Fantasia Music Evolved

Los estudios Harmonix son un pleno referente en los videojuegos musicales. Marcas como Guitar Hero, Rock Band o Dance Central han salido de este inventivo equipo de mentes y m¨²sicos afincado en Massachusetts y que tan buenos momentos de fiestas en el sal¨®n nos ha regalado. La m¨²sica entrelazada a propuestas arcade muy accesibles y naturales de ejecutar pero bastante profundas a la larga y que cuesta dominar crean desaf¨ªos cruciales donde el jugador siente que controla el sonido y tiene que tener destreza y reflejos para actuar en consonancia a lo que ve y oye. Ahora, tras los potentes Dance Central en consolas Xbox, llega a las mismas Xbox One y Xbox 360 Disney Fantasia: Music Evolved, la evoluci¨®n de su f¨®rmula con Kinect y la que probablemente sea su propuesta m¨¢s creativa y libre, no por ello la m¨¢s adictiva y desafiante, tampoco como f¨®rmula en compa?¨ªa. Y a un precio recomendado algo elevado de 59,95 euros.

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Un mundo de color, viveza y formas inimaginables que se ponen en movimiento bajo los destellos de nuestra batuta virtual y al ritmo de grandes canciones de todos los tiempos, de la historia del pop-rock y de las tendencias electr¨®nicas m¨¢s actuales. ?ste es el listado de singles que tendremos que manejar con nuestros brazos y sus trazos, cual directores de orquesta, en plena referencia al Cl¨¢sico de Walt Disney de 1940, Fantas¨ªa. Y al episodio El Aprendiz de Brujo, donde Mickey Mouse controla las escobas m¨¢gicas que limpian el castillo del mago Yen Sid.

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Music Evolved nos convierte en directores de orquesta, llevando el ritmo y entradas instrumentales, acompa?ando las melod¨ªas con el trazo que hagamos con los brazos en alto, o golpeando al viento junto a los toques de percusi¨®n. La sincronizaci¨®n es perfecta y las sensaciones de que todo ocurre y suena seg¨²n nuestros movimientos, tambi¨¦n. Digno de Harmonix, como ya han demostrado trabajar a altos niveles con Kinect en Dance Central, o tan bien hicieron funcionar las guitarras y dem¨¢s instrumentos de juguete en Guitar Hero y Rock Band. La propuesta aqu¨ª es hacer barridos con las manos, trazar senderos con el movimiento exacto y mantenido, o hacer pulsaciones al ritmo de los golpes de m¨²sica. Y esto, sobre piezas cl¨¢sicas y adecuadas coreograf¨ªas en pantalla, es una experiencia m¨¢s que notable.

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El inconfundible mago de barba gris Yen Sid nos lleva a trav¨¦s de diversos mundos de lienzo en busca de las estrellas de cada desaf¨ªo, consiguiendo al final de cada acto una calificaci¨®n de 0 a 5 seg¨²n nuestra actuaci¨®n, reflejos, sentido del ritmo y aprendizaje de cada coreograf¨ªa de brazos. La respuesta bastante precisa hace que no se cree frustraci¨®n al no lograr los objetivos y entendamos que realmente no hemos estado a la altura ni con la suficiente atenci¨®n en una canci¨®n. Y esto es fundamental en juegos solo practicables con Kinect, a menudo injustos con la respuesta y reconocimiento. Aqu¨ª funciona muy bien.

Determinadas partes de las canciones nos dejar¨¢n interferir sobre su estructura, acordes, instrumentos, matices, modulaciones, sintetizados... Esto genera una experiencia que no solo busca el desaf¨ªo puro y duro, sino que adem¨¢s nos da carta blanca para hacer arreglos -limitados, eso s¨ª- a fragmentos seleccionados para ello. Tambi¨¦n podremos fusionar temas o recuperar elementos de uno en los dem¨¢s, una labor interesante de remezcla. Es una pena que esto no se lleve algo m¨¢s lejos, de la misma manera que lamentamos no poder interferir o interactucar m¨¢s sobre la experiencia visual, es decir, sobre los fondos que vemos en las canciones. Son im¨¢genes muy interesantes, videos de viajes, magia y formas on¨ªricas que solo est¨¢n de acompa?amiento, sin afectar en nada a la experiencia sensorial m¨¢s all¨¢ de amenizar el viaje y, a menudo, sorprender al jugador con preciosas creaciones.

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Fantasia Music Evolved funciona tan bien que se le echa de menos otra caracter¨ªstica imprescindible de todo juego arcade musical, un modo Historia para dos jugadores simult¨¢neos. Solo tenemos opci¨®n de desafiar a un rival en una biblioteca de canciones ordenada de forma alfab¨¦tica y sin demasiadas configuraciones ni detalles que incentiven el reto. Lo que el juego llama Modo Fiesta, pero que no sirve para grupos o competiciones variadas. No hay mucho m¨¢s. No terminamos de entender la decisi¨®n de no incluir un avance en cooperativo o un modo guerra por equipos que involucre a m¨¢s gente, por ejemplo, entrando y saliendo miembros de cada bando en las canciones. Quiz¨¢ se deba a que el juego no ha contado con los presupuestos y tiempo de desarrollo que otros grandes del g¨¦nero musical o de los pensados para Kinect. Incomprensible.

T¨¦cnicamente el t¨ªtulo alcanza las cotas esperadas. Las part¨ªculas de polvo m¨¢gico en pantalla, la perfecta sincronizaci¨®n imagen-m¨²sica (modulable seg¨²n televisor) o la belleza de algunos fondos nos hacen hablar de un apartado gr¨¢fico notable. 1080p en Xbox One. Visualmente no es tan brillante como cabr¨ªa esperar de un juego que parte de la licencia de Disney Fantas¨ªa, tampoco en materia puramente t¨¦cnica, pues no hay efectos de luces sobrecogedores, poligonados a la ¨²ltima o animaciones tan suaves que deslumbran. La versi¨®n castellana se queda con voces en espa?ol neutro latinoamericano, con doblaje para el narrador/gu¨ªa a trav¨¦s de los tutoriales, para Yen Sid y algunas otras apariciones, nada importante. Los efectos y la lista de canciones y c¨®mo intervenir en ellas son lo mejor de su aspecto audiovisual.