FAR: Changing Tides
- PlataformaXBS7.5PS47.5XBO7.5PS57.5PC7.5
- G¨¦neroAventura, Acci¨®n
- DesarrolladorOkomotive
- Lanzamiento01/03/2022
- TextoEspa?ol
- EditorFrontier Foundry
Far: Changing Tides, an¨¢lisis. Velas solitarias y mareas cambiantes
Okomotive sigue profundizando en el mundo del exitoso y laureado Far: Lone Sails con un segundo t¨ªtulo que lo complementa en un c¨ªrculo perfecto.
El concepto de Far surge en 2015, como Tesis de licenciatura de Don Schmocker mientras terminaba sus estudios de dise?o de juegos en la Universidad de las Artes de Z¨²rich. Las buenas cr¨ªticas que recibi¨® ya entonces lo animaron a profesionalizarse fundando un estudio de videojuegos. As¨ª, con la ayuda de Goran Saric como cofundador y otros cuatro amigos de Facultad, naci¨® Okomotive. Tras lanzar con ¨¦xito en 2018 Far: Lone Sails, acaban de entregar Far: Changing Tides, que no es una secuela y s¨ª una imagen especular que se mueve en direcci¨®n hacia el primer t¨ªtulo.
Vemos pues necesario repasar qu¨¦ ofrec¨ªa Lone Sails para componer la imagen completa que forma con Changing Tides. Desde ya os animamos a que os hag¨¢is con ¨¦l y lo jugu¨¦is en primer lugar (con el nuevo t¨ªtulo navegando los mares de internet, no es extra?o encontrar a su gemelo en oferta). Os aseguramos mayor placer a la hora de enfrentar la propuesta m¨¢s reciente de Okomotive, y de disfrutar por completo de la sugerente experiencia que propone.
Velas solitarias
Far: Changing Tides muestra un des¨¦rtico paisaje posapocaliptico donde un personaje niega su soledad en una eterna huida hacia adelante. Hablamos de personaje y no protagonista porque este peque?o ser, casi insignificante por su tama?o en pantalla, enmudece ante el paisaje que le rodea. Est¨¢ a expensas de lo ¨¢rido de mares sin agua, de desiertos con sal de arena. El protagonismo est¨¢ en ese omnipresente yermo plagado de ruinas aqu¨ª y all¨¢, y en el destartalado veh¨ªculo que lo transita bajo la sombra de nubes tormentosas y gigantescos buques varados.
Ese veh¨ªculo, construido a base de chatarra y con velas cosidas de retales, es a duras penas el ¨²nico lugar seguro en medio de un entorno que tolera con dificultad la vida. Algunas manadas de mam¨ªferos aparecen dispersas y tranquilas mientras contadas aves surcan los cielos. Los que habitaron antes esas tierras lo destrozaron todo en una lucha fratricida. Se trata de otro mundo, pero bien podr¨ªa haber sido el nuestro, ?verdad?
En su rodaje de izquierda a derecha de la pantalla, la narrativa se despliega lenta como el propio veh¨ªculo en su eterna andadura. Las pinturas y las ruinas que se cruzan en el camino son jerogl¨ªficos para el jugador con los que descifrar antiguos tiempos otrora pr¨®speros, antes de que la sinraz¨®n arrasara la vida y los mares.
Ese peque?o habit¨¢culo rodante se mantiene en movimiento a base de combustible s¨®lido con el que alimentar su caldera y del caprichoso viento que infla intermitente sus velas. La mec¨¢nica de juego se despliega poco a poco facilitando las cosas justo antes de que una tras otra se puedan volver cansadas por repetitivas. Apagar fuegos, reparar aver¨ªas, intercambiar acciones entre las velas y la locomoci¨®n a motor, resolver puzles que allanen el camino¡ Si antes el peque?o personajillo ten¨ªa que bajar de vez en cuando para recoger objetos para la caldera, una oportuna actualizaci¨®n de la nave en un herrumbroso edificio provee de un artefacto con el que ir succion¨¢ndolos sin tener que bajar el ritmo. Esa es la filosof¨ªa general que se extiende a todo el juego y que incide en su misma duraci¨®n. Tras unas pocas horas y antes de que aparezca el cansancio por una jugabilidad agotada, una fogata en el l¨ªmite que marca un mar, este s¨ª, con agua, da la bienvenida a los escuetos t¨ªtulos de cr¨¦dito.
Mareas cambiantes
El ¨¦xito de cr¨ªtica de Far: Lone Sails en PC, posiblemente acompa?ada de una satisfactoria recepci¨®n por parte de los jugadores, anim¨® a Okomotive a embarcarse en un nuevo juego. Este empez¨® a dar sus primeros pasos mientras Lone Sails se portaba a consolas y el equipo de desarrollo crec¨ªa hasta los nueve miembros. El primer t¨ªtulo ten¨ªa un final abierto, por lo que dudamos si lo que cuenta Changing Tides estaba planeado desde un principio. El caso es que ambos, jugados uno tras otro, hacen subir puntos en la sensaci¨®n final que nos produce la llegada de los nuevos cr¨¦ditos.
Far: Changing Tides responde a lo habitual en estos casos: es m¨¢s de todo. Se complica la direcci¨®n art¨ªstica, m¨¢s minimalista en Lone Sails, pero se mantiene ese esp¨ªritu ¨²nico, muy pict¨®rico, como dibujado a mano. Aunque casi imperceptible, su duraci¨®n tambi¨¦n crece. La esplendida m¨²sica sigue haciendo acto de presencia solo en momentos puntuales, pero aumenta en calado. El desplazamiento lateral se expande en vertical, tanto en la escalada de altas torres como en las inmersiones en los fondos marinos. Porque esa es la gran diferencia, aquel barco que rodaba por lechos secos es ahora una embarcaci¨®n en toda regla. Todo est¨¢ inundado, lo que permite implementar nuevas formas de exploraci¨®n y adherir nuevas capas de profundidad a los sencillos puzles. Nos parece m¨¢s original la propuesta de embarcaci¨®n de Lone Sails, pero Changing Tides se las apa?a para suplir esa carencia con sorpresas muy medidas que nos hacen asentir complacidos mientras esbozamos una sonrisa.
Conforme sentimos que la conclusi¨®n se acercaba, nos apareci¨® en mente la posibilidad del que ser¨ªa el mejor final posible. La ¨²ltima estampa de Lone Sails, aquel final abierto y esperanzado, pod¨ªa encontrar cierre y sentido al darse la mano con el de Changing Tides. Y no nos equivocamos. Era exactamente ese. Un esquivo a la soledad y al eterno vagar, una semilla sobre la que hacer crecer un futuro titubeante, pero a la vez lleno de emoci¨®n.
Descubiertas las cartas, s¨ª que echamos en falta un punto extra de riesgo que habr¨ªa terminado de redondear la intenci¨®n de c¨ªrculo perfecto. Ese dedo que acercamos hacia el espejo hasta que toca a su reflejo merec¨ªa que todo el viaje de Changing Tides se hubiera realizado de derecha a izquierda, al encuentro de Lone Sails, que est¨¢ realizado desde el habitual izquierda/derecha. Y no es imaginaci¨®n nuestra. El ¨²ltimo par de minutos el juego se muestra as¨ª, expresando un conocimiento por parte de los desarrolladores del mayor sentido que adquiere todo.
?A qu¨¦ viene de repente una imagen de Los Vengadores? En occidente solemos representar la acci¨®n de izquierda a derecha. Viene del sentido de la escritura, es asimilado por el c¨®mic y se traslada al audiovisual. Tan interiorizado tenemos esto que, en una pel¨ªcula, por ejemplo, hacerlo al rev¨¦s se percibe como oposici¨®n o retroceso. As¨ª, volviendo a Far: Changing Tides y lo comentado en el anterior p¨¢rrafo, est¨¢ claro que la decisi¨®n tomada es consciente y comercial. Proponer el juego al contrario del flujo habitual habr¨ªa causado extra?eza en el usuario medio y, tal vez, menos ventas. Pero imaginad, qu¨¦ forma m¨¢s original de promover la escasa rejugabilidad del t¨ªtulo habr¨ªa sido desbloquear, tras el final, una partida+ especular. A veces son sutiles las diferencias entre el juego independiente y el que lo es, tambi¨¦n, de autor.
Conclusi¨®n
Far: Changing Tides viene a complementar lo contado en Far: Lone Sails. Ambos t¨ªtulos cortos y de pareja duraci¨®n, conviene jugarlos seguidos para disfrutar de lleno del bonito y esperanzador final (Subidle medio punto a la fr¨ªa nota si lo hac¨¦is as¨ª). Son dos obras que adquieren sentido fusionadas en una sola. Pero ojo, hay que saber a qu¨¦ atenerse, mirar antes los trailers para ver si una propuesta tan particular va con nosotros. Y es que su lento devenir jugable bien podr¨ªa pasar por un walking Simulator de desplazamiento lateral en ciertos momentos de calma. El resto del tiempo, unas mec¨¢nicas que requieren de nuestra permanente atenci¨®n lo trasladan hac¨ªa la exploraci¨®n y la gesti¨®n de recursos. A pesar de ello el juego suele mostrase amable, ya que su econom¨ªa est¨¢ lo suficientemente medida y meditada para que nunca nos veamos vendidos y varados. Surcamos un eterno mar en nuestra extra?a embarcaci¨®n que pronto asimilamos tambi¨¦n como nuestro hogar. <br></br>Tal vez no resulta tan original como ese barco rodante del primer t¨ªtulo, pero, por contra, contamos aqu¨ª con una verticalidad mayor que rompe la horizontalidad general. Altas torres que rascan la panza de las nubes y hondas simas submarinas enriquecen de posibilidades jugables. Como en Lone Sails, se evita el aburrimiento de una limitada propuesta a base de una duraci¨®n acertada y de contadas reformas en nuestra nave que van facilitando las cosas. Sorpresas muy bien colocadas en ciertos momentos y un final, no por esperable menos satisfactorio, que se da la mano con el primer juego, hacen de este d¨ªptico una obra emocional, cercana y notable. Como rezaba el t¨ªtulo de la pel¨ªcula del alem¨¢n Win Wender, ?Tan lejos, tan cerca! Eterna huida hacia adelante, siempre existe la esperanza de poder esquivar nuestra soledad, y en Far se expresa con la angustia del movimiento continuo¡ Hasta que podamos parar, porque ya no sea necesario.
Lo mejor
- Tiene mucha personalidad.
- Su justa duraci¨®n, que esquiva el posible cansancio por una jugabilidad limitada y tendente a la repetici¨®n de peque?as acciones.
- Mayor verticalidad que en Lone Sails enriquece la general horizontalidad del t¨ªtulo.
- Su direcci¨®n art¨ªstica, minimalista y pict¨®rica; y su bella m¨²sica, que brilla remarcando ciertos momentos.
- Su final, que cierra el que dej¨® abierto Lone Sails.
Lo peor
- Por corto y demasiado tranquilo, puede decepcionar al jugador despistado.
- Un punto m¨¢s de riesgo habr¨ªa redondeado del todo el c¨ªrculo que propone con su narrativa.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.