Juego sin gancho...

La llegada de t¨ªtulos arcade que ofrezcan diversi¨®n inmediata siempre son bien recibidos. En realidad, el principio de los tiempos en los videojuegos ofrec¨ªa una mec¨¢nica de juego muy b¨¢sica, directa, y con muy pocas opciones en las que el usuario pod¨ªa configurar los par¨¢metros del juego. Hab¨ªa una l¨ªnea de juego clara, sin posibles desdoblamientos ni opciones secundarias que hiciesen el juego m¨¢s profundo.

En los juegos deportivos se ha ido a?adiendo m¨¢s y m¨¢s realismo, con el consiguiente aumento de opciones y posibilidades en las acciones de los deportistas virtuales. Seg¨²n qu¨¦ deporte fuese el protagonista del juego, incluso podr¨ªamos llegar a aut¨¦nticas posibilidades estrat¨¦gicas dignas de un jugador profesional (por ejemplo, con Madden NFL). Se ha ido a?adiendo posibilidades (lo que conllevaba, al mismo tiempo, dificultades) para que el usuario sintiera y pudiese realizar lo que cualquier 'pro' en la TV.

El caso es que los juegos arcade siempre han tenido su sitio, por muchos a?os que pasasen y por muchas opciones que se incluyan en los simuladores. 'Ready 2 Rumble' es una buena muestra del g¨¦nero que hoy nos ocupa, con un acabado gr¨¢fico totalmente irreverente y unas dosis de jugabilidad que hac¨ªan que cualquier jugador empezase a disfrutar del t¨ªtulo a las primeras de cambio, lo cual no significaba que llegase a conocer a fondo todas sus opciones.

EA Freestyle nos presenta ahora su propia versi¨®n arcade pugil¨ªstica con FaceBreaker. El 'rompecaras' llega a las consolas m¨¢s potentes del mercado para disfrute de los usuarios ¨¢vidos de mamporros divertidos y directos. Aqu¨ª no hay que tener un ojo en la barra de resistencia, ni hacer curas en las heridas entre asaltos. Ni siquiera encontraremos estrategias a preparar. Aqu¨ª lo que vale es pegar o ser pegado. Y si t¨² eres la v¨ªctima, te van a partir la cara. Pero de verdad.

Veamos qu¨¦ ha conseguido traer hasta nosotros el equipo responsable de los serios 'Fight Night', que ahora se han pasado al aspecto m¨¢s desenfadado del boxeo. El resultado final estar¨¢ o no a la altura, pero lo que s¨ª hay que reconocer es que son fieles a un deporte hasta el final. Pong¨¢monos los guantes y aguantemos el primer arre¨®n...

G r ¨¢ f i c o s? .-
Un juego arcade como es este FaceBreaker debe tener un estilo muy marcado, y en este caso los chicos de EA Freestyle lo han logrado. Los boxeadores, as¨ª como los escenarios y p¨²blico que est¨¢ viendo los combates presentan un aspecto 'cartoon', muy parecido al de los personajes del multijugador de Valve 'Team Fortress 2'. Es decir, boxeadores con facciones y constituci¨®n exageradas, movimientos rapid¨ªsimos y extravagantes.

El punto m¨¢s fuerte del apartado gr¨¢fico son las animaciones faciales y deformaciones que muestran los p¨²giles en los combates. Veremos c¨®mo las caras caricaturescas van sufriendo da?os por los golpes recibidos, y c¨®mo reaccionan durante el combate. Asimismo, entre asalto y asalto veremos c¨®mo se mueven y c¨®mo se han quedado sus facciones con moratones, hinchazones y gestos muy divertidos.

El resto de los modelados son de buena calidad, con animaciones muy suaves y transiciones limpias. Encontraremos dise?os estereotipados en los personajes, algo que le resta originalidad pero que mantiene una calidad bastante alta. Un luchador espa?ol torero (c¨®mo no), un gigant¨®n musculoso, un amante del rap y el hip-hop,? personajes m¨¢s que vistos anteriormente en cuanto a su estilo y origen.

Los escenarios tienen diversos temas de fondo (una pista callejera, un gimnasio de barrios bajos,...) y tampoco es que posean gran cantidad de detalles o que presenten elementos interactivos. Su texturizado no est¨¢ mal, pero est¨¢ claro que ha sido algo secundario para los desarrolladores porque no tienen un dise?o muy complejo ni muestran en gran medida el poder gr¨¢fico que podr¨ªan mostrar gracias a las consolas que mueven los juegos.

Encontraremos multitud de efectos gr¨¢ficos, casi todo muy cl¨¢sicos de los c¨®mics (texto que aparece para informarnos del golpe, estrellas que dan vueltas alrededor de la cabeza del boxeador, etc), que realmente le quedan muy bien al juego porque est¨¢n acorde al estilo visual. Sin embargo, nos pasa lo mismo que con los escenarios: nos queda la sensaci¨®n de que su? nivel se queda bastante por debajo de lo visto en otros juegos y de lo que de verdad se podr¨ªa lograr.

La c¨¢mara se ajusta de forma eficiente a la acci¨®n en pantalla, alej¨¢ndose para mostrarnos los movimientos m¨¢s espectaculares, con saltos y ca¨ªdas desde varios metros de altura, y se acerca en los momentos donde los golpes se muestran con m¨¢s detalle. Destacar, al mismo tiempo, una aplicaci¨®n de la luz irreal, pero dentro de los c¨¢nones estil¨ªsticos impuestos por el estilo visual elegido.

En definitiva, FaceBreaker destaca en unos p¨²giles con un estilo muy marcado, muy bien realizados y con animaciones muy suaves. La deformaci¨®n facial de los golpes es muy buena, pero el resto del apartado gr¨¢fico no destaca en nada m¨¢s. Se echa en falta m¨¢s efectos gr¨¢ficos en las peleas, y unos escenarios m¨¢s trabajados.

M ¨² s i c a? .-
Propia de un t¨ªtulo arcade y del sello EA Freestyle (antes EA BIG). Mucha m¨²sica hip-hop, rap y disco. Aunque personalmente no soy fan de este tipo de m¨²sica, hay que reconocer que 'le pega' al juego (y nunca mejor dicho). Ritmos apropiados para combates r¨¢pidos y ¨¢giles, donde la diversi¨®n prima por encima de todo. Tambi¨¦n encontramos alg¨²n ritmo 'personalizado' para cada boxeador/a seg¨²n sus peculiaridades de dise?o y te¨®rica procedencia (el torero espa?ol aparece en pantalla bajo ritmos taurinos aflamencados, por ejemplo). Aceptable.

S o n i d o?? F X? .-
Lo propio de un juego arcade del g¨¦nero. Sonidos de pu?etazos, ca¨ªdas, quejidos, saltos y golpes finales que cumplen perfectamente con el aire divertido y humor¨ªstico que presenta el juego. El sonido ambiente de cada escenario donde se encuentran los cuadril¨¢teros tambi¨¦n realizan su cometido, aunque seguimos diciendo que en general se puede mejorar mucho, como hacer que los boxeadores se enfrenten verbalmente antes de los asaltos para darle m¨¢s 'ardor' a las peleas. Un apartado competente, pero que no consigue m¨¢s porque el juego tampoco le deja hacerlo.

J u g a b i l i d a d? .-
Estamos ante un apartado donde deber¨ªa residir casi la totalidad del valor del juego. Un t¨ªtulo arcade depende, en su mayor¨ªa, de unas acciones accesibles, f¨¢ciles de aprender y con muchas posibilidades con un control exigente pero intuitivo. Desgraciadamente, FaceBreaker falla en este apartado de forma muy visible debido a sus limitaciones tanto jugables como de modos de juego.

El control de los p¨²giles y el sistema de combate es de lo m¨¢s sencillo que se puede crear para un juego de boxeo: golpe alto, golpe bajo, defensa y gancho. Tambi¨¦n podremos apartar al contrario y empujarlo a una distancia prudencial mientras nos recuperamos, en los momentos en que estemos desprotegidos y estemos recibiendo un castigo importante. Aparte de esto, tendremos tres super-golpes que ser¨¢n los premonitorios hasta el 'golpe-fatality' final: el Facebreaker que da nombre al t¨ªtulo.

Sin embargo, una de las claves de la jugabilidad del t¨ªtulo son los counters o contraataques: si pulsamos el bot¨®n de golpeo en el momento preciso, podremos neutralizar el ataque del contrario y golpearle. Sin embargo, tambi¨¦n ¨¦l podr¨¢ hacer lo mismo en cualquier momento, y los instantes de intercambio de golpes se producen muchas veces a lo largo de un combate.

El sistema de combate con tan pocos ataques produce a medio plazo una sensaci¨®n de repetitividad alarmante, y la sensaci¨®n de estar ante un 'aporreabotones'. Adem¨¢s, los contraataques que dependen del momento de golpeo tambi¨¦n a?aden la sensaci¨®n de golpear 'por suerte' y no como aprendizaje de su jugabilidad. La frustraci¨®n de los combates aparece sobre todo al jugar contra la CPU, mientras que contra otro humano nos dar¨¢ los momentos m¨¢s divertidos.

Los modos de juego no consiguen quitarnos de encima la sensaci¨®n de estar ante un juego demasiado simple, y la ausencia de m¨¢s combos o posibilidades de estrategia ser¨¢n sus principales heridas en cuanto a profundidad de juego. Realmente FaceBreaker ha tenido un desarrollo mal dise?ado, ya que denota a corto plazo una jugabilidad demasiado plana y con una vida muy corta.

Encontraremos entre los modos de juego el 'Fight!', donde podremos elegir tipo de combate entre seis distintos, y configurarlo en muchas opciones. Tambi¨¦n est¨¢ el cl¨¢sico modo historia, aqu¨ª llamado 'Brawl for it all', que es la pieza central del juego donde desbloquearemos boxeadores y escenarios, as¨ª como atuendos. El modo on-line que nos permitir¨¢ luchar contra otro boxeador mediante la conexi¨®n a internet. Un modo multijugador en una sola consola llamado 'Couch Royale', donde hasta seis jugadores por turnos luchar¨¢n por conseguir el m¨¢ximo de victorias.

Tendremos adem¨¢s el 'Boxer factory', donde podremos crear o modificar nuestros propios boxeadores, ya sea modificando una base que viene en el juego o creando uno desde cero. Podremos utilizar, adem¨¢s, las c¨¢maras de las dos consolas para ponerle al jugador nuestra cara, modificarla y a?adirle diferentes ¨ªtems y vestimentas. Lo negativo es la ausencia de configuraci¨®n del boxeador en cuanto a fuerza, resistencia, etc... lo cual deja a todos los boxeadores con las mismas posibilidades, pero tambi¨¦n sin nada que los diferencie, aumentando el tedio a marchas forzadas.

Otras opciones presentes en el juego son las que nos permiten subir a la red nuestros boxeadores, o bajarnos los de los dem¨¢s para utilizarlos en nuestra m¨¢quina, as¨ª como los r¨¦cords o la tienda on-line donde podremos comprar ¨ªtems. Todo lo antes descrito son opciones que, en teor¨ªa, deber¨ªan mejorar un producto. Lo malo es que no llega a ofrecer en ning¨²n momento una jugabilidad que llegue a atrapar al usuario, y gran parte de culpa es debido a su limitada libertad y la repetitividad que reina en todos los combates. Una l¨¢stima.

C o m p a r a t i v a? .-
Estamos ante un juego presente en PS3 y Xbox360, y donde se puede apreciar que las conversiones entre las dos consolas cada vez son m¨¢s similares y con pocas diferencias. Este juego puede valer de ejemplo, ya que estamos ante un t¨ªtulo exactamente igual para las dos m¨¢quinas. No hay diferencias apreciables, y las caracter¨ªsticas visuales de uno poseen una r¨¦plica 1:1 en la otra m¨¢quina. Opciones, modos de juego, efectos gr¨¢ficos,... el usuario que posea las dos consolas y quiera hacerse con este juego, no tendr¨¢ muchos problemas para decantarse por una u otra opci¨®n, ya que son id¨¦nticas.

C o n c l u s i ¨® n? .-
FaceBreaker es un t¨ªtulo con un buen inicio, pero que baja irremediablemente hacia el tedio al poco tiempo. Los combates son repetitivos hasta la saciedad debido a su mec¨¢nica de juego, muy limitada. Su simplicidad no hace m¨¢s que jugarle una mala pasada a largo plazo, ya que los combates acaban siendo un 'machacabotones' a ver qui¨¦n es el que coge con un counter al contrario. No hay combos, no hay casi diferencias entre los luchadores, lo cual lleva a la ausencia de estrategias distintas en las peleas. Todo ello s¨®lo puede restar en cuanto a jugabilidad.

T¨¦cnicamente el juego alcanza el objetivo requerido por los desarrolladores: presenta un estilo desenfadado, muy cerca al 'Team Fortress 2' en modelados y texturizados. Las animaciones son buenas, pero son bastante repetitivas debido a las limitaciones. Los modos de juego tampoco son muy amplios, aunque el modo multijugador en una consola puede ser uno de los pocos puntos aprovechables a largo plazo. El creador de boxeadores tambi¨¦n nos permitir¨¢ personalizar a nuestro propio p¨²gil, aunque realmente las lagunas jugables acaban por apagar la luz de la ilusi¨®n al verlo en nuestra pantalla. Una l¨¢stima, porque la idea era buena, pero el boxeo arcade se merece m¨¢s.

L o??? m e j o r? .-
- La f¨®rmula se hace divertida a corto plazo
- Poder crear tu propio boxeador
- El estilo gr¨¢fico elegido

L o??? p e o r? .-
- Muy repetitivo
- Pocos combos y profundidad
- Personajes muy estereotipados
- Un juego sin alicientes