El Drag¨®n Oscuro

Nota: pese al idioma de las im¨¢genes, el juego se encuentra completamente traducido al castellano.

La primera entrega de Fire Emblem data de 1992, un buen juego de estrategia para NES que sent¨® las bases de la que con el paso del tiempo se convertir¨ªa en la saga por antonomasia de Intelligent Systems, una de las muchas compa?¨ªas que anexas a Nintendo ha logrado otorgar ese plus de calidad y diversi¨®n a sus juegos.  La explosi¨®n de la franquicia no se producir¨ªa hasta la aparici¨®n de numerosas entregas para SNES, que con el paso del tiempo alcanzar¨ªan un m¨¢s que merecido status de culto, mayormente debido a que la serie nunca ha obtenido una repercusi¨®n muy grande fuera de las fronteras orientales. Como en tantos otros casos, lo que en Estados Unidos y Europa se mira con recelo, en Jap¨®n es un aut¨¦ntico ¨¦xito de ventas, un hecho que se ha venido revelando sobre todo en las adaptaciones de Wii que se han alzado con fuerza en las listas de ventas.

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Qu¨¦ mejor forma de celebrar los m¨¢s de quince a?os que lleva la saga asentada en el mercado que ofreciendo un remake del primer Fire Emblem en ver la luz, que tras su exitosa aparici¨®n por el mercado del pa¨ªs del sol naciente llega a Europa y m¨¢s concretamente a Espa?a completamente traducido al castellano y en una ¨¦poca muy propicia para descubrir juegos de notable calidad que por su tem¨¢tica no logran destacar por s¨ª solos entre la ingente competencia a la que tiene que hacer frente. No hay que olvidar que en el ¨²ltimo a?o en Jap¨®n se ha producido una aut¨¦ntica avalancha de RPGs estrat¨¦gicos en los que el g¨¦nero se ha reinventado a s¨ª mismo, algo en lo que ha contribuido enormemente las posibilidades de una port¨¢til que no deja de sorprender a cada nuevo t¨ªtulo que analizamos, y que este hecho es un ejemplo m¨¢s de la original propuesta que sigue planteando Intelligent Systems.

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Shadow Dragon es un buen ejemplo de los m¨²ltiples caminos que se pueden tomar a la hora de concebir un SRPG. En ¨¦l prima ante todo la estrategia que empleamos durante los combates, con unidades de distintas clases y con habilidades variopintas que nos permiten desarrollar los enfrentamientos de un modo distinto cada vez que as¨ª lo deseamos. En este sentido, se ha respetado la mec¨¢nica del juego original, por lo que pese a las notables diferencias entre ambas versiones la esencia sigue siendo la misma. Esta vez se ha querido ir un poco m¨¢s lejos al incluir un complet¨ªsimo modo multijugador, uno de los alicientes del cartucho, que nos ofrece la posibilidad de disputar un combate contra un usuario situado en cualquier parte del mundo.

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Siglos atr¨¢s en el tiempo, un ser malvado conocido como Medeus logra hacer sucumbir a la humanidad gracias al poder del Drag¨®n de las Sombras, a quien un grupo de h¨¦roes lograr¨ªa derrotar devolviendo la paz en el mundo. Con el paso del tiempo Medeus reaparece junto al mal¨¦fico Drag¨®n, comenzando a sembrar el caos en el mundo, y en esta ocasi¨®n es Marth el ¨²nico heredero de la familia Rea Akaneia capaz de portar la Falchion. Esta espada m¨¢gica embebida con el poder de la luz s¨®lo puede ser portada por un noble guerrero destinado a convertirse en el salvador del mundo, y a poco de comenzar la aventura se convertir¨¢ poco menos que en una pesadilla para el pr¨ªncipe, quien observa impotente c¨®mo sus camaradas y amigos van perdiendo la vida en nuestro sendero hacia la libertad.

Marth es un h¨¦roe responsable, concienciado con los personajes que le rodean y que le protegen en todo momento. Que el pr¨ªncipe es el ¨²nico capaz de portar la Falchion es algo de lo que es consciente desde que finaliza el pr¨®logo; el transcurso de la aventura nos desvela los mal¨¦ficos planes de Medeus mientras socorremos pueblos, fortalezas y otros escenarios en los que la ayuda de los caballeros de Altea, tierra natal de Marth, se torna imprescindible. Parte de la fuerza del argumento tiene que ver con el hecho de contar con personajes humanos que se preocupan por sus allegados, con un pr¨ªncipe querido y apreciado por el pueblo al que todo el mundo presta ayuda sin pens¨¢rselo dos veces. La mayor parte del tiempo combatimos contra otros humanos que se manejan por grupos y que gozan de una inteligencia artificial loable, como veremos m¨¢s adelante.

Al abandonar nuestro reino de origen perdemos tambi¨¦n el apoyo de un ej¨¦rcito cualificado y preparado que nos respalde en combate. Por esta raz¨®n s¨®lo contamos con un n¨²mero limitado de unidades amigas que se va ampliando paulatinamente, mezclando de forma homog¨¦nea nuevas clases de guerreros con personajes cuyo papel es trascendental en el devenir de los acontecimientos. Entre todos, la princesa Elice secunda el protagonismo de Marth, convirti¨¦ndose en una de las figuras m¨¢s importantes de cuantas se presentan en la historia. Su car¨¢cter bondadoso y abierto hacia quienes la rodean no presenta m¨¢s rasgos caracter¨ªsticos que estos, al igual que en el caso de Marth, Jorgen -uno de sus leales caballeros- o de pr¨¢cticamente cualquier otro que encontremos por el camino.

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El argumento es una pieza fundamental en el que se echa en falta m¨¢s profundidad en todos los sentidos, lo cual no quiere decir que no sea capaz de captar la atenci¨®n del jugador e impulsarle a seguir jugando. Sencillamente se percibe con claridad la esencia del original en cuanto a la ligereza de la historia, que con algunos giros inesperado en el gui¨®n y con el continuo baile de personaje es capaz de mantener cierta firmeza desde el principio hasta el final de la aventura. Hay a quienes no les sentar¨¢ bien este comentario, pero es poco menos que evidente que la historia est¨¢ un nivel por debajo de los Fire Emblem de nueva generaci¨®n, al menos respecto a la profundidad de las conversaciones e incluso de las situaciones que vivimos, principalmente dado que se recurre constantemente a las convenciones del g¨¦nero -algo que justificamos, como venimos aclarando a lo largo del texto, trat¨¢ndose de un remake de un t¨ªtulo de NES-.

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En la pr¨¢ctica el manejo de los personajes apenas ha cambiado, con elecci¨®n a manejar las acciones desde la cruceta y los botones o simplemente mediante el stylus y la pantalla t¨¢ctil, siendo lo m¨¢s productivo emplear ambas mientras estemos inmersos en los combates. Pocas veces hab¨ªamos visto un control tan preciso e intuitivo con el que manejar a nuestro antojo las unidades de las que disponemos, consciente de sus propios defectos y siendo perfectamente capaz de disimularlos en todo momento. No obstante, por encima de esta faceta destaca a¨²n m¨¢s si cabe la genial adaptaci¨®n de la pantalla superior, que en todo momento nos facilita el acceso a las condiciones de las unidades, su equipamiento y el estado de las armas que hemos equipado. Si lo deseamos tambi¨¦n podemos acceder a un peque?o mapa en el que visualizamos la disposici¨®n tanto nuestra de los enemigos en el campo de batalla, muy ¨²til para decidir por qu¨¦ zona nos conviene abordar al contrincante.

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Es crucial saber manejar y disponer de las habilidades propias de cada unidad, tanto en lo que se refiere a su rango de movimiento como al ataque. El sistema de clases recuerda a duras penas a los ?jobs' o trabajos de Final Fantasy, aunque llevado a la pr¨¢ctica de un modo mucho menos exigente y sencillo. De este modo encontramos distintas clases de guerreros, ladrones, magos, curanderos, etc¨¦tera, que s¨®lo pueden manejar un tipo determinado tipo de armamento. Existe una gran distinci¨®n entre las unidades que van a pie y las que cuentan con cualquier tipo de medio de transporte, entre las de corto y largo alcance a la hora de atacar. A estas alturas el sistema es suficientemente conocido para cualquiera que haya disfrutado alguna vez de un SRPG que atesore cierta calidad, de los que sobran a patadas en Nintendo DS, por lo que no se presta a muchas sorpresas.

Llegados a cierto punto tendremos potestad para elegir a qu¨¦ clase queremos que pertenezca cada guerrero en los momentos previos al combate, como tambi¨¦n una armer¨ªa siempre dispuesta a la reparaci¨®n y compra/venta de armas. Existe un gran n¨²mero de factores externos a los personajes a tener en cuenta, como el estado de las armas, ya que estas se pueden romper en combate tras un uso demasiado dilatado en el tiempo, e incluso las caracter¨ªsticas positivas y negativas que nos confieren al ser equipadas. Es tan importante estar bien previstos de armas y objetos que durante la mayor parte del juego contamos con un carro en el que portamos todos los utensilios de los que disponemos cuya presencia agradeceremos enormemente una vez superado el ecuador de la aventura. 

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Lo gracioso es que en cada combate nos podemos enfrentar f¨¢cilmente ante treinta o cuarenta unidad, replegadas por el mapa en grupos o rara vez de forma individual, lo que nos asegura tener que medir y prever los movimientos enemigos antes de entrar ?a saco', como se dir¨ªa popularmente, algo que nos lleva irremisiblemente ante el fracaso. Perder una unidad es un doble castigo, ya que no s¨®lo desaparece del combate sino que lo hace definitivamente del argumento, ya sea en el modo normal o dif¨ªcil. En ocasiones nos conviene regalar alguna unidad, emplearla como cebo -el argumento nos obliga a sacrificar a varias unidades por fuerza- o protegerla aunque ello nos cueste perder algunos turnos. En todos los escenarios nos aguarda un ¨²ltimo enemigo final, especialmente duro de pelar, del que tendremos que dar buena cuenta con las unidades m¨¢s poderosas y resistentes de las que dispongamos.

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Es relativamente sencillo subir de nivel, hacer que las unidades prosperen, pese a que disponemos de un m¨¢ximo de 14 por combate. Siempre entramos en inferioridad num¨¦rica, lo que le concede un plus de dificultad por otro lado bastante habitual en los SRPGs. Hay que tener en cuenta que estamos ante un cartucho exigente con dos modos de dificultad que no est¨¢ pensado para jugadores que busquen acci¨®n instant¨¢nea o movimientos r¨¢pidos. La sensaci¨®n que transmite Fire Emblem es m¨¢s la de haber sido capaces de elucubrar c¨®mo organizarnos para no ser flanqueados en el momento menos inoportuno, o para que seamos nosotros los que damos la vuelta a la tortilla con un ataque sorpresa. Son conceptos que hacen recordar a los grandes juegos de estrategia para PC, salvando las diferencias. Es por ello que la presencia del modo Online se torna tan importante en un cartucho que salvo algunos extras -teatro de escenas y melod¨ªas, por ejemplo- no ofrece mucha variedad en este aspecto.

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La infraestructura funciona sin problemas de conexi¨®n y con fluidez, quiz¨¢s en parte debido al buen trabajo elaborado con el aspecto art¨ªstico y t¨¦cnico del cartucho, del que no hemos menci¨®n alguna hasta el momento en pos de destacar las novedades jugables. Hay un abismo entre la edici¨®n original de NES y esta que hoy presentamos, tanto a nivel de escenarios como en la recreaci¨®n de las escenas que narran el argumento, llevada a cabo por medio de bellos artes conceptuales creados para la ocasi¨®n. El motor gr¨¢fico es una evoluci¨®n del que pudimos apreciar en GBA hace unos cuantos a?os, con un gran abanico de localizaciones y de mapas en los que combatimos. Esper¨¢bamos algo m¨¢s del dise?o de los personajes e incluso de las animaciones que presenciamos al golpear a un enemigo, donde se echa de menos m¨¢s variedad en cuanto al dise?o de los guerreros. Sin embargo, el nivel gr¨¢fico es notable y sale muy bien parado si se compara con el de sus hom¨®nimos para SNES, GBA o Wii.

En la misma l¨ªnea est¨¢ el apartado sonoro, en la que el destaca la ausencia de voces en pos de melod¨ªas ¨¦picas en funci¨®n de los acontecimientos que est¨¦n teniendo lugar en combate o en el argumento. No desentona por tampoco destaca, y es una l¨¢stima porque Nintendo DS ya ha mostrado sobradamente de qu¨¦ es capaz la consola y la importancia de contar con un apartado sonoro sobresaliente para ayudar a mejorar la ambientaci¨®n del t¨ªtulo.

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