La gran guerra... otra vez

DEADLY DOZEN es otro de tantos juegos basados en la Segunda Guerra Mundial, un tema en el cual han reiterado bastante los desarrolladores de videojuegos en estos ¨²ltimos tiempos. Ah¨ª tenemos los Medal of Honor, Wolfenstein y Commandos, juegos todos ellos fant¨¢sticos en su g¨¦nero... pero DEADLY DOZEN basa su mec¨¢nica en otro aut¨¦ntico cl¨¢sico, un juego de culto en el g¨¦nero de la acci¨®n t¨¢ctica. Por supuesto, nos referimos al sin par Hidden & Dangerous.

Distribuido por los franceses de Infogrames y programado por chicos de nFusion (autores tambi¨¦n del reciente Line Of Sight Vietnam), DEADLY DOZEN llega al mercado espa?ol con muy pocas pretensiones de auparse a lo m¨¢s alto del g¨¦nero, pero sin duda posee buenas intenciones en su desarrollo, y las llega a cumplir a medio plazo. Analicemos paso a paso si DEADLY DOZEN cumple con su funci¨®n de juego comercial en los d¨ªas que corren...

Gr¨¢ficos y sonido

A la vista est¨¢ que DEADLY DOZEN no es un prodigio de la t¨¦cnica. En t¨¦rminos audiovisuales, la obra de nFusion demuestra haberse quedado anclada en el tiempo (no en vano, data del a?o 2001), vi¨¦ndose en bastantes ocasiones superada por a?ejas producciones como el anteriormente citado Hidden & Dangerous, y m¨¢s a¨²n si lo comparamos con joyas m¨¢s actuales del calibre de Vietcong o Return to Castle Wolfenstein. Pero a¨²n as¨ª, DEADLY DOZEN no llega a disgustar, se relame en su parquedad con un estilo entre lo elegante y lo vetusto, que ciertamente puede llegar a disgustar o incluso encandilar a los m¨¢s indulgentes.

Dicho sea de paso, DEADLY DOZEN es bastante claro en sus muestras gr¨¢ficas. No rezuma excesos de ning¨²n tipo, y se centra en lo que por estos lares llaman "ir al grano", aunque los puristas pueden vilipendiar contra ¨¦l, debido a lo escaso de su cuant¨ªa poligonal o la baja resoluci¨®n de las texturas en general. Tampoco es demasiado bueno el hecho de que use y abuse bastante del casi ya olvidado efecto niebla (?alguien dijo TUROK?) para disimular en gran medida la escasa potencia del engine 3D del juego, palpable a¨²n activando la opci¨®n de antialiasing. Pero bueno, en las primeras misiones qu¨¦ mejor que una casi constante lluvia y el mal tiempo virtual para dar el pego, ?verdad?

En t¨¦rminos sonoros, este t¨ªtulo se porta decentemente, si bien es cierto que no nos vamos a encontrar ninguna sorpresa. El sonido 3D cumple correctamente, la banda sonora est¨¢ ah¨ª (aunque la mayor¨ªa ni nos daremos cuenta), y bueno... que en resumidas cuentas, al igual que el resto de apartados t¨¦cnicos, DEADLY DOZEN se limita a aprobar sin resaltar.

Est¨¢ claro que se trata de una producci¨®n que no tiene la intenci¨®n de romper moldes, y mucho menos de encaramarse a ser una de las referencias del g¨¦nero de la acci¨®n t¨¢ctica, sobre todo en lo que respecta al campo audiovisual, por no decir al t¨¦cnico en general. Infogrames apadrina con DEADLY DOZEN un CD que, si bien puede dar en un principio pobres impresiones, puede llegar a tornarse de buenas a primeras en un juego t¨¦cnicamente potable... o cumplidor, dir¨ªase. Pero estas cuestiones casi se pueden sentar dependiendo de lo tolerantes que seamos los usuarios en cuesti¨®n, y a d¨ªa de hoy, este matiz puede ser todo un riesgo.

Gui¨®n

Los hechos recogidos en DEADLY DOZEN est¨¢n basados en acontecimientos registrados en las memorias del General de Divisi¨®n Quinton Maxwell ("From Peking to Berlin" publicadas en 1955) que relatan su servicio durante la Segunda Guerra Mundial. Quinton James Maxwell (1890-1958) fue el principal experto americano en guerra de guerrillas de principios del siglo XX. Nacido en Pek¨ªn, China, Maxwell particip¨® a los diez a?os en la defensa del consulado extranjero durante la Rebeli¨®n de los Boxer que se extendi¨® en China.

Maxwell regres¨® a los Estados Unidos y se alist¨® en el Ej¨¦rcito en 1908. Su carrera militar le llev¨® por todo el globo; de las Filipinas, pasando por Sud¨¢frica, a M¨¦jico. En 1917, Maxwell fue enviado como observador militar a la campa?a contra los alemanes en el Este de ?frica durante la Primera Guerra Mundial. Al final de dicha guerra, Maxwell fue reasignado al Departamento de Guerra para lo que calific¨® de "tediosas y m¨ªseras labores administrativas". Ansiaba estar de vuelta otra vez en el frente.

En 1936, Maxwell dimiti¨® del ej¨¦rcito para luchar contra las fuerzas fascistas en la Guerra Civil Espa?ola como soldado de fortuna. Maxwell volvi¨® a los Estados Unidos al terminar la guerra y se dispuso a jubilarse en 1939. Entre 1939 y 1941, Maxwell public¨® dos art¨ªculos sobre la guerra de guerrillas basados en sus experiencias en diversas "guerras menores" por todo el globo. Su enfoque poco convencional de la guerra le granje¨® escasas amistades entre los estamentos militares convencionales de los a?os 30, a pesar de predecir correctamente la importancia de las unidades especiales de combate, como los comandos y unidades aerotransportadas y paracaidistas, que pod¨ªan atacar r¨¢pidamente en cualquier momento y lugar y desaparecer r¨¢pidamente para "luchar en otro momento y lugar elegido por su comandante".

Con el Ej¨¦rcito Alem¨¢n extendi¨¦ndose por toda Europa occidental, Maxwell pidi¨® al Ej¨¦rcito Americano que pusiera en marcha la creaci¨®n de unidades de operaciones especiales para una guerra que ve¨ªa como inminente. Una vez m¨¢s, los estamentos militares le ignoraron... hasta el 7 de diciembre de 1941. Tras el ataque sorpresa de Jap¨®n, Am¨¦rica entr¨® en una nueva guerra global para la que no estaba realmente preparada. El 10 de diciembre de 1942, Quinton Maxwell volvi¨® al servicio militar activo y fue asignado al Departamento de Guerra como consejero del Jefe del Estado Mayor. En conferencia con el Jefe del Estado Mayor en el Departamento de Guerra, Maxwell volvi¨® a pedir el desarrollo de una unidad de operaciones especiales que pudiera "llevar esta guerra al enemigo dondequiera y cuando quiera que ¨¦ste se halle".

Maxwell obtuvo al fin su deseo cuando recibi¨® la orden el 12 de enero de 1943. Esta unidad de operaciones especiales recibi¨® el nombre en c¨®digo "Project Juno Gold" y se puso bajo control directo del Presidente, Jefe del Estado Mayor y m¨¢s tarde, el Comandante en Jefe del Mando Supremo Aliado en Europa. Se pidieron voluntarios de entre las unidades de Infanter¨ªa, Ranger y Aerotransportada - que enviaron individuos y reclutas incapaces de integrarse en la estructura militar convencional - fundamentalmente la escoria del ej¨¦rcito. Sin embargo, Maxwell logr¨® encontrar unos cuantos "diamantes entre la basura". Hombres duros, curtidos, con recursos y con "esa vena de independencia y auto-confianza... con un fuerte odio por la autoridad de cualquier forma..." que hac¨ªa de ellos marginados de unidades convencionales a pesar de sus obvias habilidades y aptitudes. Estos eran precisamente el tipo de soldado que Maxwell buscaba. De entre un grupo final de 36 voluntarios, seleccion¨® los "special 12" (12 especiales) para Juno Gold.

Tras 12 semanas de vigoroso adiestramiento, estos hombres absorbieron y pusieron en acci¨®n los conocimientos y experiencia que Maxwell hab¨ªa adquirido a lo largo de d¨¦cadas luchando en esas "peque?as guerras" por todo el mundo. Maxwell lo resum¨ªa simplemente; "Eran los guerrilleros definitivos - listos, con recursos, r¨¢pidos con un cuchillo y expertos con cualquier arma de fuego que cayera en sus manos... sumamente seguros de s¨ª mismos y sumamente peligrosos..."

Antes de ser enviados a Europa Occidental en 1943, los miembros de Project Juno demostraron su destreza y habilidad durante un ejercicio militar en Ft. Braga, Carolina del Norte. All¨ª estaba en persona para observar la acci¨®n el Comandante en Jefe del Mando Supremo Aliado que, tras ver al Project Juno en acci¨®n, parece ser que dijo "Son los doce hombres m¨¢s mort¨ªferos que he visto jam¨¢s... ?Gracias a Dios que est¨¢n de nuestro lado!" Al o¨ªr ese comentario, Maxwell dijo "...Son realmente los doce hombres m¨¢s peligrosos y mort¨ªferos que le gustar¨ªa ver jam¨¢s". Dicho eso, el nombre oficial de la unidad "Project June Gold" se cambi¨® por otro m¨¢s vistoso, no oficial: la "DEADLY DOZEN (Docena Mort¨ªfera)".

Jugabilidad

Posiblemente, y a pesar de ser en apariencia bastante f¨¢cil de dominar, es en este apartado donde DEADLY DOZEN muestra sus flaquezas m¨¢s aparentes. En un principio, el juego deja claro que su metodolog¨ªa l¨²dica no va m¨¢s all¨¢ de lo que anta?o luc¨ªa Hidden & Dangerous o el m¨¢s reciente Conflict: Desert Storm (?alguien recuerda el prehist¨®rico Triple Comando de Dro Soft?). O sea, una mec¨¢nica de juego por objetivos que otorga cierta libertad en el desarrollo de estrategias de misi¨®n, a manos de un equipo de soldados que se tendr¨¢ que abrir paso por los m¨²ltiples escenarios destruyendo, robando o incluso secuestrando.

Todo esto ir¨ªa a m¨¢s si no fuese por el hecho de que la inteligencia artificial de la CPU es a todas luces irrisoria. No es que sean ni muy listos ni muy tontos, sino que tienen la t¨ªpica programaci¨®n de "si est¨¢s a mi alcance, no fallo ni un tiro", al m¨¢s puro estilo BLOOD 2. Detalles como el no ver ni siquiera al enemigo gracias a la fantabulosa niebla (sigh) y recibir letales impactos por su parte no llegan a convencer, no se?or... Si quer¨ªan los programadores a?adir dificultad al desarrollo de DEADLY DOZEN, hay decenas de maneras inteligentes de hacerlo sin tener que recurrir a viejas trampas jugables que no llevan a ning¨²n sitio.

Recursos como el poder usar determinados veh¨ªculos de la Segunda Gran Guerra para avanzar en determinadas misiones a?ade un punto de inter¨¦s al juego, a pesar de que este detalle queda a todas luces hundido si caemos en la tentaci¨®n de compararlo con esa gran joya intemporal llamada Operation Flashpoint. Pero como no se trata de ir comparando a lo loco, se queda en un peque?o aliciente m¨¢s para continuar jugando misi¨®n tras misi¨®n, cual perro solitario de la guerra. Y digo solitario porque, a pesar de que DEADLY DOZEN se apoye en el manejo de un grupo de soldados, limita las cuestiones l¨²dicas a un solo jugador. Una pena, porque anular las opciones online en un t¨ªtulo de estas caracter¨ªsticas parece a todas luces una acci¨®n irracional por parte de los desarrolladores.

Por lo dem¨¢s, DEADLY DOZEN puede ser un t¨ªtulo recurrido en casos de que se le preste tiempo, de que hagamos acopio de grandes cantidades de paciencia en pos de la inversi¨®n hecha. Es entonces cuando descubriremos en la obra de nFusion un programa entretenido, bien ambientado y con grandes dosis de humildad bien cocida.

Compar¨¢ndolo con?

Evidentemente, los recursos l¨²dicos de DEADLY DOZEN est¨¢n m¨¢s que influenciados por juegos como el mil veces mencionado en este art¨ªculo Hidden & Dangerous y dem¨¢s t¨ªtulos con la coletilla de acci¨®n t¨¢ctica. El hecho es que para los fans de juegos de este estilo, DEADLY DOZEN es todo un ejemplo de estilo que puede llegar a saciar las ansias de este estilo de juego, a pesar de que en todos los aspectos, la obra de nFusion se queda atr¨¢s, bastante atr¨¢s en relaci¨®n a la competencia en el mismo g¨¦nero, y la culpa es sobre todo de la tard¨ªa distribuci¨®n en nuestro pa¨ªs, porque el copyright del juego data de, ni m¨¢s ni menos, 2001.

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien

Estrategias y trucos

A continuaci¨®n podr¨¢s encontrar unos c¨®digos que se pueden usar durante el juego para ayudarte en una misi¨®n. Se recomienda que pongas el juego en pausa antes de escribir los c¨®digos:

Enlaces

P¨¢gina oficial de Infogrames

Requerimientos del sistema

M¨ªnimos: Pentium II o AMD 300Mhz, 64Mb de Memoria, Tarjeta de v¨ªdeo 8Mb compatible Direct X 7, 500Mb de disco duro.

El juego se prob¨® en un Pentium IV 2000, 256Mb de Memoria y GeForce 4 MX 64Mb, funcionando en todo momento correctamente y de forma fluida con todos los detalles al m¨¢ximo.

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