Grow Home

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Ubisoft est¨¢ d¨¢ndonos ¨²ltimamente algunas peque?as joyas coquetas y rese?ables. Child of Light o Valiant Hearts: The Great War sorprendieron el a?o pasado, y este 2015 empieza tambi¨¦n muy bien con Grow Home, proyecto o idea jugable que circulaba de forma interna entre estudios de la compa?¨ªa gala pero que por fin lleg¨® a manos de los directivos oportunos y tom¨® el impulso necesario como para convertirse en juego comercial completo y cerrado de verdad. Reflections, el estudio vinculado tradicionalemte a la serie Driver, ha sido la encargada de contarnos esta f¨¢bula de un robot jardinero que debe volver a casa aprovechando el entorno que mejor conoce, el de la bot¨¢nica. Inicialmente es exclusivo de Steam (PC), a un precio de 7,99 euros.

Grow Home es un producto no demasiado duradero -bastan 2 o 3 horas para llegar al final- ni de ¨¦sos que inspiran una experiencia que se guarde en la memoria para siempre. En cambio, es una delicia peque?a, ensimismada y coqueta, un bomb¨®n muy particular dentro de las propuestas alternativas y totalmente despreocupadas de los poder¨ªos gr¨¢ficos o las vidas ¨²tiles que justifiquen el precio. Su planteamiento es sencillo, llevar al peque?o robot B.U.D. (Botanical Utility Droid) hasta casa, la Star Plant, en lo m¨¢s alto de un peque?o planeta verde repleto de islas flotantes, cuevas y cascadas, y con una gran planta enredadera en su centro cuyo tallo debemos hacer crecer y crecer llevando sus ramas hasta los islotes alimenticios.

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Esta idea se expuso en su momento en un mundo poligonal y de tri¨¢ngulos a la vista. Y as¨ª nos ha llegado, consiguiendo una est¨¦tica muy minimalista pero con bastante fuerza e identidad que adem¨¢s cuenta con buenas animaciones para el robot, algunos efectos de color y brillos destacables o distancias de dibujado y elementos en pantalla satisfactorios. Pero sin m¨¢s, tampoco encontramos aqu¨ª un portento audiovisual que nos haga hablar de algo realmente inspirador y memorable. Ocurre lo mismo con el sonido, muy agradable en m¨²sica y soniditos que va emitiendo nuestra rojiza unidad de bot¨¢nica, pero nada que lo haga sobresalir entre los mejores apartados de audio de la escena indie. Se aprecia que audiovisualmente no est¨¢ muy tratado, que fue un prototipo de juego para uso interno llevado r¨¢pido a la masificaci¨®n de Steam.

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B.U.D. podr¨¢ saltar y planear entre superficies, se adhiere a cualquier pared con sus manitas met¨¢licas, lo que el jugador maneja manteniendo pulsados e intercalando los gatillos del mando (o teclas del teclado), una idea de manejo que lo hace intuitivo y divertido, aunque tambi¨¦n presenta alguna imprecisi¨®n molesta en determinadas situaciones, agarres diagonales, a mucha velocidad, etc. Pero esa sensaci¨®n de no estar nunca del todo seguros en las alturas es parte del encanto de la jugabilidad de Grow Home, que va desde el suelo al cielo, permitiendo a nuestro personaje en su camino buscar gemas que incrementan las posibilidades del jugador con comandos como mover y alejar las c¨¢maras, contar con un propulsor, incrementar el salto, etc.

En Grow Home el camino a casa lo marca el jugador con su escalada de la descomunal enredadera, que recuerda a la f¨¢bula de Las Habichuelas M¨¢gicas o a las cl¨¢sicas plantas ascendentes hasta las nubes de Super Mario Bros. B.U.D. solo tendr¨¢ que llegar hasta las ramas en flor para montar en su punta y dejar que se alarguen gui¨¢ndolas como un cohete hasta cualquiera de los islotes cercanos para que as¨ª empiecen a alimentar la gran planta de la que parten. Esto crea caminos distintos seg¨²n los giros y volteos que hagamos con estas ramas que van estir¨¢ndose, lo que puede generar estampas verdaderamente enrevesadas y muy divertidas de explorar y recorrer. Entornos siempre moldeados por nuestro movimiento y distintos a los de otro jugador. Eso s¨ª, no importa demasiado c¨®mo lo tracemos, es muy f¨¢cil llegar a conectar las ramas y los islotes y eso no afecta demasiado al avance ni dificultades encontradas.

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Con el progreso en la peque?a aventura, iremos accediendo a nuevos movimientos y habilidades, como una margarita que sirve de paraca¨ªdas o prolongador del salto, hojas que nos dejan rebotar y subir m¨¢s r¨¢pido que escalando, una ala delta natural para largas distancias, portales de reaparici¨®n cuando suframos ca¨ªdas mortales, etc. En ning¨²n caso, no obstante, debemos hablar de variedad  potente entre zonas o situaciones. Tampoco hay tiempo para sentir como repetitivo el juego, lo que consigue que su suma de ideas y planteamientos sea realmente formidable y apta para todo tipo de p¨²blicos, jugadores habituales o no. La dificultad es adecuada y va in crescendo en su justa medida. Hay vidas ilimitadas y la ¨²nica penalizaci¨®n por morir es tener que volver a subir el trecho de la ca¨ªda.

M¨¢s interesante se pone ya el final del ascenso hasta casa, con el gran ¨¢rbol sobrepasando la estratosfera y bajo nuestros pies met¨¢licos todo el camino que llevamos recorrido o escalado, y el enorme l¨ªo de ramas que hemos dibujado hacia los islotes. Aqu¨ª nos encontraremos con algunos peligros como saltos m¨¢s exigentes o criaturas que molestan o, tambi¨¦n puede ser, est¨¢n simplemente ah¨ª para nada en particular. Grow Home se completa en una tarde y puede llevar a las 6 horitas si se quieren encontrar todos sus gemas y lugares secretos, sigue abierto tras acabarlo. Pero no invita demasiado a una segunda vuelta o b¨²squeda incansable de todo ya que su formato est¨¢ claramente pensado para un ¨²nico rato largo, como una curiosidad que funciona muy bien pero que tampoco sobrecoge y ni se hace imprescindible.