Ion Maiden, El sucesor de Duke Nukem
Ion Maiden nos invita a retroceder unos 20 a?os en el tiempo para regresar a la edad dorada de la acci¨®n en primera persona, todo para deleitarnos con un t¨ªtulo que bien podr¨ªa haber sido lanzado en la ¨¦poca en que llegaron Duke Nukem 3D o Shadow Warrior.
A poca gente le sonar¨¢ o recordar¨¢ un t¨ªtulo llamado Bombshell, si es que queda alguien que lo haga, y eso que hablamos de un juego publicado en PC tan solo un par de a?os atr¨¢s. Quiz¨¢ si mencionamos el nombre que dicho t¨ªtulo iba a tener en un principio, Duke Nukem: Mass Destruction, puede que ya os suene m¨¢s. Se trataba de un juego de acci¨®n y disparos, como no pod¨ªa ser de otra manera estando en ¨¦l implicado Duke, solo que su perspectiva era a¨¦rea y pose¨ªa toques de action RPG al m¨¢s puro estilo Diablo. Mass Destruction pretend¨ªa revitalizar la franquicia del Duque de los Videojuegos, seriamente da?ada tras el lanzamiento (con uno de los procesos de desarrollo m¨¢s largos y accidentados de la historia) del fallido y horripilante Duke Nukem Forever.
Pero claro, estando el Duque por medio, las cosas ten¨ªan que acabar mal de una u otra manera, y es que resulta que 3D Realms, antigua poseedora de los derechos de la franquicia Duke Nukem y mecenas de Mass Destruction, llevaba bastantes a?os sufriendo una crisis galopante tras otra. La m¨¢s grave de ellas tuvo lugar en 2009, llevando incluso al cierre de la compa?¨ªa durante alg¨²n tiempo. Ello fue aprovechado por la todopoderosa Take-Two (propietaria de franquicias del calado de Grand Theft Auto, Bioshock o Red Dead), quien no dud¨® en lanzar el anzuelo en aquel r¨ªo revuelto para hacerse con los derechos de Duke Nukem antes de que a 3D Realms le diera tiempo a reabrir, reaccionar y decir algo al respecto. De hecho, fue Gearbox Software (uno de los estudios propiedad de T2) quien finaliz¨® Duke Nukem Forever, arruinando completamente el juego al implementar en ¨¦l todos los vicios y malas costumbres que el g¨¦nero FPS arrastraba desde el lanzamiento de Call of Duty 4: Modern Warfare.
Casualidades de la vida, resulta que 3D Realms y Take-Two se hab¨ªan llevado muy bien en el pasado, hasta el punto de que ambas compa?¨ªas llegaron a trabajar juntas en varios juegos de Duke Nukem (entre ellos el que posiblemente sea el mejor juego del Duque despu¨¦s de Duke Nukem 3D: el soberbio Time to Kill que viera la luz en 1998 para la primera PlayStation). Pero aquel tiempo pasado quedaba ya muy lejos, y ambas empresas iniciaron un tira y afloja en el que 3D Realms ten¨ªa todas las de perder frente a un gigante de las dimensiones de Take-Two. As¨ª que finalmente pas¨® lo que ten¨ªa que pasar: Take-Two invoc¨® a su ej¨¦rcito de abogados y ¨¦stos tumbaron el desarrollo de Duke Nukem: Mass Destruction, por lo que hubo que replantear el proyecto de principio a fin.
As¨ª, Duke Nukem: Mass Destruction acab¨® reconvertido en Bombshell, t¨ªtulo protagonizado en solitario por la que estaba previsto que fuera compa?era del Duque a lo largo de la aventura: Shelly "Bombshell" Harrison, una intr¨¦pida f¨¦mina de brazo rob¨®tico y armas tomar. Pero resulta que Bombshell acab¨® sufriendo el mismo destino que el Duque en su ¨²ltima aventura: el juego era malo, sufriendo el varapalo tanto de la prensa especializada como de los usuarios, lo que llev¨® incluso a cancelar las previstas conversiones destinadas a Xbox One y PlayStation 4. Eso s¨ª, resulta que tambi¨¦n estaba previsto lanzar un t¨ªtulo menos ambicioso, de desarrollo m¨¢s cl¨¢sico, que sirviera de incentivo a Bombshell y enriqueciera su trasfondo. Un videojuego llamado Ion Maiden, el cual no se cancel¨® a pesar de las circunstancias. Su desarrollo sigui¨® adelante, y ahora os ofrecemos un avance del mismo.
Los sprites han vuelto, ?larga vida a los sprites!
Pues s¨ª, resulta que Shelly Harrison a¨²n no ha dicho su ¨²ltima palabra. 3D Realms ha querido reverdecer los gloriosos laureles que con tanto orgullo port¨® en los tiempos de Duke Nukem 3D, Shadow Warrior o Blood. Ion Maiden es por lo tanto un FPS de los de antes, protagonizado por Shelly en una suerte de precuela a los acontecimientos del fallido Bombshell. Por lo que hemos podido ver hasta ahora, parece que a la segunda ir¨¢ la vencida, ya que nos encontramos ante un juego delicioso que rinde homenaje tanto a la edad dorada del FPS como a una ¨¦poca ¨²nica e irrepetible.
Pero Ion Maiden no es solo un homenaje a los t¨ªtulos de anta?o. Se trata de un juego que da la sensaci¨®n de haber permanecido en la nevera durante m¨¢s de dos d¨¦cadas para acabar lanz¨¢ndose en la actualidad, al m¨¢s puro estilo de lo sucedido con el Star Fox 2 de Super Nintendo. Y si produce dicha sensaci¨®n es gracias al Build Engine, el motor gr¨¢fico que se ha usado para programar Ion Maiden y que ya dio vida al hist¨®rico Duke Nukem 3D, el extraordinario t¨ªtulo que convirti¨® a 3D Realms en un referente del FPS de los noventa, y que encumbr¨® a dicha compa?¨ªa hasta el punto de hacerla compartir podio con la mism¨ªsima id Software durante un tiempo.
Eso s¨ª, no nos encontramos ante exactamente el mismo motor gr¨¢fico, ya que ha sido actualizado para la ocasi¨®n, aunque solo en su justa medida para permitir resoluciones m¨¢s cercanas a los tiempos actuales. Aqu¨ª no encontrareis ning¨²n atisbo (afortunadamente) del mal llamado p¨ªxel art, sino un t¨ªtulo que visualmente es equiparable a c¨®mo ve¨ªamos esta clase de juegos en nuestros entra?ables y voluminosos monitores de tubo de escasas pulgadas. Nada se ha forzado ni exagerado (como s¨ª ocurre con los juegos que abrazan el p¨ªxel art), lo que sin duda es de agradecer.
As¨ª, nos encontramos ante un videojuego cuyo nivel de pol¨ªgonos en pantalla es m¨¢s bien escaso, por lo que dicho entramado poligonal se reserva a la elaboraci¨®n de escenarios con superficies texturizadas (texturas que, por cierto, se difuminan al acercarnos con un efecto similar al antialiasing que pose¨ªan sistemas de anta?o como Nintendo 64, as¨ª que aqu¨ª de nuevo nada de pixelotes), encontr¨¢ndose el resto de elementos en pantalla (desde la representaci¨®n de las armas de la protagonista hasta los enemigos, pasando por objetos del escenario como sillas, ¨ªtems, ¨¢rboles¡) elaborados a base de sprites bidimensionales.
Si el apartado gr¨¢fico de Ion Maiden es similar al de los FPS desarrollados en los 90, la jugabilidad tambi¨¦n va de la misma mano. El g¨¦nero ha cambiado much¨ªsimo desde que fuera inaugurado en 1992 por Wolfenstein 3D, hasta el punto de que hoy d¨ªa ser¨ªa pr¨¢cticamente irreconocible para un jugador que se hubiera pasado criogenizado las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Ya todo gira sobre el multijugador, mientras la experiencia en solitario ha pasado a denominarse ¡°campa?a¡±, quedando reducida a poco m¨¢s que un tutorial de pocas horas de duraci¨®n. Y del resto de elementos, para qu¨¦ hablar: regeneraci¨®n autom¨¢tica tanto de salud como de armadura, escenarios pasilleros y repetitivos, dificultad nula, checkpoints a cada paso que damos¡
Afortunadamente, hay excepciones (ah¨ª est¨¢ por ejemplo Bethesda, apostando por la filosof¨ªa de la vieja escuela con las ¨²ltimas entregas de Doom y Wolfenstein), pero la mayor¨ªa de FPS de la actualidad siguen la filosof¨ªa de Call of Duty, o de t¨ªtulos m¨¢s de moda en estos tiempos, como Overwatch o PUBG, los cuales ya ni siquiera cuentan con mini campa?as de las que echar mano. Pues bien, olvid¨¦monos de todo eso. Ion Maiden, si contin¨²a el camino trazado por los dos primeros niveles que hemos podido jugar (nada hace indicar que vaya a ser lo contrario), nos insta a buscar botiquines para recuperar salud y placas o chalecos para restaurar la armadura, posee escenarios laber¨ªnticos que tendremos que recorrer a fondo para desentra?ar todos sus secretos y nos har¨¢n volver sobre nuestros pasos en m¨¢s de una ocasi¨®n, cuenta con enemigos que suelen aparecer en gran n¨²mero y que nos pondr¨¢n en aprietos constantemente¡ En definitiva, Ion Maiden es un perfecto ejemplo de por qu¨¦ el g¨¦nero FPS lleg¨® a ser tan grande en los 90.
Un d¨ªa como otro cualquiera en Neo D.C.
El cuidado que se ha plasmado a la hora de que Ion Maiden transmita la sensaci¨®n de llegar directamente del pasado alcanza incluso a la forma en la que 3D Realms ha querido lanzar este aperitivo de lo que ser¨¢ el juego final. No es una demo jugable, ni una serie de secciones inconexas que sirvan como ejemplo de sus mec¨¢nicas y desarrollo. Son, ni m¨¢s ni menos, los dos primeros niveles del t¨ªtulo, ofrecidos como si de un lanzamiento shareware se tratara. Los m¨¢s viejos del lugar sin duda sentir¨¢n un agradable cosquilleo al leer dicha palabra, pues brind¨® no pocas alegr¨ªas a los aficionados peceros durante los 90.
Un t¨ªtulo shareware ofrec¨ªa los primeros niveles de un juego completo, bien gratuitamente (generalmente mediante su distribuci¨®n en discos acompa?ando a las revistas especializadas de la ¨¦poca, dado que internet por entonces a¨²n estaba poco extendida en los hogares) o bien pagando un precio reducido (con los quioscos como medio principal de distribuci¨®n). La propia 3D Realms fue una de las principales valedoras del mercado shareware, as¨ª que no es de extra?ar que jugar a estos dos primeros niveles de Ion Maiden nos produzca la sensaci¨®n de encontrarnos ante un adelanto que dos d¨¦cadas atr¨¢s bien podr¨ªa haberse incluido en una revista o comprado en un quiosco a muy bajo precio.
Nuestro primer contacto tanto con Shelly Harrison como con su revolver de gran calibre (al que la f¨¦mina llama cari?osamente ¡°el amante¡±) nos retrotraer¨¢ a aquel inolvidable momento en el que Duke Nukem saltaba a un tejado desde una nave en llamas, al principio de su primera aventura FPS. Y es que la acci¨®n se desencadena desde bien temprano y ya no cesa hasta que acabamos estos dos primeros cap¨ªtulos. Los enemigos no poseen una inteligencia artificial muy all¨¢, dado que les da para apartarse cuando les estamos disparando y poco m¨¢s, pero es que tampoco la necesitan. Son numerosos, certeros e implacables, ofreciendo un desaf¨ªo bastante notable que se acrecenta por el hecho de que aqu¨ª hay que recuperar salud a la antigua usanza (bien con ¨ªtems de salud de uso inmediato o con botiquines que podremos almacenar), y que adem¨¢s los checkpoints se encuentran muy alejados entre s¨ª (aunque podremos guardar la partida manualmente en cualquier momento).
Por muy bien que lo hagamos, acabaremos mordiendo el polvo cada dos por tres, as¨ª que finalmente tendremos que echar mano del viejo truco de memorizar por d¨®nde, c¨®mo y en qu¨¦ cantidad aparecer¨¢n los enemigos, para as¨ª adelantarnos y poder disparar primero. El arsenal disponible es limitado, ya que nos encontramos ante el primer par de niveles de lo que ser¨¢ la aventura final. Adem¨¢s de nuestro revolver, dispondremos de una potente escopeta, una ametralladora y bombas de mecha. Y por supuesto, tambi¨¦n existe la posibilidad de golpear cuerpo a cuerpo, con una porra el¨¦ctrica, aunque ello es pr¨¢cticamente un suicidio dado que, como hemos dicho, los enemigos disparan nada m¨¢s vernos y suelen ser bastante certeros.
Shelly va soltando bastantes chascarrillos a lo largo de su periplo, lo que indudablemente nos recordar¨¢ al bueno de Duke, aunque claro, el enfoque de estas frases es muy distinto a las que sal¨ªan de boca del Duque de los Videojuegos. Los escenarios tambi¨¦n son sin duda un elemento a destacar. Son grandes, incluyen espacios abiertos adem¨¢s de cerrados, y est¨¢n repletos de secretos, muy rebuscados y que ser¨¢n bastante dif¨ªciles de encontrar. Las puertas ¨²nicamente accesibles mediante un sistema de tarjetas-llave de colores tambi¨¦n nos dar¨¢n m¨¢s de un quebradero de cabeza, dado que encontrarlas ser¨¢ imprescindible para acceder a nuevas secciones del nivel en curso, y suelen estar o bien escondidas o bien f¨¦rreamente defendidas por los enemigos.
En definitiva, nuestra primera toma de contacto con Ion Maiden no pod¨ªa haber dejado mejores sensaciones. Aunque afortunadamente disponemos de t¨ªtulos actuales que a¨²n conservan las mec¨¢nicas y la jugabilidad de los FPS cl¨¢sicos, es de agradecer encontrarnos con un juego elaborado a la antigua usanza, de manera artesanal entre un reducido grupo de programadores, usando un motor gr¨¢fico que hizo las delicias de los aficionados en la segunda mitad de la d¨¦cada de los 90. En cuanto el juego completo est¨¦ disponible, os ofreceremos un completo an¨¢lisis del que parece estar destinado a ser heredero espiritual del soberbio e inolvidable Duke Nukem 3D.
- Acci¨®n
Ion Fury, desarrollado por Voidpoint y editado por 3D Realms para PC, PlayStation 4, Xbox One y Switch, es un t¨ªtulo de acci¨®n en primera persona creado con el motor gr¨¢fico del m¨ªtico Duke Nukem 3D en el que controlamos a una experta en desactivaci¨®n de explosivos, Shelly "Bombshell" Harrison, frente a todo un ej¨¦rcito cibern¨¦tico.