GTC Africa
La carrera fantasma en el continente africano.
Una carrera de rally por el desierto, la nieve o la selva. ?frica se presenta como si sus habitantes hubieran desaparecido y unos coches invencibles y brillantes compitiesen entre ellos. Vac¨ªo, fantasmal e irreal. Eso es "GTC Africa".
Una carrera de rally en el desierto, en la nieve o en la selva. ?frica se presenta ante el jugador como si sus habitantes hubieran desaparecido de repente y unos coches invencibles y brillantes se dedicaran a competir entre ellos. Vac¨ªo, fantasmal e irreal. Eso es "GTC Africa".
Eligiendo coche. |
Desde que "Gran Turismo 3" apareci¨® en el mercado de los videojuegos se convirti¨® en una referencia casi de inmediato. Ya no s¨®lo porque supuso un punto de inflexi¨®n en la creaci¨®n de simuladores de carreras sino porque, a partir de ese momento, el resto de juegos dedicados a la competici¨®n automovil¨ªstica han seguido sus pasos como obedientes disc¨ªpulos.
Los nuevos juegos no tienen mucha alternativa. O son totalmente originales y se alejan lo m¨¢s posible del concepto de "Gran Turismo 3", como "GTA 3", o son r¨¦plicas realizadas con mayor o menor acierto.
Trofeo de un campeonato. |
Este es el caso de "Global Touring Challenge Africa", un nuevo t¨ªtulo de la compa?¨ªa Rage Software que no es ni un acierto ni un error, sino un c¨²mulo de fallos y de virtudes que no termina de dotar al t¨ªtulo de la calidad suficiente. GTC Africa ofrece al jugador, ante todo, un viaje por el continente africano. Esta caracter¨ªstica ser¨ªa fabulosa si el objetivo del juego fuera el de observar un paisaje, pero es un simulador de carreras y muchos factores fallan estrepitosamente.
El jugador puede escoger entre cinco modos de juego distintos: campeonato, reto, carrera individual, pr¨¢ctica y modo multijugador. Los dos ¨²ltimos del modo individual en realidad no deber¨ªan considerarse como distintos, ya que consisten s¨®lo en superar el tiempo por carrera del jugador y en correr libremente.
De frente. |
En el reto, el jugador tendr¨¢ que superar quince pruebas que van desde una persecuci¨®n de velocidad o un descenso de una colina hasta una carrera a trav¨¦s del campo y, en el modo multijugador, la pantalla se divide horizontalmente para que dos jugadores puedan enfrentarse entre s¨ª.
El campeonato es el modo estrella de GTC Africa. El jugador puede elegir entre seis equipos con cuatro coches cada uno. Sin embargo, el juego s¨®lo dispone de nueve veh¨ªculos a escoger, todos con la licencia oficial de marcas como Ford, Subaru, Mitshubishi y Pontiac, pero que, sin duda, se quedan cortos. Adem¨¢s, cada equipo s¨®lo ofrece dos coches en la primera parte del campeonato.
Eligiendo prueba. |
Para acceder a las otras dos, hay que conseguir al menos un 90 por ciento del porcentaje de la reputaci¨®n y cada una de ellas "tan s¨®lo" desbloquea un veh¨ªculo m¨¢s. Entre comillas porque GTC Africa no incluye la posibilidad de modificarlos ni de editar los campeonatos. Por tanto, la funci¨®n del jugador queda relegada simplemente a competir para ganar y poder de nuevo pugnar con otro coche distinto hasta que se canse.
G r ¨¢ f i c o s
Probando, probando. |
Si el n¨²mero de coches es escaso no ocurre lo mismo con los escenarios, que alcanzan casi la veintena y, que sin duda, son el aspecto m¨¢s destacado del juego. Gracias a las carreras, el jugador recorrer¨¢ todos los paisajes posibles del continente africano compitiendo en pa¨ªses como Egipto, Kenia, Congo, Etiop¨ªa o Sud¨¢frica en pistas de nieve, tierra o asfalto. No existen elementos t¨ªpicos como pir¨¢mides o ind¨ªgenas, sino que los ¨²nicos referentes son los textos que aparecen antes de cada carrera y el tratamiento de la luz.
Luz que proviene de ocasos rojos, naranjas y amarillos. Luz artificial y destellos que se reflejan en las carrocer¨ªas de los coches que son espejos del entorno. Aunque parezca una nimiedad, todo el juego, gracias sobre todo a la mencionada luz y a la ausencia casi total de "civilizaci¨®n", transmite de forma casi magistral el esp¨ªritu del continente africano.
Las cataratas en primera persona. |
Pero como se comentaba en la introducci¨®n, no es un juego contemplativo, sino un juego de acci¨®n, en el que las carreras deber¨ªan ser las aut¨¦nticas protagonistas. Y, en efecto, eso intentan, aunque no lo consigan del todo. Los coches de GTC Africa tienen un nivel de detalle real. La licencia oficial en este caso hace todo el trabajo.
Sin embargo, los escenarios est¨¢n, en su mayor¨ªa, vac¨ªos. S¨®lo aparecen balizas y se?ales, el resto es nieve, o arena, o terreno llano. Esta din¨¢mica se rompe cuando la carrera se desarrolla en una ciudad y aparecen farolas y edificios pero no personas. Parece como si el continente se hubiera tragado, de repente, a cualquier humano.
Pir¨¢mides al fondo. |
Dentro de la competici¨®n, hasta seis coches pueden aparecer en pantalla sin que se produzca ninguna ralentizaci¨®n ni ning¨²n movimiento brusco. Pero este punto positivo se ve r¨¢pidamente cubierto por otros negativos. Por muchos golpes que reciba el conductor, el coche no experimentar¨¢ ning¨²n cambio en su carrocer¨ªa, ni siquiera perder¨¢ su brillo original.
Tampoco deja ning¨²n rastro en las pistas ni ninguna se?al fruto de una frenada brusca. Tan s¨®lo las part¨ªculas de polvo logran su cometido pero, sin embargo, en la nieve, este efecto es totalmente irreal. Y si a todo esto le a?adimos la opacidad de los cristales y el no saber si hay o no un conductor dentro, ?no estaremos hablando de coches extraterrestres?
M ¨² s i c a
Rutas monta?osas. |
Siguiendo la din¨¢mica del continente fantasma, las m¨²sicas no juegan un papel ni fundamental ni, si se quiere, ornamental. No son ritmos ca?eros propios de los simuladores de carreras ni tampoco tienen nada que ver con los pa¨ªses africanos. En resumen, pasan totalmente desapercibidos y no var¨ªan mucho de una carrera a otra.
S o n i d o F x
Bonitos paisajes. |
No existe ning¨²n sonido ambiente porque no hay nadie. Ni comentaristas ni p¨²blico ni ning¨²n otro tipo de se?al que indique que el jugador se encuentra compitiendo. Adem¨¢s, todos los sonidos de motor son id¨¦nticos as¨ª que ning¨²n entendido podr¨¢ distinguir un Ford de un Pontiac por el rugir del motor.
Tampoco los golpes tienen un sonido caracter¨ªstico. Da igual que el jugador golpee su coche contra una baliza, contra otro coche o contra un muro de hormig¨®n. El sonido siempre es el mismo, sin vida, totalmente irreal y carente de sentido en un simulador de carreras.
J u g a b i l i d a d
Se hace de noche. |
Es evidente que si el coche no experimenta ning¨²n cambio si sufre un golpe, el control del coche tiene un porcentaje m¨ªnimo de realismo. Es m¨¢s, si el conductor tiene que efectuar una maniobra producto de un movimiento de volante brusco y, por alguna casualidad, vuelca, el coche se coloca en su posici¨®n normal casi de inmediato y sin que el jugador tenga que hacer nada.
El resto del control es igual de sencillo y es importante destacar la posibilidad que ofrece de escoger entre tres tipos de vista: en primera persona, detr¨¢s del coche y un poco m¨¢s alejado, aunque en la misma posici¨®n trasera.
Dos jugadores. |
Por ¨²ltimo, la inteligencia artificial de los participantes est¨¢ bastante lograda. Son competitivos, ni se quedan rezagados ni son imposibles de superar, as¨ª que no es dif¨ªcil vencer.
Igualmente, lo importante no es ganar la carrera sino llegar en el tiempo marcado con el menor n¨²mero de errores posibles. Aunque si se quiere desbloquear los otros coches, la victoria es fundamental, pero no representa un impedimento para avanzar en el juego.
C o n c l u s i ¨® n
Dejando atr¨¢s la ciudad. |
GTC Africa es un juego con buenos gr¨¢ficos, con una recreaci¨®n de ?frica francamente buena y con un precio muy asequible y tambi¨¦n extra?o para una consola como PlayStation 2.
Sin embargo, sus errores se van imponiendo poco a poco a las virtudes y, tanto por los defectos en la jugabilidad como por la incomprensible ausencia de vida humana, acaba por convertirse en un t¨ªtulo aburrido.
L o m e j o r
L o p e o r
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejar¨¢ huella. S¨®lo recomendable en caso de sequ¨ªa de este g¨¦nero de juegos.