La lucha contra el infiel

Apenas un par de meses despu¨¦s del lanzamiento de "Dos Tronos", Paradox ofrece un nuevo t¨ªtulo que apenas ofrece nada nuevo, salvo el componente hist¨®rico, que esta vez est¨¢ ambientado en la dif¨ªcil etapa de la lucha contra el imperio isl¨¢mico.

A ciencia cierta, se podr¨ªa decir que Crusader Kings es una expansi¨®n, o mejor dicho, el mismo t¨ªtulo que aqu¨¦l Juana de Arco que hace muy poco pudimos disfrutar. Estoy seguro que hubieran acabado siendo ambos juegos de precio reducido, y Paradox ha optado finalmente por sacarlos de forma independiente, pero aquellos a los que "Dos Tronos" no les acabara de convencer, les advierto que este otro producto comparte sospechosamente no pocas caracter¨ªsticas con su predecesor.

No es que sean al cien por cien como dos gotas de agua, en realidad este nuevo t¨ªtulo aporta algunas ideas que seguramente no se pudieron incluir en el compacto previo, pero desde luego hay una base homog¨¦nea sobre la cual Crusader Kings ha evolucionado, y esa base tiene su origen en la interfaz de Europa Universalis, y se ha visto potenciada y peculiarizado en "Dos Tronos".

Gr¨¢ficos

El motor del juego sigue siendo en dos dimensiones, algo que ya vimos en "Dos Tronos", y que ambos heredan de Europa Universalis. Quiz¨¢ sea hora de ir renovando el aspecto gr¨¢fico, ya que el pulcro men¨², las c¨®modas opciones y las ventanas trasparentes no son suficientes para rivalizar con otros juegos que compiten en el mismo segmento.

A¨²n hay estudios que apuestan por las dos dimensiones, y ello me parece loable, pero realmente deber¨ªa haber un mayor trabajo en aspectos como el mapa de fondo, mayor variedad de tropas, un socorrido cambio de plano al entrar en batalla, y sobre todo algo que d¨¦ cierta "vida" a lo que vemos en pantalla.

Esta vez, los ej¨¦rcitos tienen m¨¢s movimiento que lo visto en "Dos Tronos", ahora al menos se representan con un sprite animado, lo cual tampoco es mucho pero vistas las novedades es de lo m¨¢s remarcable.

El mapa de recursos y de construcciones se ha remozado por completo, y ahora cada provincia del mapa cuenta con un escueto pero interesante marco en el margen izquierdo, de forma que si seleccionamos una a trav¨¦s de dicho marco accedemos directamente al ayuntamiento, murallas, castillo, cuadras o guarida de los ladrones. Cabe destacar que dentro de este marco, los recursos activos se muestran con su correspondiente animaci¨®n en pseudo tres dimensiones.

El resto es pr¨¢cticamente igual a lo que ya ofrec¨ªan otros juegos de estrategia de esta compa?¨ªa. No ha habido una reedici¨®n de todo el aspecto gr¨¢fico, sino un lavado de cara y una puesta a punto de aquello que quiz¨¢ no acabara de agradar a todo el mundo. A m¨ª ya me gustaba lo que vi en Europa Universalis o en el mencionado Juana de Arco, pero los dise?adores han tenido a bien mejorar un poquito la interfaz y eso siempre es de agradecer.

Simplemente correcto. La casi total ausencia de cualquier m¨²sica que no tenga tintes ¨¦picos y la discreci¨®n de los efectos de sonido empobrecen este apartado. Al menos, Paradox ahora ha tenido a bien incluir temas que amenizan las batallas y la navegaci¨®n por men¨²s pero, sinceramente, ?cu¨¢ndo hemos visto un juego de estrategia donde la m¨²sica resalte al menos un poco?

Si admites un consejo, ponte algo tranquilo, relajado, tipo Lali Puna o similares, y disfruta. A veces lo mejor de la m¨²sica de un juego es justamente que no tenga, o que la puedas apagar y te d¨¦ la libertad de escoger tu propia banda sonora.

Jugabilidad

Pocos cambios, muy pocos. Esta vez han a?adido algunas potencias y tambi¨¦n los reinos implicados se establecen de forma diferente. Puedes empezar, por ejemplo, por el peque?o condado de Arag¨®n, y a trav¨¦s de alianzas matrimoniales unificar algunos condados para formar una Corona. Ahora las nupcias deben ser mejor pensadas, se nos da la oportunidad de escoger entre quienes se va a producir una boda antes de proponerla, aunque para hacernos con el vasallazgo de un condado tambi¨¦n podemos enviar un asesino que mate a un l¨ªder hostil.

En esta ocasi¨®n existe un peligro inminente, el Imperio Isl¨¢mico, que se ha apoderado de una buena parte de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y pretende adentrarse en el coraz¨®n de Europa, aunque nosotros podemos verlos de lejos formando parte de un condado centroeuropeo, tomar cartas en el asunto desde las Coronas de Castilla o Arag¨®n, o ser parte de un ej¨¦rcito musulm¨¢n y aliarnos con alguno de los reinos de taifas para conquistar Europa.

A diferencia de "Dos Tronos", las etapas hist¨®ricas ahora son tres, desde los inicios (llamados Hastings) hasta la Guerra de los Cien a?os. Tres culturas y tres religiones diferencian a los imperios, y son a su vez caracter¨ªsticas determinantes para establecer las pol¨ªticas de alianza.

Si en "Dos Tronos" hab¨ªa una clara influencia de cada uno de los estamentos de la sociedad, en esta nueva entrega dicha influencia ha quedado un poco diluida y pasa bastante m¨¢s desapercibida, aunque la construcci¨®n de determinados elementos sigue primando a uno de ellos y penalizando a los otros.

Las situaciones "hist¨®ricas", donde se plantear¨¢ un problema y debemos escoger una de las opciones ofrecidas por el programa, son ahora m¨¢s complejas, y algunas incluso derivar¨¢n en situaciones donde hijos bastardos puedan reclamar un condado, como sucedi¨® en la realidad. Afortunadamente, cada opci¨®n acompa?a una escueta explicaci¨®n de cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias si nos decantamos por ella.

Otro aspecto que ha cambiado es la gesti¨®n de las tropas. Ahora es algo m¨¢s confuso poder montar un ej¨¦rcito. Necesitamos un cabecilla o h¨¦roe dispuesto a liderar una tropa, pero la manera de aumentar el n¨²mero de ¨¦sta no depende directamente de una instrucci¨®n nuestra, que ser¨ªa algo as¨ª como "reclutar". En su lugar, en la provincia debemos construir una especie de escuela de soldados, con una capacidad de reclutamiento determinada, que aprovisiona a la milicia asentada en dicha provincia de forma autom¨¢tica cada vez que pasa un mes. Ahora imaginemos que acabamos de repeler un ataque y nuestra infanter¨ªa ha quedado seriamente da?ada: no podremos reequilibrarlo inmediatamente, tendremos que esperar que la m¨¢quina lo haga en nuestro lugar.

Por otro lado, la dificultad ha aumentado bastante, cosa que personalmente he de agradecer. Ni siquiera la primera ¨¦poca es un paseo como pod¨ªa suceder en "Dos Tronos", y las partidas siguen siendo casi eternas en algunos modos de juego, con una gesti¨®n de provincias/condados bastante considerable. Si declaras la guerra a un reino vecino, has de ser consciente de que autom¨¢ticamente ¨¦ste pasar¨¢ a la acci¨®n, no limit¨¢ndose a esperar tus ataques. Si no est¨¢s preparado para contraatacar, tienes grandes posibilidades de perder la guerra definitivamente.

Algunas otras caracter¨ªsticas anteriores se han mantenido, como el "sitio" de una provincia. Debes dejar un grupo de hombres sitiando una ciudad hasta que se derrumbe definitivamente. Durante este periodo, que var¨ªa en funci¨®n del n¨²mero de hombres aportados, no se deben mover las tropas invasoras. Cuando se da por concluido el sitio, los recursos de la citada provincia pasan a nuestras manos en el mismo nivel que los encontramos.

Esta vez, por fin, sabemos cu¨¢nto cuesta crear una escuela, una iglesia o un mercado. La gesti¨®n en general ha cambiado su enfoque, y contamos con muy poco dinero al principio de una partida. Cuando no hay dinero, el juego no muestra las posibles ampliaciones de la ciudad, lo cual es algo confuso, y a veces no est¨¢ claro qu¨¦ impide o qu¨¦ mejora produce determinada construcci¨®n. Adem¨¢s, al ser autom¨¢tica la gesti¨®n de la tropa, tampoco podremos ordenar qu¨¦ tipo de soldados deber¨ªa producir una provincia.

El resto de la jugabilidad es impecable. Todos los programas que siguen los mismos patrones que "Dos tronos" suelen proporcionar horas y horas de diversi¨®n. Gracias a que la gesti¨®n es limitada, s¨®lo nos preocupar¨¢ distribuir bien nuestros soldados, vigilar las revueltas y tener suficiente dinero y comida para, a fuerza de acoso y derribo, doblegar al adversario.

Historia

Las etapas englobadas en el t¨ªtulo analizado son:

En Crusader Kings, el jugador asume el rol de un Caballero medieval, con el objetivo de extender su poder por toda Europa. A trav¨¦s de conquistas, diplomacia e intrigas, manejar¨¢s tu reino. Al igual que en la pol¨ªtica de la Edad Media, ser¨¢ crucial la mezcla de la caballerosidad y la traici¨®n, el nepotismo y la lealtad.

Crusader Kings comienza cuando Guillermo el Conquistador llega a Inglaterra en el 1066 y termina cuando los Turcos Otomanos llegan a las puertas de Contastinopla, en un tiempo en el que las familias nobles de Europa quisieron dejar su huella en la historia.

Centr¨¢ndose no s¨®lo en los aspectos tradicionales de la Guerra y la diplomacia, Crusader Kings va un paso m¨¢s all¨¢ introduciendo la intriga y las disputas familiares como parte del juego. Ser¨¢s el soberano de un Condado, de un Ducado o de un Reino, y tendr¨¢s s¨®lo un objetivo: Ser el soberano m¨¢s poderoso de Europa.

Crusader Kings incluye aspectos de juego de Rol, ya que cada personaje tiene estad¨ªsticas tales como Displomacia o Intriga y rasgos tales como Venganza, Indulgencia u Honestidad. Puedes extender el juego en varios siglos exportando una partida finalizada a Europa Universalis 2.

Al principio de una partida, ver¨¢s un mont¨®n de mensajes aparecer por la pantalla. Es normal que te sientas abrumado porque el mapa es enorme y a duras penas podr¨¢s distinguir tu corona del resto de ej¨¦rcitos. Recuerda que siempre puedes pausar el juego o reducir su velocidad en el transcurso de los acontecimientos.

Los iconos de la esquina inferior izquierda permiten cambiar el mapa a religioso, pol¨ªtico o s¨®lo tropas movilizadas. Te puede dar una idea de qui¨¦n puede preparar un ataque contra ti, pero puedes esperar algo negativo de alguien que tenga una religi¨®n diferente.

En cuanto a las construcciones, las m¨¢s efectivas a corto plazo son la ampliaci¨®n de los caminos y todo lo que tenga que ver con la recolecci¨®n de oro y comida. No emplees nunca la opci¨®n "pillaje", te reportar¨¢ cantidades de oro que provocar¨¢n la rebeli¨®n de la ciudadan¨ªa. Trata por todos los medios de compensar tus provincias. Recuerda que los recursos monetarios son escasos, y debes repartirlos sabiamente entre las zonas lim¨ªtrofes con el enemigo.

Nunca rompas una alianza o declares la guerra a nadie sin estar seguro de que podr¨¢s repeler sus ataques. La cultura musulmana tiene tendencia a atacarte en el mismo momento que declaras la guerra a uno de sus representantes, uno de tus consejeros te avisa del n¨²mero de tropas que puedes reunir, si no se acerca al de tu rival, abstente de hacer nada o lo perder¨¢s absolutamente todo.

Compar¨¢ndolo con...

Casi todo el an¨¢lisis ha sido realizado teniendo en cuenta su inmediato predecesor. "Crusader Kings" mejora en algunos aspectos a "Dos Tronos", pero si eres un experto jugador de este ¨²ltimo quiz¨¢ te sientas decepcionado porque lo que la novedad ofrece es m¨¢s de lo mismo, con la misma mec¨¢nica y un pu?ado de nuevas opciones a tener en cuenta.

La gesti¨®n de recursos es limitada, y en este sentido recuerda bastante a los American Conquest, Cossacks o Heroes of Might and Magic, sin embargo el sistema de mapa dividido por regiones ya se utilizaba en el viejo "Centurio" y ha ido evolucionando hasta nuestros d¨ªas, aunque particularmente me gusta m¨¢s el estilo de batalla en tiempo real que emplean otros juegos, como Praetorians, que es lo que pide a gritos este juego para ser el mejor.

Ojal¨¢ sus programadores leyeran mis s¨²plicas, y por fin permitieran interactuar en las batallas de forma m¨¢s directa, es el punto que realmente le falta y que a los amantes de otros tantos como la saga "Total War", por ejemplo, nos maravillar¨ªa.

Lo que no est¨¢ tan bien