Front Mission Evolved
- PlataformaPS36.53606.5PC
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorDouble Helix Games
- Lanzamiento08/10/2010
- EditorSquare Enix
Lavado de cara
Una de las franquicias m¨¢s apreciadas por los jugadores nipones, pero m¨¢s desconocidas en occidente, cambia de g¨¦nero, argumento y planteamiento para llegar al p¨²blico internacional. Un movimiento interesante, pero que no parece que vaya a contentar ni a los aficionados ni a atraer al gran p¨²blico.
La franquicia Front Mission ha gozado, a lo largo de sus siete entregas principales, de una gran popularidad en Jap¨®n. Una serie de juegos de estrategia y rol protagonizados por grandes mechs y con argumentos intensos, dignos de las mejores producciones del g¨¦nero del J-RPG. Sin embargo este ¨¦xito no cont¨® con una r¨¦plica en el mercado internacional, donde tan solo llegaron a salir a la venta un par de entregas que no gozaron de un gran ¨¦xito (en parte normal, ya que el lanzamiento de entregas sueltas sin contar con los cap¨ªtulos anteriores, con los cuales se conforma un todo, no ten¨ªa demasiado sentido). Contra todo pron¨®stico, Square Enix ha decidido dar un nuevo impulso a la franquicia adapt¨¢ndola a ese mercado occidental, el cual est¨¢ gozando de gran fama entre los desarrolladores nipones hoy en d¨ªa.
Puesta en manos de un estudio de desarrollo occidental como es Double Helix, Front Mission se vio completamente reconvertido, dejando atr¨¢s su estilo propio para adaptarse a lo que se considera una jugabilidad m¨¢s adaptada al mercado internacional; Front Mission Evolved es, por tanto, un juego de acci¨®n en tercera persona, protagonizado por mechs, claro est¨¢, en el que la simpleza de su presentaci¨®n y lo accesible de su sistema de juego son sus principales bazas, pero tambi¨¦n su peor enemigo, ya que es muy dif¨ªcil alejar a la gente de la idea que se puede tener tras tantas entregas de la franquicia original. Un juego claramente orientado a quienes no han tenido nunca una toma de contacto con los Front Mission originales, pero que le ha faltado frescura para apuntar m¨¢s alto.
Dylan Ramsey, un simple ingeniero civil, se ve casi sin quererlo involucrado en una guerra entre dos grandes potencias enfrentadas: la OCU y la USN. Convertido en militar por necesidad y por estar en el momento equivocado en el lugar err¨®neo, Dylan deber¨¢ demostrar su habilidad a la hora de pilotar mech y llegar as¨ª a evitar un conflicto internacional que podr¨ªa acabar destruyendo el planeta. El argumento est¨¢ cargado de tensiones pol¨ªticas, una gran carga filos¨®fica y abundancia de situaciones y momentos cargados de intensidad narrativa, con alg¨²n que otro giro interesante. Desgraciadamente, las sorpresas no son tantas como cabr¨ªa esperar en un momento, y por fases da la sensaci¨®n de que el argumento se convierte solo en una mera excusa para trazar unas l¨ªneas maestras muy b¨¢sicas en torno a las cuales justificar las secciones de acci¨®n.
Aunque pueda parecer innecesario m¨¢s en un juego de acci¨®n en tercera persona, lo cierto es que es preciso recordar que estamos ante un Front Mission, una franquicia que ha destacado desde siempre por su gran profundidad argumental, con personajes muy cuidados y elaborados e infinidad de situaciones imposibles por superar. En este aspecto, el juego se queda varios escalones por debajo de los est¨¢ndares del propio nombre que luce en su car¨¢tula, lo cual es una pena, porque los aficionados a la serie se llevar¨¢n una decepci¨®n en este aspecto. Es comprensible que se haya simplificado el argumento para facilitar la accesibilidad al t¨ªtulo de un nuevo p¨²blico, pero tampoco ofrece grandes ideas como para satisfacer a los ne¨®fitos, al no destacar en pr¨¢cticamente nada (salvo en las espectaculares secuencias de v¨ªdeo).
El abanico b¨¢sico de opciones de combate abarca disparos, golpear con el brazo, saltar y usar misiles, adem¨¢s de la opci¨®n de movernos r¨¢pidamente o realizar esquivas en cualquier direcci¨®n (y el a?adido del sistema EDGE, que ser¨¢ parte del eje central del argumento, quenos permite ralentizar la acci¨®n). Todo esto se divide entre los diversos botones del mando, siendo de f¨¢cil acceso y muy accesible para utilizar varios movimientos a la vez. Pero aunque pueda parecer que la variedad es escasa, nada m¨¢s lejos de la realidad, ya que habr¨¢ infinidad de combinaciones diferentes a la hora de personalizar nuestro mech, pudiendo emplear diversos tipos de armas. Y como es l¨®gico, seg¨²n la opci¨®n que hayamos elegido, la jugabilidad variar¨¢ acorde, debiendo amoldarnos y aplicar diferentes t¨¢cticas seg¨²n el arma que estemos utilizando.
Como es l¨®gico, no ser¨¢ igual disparar con metralletas que con un rifle francotirador, como es l¨®gico, de igual modo que podemos potenciar los ataques cuerpo a cuerpo o aplicar diferentes mejoras concretas en diversas secciones del mech (ya que podremos personalizar brazo izquierdo, brazo derecho, cuerpo, hombros?). Eso s¨ª, tendremos que prestar especial atenci¨®n al equilibrio general del wanzer, ya que habr¨¢ un l¨ªmite de peso que pueda soportar y que no podremos superar bajo ning¨²n concepto. La cantidad de opciones a nuestra disposici¨®n es muy importante, hasta el punto de que para los que no est¨¦n acostumbrados a este tipo de din¨¢micas pueden verse sobresaturados por la profundidad y las escasas indicaciones, por mucho que el interfaz intente ser lo m¨¢s accesible posible.
De hecho, por momentos el juego nos obliga a recurrir a esa excesiva personalizaci¨®n al ser altamente necesaria en determinados niveles. Afortunadamente, habr¨¢ modelos predeterminados que evitar¨¢n el complejo proceso de ajuste del wanzer a los que no deseen sumergirse en estas complejidades, pero hace patente que hay un problema de dise?o en el propio equilibrio del aspecto personalizador del juego, que se convierte en el eje central de la aventura, para bien o para mal. Poco m¨¢s hay que contar en cuanto a la aventura principal, ya que a partir de este punto la jugabilidad es muy b¨¢sica y nada que no hayamos visto en otras incursiones en el g¨¦nero. Es decir, recorremos ciudades a bordo de nuestro wanzer, acabando con todos os enemigos que nos salgan al paso.
Ser¨¢ importante saber buscar cobertura detr¨¢s de edificios para recuperar nuestros escudos, y habr¨¢ elementos por recoger o destruir ocultos por los escenarios, lo cual puede favorecer un poco la rejugabilidad del t¨ªtulo, pero nada especialmente llamativo. En ocasiones, tendremos misiones a pie, que sorprendentemente dejan que desear; son escasas, muy sencillas en planteamiento y resoluci¨®n, y hacen las veces de nexos argumentales entre secciones de wanzer, pero est¨¢n m¨¢s capadas que las misiones de mech (incomprensible que un robot salte pero un humano no lo haga, por ejemplo), y bastante poco inspiradas, convirti¨¦ndose en un a?adido hasta cierto punto innecesario.
En general, el juego resulta bastante divertido, pese a lo repetitivo de la mec¨¢nica o las carencias que presenta en cuanto a jugabilidad. Tiene alg¨²n que otro momento frustrante (sobre todo en niveles de dificultad elevados, ya que en f¨¢cil el juego es un paseo en el que es casi imposible que nos destruyan), pero nada que no incite a los usuarios a seguir intent¨¢ndolo hasta superar las adversidades, teniendo en cuenta desde el principio, claro est¨¢, que se trate del p¨²blico potencial del juego. Adem¨¢s de la aventura principal, el juego ofrece un interesante multijugador, no muy variado pero que alarga mucho la vida del t¨ªtulo y resulta una alternativa que mantiene muy bien el nivel.
Su ¨²nico problema nos lo encontramos en la escasez de modos de juego () y de mapas (con solo 5), ya que tras tan solo unas partidas el juego comenzar¨¢ a adolecer de una preocupante sensaci¨®n de repetici¨®n que lastra bastante a este modo multijugador. Si tenemos en cuenta que se ir¨¢n ganando puntos de experiencia a lo largo de las partidas y que podremos alcanzar un nivel m¨¢ximo de 70, algo que no ser¨¢ nada f¨¢cil, ser¨¢n muchas las horas que se deben invertir y, tal vez por eso mismo, la sensaci¨®n de repetici¨®n en las limitaciones del modo multijugador se hacen todav¨ªa m¨¢s evidentes. Adem¨¢s, cada una de las partidas es muy larga, debido a los requisitos de victoria exigentes o al amplio l¨ªmite de tiempo.
Los escenarios sufren un poco a la hora de recrear la gran escala de los wanzers, produci¨¦ndose un efecto de perspectiva algo mejorable, que sin ser tan dr¨¢stico como en el caso del antiguo Slave Zero, hace que nos olvidemos de estar pilotando un robot de grandes dimensiones en muchas ocasiones, sobre todo con los caminos abiertos a las m¨¢quinas gigantes. Las texturas de los wanzers son muy buenas, pero no as¨ª los escenarios, que en muchos casos parecen bastante planos y carentes de vida. Se podr¨ªa decir que son escenarios ideales para destruir sin ning¨²n tipo de remordimiento, pero tampoco podremos destruirlos demasiado, ya que tan solo provocaremos da?os menores en los entornos, lo cual es una pena ya que juega en contra de la credibilidad del uso de un mech gigantesco.
Destacan sobre todo, eso s¨ª, las secuencias de v¨ªdeo CG, muy espectaculares y con momentos cargados de ¨¦pica, propios de las obras de Square Enix. El apartado sonoro, por su parte, no es ninguna maravilla. Sin ser especialmente malo, la banda sonora tiene detalles interesantes pero no pasar¨¢ a la historia ni llama especialmente la atenci¨®n; tampoco el doblaje (en ingl¨¦s con subt¨ªtulos) resulta del todo convincente y satisfactorio. Una pena, ya que el juego es divertido, y si la jugabilidad, bastante satisfactoria, hubiese contado con un apartado t¨¦cnico algo superior se habr¨ªa visto potenciado y dejar¨ªa en general un mejor sabor de boca. La aventura, en total, gira en torno a las 10 horas, divididas en cinco actos; una duraci¨®n que se antoja escasa, sobre todo si tenemos en cuenta la duraci¨®n tradicional de los t¨ªtulos de la franquicia, que superan con creces esa cifra.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.