Bleach

Un nuevo t¨ªtulo de la exitosa serie Bleach, y de la mano de Sega nada menos. Una desarrolladora de garant¨ªa, y una popular licencia de animaci¨®n, fans de Bleach... vayamos a por el babero.

De entre los aficionados al mundo del manganime, quedan ya pocos que permanezcan ajenos al fen¨®meno Bleach. La serie de Kubo Tite est¨¢ pasando por el que quiz¨¢s sea su momento de mayor popularidad, y no s¨®lo en Jap¨®n, sino tambi¨¦n en pa¨ªses como el nuestro, aun a pesar de que a d¨ªa de hoy permanezca in¨¦dita.

Tanto la versi¨®n manga como la versi¨®n anime nunca faltan a la cita semanal que tienen con los miles de fan¨¢ticos que las siguen. Y esta popularidad por fin se est¨¢ viendo traducida en las largamente esperadas conversiones a videojuego. Y es que no han sido ni uno ni dos, sino hasta cuatro los t¨ªtulos que amparados bajo la franquicia, han sido publicados o se encuentran en desarrollo.

Parece que las consolas de Sony se han llevado la mejor parte, con Bleach: Hit the Soul para PSP (adem¨¢s de una secuela del mismo ya anunciada), y Bleach : Erabareshi Tamashii para PS2. Pero de esta apetitosa tarta en la que la licencia se est¨¢ convirtiendo, tambi¨¦n Nintendo se lleva un pedazo. La agraciada ha sido GBA, y con un t¨ªtulo desarrollado por un anfitri¨®n de lujo: la mism¨ªsima Sega.

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Y es que Bleach es una de esas series que parecen hechas a medida para una adaptaci¨®n a videojuego. Multitud de carism¨¢ticos personajes, una historia en la que se suceden innumerables peleas... de entre los muchos g¨¦neros posibles, est¨¢ claro que el beat'em up es el perfecto para plasmar el esp¨ªritu de una serie as¨ª. Pero quien est¨¦ pensando en Street Fighter, que se olvide. Casi se puede decir que este Bleach Advance es un juego al gusto de los japoneses, y ¨¦stos entienden el beat'em up de muchas formas...

Aquellos que hayan disfrutado de por ejemplo, alg¨²n Yu Yu Hakusho de SuperNes, ya estar¨¢n familiarizados con este peculiar sistema de juego. La lucha entre los dos personajes, no se produce totalmente en tiempo real, sino m¨¢s bien siguiendo un esquema de lucha por turnos. No hay restricciones con respecto al momento en el que poder realizar cualquier acci¨®n, pero un ataque cualquiera requiere un tiempo de preparaci¨®n. De esta manera, el combate se basa en buscar un hueco en la defensa del oponente, para acertar con el ataque apropiado (cl¨¢sico esquema de piedra-papel-tijera). Todas estas acciones se ven representadas en pantalla por ilustraciones animadas (casi est¨¢ticas), una para cada uno de los dos luchadores, olvid¨¢ndose por completo del uso de sprites animados que respondan a las ¨®rdenes del jugador en tiempo real.

De esta forma, se resta parte de acci¨®n e interactividad al t¨ªtulo en favor de una mayor vistosidad y espect¨¢culo en los combates. En un t¨ªtulo como ¨¦ste, casi se trata de algo a agradecer, ya que uno de los mayores reclamos, sea precisamente el poder jugar con tus personajes favoritos, disfrutando de sus personales y espectaculares t¨¦cnicas con todo detalle.

Y es que un vistazo a las capturas, ya dice mucho en favor de Bleach Advance. Est¨¢ claro que esta 'estaticidad' en el sistema del juego, permite una mayor libertad a la hora de detallar las ilustraciones que acompa?an los combates. No se han escatimado recursos art¨ªsticos para hacer que Ichigo y compa?¨ªa sean perfectamente reconocibles en esta versi¨®n jugable.

Pero esta fidelidad no s¨®lo se refiere al apartado gr¨¢fico. Tambi¨¦n en cuanto al desarrollo e historia, Bleach promete un seguimiento ordenado y a rajatabla de los sucesos narrados en el anime. As¨ª que superando los sucesivos combates, y controlando a trav¨¦s de ellos a numerosos personajes (siempre al 'bueno', claro), se podr¨¢ revivir la historia de Bleach en la pantalla de la GBA. 

Tanto su peculiar sistema de juego, como el hecho de que Bleach todav¨ªa no cuente con distribuidora espa?ola hacen que haya que esperar casi casi un milagro. Aun as¨ª, todo apunta a que Bleach Advance se vaya a convertir en objeto de deseo para m¨¢s de un incondicional de la serie, y s¨®lo por eso merece la pena no quitarle el ojo de encima.

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