de armas y perks s¨ª es magn¨ªfico, con una gran esfera de casillas que ir abriendo gastando puntos de experiencia y acudiendo solo a lo que realmente nos interesa. Si no soy jugador de escopeta, no tengo por qu¨¦ pasar por el desbloqueo de mejoras para ¨¦sta y puedo centrarme en mi arma predilecta. Esto es perfecto para que desde pronto definamos nuestro estilo de juego y d¨®nde nos queremos especializar.

En cuanto a estilos de partida, se usan modos tradicionales como Domination, Team Deathmatch o Capture the Flag pero adaptados al universo y din¨¢micas del juego. De esta forma, las zonas a tomar son nidos Akrid que debemos custodiar para que no salgan m¨¢s, o la bandera es una muestra de ADN Akrid que llevar al laboratorio r¨¢pidamente sin que sea interceptada por el equipo rival para llevarla al suyo. As¨ª funcionan las modalidades de juego, pocas como dec¨ªamos pero que al menos presentan un gameplay diferente y siempre interesante por la intervenci¨®n de los enemigos que a?ade la m¨¢quina. No es una guerra a tres esquinas realmente, pues nuestro objetivo siempre ser¨¢n las unidades del equipo rival, pero s¨ª que hay momentos en que tenemos que centrarnos conjuntamente en un monstruo que est¨¢ haciendo a?icos las tablas de bajas causadas, hay criaturas enormes en algunos mapas, pocos eso s¨ª.

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Pasear en mecha por lo alto de una monta?a, asomarnos a una gigantesca garganta y ver un sol fr¨ªo a la par que una tormenta que sacude el paisaje mientras escuchamos temas de enorme atm¨®sfera m¨²sical ¨Cojo, no varios samplers en plan ambiente, sino m¨²sica acompasada- en claro homenaje a la serie Alien que rese?an el enorme tama?o, aunque tambi¨¦n la vac¨ªa soledad del entorno, es sin duda un placer. Nos encontraremos con efectos de todo tipo, siendo los m¨¢s comunes ventiscas de nieve, viento frio volum¨¦trico, la nieve en polvo que soltamos cuando andamos. La iluminaci¨®n, a pesar de estar siempre condicionada por el fr¨ªo del lugar, est¨¢ muy conseguida en las partes m¨¢s atmosf¨¦ricas, d¨¢ndole un toque a atm¨®sferas como el interior de una base abandonada el efecto buscado. Aunque en la copia final que hemos probado hemos visto un par de bugs en cuanto a NPCs que no caminan, sino levitan y se desplazan flotando, restos de Akrids abatidos que se quedan en el aire hasta que se desintegran o las botas de Jim levantando restos de nieve cuando camina agachado, incluso aunque lo haga en una base de suelo met¨¢lico sin ning¨²n rastro de nieve.

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