The Legend of Zero (and Kai)

Konami fue una compa?¨ªa bastante inteligente cuando decidi¨® sumarse al carro de los juegos de 'criaturas extra?as' hace ya bastante tiempo. Comenz¨® con una licencia asentada como YuGiOh! para ir abriendo una brecha en la creciente oleada de t¨ªtulos que obligaban al jugador a coleccionar cosas (en este caso, cartas de monstruos), llegando a realizar m¨¢s de una decena de juegos protagonizados por Yugi o sus amigos. Ya a posteriori se atrevi¨® a lanzar una franquicia propia, Elebits, un t¨ªtulo que acompa?¨® a Wii en su lanzamiento y que consist¨ªa en controlar a un muchacho -en primera persona-, que deb¨ªa recuperar todas las criaturas que estaban sembrando el caos en su mundo, concretamente los Elebits (o Eledees en Europa), una especie de peque?os rayos de electricidad materializados en forma de criaturas de diferentes colores y tama?o.

Elebits/Eledees no fue un mal juego. Sacaba provecho de las posibilidades del control de Wii y, a pesar de estar t¨¦cnicamente muy por debajo de sus contempor¨¢neos, ofrec¨ªa diversi¨®n pura y directa, algo que de ninguna forma puede obviarse. Pese a todo no fue un gran ¨¦xito, algo que quiz¨¢ ha influido a la hora de concebir el t¨ªtulo que tenemos entre manos, Eledees: The Adventures of Kai and Zero, una secuela del t¨ªtulo de sobremesa que para su paso a Nintendo DS ha cambiado su? aspecto radicalmente, acerc¨¢ndolo m¨¢s a un RPG que al arcade original.

Y es una l¨¢stima que un juego con tanto potencial como ¨¦ste llegue en un momento tan tard¨ªo. De hacer aparecido hace cinco a?os, en pleno apogeo de los t¨ªtulos de 'capturar monstruos', con Pok¨¦mon como m¨¢ximo estandarte y franquicias como Digimon o Monster Rancher secund¨¢ndolo, ahora mismo seguramente hablar¨ªamos de una franquicia asentada con numerosas entregas tanto en GBA, como DS, y probablemente tambi¨¦n PS2 y GameCube, entre otros sistemas de sobremesa. ?La raz¨®n? Estamos ante un juego fant¨¢stico, muy divertido, pero con una crisis de identidad bastante acusada, un frankenstein l¨²dico que bebe de aqu¨ª y all¨¢ para conformar un producto s¨®lido. Pero no adelantemos acontecimientos.

Eledees: The Adventures of Kai and Zero nos sit¨²a justo despu¨¦s del t¨ªtulo de Wii. En aquel, control¨¢bamos a un muchacho llamado Kai, que odiaba a los Eledees y sin embargo se ve¨ªa inmerso en una misi¨®n por salvaguardar el destino del mundo, recuper¨¢ndolos todos antes de que fuera demasiado tarde. Al final del juego su personalidad cambiaba y llegaba a aceptar a las criaturillas, consiguiendo incluso una como mascota, uno enclaustrado en el grupo 'Omega', al que bautiz¨® con el nombre de Zero. Ahora la cosa contin¨²a, con ambos personajes viviendo tranquilamente su vida hasta que, por error, entran en un autob¨²s aparcado en el garaje de Kai? que les env¨ªa a otra dimensi¨®n.

De hecho quiz¨¢ sea pecar el hablar de Eledees como un RPG en el m¨¢s amplio sentido de la palabra. Encontramos algunos tics del g¨¦nero, s¨ª, por ejemplo el uso de t¨¦cnicas mediante la captura de criaturas, o tambi¨¦n la interacci¨®n con NPCs que van otorg¨¢ndonos peque?as misiones. Sin embargo, de encontrar una franquicia similar en cuando a planteamiento, lo m¨¢s coherente ser¨ªa mencionar (con cierta distancia) la saga The Legend of Zelda. Esto significa que lo predominante no es la captura, ni subir nivel, ni nada de esto, sino la resoluci¨®n de puzzles. Y es justo aqu¨ª donde brilla Eledees: cada escenario est¨¢ dispuesto de la forma precisa para tener que superar acertijos e ir avanzando cautelosamente, utilizando la cabeza para lograr seguir hacia delante.

Para ello contamos con nuestros Eledees, m¨¢s concretamente con los 'Omega', una clase m¨¢s avanzada de estas criaturas que tienen poderes ¨²nicos y especiales, y que nos permiten realizar diferentes habilidades en pleno escenario, mediante un sistema similar al de Pok¨¦mon Ranger. De esta forma, con un Omega de fuego podremos quemar ra¨ªces gigantes que bloquean caminos, al mismo tiempo que se nos permitir¨¢ utilizar su llama para descongelar cosas. Otros Omega son capaces de hacer cosas como destrozar rocas gigantes mediante la fuerza bruta, o crear plataformas de hielo para atravesar un r¨ªo.

La forma de obtenerlos es totalmente lineal, es decir, que para poder pasar a trav¨¦s de los caminos bloqueados por rocas, antes hemos de tener al Omega que las destroza. Y para ello, previamente hab¨ªa que tener al de fuego, para calentar una c¨¢psula donde estaba el de hielo, quien a su vez tiene como prioridad ayudarnos a superar caminos a trav¨¦s de riachuelos. Todo esto, a pesar de su ?simplicidad' (puesto que no hay que capturar nada, no es como Pok¨¦mon) est¨¢ suficientemente bien resuelto como para que no se haga demasiado sencillo, acerc¨¢ndose quiz¨¢ a los denominados 'Metroidvanias', concretamente a Symphony of the Night o su sucesor en DS, Dawn of Sorrow: obt¨¦n los Omega y seguir¨¢s avanzando, de lo contrario, olv¨ªdate. As¨ª mismo, puedes volver a un punto del mapa una vez tengas la t¨¦cnica necesaria para sortear los obst¨¢culos.

Esto le da un valor rejugable, algo sin duda de agradecer en un juego que no es especialmente largo, aunque por suerte no llega a saber a poco gracias a su capacidad de divertir. Parte de la culpa la tiene su sistema de ?combate', o m¨¢s bien, la forma de eliminar los Eledees del mapa, algo totalmente alejado de lo habitual: con nuestros stylus, debemos ir seleccionando a las criaturas que est¨¢n por el escenario para posteriormente hacer un click sobre nuestro Omega (bien sea Zero u otro). De esta forma se los 'comer¨¢', materializ¨¢ndolos en forma de carburante. La cosa no es tan simple: seleccionando un Eledee simplemente lo capturaremos, de acuerdo, pero si lo que hacemos es cliquear sobre siete, haremos un combo que multiplicar¨¢ la energ¨ªa obtenida y la experiencia a recibir.

Y a pesar de que la historia no sea nada del otro mundo, su preciosista presentaci¨®n mediante artworks y voz en off (en ingl¨¦s) le da bastante fuerza, obviamente s¨®lo en el modo principal, ya que Eledees presenta un modo multijugador bastante divertido y ofrece, adem¨¢s, la posibilidad de intercambiar con nuestros amigos a los Omega (hay m¨¢s de 40 en total). Todo esto, unido a la capacidad de divertir que tiene el t¨ªtulo, lo convierten en un fant¨¢stico producto tanto para los m¨¢s veteranos como los iniciados en el mundillo.

T¨¦cnicamente es un t¨ªtulo cuidado, en la l¨ªnea de sus fant¨¢sticos dise?os para narrar el argumento, mostrando sprites 2D grandes y detallados, eso s¨ª, con un estilo no muy inspirado y que remite -de nuevo- a los juegos de la saga Pok¨¦mon, concretamente a los de la saga principal, no as¨ª Rangers, cuyos sprites son mucho m¨¢s grandes. Fondos 2D sencillos pero agradables, un buen dise?o art¨ªstico, criaturas bien dise?adas y buenos efectos, un combo f¨¢cil de aceptar como v¨¢lido sin que sea en absoluto el juego que m¨¢s provecho saque de las capacidades gr¨¢ficas de la consola. Lo mismo puede decirse del apartado sonoro, que presenta melod¨ªas sencillas, pero atractivas, junto a efectos sonoros en la pura tradici¨®n de la consola.