Con calzoncillos rojos por bandera...

Y decimos ¨²ltima apuesta porque en efectos pr¨¢cticos, pese a que Banjo: Pilot haya sido el ¨²ltimo juego que ha lanzado la compa?¨ªa, nosotros hemos analizado ambos juegos en un orden inverso, tal y como en teor¨ªa estaba previsto que ocurriese. Aunque los continuos retrasos del juego de Banjo y compa?¨ªa, junto a la prisa en sacar este puzzle tan poco usual, han colmado la situaci¨®n y la han dejado tal y como veis hoy. Es MUY poco frecuente que una empresa sea arriesga a editar dos t¨ªtulos casi en paralelo...

Pero lo extra?o de la situaci¨®n nos obliga a pensar que casi, casi es mejor de esta forma. Mr.Pants es uno de esos personajes que en poco tiempo cobran demasiada popularidad por razones que normalmente se suelen explicar tontamente. Cuan ser¨ªa mi sorpresa al leer por primera vez hace ya algunos meses que se trataba de la mascota de RARE, una especie de mu?eco de nieve creado por el paint con calzoncillos rojos que se ha jactado a aparecer en todo juego de la compa?¨ªa que hayamos podido probar.

Toda la circunstancia de la Web y de su extra?a presencia en ella acab¨® convirtiendo a este peculiar personaje en su 'mascota oficial', como un Mario pero en versi¨®n light y con un sentido del humor -y de la avidez mental- muy propios de los creadores de Conker que en teor¨ªa deber¨ªa de conseguir, por s¨ª solo, un ¨¦xito de ventas bastante acusado. Al menos estas eran las pretensiones de RARE. Por m¨¢s vueltas que le demos al cartucho y al sentido en el que se ha planteado, no conseguimos entender de d¨®nde sal¨ªan dichas pretensiones. Esto es, despu¨¦s de todo, un puzzle m¨¢s.

Tenemos tres modos de juego principal; en primer lugar el fundamental en el que tendremos que ir pasando puzzles. El sistema no es exactamente igual a la de cualquier tetris, del que Mr.Pants est¨¢ llamado a ser un clon. M¨¢s bien, no tienen mucho en com¨²n, puesto que aqu¨ª nuestro objetivo es construir bloques con piezas geom¨¦tricas -¨¦stas s¨ª son casi iguales a las del Tetris-, jugando con los dos colores que se nos conceden, contando con un n¨²mero de movimientos limitados.

M¨¢s de 50 fases, a cada cual m¨¢s dif¨ªcil, que poco a poco ir¨¢n exigiendo una avidez mental muy a tener en cuenta. Luego encontramos el denominado 'wipeout', m¨¢s similar a un arcade en el que se nos concede un tiempo limitado y una pantalla repleta de peque?as piezas que tendremos que ir convirtiendo en rect¨¢ngulos para obtener m¨¢s puntuaci¨®n. Siempre podemos ver la siguiente figura que est¨¢ por salir, aunque este modo no deja de ser una forma de alargar la vida del cartucho una vez completadas las misiones principales.

No es esto, a fin de cuentas, un aspecto negativo dentro del t¨ªtulo, pues alarga la vida de ¨¦ste y adem¨¢s crea cierto ambiente de pique contra la propia m¨¢quina hasta conseguir batir los records establecidos, tarea bastante simple por cierto, para m¨¢s tarde intentar superar los nuestros propios. De resto, adem¨¢s del t¨ªpico modo de opciones en el que podremos modificar casi todos los aspectos del juego -es decir, la m¨²sica y la dificultad general- y de los extras que vayamos obteniendo al superar fases y records, poco m¨¢s.

Si ya gr¨¢ficamente hablando extra?a, el sonido del cartucho es a¨²n m¨¢s estramb¨®tico. Una voz muy peculiar, supuestamente la del Sr. Pants, nos acompa?a durante todo el juego con comentarios realmente absurdos y repetitivos que s¨®lo consiguen hacernos bajar el volumen de la consola. Si prestamos m¨¢s atenci¨®n, podremos o¨ªr otra melod¨ªa de fondo, digna de la mejor pel¨ªcula de miedo y terror en la que un ni?o tararea sin parar, sin llegar a establecerse como m¨²sica real.

La situaci¨®n es la misma durante todo el juego, y es por ¨¦sta raz¨®n por la cual acabamos cansados de las tonter¨ªas, con perd¨®n, que se nos ofrecen. El estilo c¨®mico de cualquier elemento, ya sea visual o auditivo, es muy dependiente del factor sorpresa. De ¨¦ste modo, un c¨®mico nunca repito su sketch durante horas y horas, puesto que en un momento determinado, casi por l¨®gica, acabar¨ªa aburriendo. Es esa falta de sorpresa la que cansa dentro de It's Mr.Pants, que al contrario de lo que pudimos ver en la 'movida' aventura de Wario de la que tan buenas cr¨ªticas os ofrecimos entre otras cosas por su gran sentido del humor, consume poco a poco la vida y raz¨®n de ser principal del juego.