Europa Universalis IV
- PlataformaPC8.5
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorParadox Development
- Lanzamiento13/09/2013
- EditorParadox Interactive
Europa Universalis IV
Uno de los veteranos de la gran estrategia, Europa Universalis, regresa a nuestros equipos con su cuarta entrega. Paradox Interactive nos invita a ponernos al frente de una naci¨®n durante los ¨²ltimos a?os de la Edad Media, para decidir su destino durante casi 400 a?os de historia. Una ¨¦poca plagada de conflictos, grandes descubridores y valientes conquistadores.
M¨¢s de 12 a?os han pasado desde que el juego de mesa Europa Universalis saltase del tablero al PC. Un t¨ªtulo que ha supuesto algo m¨¢s que un hito para la denominada alta o gran estrategia, puesto que sent¨® las bases necesarias para que en compa?¨ªa sueca fueran surgiendo nuevas licencias de corte similar, ambientadas en otros periodos hist¨®ricos de inter¨¦s. A pesar de que gran parte de la mec¨¢nica sigue intacta, al menos en esencia, los ¨²ltimos trabajos de Paradox Interactive nos indican su disposici¨®n a renovar ideas, como pudimos ver con la segunda entrega de Crusader Kings. Hoy, analizando la cuarta entrega de Europa Universalis, veremos cu¨¢les son estos cambios y c¨®mo de profundo afectan a un sistema conocido y reconocido por miles de usuarios.
La ¨¦poca escogida para Europa Universalis IV es, y siempre ha sido, la Edad Moderna. Sin embargo, en esta ocasi¨®n no nos veremos catapultados directamente al 1492 como en anteriores entregas, y comenzaremos nuestro devenir hist¨®rico en el a?o 1444. Esto nos proporciona un lapso de tiempo hasta la Ca¨ªda del Imperio Bizantino, y m¨¢s a¨²n hasta el final de la Reconquista y Descubrimiento de Am¨¦rica, eventos que marcan la l¨ªnea separatoria entre estas dos edades hist¨®rica. Tambi¨¦n acerca el final de Crusader Kings II al inicio de Europa Universalis IV -incluso lo adelanta en 9 a?os- de forma que el salto temporal entre el final de una partida en el juego de estrategia medieval, y su continuaci¨®n a la Edad Moderna, sea m¨¢s que inexistente.
Y es que, como ocurriese con Europa Universalis II, podremos usar nuestra partida finalizada en Crusader Kings II para comenzar una en Europa Universalis IV, respetando los cambios en la historia que hayamos acumulado durante los casi 400 a?os de historia que componen este otro t¨ªtulo. Por supuesto, no se trata de ninguna obligaci¨®n para poder disfrutar de lo nuevo de Paradox, pero este sistema de continuidad seguro que encantar¨¢ a los amantes de los juegos desarrollados y distribuidos por esta compa?¨ªa. Eso s¨ª, quienes procedan de una partida medieval, que no esperen una mec¨¢nica parecida una vez cambien a la Edad Moderna. Como es habitual en los t¨ªtulos que componen esta colecci¨®n, cada ¨¦poca se rige por unas mec¨¢nicas bien distintas... aunque puedan tener elementos comunes.
Europa Universalis IV nos permite escoger diferentes periodos de inicio, siendo el citado a?o 1444 el punto de partida m¨¢s temprano. Las naciones disponibles al inicio depender¨¢n del momento escogido, y entre ellas se cuenta el Imperio Otomano, Castilla, Francia, Inglaterra, Portugal, Austria, Suiza, Baviera, Bohemia, Venecia, ... Para cada una de las elecciones se nos describe el contexto hist¨®rico de partida, as¨ª como el estilo de juego que m¨¢s beneficiar¨¢ al bando que hemos escogido. Cada naci¨®n tiene, a su vez, un conjunto de Ideas cuyo uso explicaremos m¨¢s adelante, y un grupo de tecnolog¨ªa a desarrollar. Hemos de prestar atenci¨®n a la situaci¨®n diplom¨¢tica de partida, puesto que nos adentramos en una ¨¦poca bastante turbia, en la que comienzan conflictos a gran escala.
Nuestro desarrollo se medir¨¢ a partir de ciertos par¨¢metros, en este ocasi¨®n Ducados, Mano de Obra, Prestigio, Estabilidad y Legitimidad. El primero corresponde a la cantidad de dinero que se almacena en nuestras arcas, y se usar para contratar o construir, y el segundo indica la cantidad de hombres disponibles para ser alistados en nuestros ej¨¦rcitos. El Prestigio es una medida del respeto que nos tienen las dem¨¢s naciones, ¨²til a la hora de realizar propuestas diplom¨¢ticas, mientras que la Estabilidad marca la posibilidad de revueltas dentro de nuestras fronteras. Para finalizar, la Legitimidad valora lo que nuestros s¨²bditos opinan sobre su Rey. Estos recursos ir¨¢n variando en funci¨®n de multitud de par¨¢metros, afectados por nuestras decisiones durante la partida.
Para realizar acciones, adem¨¢s del gasto de oro, usaremos 3 recursos adicionales: Poder Diplom¨¢tico, Poder Militar y Poder Administrativo. Se gastar¨¢n mientras vamos desarrollando ideas y tecnolog¨ªa, modo en el que nuestra naci¨®n ir¨¢ creciendo para hacer frente a las adversidades, enemigos y el mismo paso del tiempo. La Edad Moderna es una ¨¦poca de grandes cambios, en la que surgir¨¢n grandes imperios y se iniciar¨¢n el crecimiento colonial a la vez que otras naciones pierden poder y renombre. En el caso de estos recursos, su incremento depender¨¢ de las habilidades del regente de la naci¨®n y de sus consejeros, que en Europa Universalis IV se limitan a uno por cada uno de los campos que hemos citado: Administrativo, Diplom¨¢tico y Militar.
A la hora de escoger consejeros, tendremos que tener en cuenta diversos aspectos. Adem¨¢s de su salario mensual, que puede ayudar a vaciar nuestras arcas, y de su puntuaci¨®n en la habilidad correspondiente a su campo de inter¨¦s, cada uno puede proporcionar ayuda de maneras diferentes. Cada personaje disponible es experto en ciertas materias, de manera que potenciar¨¢ algunos par¨¢metros concretos de nuestra naci¨®n. As¨ª, ciertos consejeros mejorar¨¢n nuestra influencia en las colonias, otros pondr¨¢n mayor ¨¦nfasis en el espionaje, reducir el coste de la tecnolog¨ªa militar, mejorar las relaciones con el exterior, ... Estos consejeros pueden ser cambiados cuando deseemos, si hacemos frente a su coste en Ducados, perdiendo las ventajas del especialista anterior.
Existen tambi¨¦n otras figuras importantes para el desarrollo de la naci¨®n: Diplom¨¢ticos, Misioneros, Mercaderes y Colonos. Varian en n¨²mero, en funci¨®n de las tecnolog¨ªas desarrolladas y las ideolog¨ªas adoptadas por nuestra naci¨®n, y son necesarios para llevar a cabo muchas tareas. Cualquier propuesta a otra naci¨®n requerir¨¢ de la intervenci¨®n de un emisario Diplom¨¢tico, y no podremos realizar m¨¢s acciones simult¨¢neas de este tipo que la cantidad de personajes disponibles de este tipo. En cuanto a la Diplomacia, su mec¨¢nica es muy parecida a la del resto de juegos de Paradox. Europa Universalis IV nos muestra un avance sobre la predisposici¨®n de la otra naci¨®n a aceptar nuestra propuesta. Su decisi¨®n puede basarse en multitud de par¨¢metros, desde su opini¨®n sobre nosotros hasta la existencia de ciertos elementos de riesgo en el tratado.
La Religi¨®n sigue siendo un importante motor durante la ¨¦poca que abarca Europa Universalis IV, y los Misioneros son necesarios para realizar tareas relacionadas con las creencias religiosas. De esta manera, podemos intentar convertir una provincia con una fe distinta, facilitando su integraci¨®n en nuestra naci¨®n y aumentando nuestra Estabilidad. Los Mercaderes, a su vez, se usan para iniciar misiones relacionadas con el comercio, incrementando nuestro poder en las distintas rutas establecidas entre naciones de forma que podamos sacar m¨¢s beneficio de las mismas. En ¨²ltimo lugar, los Colonos nos permiten iniciar un asentamiento en una provincia reci¨¦n descubierta y a¨²n sin civilizar... desde el punto de vista de las grandes potencias de la ¨¦poca.
Europa Universalis IV hace especial hincapi¨¦ en las Ideas y en la Tecnolog¨ªa. Las primeras se rigen por Grupos de Idea, que son un conjunto de especializaciones para que nuestro pa¨ªs se desarrolle en ciertos campos: Ideas Nacionales, Rep¨²blica Noble, Teocracia Moderna, Oficina del Tesoro y Ayuntamiento, Universidad, Constituci¨®n, Ideas Constitucionales y La Ilustraci¨®n. Estos grupos se van desbloqueando conforme desarrollamos niveles de tecnolog¨ªas Administrativas, Diplom¨¢ticas o Militares, momento en el que podremos escoger un patr¨®n ideol¨®gico concreto de entre una serie de posibilidades predefinidas. Adem¨¢s, cada naci¨®n dispone de un conjunto propio de Ideas, marcado por una l¨ªnea de 7 hitos que, conforme vamos alcanzando, otorgan bonificaciones adicionales a algunos de los par¨¢metros de nuestro pa¨ªs.
Las tecnolog¨ªas, a su vez, se van desarrollando mientras mejoramos los recursos con los que se relacionan. As¨ª, podemos desbloquear nuevos tipos de tropas, edificios, bonificaciones, barcos y hasta incrementar la cantidad de personajes. Cada vez que una tecnolog¨ªa alcanza un nuevo estadio que permita acceder a un nuevo Grupo de Ideas, se nos permitir¨¢ escoger una directamente previo pago en el tipo de recurso correspondiente. Aunque el sistema pueda parecer complejo, lo cierto es que demuestra ser bastante intuitivo y nos permite evolucionar nuestra naci¨®n hacia variantes muy diferentes. Podemos apostar por la importancia de la colonizaci¨®n, del comercio o del poder¨ªo militar, mientras que el resto de pa¨ªses del juego tomar¨¢n decisiones equivalentes.
En lo militar, se ponen a nuestra disposici¨®n distintos tipos de tropas en funci¨®n de la tecnolog¨ªa, a?adiendo nuevas conforme avanzamos en el campo correspondiente. Cada unidad reclutada reducir¨¢ Ducados de nuestra tesorer¨ªa, Mano de Obra de nuestra naci¨®n y reducir¨¢ la Estabilidad mientras los ciudadanos se preocupan por entrar en guerra. Las tropas no son reclutadas de forma autom¨¢tica, ni tan siquiera las mercenarias, y todas necesitar¨¢n de unos d¨ªas de preparaci¨®n que var¨ªan en funci¨®n de los edificios y avances investigados. En Europa Universalis IV hay que prestar atenci¨®n a la importancia de una buena flota, puesto que muchas veces tendremos que atravesar mares... sobre todo si empezamos conflictos en las zonas que vamos a colonizar.
Los ej¨¦rcitos y flotas pueden ser comandados Generales y Almirantes, respectivamente, mejorando su efectividad. Cada uno de estos personajes viene definido por cuatro valores: Disparo, Choque, Maniobra y Asedio. Si en un momento dado no contamos con los recursos necesarios para encontrar un l¨ªder para nuestras tropas, podremos hacer que nuestro soberano o su heredero tomen el mando. Una decisi¨®n arriesgada, puesto que la muerte del regente viene acompa?ada de la posibilidad de que la Legitimidad del nuevo monarca sea menor (ya que los s¨²bditos quiz¨¢s no crean que realmente se merezca gobernar) mientras que la del heredero puede desembocar en alguna trifulca pol¨ªtica y la entrada en la l¨ªnea de sucesi¨®n de alg¨²n candidato mucho menos... apetecible.
La colonizaci¨®n pasa por distintos estados. En primer lugar, tendremos que descubrir las zonas inexploradas del globo, para lo que mandaremos alguna flota de barcos. No todas pueden atravesar cada una de las porciones mar¨ªtimas del mapa, y solamente aquellas comandadas por un Explorador o un Conquistador pueden llevarnos al Nuevo Mundo o estudiar los mares de ?frica. En estos sitios hallaremos provincias vac¨ªas, que no pertenecen a ninguna naci¨®n, aunque tambi¨¦n podemos encontrarnos con civilizaciones desconocidas. Si mandamos un Colono, comenzaremos un asentamiento que, una vez haya recibido suficiente poblaci¨®n y se haya desarrollado, se convertir¨¢ en una provincia m¨¢s de nuestro imperio. Aunque hay que prestar atenci¨®n a los nativos de las zonas que vamos a colonizar.
Las provincias pueden desarrollarse mediante la construcci¨®n de edificios, desbloqueables al investigar tecnolog¨ªas, que tienen efectos diversos. Algunos reducen los tiempos de reclutamiento de tropas, otros permiten la construcci¨®n de barcos, mejoran los rendimientos del comercio para las rutas que atraviesen su territorio, reducen las posibilidades de rebeli¨®n o aumentan los ingresos por tasas e impuestos... La compra de edificios requiere de gasto en Ducados y tiempo de construcci¨®n. Esta interfaz ha sido mejorada respecto a otros juegos de Paradox, con un men¨² que nos permite ver de un plumazo d¨®nde podemos construir cualquier tipo de edificio sin necesidad de entrar a examinar cada provincia de forma individual, y que tambi¨¦n puede usarse para reclutar tropas r¨¢pidamente.
Al igual que Crusader Kings II, en Europa Universalis IV tendremos Misiones y Decisiones. Las primeras son tareas que tendremos que ejecutar con ¨¦xito, como conquistar cierta provincia o alcanzar alianzas concretas con algunas naciones, y al cumplirlas recibiremos importantes recompensas. Las segundas son acciones directas, que solamente pueden realizar si hemos cumplido algunos requisitos previos, y que se aplican inmediatamente en nuestro reino. As¨ª, mediante decisiones podemos aprobar leyes nuevas que tendr¨¢n efecto directo en los par¨¢metros en los que se mide nuestra evoluci¨®n, y hasta tomar decisiones tan importantes como la de unificar un reino si ciertas provincias est¨¢n bajo nuestro poder.
El juego transcurre, como es habitual en Paradox, sobre el mapa del mundo dividido en numerosas provincias. Alternaremos esta vista con la aparici¨®n de distintas ventanas y men¨²s, en los que ajustaremos par¨¢metros o podremos tomar decisiones importantes para nuestro reino. En ocasiones surgir¨¢n eventos aleatorios y otros predefinidos para ciertos momentos hist¨®ricos concretos, en los que se nos instar¨¢ a escoger entre dos o m¨¢s opciones. Las flotas y tropas, as¨ª como su movimiento, son perfectamente visibles en el mapa... aunque los combates se desarrollan en una ventana contextual que nos muestra la evoluci¨®n de la misma. Tambi¨¦n disponemos de distintos filtros para el mapa general, que nos proporcionar¨¢n una vista r¨¢pida de la situaci¨®n de alianzas, revueltas, creencias, ...
Europa Universalis IV supone un gran salto t¨¦cnico respecto a su antecesor, e incluso se aprecian mejoras gr¨¢ficas si lo comparamos con el anterior trabajo de Paradox, Crusader Kings II. De nuevo, el mapa vuelve a mostrarse en 3D, con una calidad y nivel de detalle excelente, y los modelados de tropas y flotas lucen mucho mejor que en anteriores entregas de la colecci¨®n. El sonido vuelve a estar compuesto por una serie de efectos destinados a llamar nuestra atenci¨®n sobre eventos concretos, y un hilo musical que ambienta a la perfecci¨®n el momento hist¨®rico en el que nos encontramos, con una buena variedad de melod¨ªas. Sin embargo, el fuerte de este tipo de t¨ªtulo no suele estar en este apartado, aunque la realizaci¨®n sea de lo mejor que exista actualmente en la gran estrategia.
Nos encontramos ante un t¨ªtulo complejo, aunque posiblemente m¨¢s accesible que las primeras versiones de los juegos de Paradox. La compa?¨ªa se ha esforzado en incluir cada vez m¨¢s pistas en pantalla, de forma que podamos saber en cada momento lo que estamos viendo, y la informaci¨®n se presenta siempre de forma clara. Ante un t¨ªtulo que se rige por una cantidad tan enorme de par¨¢metros, en ocasiones puede ser complicado saber de d¨®nde procede cada valor, y para ello se nos ofrece una ayuda en pantalla que podemos consultar en cualquier momento. Por si esto fuera poco, Europa Universalis IV viene acompa?ado de una serie de tutoriales con los que aprender los entresijos de cada uno de los aspectos que componen el juego.
Navegar a trav¨¦s de la informaci¨®n disponible puede parecer complicado al principio, pero en pocos minutos se demuestra m¨¢s intuitivo de lo que uno podr¨ªa haber llegado a pensar. Adem¨¢s, suelen existir varias maneras de acabar en la misma ventana de informaci¨®n, y es raro que no encontremos lo que buscamos. Los ¨²ltimos trabajos de Paradox est¨¢n consiguiendo interfaces m¨¢s pulcras y mucho m¨¢s visuales, complementando los datos con iconos significativos que nos permitan reconocer la informaci¨®n de un simple vistazo. Con el a?adido de los res¨²menes y los s¨ªmbolos de alarma ante ciertas circunstancias que necesitan de nuestra atenci¨®n inmediata, los jugadores tienen m¨¢s f¨¢cil adentrarse por vez primera en este tipo de t¨ªtulos.
Desafortunadamente, su actual versi¨®n, que esperamos sea corregida r¨¢pidamente, viene con fallos garrafales en la localizaci¨®n al castelllano. En Europa Universalis IV se acumulan palabras que no se han traducido con l¨ªneas que se salen de su espacio en la interfaz, arruinando parte del buen trabajo desarrollado por la compa?¨ªa en otros aspectos. La situaci¨®n puede llegar a ser tan horrible que, seguramente, muchos prefieran pelearse con su idioma original a sufrir intentado leer frases que se superponen unas sobre otras. Suele ser habitual que los juegos de Paradox traigan alguna errata de traducci¨®n en sus primeras versiones, pero en esta ocasi¨®n para que ni se hayan preocupado de echar un vistazo a lo que estaban preparando para nuestro idioma.
En su modo multijugador, Europa Universalis IV nos permite unirnos en partidas formadas por hasta 32 jugadores. Los elementos diplom¨¢ticos toman entonces un sentido mucho mayor que en las partidas para un ¨²nico jugador -y eso que ah¨ª ya son extremadamente importantes- como la posibilidad de formar coaliciones contra una naci¨®n que consideremos est¨¢ creciendo demasiado. Si bien la IA utiliza este recurso a su favor, se basa en par¨¢metros valorables, mientras que en una partida multijugador siempre pueden existir otros intereses. El funcionamiento general de este modo, es exacto al de una partida para un ¨²nico jugador.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.