El pinball psicod¨¦lico

?No os cre¨¦is que un juego de estas caracter¨ªsticas pueda conseguir el ansiado calificativo de original? Pues lo cierto es que hasta la introducci¨®n es, cuando menos, ins¨®lita: las desventuras de un mono con una ca?a intentando pescar algo, en una pixelada secuencia aleatoria, distinta cada vez que carguemos el juego. Al comenzar a jugar -por el principio, como est¨¢ mandado- empezamos a catar lo que puede ofrecernos Flipnic: mesas gigantescas compuestas de varios tableros unidos por enlaces de diversa naturaleza.

Pero conforme avanzamos de nivel el juego nos ir¨¢ resultando cada vez m¨¢s distinto a todo lo que pod¨ªamos esperar de ¨¦l. Las luces de ne¨®n comienzan a invadir las psicod¨¦licas mesas -no se me ocurre adjetivo m¨¢s apropiado- y comprobamos que la bola es capaz de brincar, disparar y multiplicarse. Nuestra habilidad a la hora de emplear los petacos para impulsar la bola y evitar que ¨¦sta no caiga de la mesa ser¨¢ tan importante como la de saltar en el momento justo o afinar en la punter¨ªa con el l¨¢ser ante un final boss, por poner un ejemplo descriptivo.

Y despu¨¦s, justo despu¨¦s de tal vor¨¢gine de efectos especiales, volvemos al pasado en un entra?able homenaje a los primeros juegos de pinball que aparecieron en las m¨¢quinas arcade all¨¢ por finales de los 70.

Cada mesa encierra una ingente cantidad de subjuegos, los cuales ser¨¢n la clave para poder pasar de fase. Nuestro principal cometido ser¨¢ completar las subtareas de color rojo, mientras que las de color amarillo nos servir¨¢n para acumular puntos y, por supuesto, para aumentar nuestro entretenimiento. Un entretenimiento que vendr¨¢ complementado por el modo multijugador, dise?ado en forma de cuatro juegos que enfrentan a un humano contra otro y convirtiendo la mesa de billar en un campo de f¨²tbol o una cancha de baloncesto. Extra?o, original y complejo a la vez, todo a partir de una idea tan simple como antigua. Solo por eso merece la oportunidad de que lo prob¨¦is, porque en muchas ocasiones nos dar¨¢ la sensaci¨®n de estar viendo algo absolutamente nuevo. Otra cosa ser¨¢ que la acumulaci¨®n de tareas a realizar y la sensaci¨®n de ?caos' que a veces tendremos al recorrer las mesas agraden a todo el mundo.

g? r? ¨¢? f? i? c? o? s
Partiendo de la base de que al fin y al cabo esto es un pinball -a veces muy en el fondo-, Sony ha conseguido recrear un entorno gr¨¢fico tremendamente espectacular. En total tendremos cuatro niveles diferenciados, los cuales habr¨¢ que ir desbloqueando conforme avanzamos en el juego. Las tablas que componen las diferentes mesas est¨¢n modeladas en tres dimensiones, lo cual permite que el programa juegue con las c¨¢maras en cada momento, ofreci¨¦ndonos cambios de vista, alejamientos y primeros planos de zoom que resultan bastante efectivos y espectaculares.

Obviamente el detalle de las texturas y efectos gr¨¢ficos no se va a colocar a la cabeza de la tecnolog¨ªa jugable del cat¨¢logo Ps2, pero s¨ª es verdad que la variedad de los mismos ser¨¢ ingente, destacando la iluminaci¨®n din¨¢mica utilizada para recrear las luces de ne¨®n o la texturizaci¨®n a modo de cristal l¨ªquido en algunos de los enemigos que nuestra intr¨¦pida bola deber¨¢ derrotar. Las animaciones y el scroll de pantalla se llevan a cabo con mucha fluidez, y a pesar de la carga gr¨¢fica que a veces pueda darse, no hallaremos ni rastro de ralentizaciones.

Hablando de la bola, hay que decir que se ha conseguido recrear perfectamente la simulaci¨®n f¨ªsica, tanto en su peso y su movimiento de inercia, como en la acci¨®n-reacci¨®n con los impactos de los petacos. En todo momento tendremos la sensaci¨®n de que verdaderamente hay una bola met¨¢lica que rebota contra todo tipo de obst¨¢culos en la mesa. Sony sab¨ªa que este detalle es totalmente esencial en un juego de estas caracter¨ªsticas, y no ha fallado en su cometido.

Cada vez que activemos un subjuego asistiremos a la reproducci¨®n de un v¨ªdeo no interactivo -de calidad bastante decente- que presentar¨¢ el desarrollo del mismo. Este hecho nos agradar¨¢ la primera vez que lo veamos, pero en sucesivas ocasiones har¨¢ que perdamos el fren¨¦tico ritmo al que nos acostumbra el juego, ya que no se pueden saltar. En mi opini¨®n se trata de un fallo que pod¨ªa haberse evitado f¨¢cilmente, puesto que no tiene mucho sentido ofrecer tales pausas en la acci¨®n. A¨²n as¨ª, uno se llega a acostumbrar. As¨ª descansamos los dedos unos instantes?

s? o? n? i? d? o
La banda sonora que se incluye en este DVD presenta una amplia gama de cortes musicales, los cuales van a ir cambiando seg¨²n lo que se vaya desarrollando en el tablero de juego. Cada uno de los cinco entornos que nos ofrece el juego tendr¨¢ su propio estilo de m¨²sica, acorde con sus caracter¨ªsticas? m¨²sica a ritmo de samba para la selva o toques techno para la mesa de metalurgia. Tan pronto escucharemos melod¨ªas relajantes -cuando la actividad en la mesa sea tranquila- como m¨²sicas ca?eras para acelerar a¨²n m¨¢s el ritmo de juego. Sin grandes alardes, cumplen perfectamente en su funci¨®n de ambientar cada nivel.

j? u? g? a? b? i? l? i? d? a? d
Gracias a la estupenda f¨ªsica -antes mencionada- que Flipnic ofrece, la bola se mueve y reacciona de forma totalmente realista, permitiendo calibrar con nuestro gamepad la potencia justa y necesaria para los retacos en cada momento dependiendo de donde necesitemos dirigir la bola. Esto posibilita que podamos afrontar los numerosos retos que tendremos que superar para completar al cien por cien el juego y descubrir todos sus secretos. Y es que cada una de las cuatro mesas contiene m¨¢s de una decena de subtareas distintas que asegura una rejugabilidad bastante duradera.

Precisamente en este punto radica el ¨²nico gran defecto que se le puede achacar a Flipnic, y es que Sony, en su af¨¢n de rizar el rizo, ha complicado en demas¨ªa determinadas zonas de juego. Algunos minijuegos son demasiado confusos y complejos de realizar, ya que dependen mucho de la direcci¨®n en la que salga despedida la bola al chocar con determinados obst¨¢culos, cosa que en muchas ocasiones es aleatoria; por otra parte, existen zonas a las que resulta demasiado complicado acceder siendo esenciales para completar el nivel correspondiente, hecho que puede llegar a desesperar al m¨¢s curtido en estas lides.

Dejando a un lado los puntos oscuros del programa, que ya hemos comentado extensamente en las primeras p¨¢ginas de este an¨¢lisis, Flipnic ofrece en l¨ªneas generales una experiencia jugable bastante satisfactoria y sobre todo original, mezcla del pinball m¨¢s cl¨¢sico con pinceladas de acci¨®n y plataformas.

c? o? n? c? l? u? s? i? ¨®? n
Un pinball exc¨¦ntrico, surrealista, complejo y muy, muy divertido. Sony no se ha contentado con poner un notable aspecto t¨¦cnico al servicio de un pinball tradicional. Al contrario, ha ido mucho m¨¢s lejos, cogiendo ideas de aqu¨ª y de all¨¢ y realizando todo un derroche de creatividad a la hora de dise?ar las mesas de modo que nadie quede indiferente ante esta original obra l¨²dica. Por esto y por muchos m¨¢s detalles, Flipnic merece toda tu atenci¨®n.