Hombres muertos

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Y es que los creadores del Agente .47 hab¨ªan tomado un excelente rumbo con Kane & Lynch: Dead Men, pero en alguna parte del camino la br¨²jula no les indic¨® el rumbo que deb¨ªan seguir. Por nuestra parte, la cobertura ha sido m¨¢xima, y no eran pocas las esperanzas que atesor¨¢bamos para llamarlo al Olimpo donde s¨®lo unos pocos pueden llegar.

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De esta forma tenemos un excelente proyecto ejecutado de forma fallida; una mezcla de cine, buen cine, con videojuegos, que no ha sabido cuajar por no calibrar bien sus virtudes y sus defectos, dejando as¨ª a la deriva par¨¢metros fundamentales para el buen sustento del producto final. Os contamos la historia de dos hombres y su ¨²ltima oportunidad.

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Es durante el traslado en un furg¨®n policial cuando comienza la acci¨®n: un misterioso hombre le indica que se ponga a cubierto poco antes de que una espectacular explosi¨®n tenga lugar. Aturdido, es llevado hasta la presencia de sus excompa?eros, que est¨¢n bastante mosqueados a causa una 'traici¨®n' que en verdad no es tal. Pero las explicaciones son in¨²tiles. Tiene un tiempo l¨ªmite para devolver lo robado antes de que su hija y su exmujer, a quienes han secuestrado, sean asesinadas.

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Por supuesto no estar¨¢ s¨®lo, ya que su salvador, Lynch, har¨¢ las veces de perro guardi¨¢n, avisando a sus jefes cada ma?ana y cada noche para asegurarles que todo va bien. El problema est¨¢ en que es un esquizofr¨¦nico medicado, y sin sus pastillas no tarda en ponerse bastante nervioso, pudiendo hasta entorpecer las intenciones de su 'compa?ero' sin desearlo, aunque no est¨¦ contento con sus m¨¦todos.El argumento aqu¨ª expuesto es el centro de Kane & Lynch, y todo el concepto del  juego gira alrededor de ¨¦l. El enfoque cinematogr¨¢fico que se le ha querido dar est¨¢ presente en todo momento -las referencias al director Michael Mann son continuas-; incluso a mitad de los combates, a trav¨¦s de los di¨¢logos entre nuestros anti-h¨¦roes, conoceremos detalles fundamentales de sus motivaciones y de su pasado.

Desgraciadamente, estas premisas tan prometedoras se ven truncadas por lagunas graves que merman considerablemente nuestro inter¨¦s. Ante todo, lo que decepciona es el desarrollo de un d¨²o brillantemente ideado que se ve limitado por manidos clich¨¦s, carencia de profundidad y, sobre todo, un gran abuso de palabras malsonantes completamente innecesario. Apenas conoceremos detalles sobre el porqu¨¦ de su actitud y la evoluci¨®n en ellos es escasa, casi nula.

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Si a esto le sumamos un ritmo general demasiado r¨¢pido, en el que tan pronto estamos en Tokio como en La Habana de forma demasiado abrupta, en conjunto nos queda la sensaci¨®n de que s¨®lo se ha tocado la superficie de lo que puede ser mucho m¨¢s. Sin la necesidad de hacer ninguna historia digna de Cannes, no se han cuidado las formas ni el trasfondo, dejando como resultado una simple sucesi¨®n de eventos llena de tacos s¨®lo con un par de momentos dignos de menci¨®n.

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El modelado de Kane y Lynch es soberbio, lleno de detalles que les otorgan personalidad, cambiando continuamente de vestimenta, y en definitiva qued¨¢ndose a la altura de lo esperado. No es lo mismo cuando nos fijamos en enemigos y aliados, todos absolutamente cl¨®nicos y bastante m¨¢s b¨¢sicos en su dise?o, contrastando bastante con lo ya dicho. Adem¨¢s, en cuestiones de animaci¨®n se nos muestran rob¨®ticos y notamos un constante clipping en diversas situaciones bastante molesto a la vista.

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Si a esto le sumamos que el sistema de apuntado es preciso en demas¨ªa, esto es, sin cadencia de tiro por mucho que el arma var¨ªe, terminaremos disparando a bocajarro y sin procurar protegernos m¨¢s que en casos puntuales y niveles de dificultad extremos.  Hablando de armas, tenemos unos cuantos modelos de metralletas, escopetas y pistolas, que terminaremos cogiendo prestadas a los cad¨¢veres m¨¢s que usando las nuestras.

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Nuestra interacci¨®n con nuestros colegas de gremio es b¨¢sica, m¨ªnima. Salvo alg¨²n caso puntual, no usaremos nuestros comandos de escuadr¨®n. ?La raz¨®n? No es ¨²til hacerlo. El procedimiento se basa en, primero, seleccionar qu¨¦ persona quieres que se mueva, despu¨¦s indicar la acci¨®n a realizar y apuntar donde se quiera hacerlo, perdiendo valiosos segundos cuando normalmente lo har¨ªan por s¨ª mismos. S¨®lo cuando tengamos que deshacernos de francotiradores, obligados para avanzar, es cuando m¨¢s lo usaremos.

El t¨¦rmino menos cuidado es, sin duda, la Inteligencia Artificial. Las rutinas rivales son b¨¢sicas, yendo a por nosotros sin cuidar su propia seguridad en muchos casos o incluso no reconociendo nuestra presencia en otros, pudiendo acabar con ellos sin percatarse de que estamos a su lado. Adem¨¢s, se cubren de forma p¨¦sima: hemos llegado a verles usando farolas o cajas que les dejan sin protecci¨®n alguna.

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Los niveles no tienen mucha variedad salvo cuando entramos en la segunda mitad del juego. Por lo general, tenemos que atravesar lugares atestados de enemigos o resistir en una determinada posici¨®n hasta que un secundario haga una acci¨®n o lleguen refuerzos. Hay zonas especiales donde tendremos que disparar desde un veh¨ªculo, evitar que salten alarmas o escoltar a alguien hasta determinada posici¨®n. En concepto es una apuesta variada: es en su ejecuci¨®n donde falla por los comentarios ya expuestos.

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El apartado multijugador tambi¨¦n atesora algunas decepciones. La primera es la carencia de cooperativo online, impensable en los tiempos que corren. ?sta se reduce ¨²nicamente a pantalla partida verticalmente, que lamentablemente limita nuestra visibilidad. Tampoco encontramos pasajes que exploten esta caracter¨ªstica m¨¢s all¨¢ del nivel de la discoteca, donde Lynch tiene que llevar en brazos un cuerpo mientras Kane lo protege.

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En la red de redes podremos disfrutar del original Fragile Alliance, un innovador modo que toma las premisas del juego individual y las traslada al factor humano. En ¨¦l, tomaremos el papel de un grupo de ladrones que tendr¨¢n que hacerse con una serie de bancos. Siendo los ocho en principio compa?eros, se dar¨¢ el caso de que podremos traicionar a los dem¨¢s y llevarnos el bot¨ªn, puesto que de no hacerlo ¨¦ste se repartir¨¢ equitativamente y nadie ganar¨¢ la partida.

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Por lo tanto, a la hora de escapar del lugar tendremos que hacer frente a hordas de polic¨ªas, terminando de su lado si somos abatidos. El factor a considerar es tomar la decisi¨®n de traicionar -o dejar morir- a nuestros colegas en el momento preciso. ?sto, aunque suena muy bien en concepto y de hecho es extremadamente divertido en ciertos momentos, se ve lastrado por su falta de variedad en sus mapas -¨²nicamente cuatro- y en el proceso jugable, que se traslada ¨ªntegro del modo para un jugador, IA enemiga incluida. Encima, no existe m¨¢s variedad de modos, sin ni siquiera constar de un t¨ªpico Deathmatch o 'Capturar la Bandera'.

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