Es la hora de la venganza

Los primeros GTA's fueron juegos de controversia. Nadie se atrev¨ªa a decir si eran buenos o malos, pero estaba claro que su sistema de juego era ¨²nico. Digital Eclipse, tras muchos retrasos, nos trae la primera entrega de mafiosos para GBA... Es la hora de la venganza.

Parece ser que Rockstar ha dado en el clavo con su saga n¨²mero uno en todo el mundo. Robar coches, ganar dinero haciendo trabajitos para mafiosos y convertirnos en el pez m¨¢s gordo de una ciudad no fue algo que apareci¨® en Playstation 2 por primera vez. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, en especial aquellos jugadores m¨¢s 'rookies' dentro del panorama, los Grand Theft Auto tienen ya mucho, pero que mucho pasado.

La parte de Sony, aquella que se convirti¨® gracias a su segunda parte en la antesala de ese juegazo que es GTA III, es la m¨¢s conocida. All¨ª fue donde Rockstar ide¨® su primer GTA, aunque nunca llegaron a desmentir aquellos rumores que dec¨ªan que la saga hab¨ªa sido pensada para una port¨¢til, sin embargo, y por culpa de la fama y potencial  de la gris de la consola japonesa, dio el salto primero a los 32Bits.

No tard¨® mucho en darse un paseo por las port¨¢tiles de Nintendo, con un resultado poco fortuito. En primer lugar, las versiones, adaptadas de PSX aunque vi¨¦ndose privadas de gran parte de sus detalles m¨¢s caracter¨ªsticos, como un gran repertorio de coches que robar yo de una longevidad m¨¢s que considerable. En un segundo puesto, no menos aceptable, el apartado gr¨¢fico y la jugabilidad, casi siempre cogidas de la mano, no consiguieron levantar un gran n¨²mero de ventas.

Sucedi¨® algo as¨ª como con el primer Driver que vio la luz en GBC. Era un juego bueno, divertido, pero casi injugable por culpa de no saber -o no poder- adaptar un sistema de juego de consolas de sobremesa a una port¨¢til. De cualquier modo, Rockstar no se conformar¨ªa con esas dos versiones (GTA y GTA: London) que pasaron m¨¢s que desapercibidas por Nintendo.

Se demostr¨® cuando a la salida de la GBA se anunci¨® un nuevo juego de la saga. Poco import¨®, puesto que en aquel momento GTA III estaba a¨²n en el horno, y nadie conoc¨ªa, o al menos muy pocas personas, el efecto, tanto cr¨ªtico como a nivel de ventas, que tendr¨ªa desde ese d¨ªa la saga. El proyecto, como ya habr¨¦is podido leer en el avance que os ofrecimos no hace mucho tiempo, fue pasando de mano en mano hasta que finalmente cay¨® en las oficinas de Digital Eclipse. Cancelado, confirmado, atrasado, anulado... nadie era consciente de que alg¨²n d¨ªa ¨ªbamos a estar hablando del juego.

Los primeros avances nos hac¨ªan esperarnos lo mejor. Unos gr¨¢ficos muy bonitos, volviendo a una vista a¨¦rea con esas mejoras que nunca vimos en las versiones paternas y que convertir¨ªan a esta en el GTA definitivo para una port¨¢til. Ilusos. El resultado, como podr¨¦is comprobar, ha sido muy, pero que muy diferente.

Trabajo tras trabajo, Mike consigue ver como al poco de comenzar el relato de la aventura su amigo muere -por fortuna, es uno de los personajes m¨¢s odiosos que he visto, personalmente, en la historia de los videojuegos, pese a sus breves apariciones- al subirse a un coche bomba. Con rabia, ira, y sed de venganza, Mike comienza a buscar una nueva vida, cuyo es objetivo es, como no, encontrar a los asesinos de su ex-jefe.

?Los primeros sospechosos? La mafia Italia. Fueron ellos los que le obligaron a apostar en aquellos extra?os lugares, a matar a otros capos, y sobre todo a poner pegas una y otra vez antes del retiro de ambos. Aunque la actitud de su jefe no fue del todo com¨²n, pues pese a la insistencia petici¨®n de Mike de abandonar cuanto antes este s¨®lo se hac¨ªa de rogar. M¨¢s sospechas.

Para colmo, al ser su ¨²nico amigo y al haber robado el coche de la explosi¨®n, ¨¦l se convierte en el primer objetivo de la polic¨ªa, que muestra un extra?o inter¨¦s en encontrar al asesino de un capo buscado por ellos mismos. ?La raz¨®n? Lo cierto es que despu¨¦s de muchas horas de juego a¨²n no la conocemos. Ese es el problema, que...

Entonces s¨®lo tendremos una opci¨®n: fastidiarnos. Los di¨¢logos son realmente absurdos, todo al contrario de las versiones adultas, por as¨ª llamarlas, y muchas veces muy rebuscados y liosos, hasta el punto de pasarlos lo m¨¢s r¨¢pido posible. Las escenas se muestran, como comentaremos con posterioridad m¨¢s a fondo, de una forma distinta a los juegos de PSX.

?Para qu¨¦ hacerlo? La idea ya estaba sobre la mesa; el mismo motor gr¨¢fico de los juegos de PSX, con alguna que otra mejora, e intentando exprimir el m¨¢ximo fruto de la peque?a consola de Nintendo. A primera vista, sobre todo si nos hacemos eco de las im¨¢genes, el resultado parece ser excelente. Y no nos entend¨¢is mal, de hecho, si no lo vemos en marcha, lo es. El problema comienza cuando el cartucho se pone en marcha.

El personaje en s¨ª, al igual que el resto de enemigos que tendremos que abatir, o simples transe¨²ntes, est¨¢ bien dise?ado, con un tama?o adecuado para no confundirnos, lo suficientemente grande como para no perdernos, e incluso para ver algunos, muy pocos eso s¨ª, detalles de nuestro protagonista, como tambi¨¦n de alg¨²n otro personaje clave en la aventura.

No s¨®lo esto, sino que sus dise?os, siempre coloridos y bien definidos, no se repiten excesivamente para tratarse de un juego que consta con las limitaciones de una consola que ya est¨¢ m¨¢s que explotada a nivel t¨¦cnico, al menos gr¨¢ficamente hablando. Es justo aqu¨ª donde nos surgen las dudas del apartado que os vamos a comentar a continuaci¨®n. ?Es que el potencial de la consola no da para m¨¢s, y que se han cometido fallos de programaci¨®n?

Lo que hasta ahora era un punto a favor, se empieza a convertir en algo negativo para la aventura. Cuando nos subimos a un veh¨ªculo, el juego entra en una fase de ralentizaci¨®n continua dif¨ªcil de explicar. Si nos montamos en un mini, o cualquier otro con un motor poco potente, al acelerar a tope (que es lo que siempre haremos) la velocidad el juego se ve algo 'tocada'. Las distancias que tenemos que recorrer con ellos son normalmente suelen ser bastante amplias, por lo que lo m¨¢s frecuente en nuestro caso es intentar conseguir un coche apropiado.

Ese 'par¨®n' en la velocidad del juego se ve incrementado de forma alarmante cuando conseguimos ese veh¨ªculo r¨¢pido del que os estamos hablando. El tr¨¢fico siempre suele ser bastante fluido, adem¨¢s del detalle general que podemos observar en los edificios y otros elementos de decoraci¨®n menos importantes que conseguir ir de forma gustosa por un escenario. Por alg¨²n motivo, la c¨¢mara empieza a dar peque?os saltos, muestra inequ¨ªvoca de que algo falla, sobre todo en curvas a las que entremos a gran velocidad. Entonces, el humo de los neum¨¢ticos comenzar¨¢ a manar, y si en ese momento pasa alg¨²n otro elemento por la pantalla, nos quedaremos pr¨¢cticamente en el sitio.

Ralentizaciones. Esa es la palabra, constantes y sonantes a lo largo de todo el juego, al menos si nos dedicamos a coger coches, que 'curiosamente', es uno de los objetivos del juego. 

Podr¨ªamos llegar a¨²n m¨¢s lejos si dij¨¦semos que los supuestos coches r¨¢pidos no son tal cosa, y que todos mantienen una velocidad demasiado baja para nuestras necesidades. Es decir, para no perder excesivo tiempo yendo de una a otra localizaci¨®n. Al menos, cuando comenzamos a coger carrerilla, la c¨¢mara, otra de las novedades a?adidas, se comporta de forma estupenda. Muy limitada por el tipo de vista que se emplea.

Entendiendo esto, Digital Eclipse ha desarrollado un sistema de c¨¢maras que se mueve de forma paralela a nuestra posici¨®n o velocidad, en el caso de estar dentro de un coche. As¨ª, si vamos a menos velocidad, veremos una vista mucho m¨¢s cercana que si estamos dentro de una autopista, cuando la c¨¢mara retroceder¨¢ en el aire y nos ofrecer¨¢ un campo de visi¨®n mucho m¨¢s amplio.

Todo esto se realiza de forma autom¨¢tica, aunque tambi¨¦n se nos da la posibilidad de acceder al men¨² y simplemente poner la que m¨¢s nos convenga. Incluso con estos cambios, una vez m¨¢s encontramos grandes trabas para avanzar sin chocarnos. A las ralentizaciones se a?ade el escaso campo de vista que tenemos ante nosotros, mortal en la mayor parte de las ocasiones cuando cojamos velozmente una curva. El resultado de esta artima?a no es otro que un coche completamente destrozado.

Otra peque?a molestia ocurre cuando pasamos por debajo de un puente. Curiosamente, en vez de darnos una visi¨®n abierta desde arriba, se pixela enormemente el puente y de hace semi-transl¨²cido para que podamos ver (con grandes esfuerzos) donde nos encontramos. No podremos casi evitar estrellarnos con otros coches cercanos al nuestro si vamos a gran velocidad.

No podemos olvidar el inmenso mapeado que se ha desarrollado, en algunos casos fiel a la primera entrega (que como sabr¨¦is se desarrolla tambi¨¦n en Liberty City desde el punto de vista que se nos ofrece en esta aventura), admirable una vez m¨¢s, aunque mal aprovechado, por desgracia.

La historia, otro de los puntos fundamentales de la aventura, se nos relata de forma similar a la de anteriores entregas en la PS2 de sobremesa, mezcl¨¢ndose con la forma original dando lugar a un extra?o sistema que, una vez m¨¢s, no nos ha dejado muy buen sabor de boca. 

No entendemos el porqu¨¦ del cambio, pues s¨®lo han conseguido ralentizar todo el desarrollo del cartucho hasta el punto de, como ya os coment¨¢bamos antes, decidir pasar los textos lo m¨¢s r¨¢pido posible. Siempre la misma m¨²sica con las mismas caras y con esos absurdos comentarios... realmente se nos antoja complicado prestarles la m¨¢s m¨ªnima atenci¨®n, salvo en alguna que otra excepci¨®n.

Privar de una de las caracter¨ªsticas principales a una saga como es el de subirnos a un coche y o¨ªr todo tipo de melod¨ªas es algo bastante grave, aunque no lo podemos catalogar de fallo pues, despu¨¦s de todo, se escapa de las posibilidades de la consola.

Nos encontramos pues ante una melod¨ªa que se repite a lo largo y ancho del juego, con alguna que otra nueva que aparece mientras se relata la historia, bastante pobre en regla general. Los efectos sonoros: m¨¢s de lo mismo, el motor de varios coches, cuyas diferencias son casi inapreciables, acaban cansando. Sea como fuere, en este sentido estamos pr¨¢cticamente ante lo mismo que pudimos ver en las versiones originales, excluyendo motos, l¨®gicamente.

Nuestro personaje, adem¨¢s de esas dificultades, camina de una forma poco natural y algo tosca. Los pasos, saltos, y dem¨¢s, son casi antinaturales, pero no complica en gran medida el desarrollo de la aventura. Sin embargo, cuando cojamos un arma y tengamos que matar a alguien, la historia cambia. Si ya era dif¨ªcil acertar en las aventuras en 3D, imaginaros aqu¨ª...

Sin embargo, los problemas comienzan cuando tenemos que eliminar a alg¨²n enemigo. El control de nuestro personaje ya de por s¨ª es bastante complicado de manejar, algo que queda clarificado a la hora de apuntar a alg¨²n transe¨²nte. Veremos los disparos llegar, aunque es muy complicado evitarlos como para salir ilesos de un tiroteo. Ellos, los que huyen de nosotros, no s¨®lo usan pistolas, sino tambi¨¦n ese amplio repertorio que os cit¨¢bamos al comienzo del reportaje.

Gracias al auto apunte, matar ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil, pero igualmente sigue siendo un sistema que nosotros encontramos demasiado complejo de adecuar a una aventura, m¨¢s si somos jugadores noveles. Los pu?os tambi¨¦n los podremos usar, aunque pocas personas nos plantar¨¢n cara en los escenarios.

Muchos tipos, s¨ª, pero todos con el mismo punto negativo; su comportamiento en carretera. La mayor parte de ellos consiguen su m¨¢xima velocidad a penas a 3 o 4 segundos de mantener el acelerador pulsados, y aunque la sensaci¨®n de rapidez no sea precisamente muy clara, s¨ª lo es el efecto que se produce cuando giramos a altas velocidades. Nuestro coche har¨¢ de todo menos ir al lugar al que queremos que se dirija.

Al menos, en un principio, pues aqu¨ª se debate ¨²nicamente en la pericia del conductor. No nos costar¨¢ demasiado hacernos con pr¨¢ctica para manejar pesos pesados, aunque realmente, y al igual que en anteriores apartados, en este campo poco se ha modificado con respecto los primeros juegos. Los defectos gr¨¢ficos influyen mucho en este confuso control, aunque repetimos, se antoja cuesti¨®n de pr¨¢ctica.

Sin olvidar, claro est¨¢, la opci¨®n de dedicarnos a hacer el gamberro, a completar saltos especiales o estad¨ªsticas y dem¨¢s peripecias a las que podremos tener acceso a medida que vayamos completando el juego. Si quer¨¦is algo que os dure, la mejor opci¨®n es la que os estamos narrando en estos momentos; Grand Theft Auto

Adaptar unos juegos de 128Bits a la potencia de una GBA es algo arriesgado. Por ello se utiliz¨® el sistema a¨¦reo. Pero, ?qu¨¦ sentido tiene cuando los mapas son igual de extensos, y, sobre todo, si nuestro coche parece ser exportado de Los Picapiedra? El sistema para apuntar da risa, la m¨²sica, otro apartado que se ha malogrado hasta el punto de hacerla repetitiva y mareante.

Al menos, los gr¨¢ficos, cuando no se ralentizan, son coloristas, y algunas misiones llegan a entretener, siempre y cuando no nos manden a buscar, recoger, y volver a traer un maldito coche que mejor hubiese sido dejarlo donde lo encontramos. As¨ª se puede resumir este GTA Advance. Una buena idea, muy buena. Un juego demasiado regular para el nombre de la saga, recomendable para aquellos fans ac¨¦rrimos de las saga -de los tres primeros t¨ªtulos-.

El resto, cuesti¨®n de gustos. No podemos limitar toda la carga a los gr¨¢ficos o al apartado sonoro, pues a fin de cuentas, es un juego bastante similar a los de PSX, aunque con alguna que otra mejora, y por supuesto, ajustado a las limitaciones de la port¨¢til.

L o  M e j o r

L o  P e o r