Die for Valhalla!
- PlataformaPC6.5NSW6.5PS46.5XBO6.5
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorMonster Couch
- Lanzamiento29/05/2018
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorMonster Couch
Die for Valhalla!, an¨¢lisis
Analizamos Die for Valhalla! Este indie combina el beat 'em up cl¨¢sico con elementos de los RPG y el roguelite. Adem¨¢s, est¨¢ basado en la mitolog¨ªa n¨®rdica.
Encarnar a un dios. No hay fantas¨ªa de poder m¨¢s anhelada y vigorizante que la de interpretar a un ser divino. Asumir como propias su fuerza, su inteligencia y su inmortalidad. El videojuego siempre ha destacado, precisamente, por su capacidad para crear di¨¦gesis en las que el usuario pueda ejercer como deidad y gozar de una interacci¨®n sin barreras. Lo ha hecho de muy diversas formas y perspectivas; desde dotar al avatar de una fuerza inconmensurable como en God of War hasta convertir al usuario en un ente omnisciente que dictamina el sino del resto de NPC como en Los Sims. Empero, ambos casos retratan a los dioses de una forma plana, sin apenas variaciones m¨¢s all¨¢ de su personalidad. El estudio indie Monster Couch quiere, aunando beat ¡®em up con elementos de RPG, cambiar esa tendencia con Die for Valhalla!
En la obra del estudio polaco, encarnamos a una valquiria, mito n¨®rdico representado por una mujer al servicio de Od¨ªn. Su nombre es una traducci¨®n muy directa de valkyrja en n¨®rdico antiguo y significa literalmente ¡°selectora de ca¨ªdos en combate¡±, su papel en los relatos vikingos. Su prop¨®sito era escoger a los m¨¢s bravos h¨¦roes ca¨ªdos en combate y llevarlos al Valhalla para luchar junto a Od¨ªn en el Ragnar?k, la batalla del fin del mundo. Monster Couch ha estudiado el papel de las valquirias en la fantas¨ªa n¨®rdica y se nota, pues justo esa es la funci¨®n que desempe?an en su juego. Con alg¨²n matiz, eso s¨ª.
Las valquirias de Die for Valhalla! son capaces de poseer a los guerreros ca¨ªdos para valerse de su destreza en batalla. Hay alguna sorpresa m¨¢s, ya que pueden dar vida a objetos inertes tan variopintos como barriles y arbustos. Incluso, mejorando las habilidades de las valquirias de forma correcta, poseer a algunos enemigos. Esta es la mec¨¢nica principal de un beat ¡®em up en el que los mapas se generan procedimentalmente y cuyos guerreros evolucionan vali¨¦ndose de las l¨®gicas de los roguelites y los RPG.
El papel de las valquirias jam¨¢s fue combatir, como tampoco lo es aqu¨ª. Lo ¨®ptimo y casi obligatorio es recurrir a la fuerza de los h¨¦roes destinados a servir a Od¨ªn en el Valhalla, cada uno con sus habilidades especiales y combos posibles. Quien disfrute de contar con esa diversidad de movimientos encontrar¨¢ un juego sorprendentemente profundo, que piensa en los jugadores avezados. Estos ¨²ltimos disfrutar¨¢n de un desaf¨ªo en constante in crescendo, puesto que el poder y la velocidad de los enemigos aumenta progresivamente. Abraza lo hardcore como muchos otros beat ¡®em up neorretro con voluntad de revivir los tiempos de las recreativas, pero tambi¨¦n posibilita jugar una partida m¨¢s suave y centrada en la aventura.
Los comandos ser¨¢n, eso s¨ª, los mismos. Un ataque est¨¢ndar y uno especial y ¨²nico de cada personaje como opciones ofensivas. El bot¨®n de salto, en la piel de las valquirias, es el comando con el que poseen a objetos, h¨¦roes y rivales.Seg¨²n lo que d¨¦ de s¨ª la barra de resistencia, los personajes pueden ejecutar un dash bastante ¨²til con el que avanzar m¨¢s r¨¢pido. L1 y R1 (en el Dualshock de PS4) sirven para defenderse y liberar un ataque especial con el que valerse de la ayuda de Od¨ªn. Por ¨²ltimo, pulsar el stick derecho sirve para exorcizar el cuerpo en cuesti¨®n y volver a la vulnerable forma de valquiria -morir entonces es un final de partida instant¨¢neo-.
Pese a que el esquema de control b¨¢sico es com¨²n a todos los personajes, hay elementos diferenciales. Los cazadores, por ejemplo, conf¨ªan en su virtuosismo con el arco y las flechas para atacar a larga distancia, mientras que los guerreros se baten en duelo con su escudo y su espada. As¨ª hasta once clanes, cada uno con su propio ataque especial, que se van desbloqueando a lo largo de la aventura. Con tal fin, es necesario recolectar los martillos de Thor que dejan caer los enemigos m¨¢s poderosos. Una veintena de dichas mazas permite usar a los guerreros de un nuevo clan, con virtudes y defectos exclusivos. La estrategia de Monster Couch es evidente: premiar el progreso ampliando el plantel de personajes disponibles y, al mismo tiempo, aumentar la complejidad de los combates.
Por la gloria. Esa breve frase sintetiza a la perfecci¨®n aquello por lo que luchan los h¨¦roes, valientes einherjer -as¨ª se les conoce en la mitolog¨ªa n¨®rdica- que pugnan por el honor de Od¨ªn. Eso s¨ª, hay otra acepci¨®n del t¨¦rmino, una confeccionada exclusivamente para Die for Valhalla!, que tambi¨¦n es clave en el t¨ªtulo. Derrotar a las hordas de rivales proporciona orbes de gloria, los puntos de experiencia del juego con los que puede mejorarse a los guerreros. Hay optimizaciones b¨¢sicas, como incrementar la salud y la resistencia, y otras m¨¢s elaboradas, como la posibilidad de cargar los ataques simples. Por su parte, las valquirias tambi¨¦n pueden mejorar sus dones, aunque en menor medida que los combatientes. En el caso de los jefes finales, gigantes abominaciones que colman la pantalla, estos vomitan toneladas de orbes de gloria.
Die for Valhalla! brinda la opci¨®n de ser avaro y concentrar todos los puntos de experiencia en un solo vikingo. No lo consideramos la jugada m¨¢s inteligente, ya que si el guerrero fallece no habr¨¢ opci¨®n de redistribuir esos orbes y fortalecer a otro luchador. Con este aderezo propio del roguelite, el estudio polaco equilibra el juego y obliga a que el jugador sea prudente y que confeccione un equipo competente de soldados. Nada impide intentarlo y no es imposible, pero si harto complicado en tanto que el n¨²mero de corazones para restaurar la salud de los h¨¦roes desciende enormemente conforme avanza el periplo.
Funciona de forma similar a una de las caracter¨ªsticas emblem¨¢ticas de los retos nuzlocke en Pok¨¦mon o, en su versi¨®n espa?ola, Temtem. Estos desaf¨ªos autoimpuestos demandan que el jugador se deshaga sus monstruos de bolsillo si perecen en combate. Potencian, de este modo, que el entrenador de turno no deposite toda su confianza en una ¨²nica criatura, medite bien sus acciones y dise?e un equipo competente. Justo lo que hace Monster Couch con su obra, aunque imponiendo dicha regla sin condici¨®n alguna. Y funciona tremendamente bien, pintando una capa de estrategia sobre el lienzo de acci¨®n que es el juego.
El principal atractivo jugable de Die for Valhalla! es su propuesta cooperativa. En una apuesta firme por el multijugador local, Monster Couch permite que otros jugadores se unan instant¨¢neamente a la acci¨®n con tan solo conectar otro mando. Este indie no necesita de un modo especialmente dedicado al juego cooperativo, por lo que las partidas en marcha no se interrumpen. Asimismo, apela a una idea del multijugador local muy pura, en la que nuestros amigos nos prestan su habilidad a los mandos para ayudarnos a progresar en la historia. Algo, por cierto, excepcionalmente ¨²til en el modo dif¨ªcil. Por a?adidura, el t¨ªtulo cuenta con un modo deathmatch concebido totalmente para el juego en compa?¨ªa.
Die For Valhalla! es reminiscente de los ¡°todos contra el barrio¡± cl¨¢sicos y su forma de entender las partidas en plural. La versi¨®n de Switch cuenta con un atractivo especial en ese sentido, ya que lo inmediato del cooperativo de Die For Valhalla! se hiperboliza con lo sencillo que es separar los Joy-Con de la consola y ponerse a repartir coscorrones. No es casualidad que el estudio se denomine Monster Couch; su apuesta por las partidas compartiendo sof¨¢ es firme. ¡°El multijugador local no est¨¢ muerto¡±, reivindican los creadores polacos en su p¨¢gina web.
Este indie no se toma en serio. No es un reproche, ni mucho menos, sino una descripci¨®n bastante as¨¦ptica y precisa del enfoque que emplean sus creadores. Posee cierta vocaci¨®n de divulgar la cultura vikinga, algo que comparte con obras similares como Jotun, pero de forma mucho m¨¢s desenfadada. Una decisi¨®n, para nosotros, ¨®ptima. El t¨ªtulo tiende a la repetici¨®n, ¨®bice com¨²n a la mayor¨ªa de beat ¡®em up y que ni siquiera la diversidad de guerreros consigue solventar del todo. Por eso, salpimentar las escenas entre combates con un punto de humor es una elecci¨®n a agradecer.
En t¨¦rminos audiovisuales, Die for Valhalla! es sencillamente correcto, con unos fondos atractivos, pero que se reutilizan demasiado. Adem¨¢s, su simp¨¢tico dise?o de personajes peca a veces de ser excesivamente rampl¨®n. Con tantos clanes disponibles, no estar¨ªa de m¨¢s que los h¨¦roes se diferenciaran mejor entre s¨ª, ya que la mayor¨ªa comparte rostro con los de su clase. La m¨²sica, por ¨²ltimo, otorga cierta epicidad adicional a las batallas.
Conclusi¨®n
Die for Valhalla! puede interpretarse de muchas formas. Obviamente, como un beat ¡®em up con elementos propios del RPG que puede ser muy desafiante en su dificultad m¨¢s elevada. Pero tambi¨¦n como un juego de acci¨®n mucho m¨¢s casual, id¨®neo para el cooperativo, que reclama la atenci¨®n de un cat¨¢logo que ya no atiende al multijugador local con el mimo de anta?o. En cualquier caso, es una propuesta lo suficientemente interesante como para ser poco punitivos con sus modestos valores de producci¨®n. Al menos, corrige con moderado ¨¦xito -aunque no siempre- y una veintena de clanes distintos el gran problema de su g¨¦nero: la repetitividad. Si buscas revivir aquellas tardes de sof¨¢ machacando mamarrachos en alg¨²n suburbio videol¨²dico, pero con una lograda ambientaci¨®n vikinga, Die for Valhalla! es m¨¢s que satisfactorio.
Lo mejor
- Combina beat 'em up, RPG y roguelite con acierto
- Genial apuesta por el multijugador local
- Original mec¨¢nica de posesi¨®n
Lo peor
- Ni siquiera el amplio plantel evita que pueda ser repetitivo
- Algo plano en lo audiovisual
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.