Darkest Dungeon II, an¨¢lisis. La definici¨®n de secuela en todo su esplendor

Despu¨¦s de nada menos que dos a?os en Early Access, por fin ya podemos disfrutar de la versi¨®n final de Darkest Dungeon II. Si tenemos en cuenta el lanzamiento del t¨ªtulo original, nos remontamos ya a nada menos que 2016, lo que resulta en la friolera de 7 a?os desde el lanzamiento del primer juego, financiado en una exitosa campa?a de Kickstarter. Aquel lleg¨® en un momento propicio, ya que el subg¨¦nero del roguelite a¨²n no estaba tan saturado como lo est¨¢ hoy, y fue capaz de seducir a los millones de jugadores que superaron su tremendamente hostil barrera de entrada. Con lo cual, todo este tiempo que ha transcurrido, ?se justifica con esta secuela? La respuesta es un s¨ª. Un s¨ª rotundo, por cierto.

Y es que probablemente Darkest Dungeon II sea uno de los mejores ejemplos de lo que debe ser una secuela que hemos visto en los ¨²ltimos tiempos, porque es m¨¢s, mejor, y lo que es m¨¢s interesante, diferente. Muy diferente, de hecho, tanto, que el jugador veterano de la saga sentir¨¢ como familiar los combates, pero fuera de ellos, tendr¨¢ que aprender casi tanto como aquel que se aventura en la mazmorra m¨¢s oscura por primera vez.

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Elige tu propio camino

Si echamos la vista atr¨¢s hasta recordar la primera entrega, nos situ¨¢bamos en un punto de encuentro, el campamento, desde el cual part¨ªan todas nuestras incursiones en mazmorras cuyo dise?o no cambiaba demasiado entre s¨ª. Olvid¨¦monos de todo aquello, ya que lo que tenemos en esta ocasi¨®n es una carroza en la que nuestros personajes se aventuran a trav¨¦s de un recorrido lleno de sorpresas. Ahora nos encontramos con un mapa al estilo Slay the Spire, distribuido en nodos que representan diferentes encuentros ¨Cno siempre con enemigos-, aunque algunos de los cuales contienen sorpresas que no descubriremos hasta llegar a ellos. Obviamente esto resulta ¨²til a la hora de preparar nuestro recorrido, pero como saben los veteranos de la saga, las cosas no siempre salen como esperamos, de hecho casi nunca lo hacen, con lo que la capacidad de improvisaci¨®n es, como siempre, una virtud a tener en cuenta.

Eso s¨ª, la consecuencia de esto es que el estado de la diligencia es una variable m¨¢s a tener en cuenta durante nuestra aventura, pudiendo sufrir ataques repentinos ¨Cque no desembocan en combate pero s¨ª la da?an-, baches que har¨¢n que las ruedas se desgasten¡­ Si nuestro medio de transporte sufre demasiados da?os entonces s¨ª, nos har¨¢n una emboscada que conllevar¨¢ una batalla que sumar¨¢ un plus de dificultad, ya que uno de los personajes tendr¨¢ que dedicarse a repararla. Vamos a ver, esto es Darkest Dungeon II, ?pens¨¢bais que iba a ser f¨¢cil?

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Como dec¨ªamos antes, los encuentros son variad¨ªsimos, muchos m¨¢s que meros combates, en los que profundizaremos despu¨¦s aunque para los veteranos no sea muy necesario. Durante nuestro recorrido podemos encontrar Pobres Diablos a los que ayudar a cambio de recompensas, al Acaparador ¨Cun vendedor, b¨¢sicamente-, y dos emplazamientos que nos han gustado especialmente, y de los que vale la pena hablar m¨¢s tranquilamente.

Uno de ellos es el Templo de Reflexi¨®n. Como no pod¨ªa ser de otra manera, en Darkest Dungeon II hay permadeath, algo que en el original solo afectaba de manera jugable al perder a un personaje de manera definitiva tras haber invertido puntos de habilidad y equipo en ¨¦l. En estos templos descubriremos la historia personal de cada uno de ellos de manera muy peculiar, ya que algunos cap¨ªtulos se presentan simplemente en forma de ¡°escenas¡± donde se narra su origen, pero hay otros que se muestran como si de un combate se tratara. Por ejemplo, en el caso de Audrey, combatimos contra su marido, un d¨¦spota maltratador, pero dejando de lado las armas y haciendo m¨¢s hincapi¨¦ en la estrategia, teniendo que distraerle primero para envenenar su bebida despu¨¦s. Un detalle absolutamente brillante y que c¨®mo no, nos otorga jugosas recompensas para cada personaje en forma de puntos de Maestr¨ªa ¨Chabilidad-.

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Los otros puntos de inter¨¦s diferenciales son las Guaridas, donde nos encontraremos los combates m¨¢s desafiantes. Despu¨¦s de dos batallas contra centinelas, disfrutaremos de uno tremendamente dif¨ªcil contra el jefe, el cual nos dar¨¢ la llave para acceder a la monta?a, el punto final de nuestra incursi¨®n. Sin embargo no hay que asustarse, ya que si despu¨¦s del primer o segundo combate estamos faltos de recursos o bajos de salud podemos retirarnos manteniendo las recompensas obtenidas hasta el momento.

Otra de nuestras preocupaciones ser¨¢ el Encono, una especie de mal que aumenta progresivamente si nos adentramos por rutas con Fracturas del Olvido y que conllevan circunstancias m¨¢s perjudiciales para nuestro equipo. Este puede reducirse pasando por determinados tramos y ganando combates, y si no lo hacemos nos enfrentaremos a Sectarios, algunos de los enemigos m¨¢s poderosos del juego.

Afortunadamente, cada cierto tiempo accedemos a una Posada, donde pertrecharnos de equipo, mejorar las habilidades de cada personaje con Puntos de Maestr¨ªa, reparar o mejorar la diligencia y por supuesto, descansar y recuperar nuestra salud. En definitiva, como dec¨ªamos, el desarrollo del juego es much¨ªsimo m¨¢s variado, y nos mantendr¨¢ pendientes de much¨ªsimas m¨¢s variables fuera de combate, el cual es importante, pero ya no con tanta omnipresencia como en la primera entrega.

Un combate muy familiar con ligeros cambios

Ya hemos dicho antes que el combate es casi el ¨²nico lugar donde el jugador veterano de Darkest Dungeon se va a sentir como en casa, ya que no ha variado en demas¨ªa. A saber: se tratan de combates por turnos donde nuestros cuatro personajes luchan contra una cantidad variada de enemigos ¨Chasta 4 como m¨¢ximo- haciendo gala de sus habilidades y donde la estrategia ¨Cy la suerte, por qu¨¦ no decirlo-, juega un papel importante. Es importante estar preparado y usar habilidades de apoyo o que generen efectos negativos ¨Ccomo ceguera- para despu¨¦s dejar caer toda nuestra fuerza en forma de golpes devastadores o que causen veneno.

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Al igual que en el original, cuando uno de nuestros personajes empieza a pasarlo mal aumenta su Angustia, y termina entrando en un estado mental que provocar¨¢ diversos efectos, positivos o negativos. Pueden desde envalentonarse y curarse por s¨ª mismos si est¨¢n al borde de la muerte, o por el contrario, entrar en colapso y ser incapaces de combatir hasta terminar muertos si no lo remediamos antes. Estas son las bases principales, que como vemos no distan mucho de lo que disfrutamos en el juego original. La verdad, no pensamos que hubiera mucho margen no ya de mejora, sino ya de implementar novedades de peso, aunque Red Hook lo ha intentado y nos ofrece algunas variables diferentes, adem¨¢s de un progreso t¨¦cnico que nos deja fant¨¢sticas animaciones en cada uno de los contendientes en la batalla.

El principal es la Afinidad entre personajes, la cual puede labrarse en combate o fuera de ¨¦l. En combate no hay mucho misterio, y cuando uno efect¨²e habilidades de apoyo sobre otro se incrementar¨¢ esta afinidad. Sin embargo, hay que estar pendiente tambi¨¦n de las decisiones que tomamos cuando no peleamos, ya que si decidimos seguir el consejo de uno de ellos, que se contradice con el de otro, es posible que comience a fraguarse una enemistad entre ellos que como podemos esperar, reducir¨¢ la efectivad de ambos cuando lleven a cabo ciertas habilidades. Esto es tremendamente importante, ya que nos podemos encontrar ante el caso de que lleguen a rehusar curarse, protegerse, etc¡­

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Tu nuevo pozo de horas

A lo largo de la historia nos hemos topado con multitud de juegos que nos atrapan sin remedio gracias a su propuesta y a una curva de aprendizaje extensa y llena de sorpresas al cabo de muchas horas. Hablamos del mencionado anteriormente Slay the Spire, pero tambi¨¦n encontramos otros como Loop Hero, Dead Cells, Hades, etc¡­ Darkest Dungeon II se suma a ese cat¨¢logo gracias a una profundidad sin comparaci¨®n posible con su antecesor, en el cual nos pas¨¢bamos m¨¢s del 80% del tiempo en combate, y a lo que en esta ocasi¨®n se le da una vuelta de tuerca para disfrutar de momentos mucho m¨¢s variados.

Eso s¨ª, hay que dejar claro que, al igual que ocurr¨ªa en el original, la barrera de entrada es bastante alta, sin llegar a la de aquel, que directamente era infernal. Las primeras horas son mucho m¨¢s llevaderas y progresaremos de manera m¨¢s sencilla a la par que aprendemos todas sus mec¨¢nicas, algo que tampoco tiene que hacer sospechar a jugadores que quieran un desaf¨ªo de verdad, porque qu¨¦ duda cabe, lo van a encontrar, y con creces.