Broken Sword 4: El ?ngel de la Muerte
- PlataformaPC8
- G¨¦neroAventura gr¨¢fica
- DesarrolladorSumo Digital
- Lanzamiento15/09/2006
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorTHQ
La vara de Mois¨¦s
Las aventuras de George Stobbart llegan a su fin con tri¨¢ngulo amoroso incluido. S¨®lo aparecer¨¢ en PC la que probablemente sea la mejor entrega de toda la saga en una historia que gira alrededor de la figura de Mois¨¦s y la vara que separ¨® las aguas del mar Rojo, el ¨¢ngel de la muerte.
"El ¨¢ngel de la muerte" es, seg¨²n palabras de sus creadores (dirigidos por Charles Cecil), el punto y final de una inicialmente concebida como trilog¨ªa y que ha acabado como cuatrilog¨ªa debido a la petici¨®n masiva de sus seguidores. Las malas lenguas dicen que las bajas ventas de Broken Sword 3 en sus versiones para consola han provocado multitud de cambios en Revolution Software, el grupo de desarrollo detr¨¢s de las tres primeras partes y padres de la criatura.
Entre otras cosas, es Sumo Digital quien se encarga de esta nueva entrega y adem¨¢s el juego saldr¨¢ exclusivamente para PC. Que la aventura aparentemente abandone las consolas es algo que se ve¨ªa venir. Desde "La leyenda de los templarios", nombre con el que apareci¨® por primera vez un Broken Sword, la apuesta por este mercado hac¨ªa dudar a los "puristas" del g¨¦nero, ya que las aventuras gr¨¢ficas tienen en el PC la plataforma casi exclusiva de los mejores representantes.
Viendo los ¨²ltimos t¨ªtulos que aparecen en el mercado consolero la aventura gr¨¢fica vive en ¨¦l un estado de recesi¨®n. Los juegos de acci¨®n mandan, la reflexi¨®n apenas vende (salvo los Brain Training), y en general las pocas aventuras que se han dejado ver han mantenido un n¨²mero de ventas discreto (Farenheit, Still life, Syberia, Another Code...) y casi todas han compartido palestra con el PC.
Por ello, y pese a que se est¨¢n movilizando peticiones online para girar la situaci¨®n, a THQ y a Revolution Software les interesa solamente la versi¨®n para compatibles, y por tanto con esta premisa en mente se han realizado una serie de cambios que afectan (y bastante) a la jugabilidad, siendo el m¨¢s inmediato la vuelta del rat¨®n.
De igual forma, en esta ocasi¨®n se ha prescindido del doblaje en castellano y llegar¨¢ s¨®lo en ingl¨¦s y subtitulado. Para los que gozan de las buenas interpretaciones es un alivio. Para los que prefieren jugar en una lengua inteligible, evidentemente es una decisi¨®n controvertida teniendo en cuenta que la distribuidora pretend¨ªa inicialmente que Broken Sword 4 estuviese en las calle como su antecesor, en castellano.
Y de qu¨¦ manera, porque su primera decisi¨®n ha sido renovar el motor gr¨¢fico del juego. Sigue siendo en 3D pero en esta ocasi¨®n se tira m¨¢s de tarjeta gr¨¢fica y requiere una compatible como m¨ªnimo con shaders 1.1. ?Y qu¨¦ es esto? Preguntar¨¢n muchos aficionados a las aventuras gr¨¢ficas. Pues es ni m¨¢s ni menos que el primer escollo para aquellos que generalmente no actualizan su PC, o que piensan que una aventura gr¨¢fica es sin¨®nimo de requerimientos bajos.
Gracias a las ventajas de los shaders el juego luce magn¨ªficamente. No hay grandes cambios aparentes en los personajes, pero est¨¢n compuestos por m¨¢s pol¨ªgonos, son m¨¢s redondeados, con mejores texturas y caras m¨¢s humanas que en el anterior "El sue?o del drag¨®n". Tambi¨¦n han ganado en animaciones y en interacci¨®n con el escenario. La interfaz es reducida, con el cursor del rat¨®n se puede hacer casi todo.
Los planos son mucho m¨¢s variados, de los anteriores Congo, Paris o Glastonbury pasa a tener multitud de localizaciones en un n¨²mero similar de pa¨ªses, algunas de ellas totalmente abiertas y con un dise?o mucho m¨¢s agradable. Como siempre en las aventuras, no afecta a la jugabilidad, pero s¨ª a la vistosidad. Adem¨¢s existe la posibilidad de activar el antialiasing, gracias a lo cual (y s¨®lo en aquellas gr¨¢ficas que no penalicen su uso) se obtiene una calidad visual muy elevada.
Una cosa que demandaban los usuarios y que finalmente no se ha implementado es la c¨¢mara din¨¢mica, siguen siendo ¨¢ngulos predeterminados y s¨®lo en ocasiones se mueve siguiendo al personaje, siempre de forma predeterminada. El n¨²mero de acciones que puede implementar el personaje controlado es muy similar a "El sue?o del drag¨®n". Incluso los iconos de acci¨®n son muy parecidos. Resultar¨¢ familiar a quienes hayan probado dicha entrega.
Algo que no pasa desapercibido es el considerable aumento de los efectos de sonido. Ruido de lluvia, motores, coches, en general los elementos sonoros tienen mayor presencia y se han cuidado m¨¢s que en otras ocasiones. Tambi¨¦n destaca la m¨²sica, que vuelve a correr a cargo de Ben McCullough. Muy apropiada, poco repetitiva o molesta, en ocasiones pasa desapercibida, justo cuando los puzzles se vuelven duros. Incluso sigue la se?a de identidad de la banda sonora, el efecto musical que indica que se ha revelado algo importante o adquirido un objeto nuevo en el inventario.
El inventario est¨¢ arriba, ya no hay que presionar la barra espaciadora, aparece autom¨¢ticamente cuando el rat¨®n sube al borde superior. De igual forma, cuando un objeto puede ser utilizado basta desplazar el cursor sobre ¨¦l y el puntero cambia. Para hablar con una persona se se?ala su cara, para usar una caja (s¨ª, las hay) se coloca el personaje en un determinado lugar y se empuja o agarra para desplazarla sobre una recta (con las teclas).
La tecnolog¨ªa 3D que mejora el motor RenderWare de su predecesor mezclada con el uso del rat¨®n facilitan casi siempre el movimiento, pero a veces tiende a desesperar. Hay momentos en el juego en los que hay que hacer algo deprisa, a veces incluso atravesando habitaciones, se vuelve impreciso, casi desesperante. En esos momentos mejor usar las teclas, porque el aclamado "point and click" puede ser un problema.
En cuanto a los puzzles, el verdadero aliciente de toda aventura gr¨¢fica, esta vez en Revolution han optado por aumentar un poco la dificultad. De igual forma han ganado en l¨®gica y hasta en variedad. El ¨²nico fallo es que algunos de ellos son cl¨¢sicos en la saga, las cajas siguen estando ah¨ª. Alguno de los puzzles lleva su tiempo, pero su resoluci¨®n es bastante satisfactoria.
Adem¨¢s, las nuevas tecnolog¨ªas estar¨¢n presentes en forma de PDA. Con ella se pueden establecer llamadas telef¨®nicas, leer las notas de progreso o entrar en redes wifi para "tomar prestada" cierta informaci¨®n. Es un elemento bastante din¨¢mico y dar¨¢ mucho juego a lo largo de la aventura. Todo un acierto por parte de Revolution.
El fara¨®n se rindi¨® y comenz¨® el ?xodo. El arma era la ¨²ltima y m¨¢s terrible de las grandes plagas. Al parecer, era capaz de matar selectivamente, dejando a los israelitas ilesos. Los egipcios la llamaron "El ¨¢ngel de la muerte". Cientos de a?os despu¨¦s, los secretos del arma mortal de Mois¨¦s se perdieron, aunque el recuerdo perdur¨®.
Con este argumento comienza la aventura, esta vez ambientada en Nueva York, Estambul, Ciudad del Vaticano y F¨¦nix. El protagonista sigue siendo George Stobbart, y su particular historia de amor y desamor con Nico Colard se ver¨¢ interferida por la aparici¨®n de una misteriosa chica rubia, poseedora del manuscrito y perseguida por la mafia de los Martino.
Los puzzles han subido de nivel y no hay gu¨ªas disponibles todav¨ªa para el juego. En determinadas ocasiones la soluci¨®n se vuelve simple con la cabeza fr¨ªa. En este tipo de situaciones a veces el mejor consejo es "date una vuelta y vuelve m¨¢s tarde".
De lo mejor que puede encontrarse en las tiendas actualmente en su g¨¦nero siempre que se cuente con una tarjeta gr¨¢fica medianamente potente. Y es que hay que tener en cuenta que en el comprador de aventuras gr¨¢ficas no siempre es consumidor de hardware "a la ¨²ltima". Por ello, lo mejor es tener a mano la ¨²ltima versi¨®n de DirectX 9 y descargarse la demo (325 MB) si no hay seguridad de que la tarjeta soporta los requerimientos marcados por el fabricante.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.