Review
An¨¢lisis del modo historia de Modern Warfare 3: una campa?a para los que odian Call of Duty
La campa?a del juego nos ha dejado un sabor de boca de lo m¨¢s amargo y dista mucho de las ¨²ltimas entregas y del CoD: MW3 original.
(Este an¨¢lisis se centra ¨²nica y exclusivamente en la campa?a del juego. En los pr¨®ximos d¨ªas habr¨¢ otro m¨¢s centrado en el mutlijugador y los zombis).
La saga Call of Duty es de las que molestan. Cuando eres el n¨²mero uno en algo suele pasar. As¨ª es la envidia. Si juegas a ella eres un ni?o rata y si le das buena nota en un an¨¢lisis es que hay un malet¨ªn detr¨¢s. Tachada de fast food y mirada por encima del hombro, a la gente le fastidia que a?o tras a?o facture como lo hace, batiendo r¨¦cords, y que otros proyectos m¨¢s de su agrado no tengan el mismo ¨¦xito y caigan en el olvido. Le culpan y responsabilizan de todos esos clones mediocres que le van a la zaga en busca de unas migajas del pastel. Siguen traumatizados por la (ya extinta) era de los shooters. A veces la queja es por los gr¨¢ficos, a veces por lineal y pasillera. Otras por corta, otras por su narrativa, por reciclar assets, por ambientarse en la Segunda Guerra Mundial y por no hacerlo y ser futurista. Da igual, nunca llueve a gusto de todos. Con Modern Warfare 3 tampoco lo har¨¢. Y esta vez estamos en el barco de los decepcionados.
No tiene lo que esper¨¢bamos de un Call of Duty
La campa?a de Modern Warfare 3 parece escrita por un hater de la saga, por alguien que reniega de la f¨®rmula Call of Duty e intenta cambiarla por completo. Nosotros s¨®lo quer¨ªamos nuestra dosis de acci¨®n en vena. Busc¨¢bamos algo directo y espectacular, pura adrenalina. M¨¢s a¨²n al estar ante un juego llamado igual que otro cuyo problema era precisamente ese, que ten¨ªa tantos momentos de infarto que nos volv¨ªamos inmunes a ellos. El Call of Duty: Moder Warfare III de 2011 estaba plagado de persecuciones y situaciones dignas de ¡®Fast & Furious¡¯. ?Si hasta asist¨ªamos a la ca¨ªda de la torre Eiffel! ?ramos felices y no lo sab¨ªamos.
En esta entrega tambi¨¦n hay momentos as¨ª, pero son la excepci¨®n. La infiltraci¨®n en una prisi¨®n, un nivel con el metro pasando a cent¨ªmetros de nuestra cara, cierta visita a Verdansk abri¨¦ndonos paso entre civiles, otra huida de un edificio escaleras arriba huyendo de gases qu¨ªmicos que se van extendiendo... Es una pena que sean un rara avis porque tambi¨¦n son los mejores. Pero en Modern Warfare 3 lo habitual son misiones en mapas abiertos en los que cumplir varios objetivos y luego ser extra¨ªdos. T¨² eliges el orden y la aproximaci¨®n. No suena mal, pero la libertad se traduce en aburrimiento.
Los niveles parecen dise?ados para sortearse en sigilo, pero la mayor¨ªa de veces ir de inc¨®gnito no es una opci¨®n. Digamos que resulta dif¨ªcil pasar desapercibido cuando tu misi¨®n es hacer saltar tres helic¨®pteros por los aires. Por poder se puede, pero la inteligencia artificial no acompa?a. Muchos enemigos no patrullan y se quedan en pareja o en grupo, a menudo tienen vista de lince y una vez nos detectan, el juego activa una alarma en la cabeza de todos, incluso de los que est¨¢n en la otra punta del escenario y no han visto ni o¨ªdo nada. La CPU pasa a tener un UAV infinito que les dice d¨®nde estamos en cada momento, hace complicad¨ªsimo volver a las sombras y activa ingentes oleadas de enemigos de lo m¨¢s cansinas y tramposas.
Todos aquellos que quer¨ªan escenarios grandes y libertad est¨¢n de enhorabuena. Tendr¨¢n hasta veh¨ªculos con los que moverse por los escenarios. Ahora bien, los que buscan el paquete habitual, un ritmo trepidante y una serie de misiones de acci¨®n inmediata y sin complicaciones, esos no terminar¨¢n de sentirse c¨®modos con esta campa?a. Un ejemplo es la versi¨®n de ¡°Nada de ruso¡± de esta entrega. Aunque est¨¢ curiosa y calla la boca a todos los que dicen que ya nadie se atreve a hacer niveles as¨ª, dura un suspiro y queda muy lejos, ya no de la original, sino hasta de niveles como ¡°Turbulencia¡±, del primer Modern Warfare 3.
Hay muchos momentos en los que parece que estamos echando una partida a Warzone y no jugando un modo historia. Los escenarios est¨¢n llenos de cofres con armas de colorinchis y podemos usar las herramientas y perks del battle royale, lo que en ocasiones genera situaciones rid¨ªculas. Ametrallar a un enemigo en la cabeza y que no muera porque est¨¢ usando placas de blindaje, como si fueran el escudo de un Halo, no tiene mucho sentido. Nos recuerda a cuando Gears of War 4 introduc¨ªa el modo horda en las misiones del modo campa?a. Plantear el singleplayer como tutorial del mutlijugador nunca nos ha gustado.
Por si fuera poco, en tres horas y media habremos acabado y la historia quedar¨¢ en el aire para Modern Warfare 4. Parece un juego puente entre dos grandes entregas. Queda la agridulce sensaci¨®n de estar ante un DLC, reforzada por el nuevo y ca¨®tico portal a todos los juegos de la saga, al que no acabamos de hacernos, y el hecho de que en PlayStation 5 no hay platino, sino que el juego sale como pack de trofeos extra para Modern Warfare 2. En PS4 y Xbox s¨ª, pero con cuatro logros contados y sin MW3 en el t¨ªtulo de la lista. Todo se antoja un tanto raro.
Al menos a nivel audiovisual sigue dando la talla, aunque parecemos haber vuelto a estancarnos y vivir de las rentas. El acabado general se debe a los avances hechos por el reboot del primer Modern Warfare m¨¢s que a mejoras propias de esta entrega. Ya no impacta como hace unos a?os y menos en niveles abiertos, pero sigue siendo vistoso. La fluidez general y los juegos con la luz, el humo y la niebla son divertidos y resultones. La banda sonora quiz¨¢s no llegue tampoco al nivel del MW3 original, pero sigue contando con un doblaje de altos vuelos.
Call of Duty: Modern Warfare 3
- Acci¨®n
Call of Duty: Modern Warfare 3 es la nueva entrega de la saga de acci¨®n first person shooter a cargo de Sledgehammer Games y Activision para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. En la secuela directa del exitoso juego Call of Duty: Modern Warfare 2, el capit¨¢n Price y la Fuerza operativa 141 se enfrentan a la amenaza definitiva. El criminal de guerra ultranacionalista Vladimir Makarov extiende su alcance por todo el mundo, obligando a la Fuerza operativa 141 a luchar como nunca antes.