Dynasty Warriors 5: Empires

Koei vuelve a la carga con una nueva entrega de la quinta parte de su saga estrella. Con un fuerte componente t¨¢ctico nos encontramos con un juego que, pese a todo, deja el regustillo de que no ofrece todo lo que se esperar¨ªa de ¨¦l. Descubre el Imperio Chino en nuestras Primeras Impresiones...

Koei vuelve a la carga con su saga primordial, Dynasty Warriors. Tras una notable quinta entrega, que demuestra que la f¨®rmula sigue funcionando por m¨¢s cap¨ªtulos que ven la luz, la compa?¨ªa se dedic¨® a explotar el nombre con curiosos spin-offs. Despu¨¦s de Extreme Legends, que baj¨® mucho el list¨®n, le llegar¨¢ el turno pronto a Dynasty Warrios 5: Empires, la versi¨®n estrat¨¦gica.

Esta entrega es la segunda incursi¨®n de la saga en este campo, y se trata, esencialmente, de la continuaci¨®n de Dynasty Warriors 4: Empires. Sin embargo, pese a ofrecer unas interesantes y completas opciones en el terreno de la estrategia, el juego peca en abundantes aspectos jugables y generales. Unas Primeras Impresiones con las versiones americanas que nos han dejado bastante fr¨ªos.

A la conquista del mundo
La idea de Dynasty Warriors es la de siempre, ponernos al frente de un ej¨¦rcito chino y dominar todos los pa¨ªses que componen el mapa del mundo. Sin embargo, en esta orientaci¨®n estrat¨¦gica, nuestra meta es llegar a hacernos con el control de todo el terreno en menos de cien turnos, el equivalente de juego a 25 a?os. Y es que cada turno se corresponde a una estaci¨®n del a?o, y cuatro turnos son 365 d¨ªas.

En cada uno, antes de pasar a la acci¨®n sobre el terreno, tendremos un gran n¨²mero de men¨²s y opciones en los que trastear (y eso haremos, hasta tener un buen conocimiento de la funci¨®n que desempe?an cada una de ellas), en los que pasaremos gran parte del tiempo. A pesar de ser numerosos y desconocidos, no son tan profundos como los de los verdaderos juegos de estrategia, lo cual nos deja conque tras un par de turnos navegaremos por ellos por inercia y haciendo con rapidez todas nuestras decisiones.

Entre nuestras posibilidades de elecci¨®n se encuentra la posibilidad de reforzar nuestras tropas, asignar generales y lugartenientes, forjar alianzas con pa¨ªses vecinos, pagar tributos al pueblo o reclamar dinero al mismo. Tambi¨¦n debemos organizar nuestro pr¨®ximo ataque, aunque tendremos pocas opciones en cuanto a crear una t¨¢ctica real.

?El Dynasty de siempre?
Una vez terminados los preparativos t¨¢cticos, entraremos en la fase de acci¨®n, donde nos pondremos en la piel de nuestro general. La idea b¨¢sica en cuanto a control es la de los Dyansty de siempre, manteni¨¦ndose en gran medida los movimientos y acciones ya conocidos por los aficionados a la saga. No obstante, las diferencias se hacen notables con el paso del tiempo.

Y es que, pese a que el sistema principal se mantenga, se le ha dotado al juego de un toque m¨¢s relajado, de modo que hay que tomarse las cosas con mucha m¨¢s calma y cuidado los aspectos t¨¢cticos. Es decir, a diferencia de otras entregas, no podremos ir directamente a por el general enemigo, tendremos que ir poco a poco, esperando las acometidas rivales, conteni¨¦ndolas y avanzando cuando todo sea seguro.

Si no cuidamos nuestra base, perderemos la contienda, y tampoco podemos adentrarnos en las filas rivales sin contar con el apoyo de las tropas de nuestro imperio. Lo curioso del asunto, y un gran fallo del juego, es la nula actividad de los soldados enemigos, que poco m¨¢s que esperan su muerte a nuestro lado. Sin embargo, los generales no nos dejar¨¢n ni a sol ni sombra, acabando con nosotros r¨¢pidamente si nos despistamos.

Primeras Impresiones

El juego ofrece un acabado t¨¦cnico correcto, sin grandes alardes. Los escenarios son amplios, pero pueden resultar vac¨ªos por momentos y repetitivos entre s¨ª. Adem¨¢s, el trabajo de doblaje americano no es malo, sino casi rid¨ªculo, con unas voces de los personajes que dan risa por las entonaciones con las que se les ha dotado. Lo peor es que, por su concepto mal definido, el juego resulta aburrido.

Koei no ha acertado en las desviaciones de la saga principal en esta quinta entrega, y nos vuelve a ofrecer un juego que es m¨¢s que mejorable. Esperemos que la versi¨®n PAL definitiva pueda llegar a ofrecernos algo m¨¢s, aunque sea s¨®lo un doblaje decente, a poder ser el original. Por el momento, la versi¨®n americana nos supone una peque?a decepci¨®n y un t¨ªtulo aburrido que no hace justicia a la saga.