Se acab¨® el 'pasapalabra'

Ampliar

Eye Toy, SingStar y ahora Buzz. Los grupos de desarrollo de Sony Europa siguen su l¨ªnea de producir juegos sociales e innovadores con los que acercar el ocio electr¨®nico a todos los p¨²blicos. Tras cerrar con ¨¦xito DJ & Decks, el primer simulador de disc jockey real del mundo del videojuego, Relentess Software, aut¨¦nticos especialistas en juegos musicales, recogen el testigo de Studio London en esta tendencia de casar originalidad y accesibilidad en la industria.

La propuesta de Buzz de transportarnos a un concurso televisivo -con influencias retro- ya se hab¨ªa experimentado en un videojuego aunque no con tal ambientaci¨®n e inmersi¨®n. Buzz une m¨²sica, v¨ªdeo e im¨¢genes y preguntas sobre las mismas junto con un perif¨¦rico que recrea los pulsadores que todo concurso pone a la disposici¨®n de sus participantes y mediante el cual pueden realizar sus elecciones y decidir el orden del turno.

Seg¨²n sus creadores Buzz ha sido dise?ado de forma que "no se trata de jugar contra la PlayStation, sino contra los otros jugadores". Igual que ocurre con los juegos de mesa. Esto es toda una advertencia para navegantes. Buzz es un t¨ªtulo multijugador, de 2 a 4 personas, ideal para esas reuniones sociales en casa. Como todo juego de mesa, es in¨²til si no tenemos otras personas con el que compartirlo, aunque Buzz incluye soporte para un s¨®lo jugador, que de ninguna forma se puede comparar con lo divertido que resulta el multijugador.

El car¨¢cter para todos los p¨²blicos queda reflejado desde el primer momento que jugamos con Buzz. No hay que ser jug¨®n, ni siquiera haber cogido un Dual Shock en la vida. Buzz es diferente. Cualquier persona que sepa de m¨²sica por muy nulo jugador que sea, puede ser el rey del concurso. El amplio repertorio de temas y d¨¦cadas musicales lo equilibra de una forma que cualquier persona que tenga entre 20 y 50 a?os puede conocer una amplia variedad de respuestas. No en vano estamos hablando de m¨¢s de 50 a?os de la historia de la m¨²sica pop (1950-2000) recogidos en 1.000 canciones y 5.000 preguntas.

Como dec¨ªamos antes, el elemento m¨¢s novedoso del videojuego es que, como todo concurso que se precie, viene acompa?ado de cuatro pulsadores o buzzers, que aumentan como nunca la participaci¨®n de los jugadores. Cada vez que se formule una pregunta, mano al pulsador. El que antes llega, antes contesta. Si aciertas, sumas puntos,si no, el rebote pasar¨¢ al siguiente concursante.

El perif¨¦rico que viene inclu¨ªdo con Buzz se conecta a la entrada USB de la consola y est¨¢ compuesto por cuatro pulsadores individuales, cada uno para un jugador. Est¨¢ dise?ado para agarrarlo con una mano y poder apretarlo con el pulgar el bot¨®n superior. Con esto obtendr¨ªamos, si somos los primeros, la posibilidad de contestar a la pregunta. Haciendo uso de los otros cuatro botones adicionales que est¨¢n ubicados a la altura de los otros cuatro dedos de la mano, y cuyos colores se corresponden con las opciones de respuesta que hay para las preguntas, podremos contestar a la misma.

Las preguntas son de todo tipo, desde elegir correctamente el cantante de la canci¨®n que ha sonado, su a?o o discogr¨¢fica, a completar el fragmento que falta en la letra o cualquier otro detalle relacionado con la melod¨ªa que haya sonado. Para evitar que Buzz sea una repetici¨®n de pulsar y contestar, el programa est¨¢ dividido en ocho rondas y cada una de ellas cuenta con reglas y particularidades muy distintas para hacer que el juego no entre en una rutina mon¨®tona que haga perder inter¨¦s por ¨¦l.

La primera de las rondas, "acumulador de tiempo" es la m¨¢s normal de todas y en ella podemos coleccionar una buena cantidad de puntos con los que poder competir en las siguientes. Luego nos esperan rondas como "Snap", vertiginosa ronda de preguntas con distintas respuestas posibles en las que los m¨¢s r¨¢pidos campar¨¢n a sus anchas. O como el tipo de "el dedo m¨¢s r¨¢pido" en la que prima la velocidad por encima de todo. O el tipo "ladr¨®n de puntos" en la que se puede hacer que alguno de nuestros rivales pierdan parte de sus puntos, algo muy importante teniendo en cuenta que no jugamos contra la playstation sino contra nuestros colegas.

Tambi¨¦n tendremos una en la que a modo de bomba se ir¨¢n pasando los turnos de respuesta entre los concursantes mientras se vayan acertando las respuestas y antes de que se agote el tiempo, perdiendo quien falle la pregunta que le corresponde o al que alcance el final de la cuenta atr¨¢s. La modalidad "offloader" permite al jug¨®n decidir quien de los otros concursantes ha de responder a las preguntas que menos "nos gusten".

"Look before you leap" nos ofrece la posibilidad de ganar m¨¢s puntos cuanto antes se responda con el riesgo de perderlos si se hace mal. Mientras que "Tie Breaker" ser¨¢ una ronda muy exigente, "Buzz stop" cambiar¨¢ un poco las formas al tratarse de un minijuego de coordinaci¨®n visual.

No s¨®lo contaremos con esta modalidad principal de juego. Habr¨¢ otros dos modos que prometen alargar la vida de Buzz. El modo Quickfire Quiz deja de lado el parloteo y el sistema de rondas, y en su lugar se limita a lanzar una r¨¢faga de preguntas a las que s¨®lo podr¨¢ contestar el jugador que sea m¨¢s r¨¢pido al pulsar el zumbador. El que antes consiga alcanzar la puntuaci¨®n objetivo ganar¨¢ la partida. El modo Quiz Master te da la posibilidad de ser presentador y estar al mando del cotarro, ya que este modo te permite elegir las preguntas a las que tendr¨¢n que responder los dem¨¢s jugadores. Los zumbadores te permitir¨¢n averiguar qui¨¦n ha sido el m¨¢s r¨¢pido, y con el mando anal¨®gico DualShock repartir¨¢s los puntos como corresponda.

La secuencia de introducci¨®n de Buzz se ha generado por ordenador, y muestra como varios de los 16 concursantes llegan al plat¨® del programa en las ya tradicionales limusinas negas y siendo recibidos por multitud de p¨²blico enfervorecido. Al m¨¢s puro estilo Gran Hermano vaya. En ¨²ltimo lugar aparecen Buzz y Rosa, cerr¨¢ndose la secuencia cuando todos entran al edificio de la TV. A partir de aqui elegimos los modos de juego e un interfaz que nos lleva por los pasillos del plat¨®, a su sala de espera y finalmente tras elegir el modo que deseemos, al show floor donde tendr¨¢ lugar el concurso.

Los personajes est¨¢n bien constru¨ªdos, con un car¨¢cter desenfadado que no quita para que se les haya dotado de una buena cantidad de pol¨ªgonos y un detalle medio en sus texturas. El plat¨® de Buzz recoge claras influencias de programas como 50 x 15 o Factor miedo para los decorados y para la est¨¦tica del juego en general. En el estudio no falta de nada. Ni las luces de colores, ni los efectos especiales, ni la pantalla gigante.

Lo cierto es que el plat¨® da una ligera sensaci¨®n de estar vac¨ªo, pero esto ocurre igualmente en la realidad. El p¨²blico tampoco se ha representado, bueno, en las gradas aparecen sombras y unos c¨ªrculos en penumbra poco detallados que se corresponden con sus cabezas. Existen varios efectos de luces, como los ca?ones multicolor y fuegos artificiales, pero son muy precarios, ya que este apartado es ¨²nicamente un veh¨ªculo para el verdadero fondo del juego, el audio y la jugabilidad.

Respecto a la m¨²sica, podremos elegir jugar con la m¨¢s reciente, con la m¨¢s antigua y con todos los temas disponibles. Estas tres opciones garantizan que si somos gente joven, que no tiene excesiva cultura musical de los a?os 50,60 y 70, no aparezcan preguntas basadas en estas d¨¦cadas. Y viceversa. Podemos escuchar fragmentos de temas de Christina Aguilera, Gary Barlow, Proyecto Uno, Leann Rimes, Thalia, Zapato Veloz, Gorilazz, Eminem, Black Eyed Peas, Oasis, David Civera, Ricky Martin y otros tantos. Estos fragmentos de las canciones que aparecen son todos melod¨ªas sin letra, sin acompa?amiento vocal. Cuando la pregunta es completar la letra, aparece la melod¨ªa junto con el texto en pantalla.

Las preguntas son bastante acertadas, no en vano han sido planteadas por una empresa externa, experta en estos temas. La dificultad est¨¢ ajustada, aunque hay un peque?o porcentaje que son demasiado complicadas. Todas las voces en Buzz est¨¢n dobladas y los textos traducidos al castellano, desde el propio Buzz o Rosa, a la voz en off que da entrada al programa o la regidora que nos recibe y acompa?a al plat¨®. El sonido que escuchamos al presionar el pulsador puede configurarse, por si no nos gusta el que trae por defecto, entre casi 30 diferentes; una alarma, bocina, un gato maullando, una risa mal¨¦vola, hasta un eructo o el tradicional zumbido de programa-concurso.

Pero, como en todo quiz show, no pod¨ªa faltar el presentador carism¨¢tico, mol¨®n y enrollado. Buzz, que da nombre al juego, junto a su guapa compa?era Rosa, son los encargados de conducir el programa. Este simp¨¢tico personaje explicar¨¢ las reglas de cada ronda, formular¨¢ las preguntas y tambi¨¦n ser¨¢ el encargado de poner la nota humor¨ªstica al programa. Y hablando de humor, antes de comenzar la partida podr¨¢s elegir entre 16 personajes distintos. Un imitador de Elvis bastante fond¨®n, un clon de Barry White, una colegiala, un mel¨®mano ingl¨¦s, una chica fashion, una discotequera, un hermano de Harlem, un japon¨¦s con walkman aficionado a la m¨²sica electr¨®nica y otros tantos personajes igual de destartalados. Como habr¨¦is podido imaginar, todos se comportan de la misma manera, con la ¨²nica diferencia de sus reacciones y la imagen que queremos dar ante la audiencia.