Hell Yeah! Wrath of the Dead Rabbit
- PlataformaPS36.53606.5
- G¨¦neroAcci¨®n, Plataformas
- DesarrolladorSEGA
- Lanzamiento25/09/2012 (PS3)26/09/2012 (360)
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
Hell Yeah! Wrath of the Dead Rabbit
El Conejo del Infierno viene con sed de venganza en este desquiciado Hell Yeah!, plataformas cargado de humor ¨¢cido y sangre donde el jugador va perfilando su propio avance y viscerales asesinatos, tambi¨¦n a trav¨¦s de un mont¨®n de minijuegos y QTEs, pero lejos de los grandes cl¨¢sicos del g¨¦nero con un incomprensible aspecto inacabado e imperfectamente nivelado.
El inconfundible audio noventero de "Seeeegaaaa" presenta Hell Yeah! Wrath of the Dead Rabbit, uno de los m¨¢s sonados esta semana en Xbox Live y PlayStation Network ya que supone una aut¨¦ntica mirada al pasado y los 16 bits con un ingenioso y desvergonzado t¨ªtulo de plataformas que lleva siendo estandarte de la compa?¨ªa de Sonic en su rama de descargables desde que se present¨®, junto a Jet Set Radio HD o los episodios de Sonic The Hedgehog 4. Detr¨¢s de este proyecto indie est¨¢n los jovenc¨ªsimos Arkedo Studios, amantes de lo retro pero que quiz¨¢ con este t¨ªtulo se han dejado algunos hilos sin terminar de revisar, empezando por su presentaci¨®n. Humor negro y mucha sangre dan la bienvenida a un personaje protagonista de los de anta?o, en un vasto conjunto de niveles de los de anta?o y con una estructura de juego como las de anta?o. ?Es suficiente para dar pie a un producto destacable con un precio de 20 euros?
El Pr¨ªncipe Ash es el Conejo Muerto enfurecido por la publicaci¨®n de fotos suyas comprometidas que recuerda desde un primer momento a las mascotas-animales de los videojuegos de hace dos d¨¦cadas. Pero no es un personajillo familiar y adorable, sino que se trata de un esqueleto desnudo capaz de cazar sin pausa a sus 101 enemigos de formas absolutamente crueles y violentas, como meti¨¦ndolos en un microondas, despedaz¨¢ndolos o electrocut¨¢ndolos, todo ello con chorros y chorros de sangre manchando la pantalla. Su viaje por este Infierno psicod¨¦lico, de luces de ne¨®n, sustancias viscosas y tonos rosa chicle chillantes tiene esta misi¨®n de asesinato m¨²ltiple como tarea, aunque para llegar a unos y otros rivlaes tendr¨¢ que moverse con agilidad por enormes e intrincados niveles verticales repletos de puertas, puzles, y, sobre todo, minijuegos espec¨ªficos.
Tiene mucho que decir en este desparrame de gore y saltos el equipo que lleve en cada momento Ash, as¨ª como su personalizaci¨®n, tanto de la sierra circular que cada vez va sumando m¨¢s gadgets letales como del propio personaje. La recogida de d¨®lares e items se hace as¨ª imprescindible para poder acceder a las diversas tiendas que Arkedo ha distribuido por las fases, donde comprar objetos especiales -como un jet pack o un ca?¨®n de fuego- que nos permitan acceso a zonas antes inalcanzables de los niveles, y as¨ª llegar hasta una nueva v¨ªctima. Adem¨¢s de los 101 adversarios objetivo, Hell Yeah! introduce otros enemigos a lo largo de los niveles, m¨¢s f¨¢ciles de derrotar ya que cada una de las muertes centrales tiene su propio microuego -a lo Wario Ware- o Quick Time Events para desarrollarse.
Y aqu¨ª llega uno de los problemas de este t¨ªtulo, el tratamiento a los microjuegos y QTEs. Son tan r¨¢pidos, en cuesti¨®n de segundos, que a veces no queda claro c¨®mo hay que resolverlos, o son desequilibradamente exigentes, lo que coge por sorpresa al jugador que no tarda en morir. Y al morir, volveremos al ¨²ltimo checkpoint, que puede estar bastante atr¨¢s o incluso devolvernos al principio del nivel, con todos los enemigos vivos otra vez y los items y objetos que hayamos recogidos requisados de nuevo para que vayamos a buscarlos, algo que aunque las primeras ocho o diez veces es desafiante, en los ¨²ltimos niveles acabar¨¢ amargando a los menos pacientes y desde luego le hacen perder parte del intenso ritmo que sabe mantener si no se pierden demasiadas vidas. Arkedo no ha conseguido hacer un t¨ªtulo tan divertido como para que morir una y otra vez sea percibido como un reto, como algo que genere adicci¨®n, un atributo que s¨ª ten¨ªan los videojuegos antiguos a los que intenta imitar y homenajear.
Cuando se nos ense?¨® por primera vez (la pasada primavera) se promet¨ªan diferentes muertes para cada uno de los 101 objetivos, o al menos bastante variedad. Sin embargo, esto no se ha cumplido y no tardan en aparecer repeticiones de cada una de las ejecuciones. Est¨¢n muy bien expuestas y son graciosas y exageradas, pero al contemplarlas por cuarta y quinta vez pierden ese encanto y sorpresa que iba a dar a este t¨ªtulo un plus de adicci¨®n, donde el jugador siempre quisiera presenciar el siguiente gran asesinato. Se ha perdido ese esp¨ªritu que motiv¨® el proyecto. No diremos nada m¨¢s al respecto porque descubrirlas por primera vez es uno de sus puntos fuertes, dejamos que os sorprendan, aunque luego se repitan. No se puede criticar su variedad, en cambio, en los niveles, que aunque siempre son partes del Infierno y tienen tonalidades parecidas, s¨ª est¨¢n perfectamente dise?ados y expuestos, con mucha riqueza, accidentalidad y policrom¨ªa, as¨ª como un estilo visual ¨²nico e inconfundible.
Sorpresas no le faltan, incluso en algunos toques shooter o de puzles muy bien insertados. La estructura de juego a lo Metroid o Zelda, con partes a priori innaccesibles que luego podremos atravesar gracias a potenciadores objetos y armas da tambi¨¦n lugar a rompecabezas de nivel donde hay que activar interruptores en un orden o fijarnos en partes determinadas del escenario para poder avanzar, como tiendas donde adquirir ese gadget que servir¨¢ de llave. Realmente esta din¨¢mica de juego le sienta de maravilla y le permite peque?os trucos, como ense?ar al principio de un nivel d¨®nde est¨¢n los objetivos y checkpoints pero todas las puertas y obst¨¢culos que atravesar hasta ellos, que dan lugar a ¨®rdenes de actuaci¨®n sorprendentes y que a veces pueden ser elecci¨®n del propio jugador. Hay much¨ªsimo por desbloquear y coleccionar, desde gorros para Ash hasta bombas para su sierra pasando por tubos de ox¨ªgeno para el buceo o disfraces de superh¨¦roes. Y tambi¨¦n est¨¢ la isla virgen, donde podremos poner a trabajar a los ya abatidos para sacar m¨¢s objetos, aunque ¨¦stos no son demasiado ¨²tiles.
La est¨¦tica colorista y 2D confunde a menudo elementos decorativos del escenario con superficies donde apoyarnos u objetos interactivos. A veces no queda muy claro qu¨¦ hace da?o y qu¨¦ se recoge, o c¨®mo debemos pasar por un pasillo que en realidad todav¨ªa no est¨¢ accesible. Tampoco los saltos que el juego nos obliga a dar una y otra vez -como absoluto plataformas lateral- son un ejemplo de agilidad y fluidez. Ash no salta demasiado -al menos al principio en su forma b¨¢sica- y los tramos m¨¢s plataformeros pueden acabar haci¨¦ndose sosos y algo tediosos. El manejo, eso s¨ª, es preciso y tan sencillo como robusto, sin sensaci¨®n de injusticia o problemas de c¨¢mara.
En lo t¨¦cnico, el juego se mueve de forma muy suave y est¨¢ plagado de detalles, no hay ning¨²n punto a criticarle gr¨¢ficamente ya que las animaciones son bastante variadas y en HD llega a mostrar estampas muy disfrutables. Pero no se pueden pasar por alto algunos descuidos en su puesta en escena, en su presentaci¨®n, como que ning¨²n personaje tenga voces ni efectos y los di¨¢logos y chistes solo se queden en unos bocadillos en la parte inferior de la pantalla, o que la m¨²sica pese a arrancar muy bien cada nuevo nivel no pare de repetirse hasta la saciedad, malogrando as¨ª su insulsa banda sonora. Se aprecia que Arkedo no ha contado con todo el presupuesto que quiz¨¢ les hubiera gustado, parece un juego inacabado, tambi¨¦n en cuanto a testeo, ya que hay desajustes de dificultad repentinos o errores sin pulir que no le sientan nada bien.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.