Torre cay¨¦ndose

Con un planteamiento simple, aunque emocionante y espectacular, el famoso juego de mesa Jenga, inventado por el creativo Leslie Scout, ha sido un ¨¦xito en todo el mundo desde su aparici¨®n en la d¨¦cada de los 70. Su mec¨¢nica es sencilla: ir sacando bloques de una torre y coloc¨¢ndolos en la parte superior. Ahora, esta idea ha llegado al mundo de los videojuegos y Wii ha sido la encargada de sufrir las consecuencias?

Y es que no todo lo que funciona bien fuera de los p¨ªxeles tiene que ir bien en un videojuego. Junto a Monopoly o Trivial Pursuit, Jenga es otro de esos juegos de mesa que se adaptan a las consolas, aunque esta vez sus desarrolladores no hayan terminado de saber hacerlo y mantener una diversi¨®n m¨ªnima durante algo m¨¢s de media hora. Lo que ocurre con Jenga para Wii es curioso: al principio parece divertido, intuitivo, preciso y con una correct¨ªsima implementaci¨®n del mando. Pero ya est¨¢, eso es todo, cuando llevamos media hora jugando nos encontramos con un juego simple hasta decepcionar, corto, poco animado y anodino.

?ste es el planteamiento del Jenga original. En el videojuego se han respetado casi todas las normas, pues ahora lo que no se pueden es quitar las piezas del ¨²ltimo piso, pero s¨ª del pen¨²ltimo y el antepen¨²ltimo. Se han respetado tanto las reglas que no se han cambiado en ning¨²n momento del juego, lo que lo hace extremadamente repetitivo y sencillo. El extraordinario manejo es su gran baza pero ¨¦sta no durar¨¢ m¨¢s de cuatro partidas, pues no es tan fren¨¦tico, inesperado ni dif¨ªcil como el de verdad.

Tambi¨¦n se nos proponen tres modos para hasta cuatro jugadores que seguir¨¢n siendo m¨¢s de lo mismo s¨®lo que en compa?¨ªa de amigos. Son el modo Arcade, Partida R¨¢pida y Partida Libre, muy similares entre s¨ª. Los modos Tutorial y Opciones son los restantes en el men¨² principal. El Tutorial es todo un acierto, est¨¢ bien doblado a nuestro idioma y explica perfectamente c¨®mo desenvolvernos en las partidas.

Para jugar a los distintos modos con tres personas m¨¢s son necesarios tres Wiimotes y tres nunchacos m¨¢s. Esto es un fallo importante ya que podr¨ªa haberse resuelto con modos pas¨¢ndose el mando o sin necesidad del Nunchuk, que s¨®lo sirve para mover los ¨¢ngulos desde el que mirar la torre, hacer zum y asegurarse los movimientos, aspectos que se podr¨ªan haber resuelto con la cruceta del Wiimote.

Pero merece la pena, la mejor experiencia que se le puede sacar a Jenga: World Tour est¨¢ fundamentada, sin duda, en su modo multijugador. Las partidas para cuatro jugadores son un verdadero divertimento de tensi¨®n y nervios, ya que, como tienen que pasar tres turnos hasta que nos vuelve a tocar, cuando intentamos llevar a cabo nuestro turno la torre es una demolici¨®n en potencia. Cada jugada es important¨ªsima cuando juegan cuatro jugadores, por lo que hay m¨¢s dificultad de juego y se requiere una mayor precisi¨®n en los movimientos.

El resultado es un manejo que nos har¨¢ acercar y alejar la mano a la pantalla y mover el brazo de manera horizontal y vertical. Es una sensaci¨®n muy agradable y hasta sorprendente por su buena implementaci¨®n. El problema viene en que ya est¨¢, la jugabilidad no tiene pr¨¢cticamente nada m¨¢s. Con el joystick miraremos la torre desde cualquier ¨¢ngulo, girando las c¨¢maras acerc¨¢ndonos o alej¨¢ndonos de ella. Con el gatillo C podremos fijar hasta dos piezas que haya alrededor de la que queramos sacar, acci¨®n que realizaremos siempre y que rechazaremos en contad¨ªsimas ocasiones. Con el gatillo B podemos dar leves empujoncitos a una pieza en concreto.

En la esquina superior derecha de la pantalla est¨¢ el bot¨®n Ayuda, que podremos usar hasta 3 veces y con el que se nos indicar¨¢n qu¨¦ piezas son aptas para sacar, en verde, y cu¨¢les supondr¨¢n el derribo de la torre, en color rojo. Dicho bot¨®n es absolutamente in¨²til ya que esta misma informaci¨®n nos la da el puntero cuando apuntamos a una pieza antes de ser sacada. S¨ª es cierto que se puede obtener una visi¨®n m¨¢s global de c¨®mo va la partida y qu¨¦ opciones tenemos, pero su aparici¨®n es bastante inexplicable.

Los diferentes elementos que aparecen en los escenarios tem¨¢ticos har¨¢n medianamente diferentes las partidas. Por ejemplo, los bloques de hielo ser¨¢n m¨¢s deslizantes de lo normal, por lo que tendremos que cuidar nuestra precisi¨®n, las enredaderas no nos permitir¨¢n tocar los bloques a los que rodeen? ?ste es el ¨²nico a?adido que aporta algo de distinci¨®n y variedad a un juego repetitivo y simpl¨®n hasta la m¨¦dula.

Los personajes, 10 al principio y m¨¢s a medida que completemos el modo Gira Mundial varias veces, no aparecen nunca en pantalla y no tienen nombre ni animaciones. Son un simple a?adido que desbloquear y con el que se pretende alargar medianamente el cort¨ªsimo t¨ªtulo.

Por su parte el sonido s¨ª es muy adecuado. Voces y textos en perfecto espa?ol, con un doblaje sencillo pero adecuado, y buena comprensibilidad en las instrucciones. Las m¨²sicas son tambi¨¦n muy sencillitas, pero funcionan bien dentro del conjunto del juego y siempre van acordes con las im¨¢genes.

La idea era original, el juego real daba para hacer un estupendo juego de Wii, divertid¨ªsimo y emocionante. Pero finalmente el resultado ha estado demasiado lejos de todo ello. Jenga: World Tour es un juego simple, mon¨®tono, lineal, repetitivo. No obstante, sabe sacar lo mejor del Wiimote y hace gala de una implementaci¨®n al sensor de movimientos espectacular.

Pero se queda ah¨ª. A las pocas partidas nos daremos cuenta de que empieza a ser aburrido y desmesuradamente repetitivo, y s¨®lo ser¨¢ jugable cuando tengamos invitados que conozcan el juego y quieran probar la Wii. Es una l¨¢stima que tengamos que, pese a su bajo precio, merezca m¨¢s la pena comprarse el juego de mesa original. Jenga: Wolrd Tour es una torre cay¨¦ndose a medida que se juegan m¨¢s partidas, uno de esos destinados al fondo del caj¨®n que s¨®lo saldr¨¢n de all¨ª en contadas ocasiones.