Elite: Dangerous Odyssey, Impresiones. Un peque?o paso para el hombre...

Elite: Dangerous lleva ya la friolera de seis a?os en el mercado. Entonces nos sorprendi¨® con un mapa gal¨¢ctico cuyas dimensiones llevan a planteamientos metaf¨ªsicos. La galaxia entera por descubrir era la premisa con las que nos sumergimos en este universo. Desafortunadamente poco tardaban en verse los rasgones en las costuras de esta fantas¨ªa cuando nos d¨¢bamos cuenta de la escasez de cosas que hacer en el inmenso vacio c¨®smico.

Desde entonces Frontier ha estado trabajando en aumentar la variedad de actividades disponibles con numerosos parches e incluso una gran expansi¨®n con Horizons que se ha terminado a?adiendo al contenido base. Con todo los jugadores veteranos siguen teniendo la sensaci¨®n de que Elite es un gran ¡°grind¡±, un juego donde las posibilidades parecen ilimitadas pero terminan siendo escasas y repetitivas. Con la nueva gran expansi¨®n, Odyssey, Frontier pretende ponerse a la altura del otro coloso en la distancia que es Star Citizen permiti¨¦ndonos por primera vez poner el pie en los planetas que hasta ahora observ¨¢bamos desde la distancia. ?Ser¨¢n estas y otras nuevas incorporaciones suficientes para dar vida a la Galaxia?

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Nuevos horizontes

Odyssey representa la culminaci¨®n de casi siete a?os de desarrollo para Frontier, la finalizaci¨®n del proceso de desarrollo de la base de Elite: Dangerous. Queremos empezar por ah¨ª, por apuntar que lo que aqu¨ª se nos presenta no es ni mucho menos un producto terminado, desde luego no lo que hemos visto en esta Alpha y seguramente tampoco este terminado cuando sea lanzado al p¨²blico en menos de dos semanas. Desde el primer momento notamos que las nuevas incorporaciones tienen m¨¢s de Early Access que de producto finalizado y el hecho de que las cosas no hayan mejorado mucho durante el largo periodo de Alpha as¨ª como el patr¨®n de comportamiento de la industria nos hace asumir que llegar¨¢n as¨ª.

Pongamos como ejemplo el supuesto ¡°momento Armstrong¡± de la saga. Por primera vez podemos aterrizar en un planeta y salir a pasear con nuestros propios pies. Primitivo, quiz¨¢s, pero un momento que muchos llevaban demasiado esperando. Vemos un planeta donde podemos aterrizar, rompemos la atm¨®sfera, apoyamos con delicadeza nuestra nave sobre la superficie y ah¨ª, de manera inocente en el men¨² est¨¢ la ansiada opci¨®n de desembarcar. La presionamos, ansiosos del resultado para encontrarnos con¡­ que nos teletransportamos a la superficie sin pena ni gloria. Si ya era bastante doloroso para la comunidad que a¨²n no se nos haya concedido el privilegio de disfrutar de los interiores de nuestras naves, la falta incluso de una animaci¨®n rudimentaria para bajarnos de nuestras naves duele y hace que la mejor parte de esta expansi¨®n deje un sabor de boca agridulce.

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Por otra parte una vez estamos en la superficie del planeta deseado s¨ª podemos contemplar nuestros inmensos veh¨ªculos espaciales desde el suelo, un sobrecogedor espect¨¢culo que nos ayuda a mentalizarnos de la absurda escala de estas naves que tan trivialmente manejamos por la galaxia. Los ¡°peque?os¡± Cobra son suficientemente grandes como para alojar a una familia; un Challenger de la Alianza se considerar¨ªa monta?a grande en la Pen¨ªnsula; el Cortador Imperial es sencillamente colosal. Aquellos que se adentren a la expansi¨®n como veteranos del t¨ªtulo pueden esperar con ansia el momento de ver sus flotas desde un nuevo punto de vista, sin duda el punto ¨¢lgido de esta expansi¨®n.

Novedades ins¨ªpidas

Por desgracia el resto de nuevas adiciones al juego, aunque a veces prometedoras, pecan de estar en una primera fase de desarrollo y en ocasiones da la sensaci¨®n de que no se ha mirado al lugar adecuado a la hora de dise?arlas. Por cada cosa que Elite a?ade en esta expansi¨®n podemos ver el futuro trabajo que tiene Frontier para hacer que reluzca y sea un a?adido notable para el t¨ªtulo. Las estaciones espaciales, por ejemplo, son ahora transitables y es as¨ª como deberemos conseguir los nuevos contratos para hacer misiones a pie. Desafortunadamente, a pesar del espect¨¢culo que es observar una estaci¨®n espacial a pie desde dentro, no nos parece que el bucle jugable se beneficie en demasi¨¦ de esta incorporaci¨®n. Cuando ¨¢ntes bastaba aterrizar en una estaci¨®n espacial, mirar el men¨² durante unos segundos y est¨¢bamos listos para zarpar, cualquier cosa relacionada con las misiones a pie requiere interactuar con alg¨²n NPC de la estaci¨®n.

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Estos NPCs carecen completamente de personalidad, tanto en su dise?o exterior como en sus di¨¢logos, haci¨¦ndonos pensar el por qu¨¦ de esforzarse en esto cuando los menus simples de texto anteriores hac¨ªan la misma funci¨®n y m¨¢s r¨¢pido. El dise?o de las propias estaciones es sumamente mon¨®tono y aunque quiz¨¢s haya m¨¢s variaciones a medida que exploremos la galaxia en nuestras aventuras solo hemos visto cambios en la disposici¨®n de las mismas, no en su est¨¦tica que dicho sea es demasiado colorida y alegre para el sobrio e industrial mundo de Elite: Dangerous. A eso hay que a?adir el hecho de que t¨¦cnicamente observamos una caida de hasta 50 fotogramas mientras estamos en una de estas estaciones frente a estar en el espacio exterior. La fidelidad visual no es suficiente como para explicar estos bajones y es una de las cosas que esperamos se pulan antes de lanzar esta expansi¨®n el 15 de Mayo.

Otra de las nuevas incorporaciones a la saga es la posibilidad de tomar taxis interestelares. Estos, b¨¢sicamente, hacen la funci¨®n de servir de veh¨ªculo autom¨¢tico para aquellos jugadores que simplemente quieran asaltar bases a pie sin complicarse con el complejo sistema de vuelo gal¨¢ctico de Elite. Fuera de ser un sistema de viaje r¨¢pido s¨ª se mantiene aqu¨ª la esencia de Elite al hacer al jugador sentarse en la nave y observar como pilota la inteligencia artificial. Quiz¨¢s un buen momento para escuchar a un podcast mientras esperamos a aterrizar. Estos taxis nos parecen una incorporaci¨®n inocua pero que quiz¨¢s si ayude a aquellos que acaban de empezar a adentrarse en el t¨ªtulo.

Con los pies en la tierra

Finalmente hablemos sobre la mayor incorporaci¨®n de Odyssey a nivel de contenido y del trabajo requerido por el estudio para su creaci¨®n: las misiones a pie. Como ya hemos mencionado, por primera vez podemos enfundar a nuestro personaje en un traje espacial para participar en numerosos contratos que se asemejan m¨¢s a un ¡°FPS¡± cualquiera que al simulador espacial que es Elite. Tras completar unas cuantas la sensaci¨®n que nos deja es de tener el nivel de desarrollo de un ejemplo mediocre del g¨¦nero hace una d¨¦cada. Todo aquello que de verdad importa en un FPS, ya sea la sensaci¨®n de impacto de nuestras balas, el movimiento de nuestro personaje o la inteligencia artificial de los enemigos deja mucho que desear. Simples actos como abrir un armario resultan arcaicos con animaciones primitivas. Lo que parece que Odyssey intenta plantearnos es un Prey en el espacio, un juego sist¨¦mico donde se nos plantean diversos objetivos como hackear un ordenador, sabotear la base o simplemente masacrar a los habitantes. Desafortunadamente todos los elementos que componen la experiencia de primera persona requieren de extenso trabajo para equipararse a otros t¨ªtulos contempor¨¢neos.

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Nos gustar¨ªa de aqu¨ª a unos a?os tener aqu¨ª una experiencia de a pie s¨®lida, donde podamos disfrutar tanto de pegar unos tiros con un ca?¨®n l¨¢ser como de transportar mineros por el espacio. Por desgracia esto resulta dif¨ªcil cuando todos los enemigos van en pelot¨®n a por t¨ª en el momento en que se ponen en modo hostil, cuando comienzan a lanzar granadas sin ton ni son, cuando se quedan bloqueados en el escenario, cuando rehusan de cubrirse¡­ A esto le a?adimos que el sistema de salud enemiga esta fundamentalmente mal dise?ado, requiriendo el uso de armas laser para mermar sus escudos y kin¨¦ticas para acabar con su salud. Un buen enfoque que en principio fuerza la variedad en la forma de atacar pero que en la pr¨¢ctica y al estar limitados a dos armas resulta tremendamente restrictivo. A esto hay que sumarle que los enemigos son aut¨¦nticas esponjas de balas, siendo la sensaci¨®n de dispararles similar a la de intentar matar el agua de una piscina con una pistola de bolas.

Hay otras incorporaciones como el sistema de identificaci¨®n de vegetaci¨®n que aun no hemos tenido la oportunidad de probar extensamente, pero por lo que comunica Frontier se van a realizar fuertes cambios en el dise?o de este sistema antes del lanzamiento. Por desgracia dudamos de que cualquier cantidad de trabajo por parte de los desarrolladores sea capaz de hacer de esta expansi¨®n una experiencia que de la sensaci¨®n de estar completada en su lanzamiento. No hemos mencionado siquiera los grandes problemas t¨¦cnicos que experimentamos tambi¨¦n en la superficie planetaria y que calculamos tardar¨¢n meses en solucionar. Los fotogramas, algo siempre estable en Elite, descienden de manera cuantiosa al participar en todas las nuevas actividades de la expansi¨®n y eso es en nuestro puntero ordenador, no queremos imaginar cuando llegue por fin a consolas de anterior generaci¨®n.

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