Forsaken, el FPS de 360 grados

En la d¨¦cada de los 90 exist¨ªa una compa?¨ªa como Acclaim que estaba en la cresta de la ola. Nombres como Mortal Kombat, licencias como Spider-man, NBA Jam, Alien o Turok se publicaron bajo su paraguas. La compa?¨ªa cerr¨® a principios de los 2000, pero entre los t¨ªtulos que nos dej¨® durante m¨¢s de 15 a?os de editora hubo uno con cierto halo especial: Forsaken. Un shooter en primera persona que destacaba por su libertad de movimientos a 360 grados en un mundo futurista repleto de mercenarios. No pas¨® a la historia, pero en su momento dej¨® huella por varios motivos a pesar de estar claramente inspirado en Descent, de 1995. Desde agosto est¨¢ disponible en formato remaster para PC y Xbox One.

El t¨ªtulo apareci¨® en PC, Playstation y Nintendo 64, y destac¨® por ofrecer un desarrollo al estilo Star Fox, con varios caminos seg¨²n la dificultad y lo que pudi¨¦ramos desbloquear a medida que avanz¨¢bamos. En este sentido, quienes quieran probar suerte con la versi¨®n remaster deben saber lo que se van a encontrar: un t¨ªtulo de mucha exploraci¨®n y disparos por doquier. La gracia que ten¨ªa en su momento es que naveg¨¢bamos libremente por lo alto y ancho de los escenarios, movi¨¦ndonos no solo girando a nuestro alrededor, sino tambi¨¦n hacia arriba y hacia abajo. Esa libertad, tan arcaica con los botones C del mando de Nintendo 64, era casi revolucionario en consolas para ese momento.

En una ¨¦poca en la que hab¨ªamos disfrutado de Turok y de Goldeneye, encontrarnos con la posibilidad de movernos tambi¨¦n en otros ejes imposibles para James Bond le daba un sabor a algo nunca visto, aunque la ejecuci¨®n del juego en general estuviera muy lejos de lo que ofrec¨ªan los dos juegos mencionados. Pero Forsaken era mucho m¨¢s que un FPS sobre naves espaciales donde acabas con todo tipo de enemigos y mercenarios. Era un t¨ªtulo que apostaba por la exploraci¨®n y los rompecabezas como mec¨¢nica inherente a su desarrollo.

Ampliar

Los niveles se dividen en misiones cerradas en lugares por norma claustrof¨®bicos, repletos de caminos y pasillos laber¨ªnticos. No se trata de ir de un punto A hasta un punto B, sino de solucionar las tareas que se nos indicaban en cada localizaci¨®n. En una, por ejemplo, deb¨ªamos pulsar una serie de interruptores para poder desbloquear una puerta que nos llevaba a la zona final. En otro, deb¨ªamos destrozar un motor gigantesco para poder hacer explotar una estaci¨®n de energ¨ªa. Hab¨ªa muchas m¨¢s propuestas, como escoltar un robot a lo largo de un camino en el que ten¨ªamos que ir abriendo paso entre enemigos e interruptores. Todo esto en medio de una ambientaci¨®n futurista que recrea los interiores de un mundo debastado por un experimento subat¨®mico que fue devastador.

A medida que vamos avanzando vamos encontrando todo tipo de secretos y coleccionables que permit¨ªan desbloquear nuevos contenidos, enfrentarnos a mercenarios -que luego pod¨ªan escogerse en el multijugador a pantalla partida- y que, en definitiva, aportaba cierta rejugabilidad al t¨ªtulo. Los jefes finales o una dificultad infernal en sus niveles m¨¢s elevados eran el colof¨®n para un juego que hac¨ªa muy bien eso de darnos total libertad de movimiento. Adem¨¢s, su dise?o totalmente laber¨ªntico provocaba que tuvi¨¦ramos que hacer constante backtracking y buscar recovecos no explorados en el mapa -tridimensional- que pod¨ªamos primero buscar en el escenario como si de Zelda se tratara y luego consultarlo cuando fuera necesario.

Ampliar

Todo ello acompa?ado con un multijugador que a los que disfrutamos de la entrega en Nintendo 64, nos dej¨® momentos imborrables como tantos otros que vivimos en Library de Goldeneye o con el Cerebral Bore de Turok. Contaba con varios modos totalmente personalizables, que iban desde el todos contra todos hasta cazar la bandera o Bounty Hunt. La gracia estaba en el gran elenco de armas disponible, tanto por los disparos l¨¢ser como el tipo de bombas y minas que ten¨ªamos disponibles, capaces de preparar trampas y emboscadas por doquier (y todas, claro est¨¢, presentes en la campa?a para un jugador). Entre el elenco de arsenal disponible, brillaba con luz propia el Titan, un m¨ªsil nuclear que acababa con todos de un impacto. Conseguirlo, esconderse y destrozar a todos los enemigos en una zona com¨²n era una sensaci¨®n indescriptible.

Forsaken no pasar¨¢ a la historia dentro del FPS, pero cuando sali¨® a mediados de los noventa hizo cosas que no hab¨ªamos visto y las hizo medianamente bien. Fue una sorpresa que Night Dive Studios decidiera lanzar un remaster de este t¨ªtulo (anteriormente hizo los de Turok). El resultado final del mismo es mucho m¨¢s satisfactorio de lo que uno puede esperarlo de un juego de 1998. A nivel visual, estamos ante el mismo juego pero con resoluci¨®n HD que aporta m¨¢s detalle y limpieza a la imagen. Donde destaca el remaster es en el control. La integraci¨®n del movimiento por alto y ancho con el stick derecho funciona a la perfecci¨®n, permitiendo apuntar y movernos con una agilidad que no tuvimos hace 20 a?os ni por asomo. Junto a ello, un modo multijugador que da el salto al online -aunque no esper¨¦is mucha gente para probarlo- y una versi¨®n ¡°definitiva¡± al incorporar no solo el juego base, sino tambi¨¦n esos niveles y enemigos que fueron exclusivos de la versi¨®n de Nintendo 64. Por desgracia, tambi¨¦n contaba en su salida con algunos bugs y crasheos que, eso s¨ª, parecen haberse solucionado en su mayor parte con uno de los ¨²ltimos parches.

Ampliar

En definitva, Forsaken forma parte de la historia primeriza de los juegos de acci¨®n en primera persona que vieron la luz en consolas. Tambi¨¦n estaba en PC, est¨¢ claro, y ah¨ª el ritmo de propuestas y publicaciones del g¨¦nero era mucho mayor. Por eso seguramente Forsaken nos dej¨® algo m¨¢s de huella entre los jugadores de consola, que apenas hab¨ªamos visto juegos controlables en primera persona de manera decente (Goldeneye fue un milagro) y que nos topamos con una libertad de movimiento casi in¨¦dita hasta la fecha. Si alguien quiere tirar de nostalgia, no hay duda que Forsaken Remastered le saciar¨¢ esa sed.