Algo est¨¢ pasando en Maine...

Una ciudad orgullosa que se alza donde caen las aguas. Este es el lema de la ciudad de Biddeford en el estado norteamericano de Maine, un estado que no s¨®lo destaca por su fuerte influencia europea si no que huele a mar y hierba, a frio y tormenta; donde enormes playas de arena blanca pasan pr¨¢cticamente desoladas el invierno y viento, mucho viento. Dicho as¨ª no parece nada tentador, pero bien es cierto que sus gentes son abiertas y amables, y durante el corto y poco caluroso verano el verde se mezcla con el azul oscuro intenso del Atl¨¢ntico, llenando de color los embarcaderos de madera y las calles de la mayor¨ªa de los peque?os pueblos que inundan este estado.

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Llamar ciudad a Biddeford es quiz¨¢s demasiado, en realidad es como cualquier pueblecito de Maine, con su hotel familiar, su oficina de correos que sirve a la vez de presa para turistas en busca de un suvenir barato, su caf¨¦ al m¨¢s puro aroma de los a?os 50 y es tambi¨¦n uno de los protagonistas de esta historia que nos ocupa. El pueblo donde se inicia nuestra aventura respira a Maine por todos sus poros, recreando en un excelente 2D todos los puntos notables de la villa y su atm¨®sfera . Y, es que Maine tiene su lado oscuro, esos d¨ªas largos y llenos de nubes con una fin¨ªsima lluvia sin final que har¨ªan sentirse como en casa hasta al brit¨¢nico m¨¢s recalcitrante. Todo eso se ha logrado plasmar m¨¢s que acertadamente en el inicio de la aventura. Estamos en Biddeford, Maine, y lo vivimos.

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De hecho estamos en los 90, en la piel de Darren Michaels, un estudiante de ciencias f¨ªsicas en Boston que ha decidido venir a pasar su verano al pueblo donde vive su madre. Ella, con toda la buena intenci¨®n del mundo ha buscado un trabajo para  Darren (que posee inquietudes art¨ªsticas) de chico de los recados para el fot¨®grafo del pueblo (suena a 'Mama quiero ser m¨²sico, pues hijo sube el piano a la abuela'). Nuestro protagonista es antip¨¢tico, orgulloso y algo sobrado, eso se plasma perfectamente en los di¨¢logos y en el gui¨®n. Celebramos que en una aventura los personajes tengan carisma, porque aprendemos a vivir con Darren, nos cae mal en un principio, pero su historia lo moldea y suaviza, y a nosotros con ¨¦l, lo cual es un profundo elogio a los guionistas.

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Darren se da cuenta de lo que significa que tu vida cambie completamente en una ma?ana, desde encontrar a tu media naranja hasta que todo lo que das por sentado en tu vida puede desaparecer en un segundo. El inicio de su andadura por Biddeford esta narrada a muy buen ritmo, en ning¨²n momento se te queda la desagradable sensaci¨®n de que no sabes que hacer ni a donde ir para resolver el siguiente problema. Empezaremos haciendo los recados propios de su trabajo y la historia ira creciendo a ese ritmo bastante alto (fren¨¦tico ser¨ªa exagerar), pero tendremos de todo, amor, asesinatos, personajes misteriosos que circulan por el pueblo y sobre todo la sensaci¨®n de que al igual que a Darren, no se nos esta contando toda la verdad. El objetivo de Darren es ir desvelando poco a poco el misterio que envuelve a su madre y que con el paso del tiempo se hace cada vez mayor.

Eventualmente, la trama da un giro (aunque no totalmente inesperado) y nuestras pesquisas se dirigen a la vieja Inglaterra, de nuevo a la inquietante Willow Creek. Aqu¨ª encontraremos un pueblecito de lo m¨¢s oscuro y extra?o. Un elenco de varios nuevos personajes a cada cual m¨¢s siniestro (si yo voy a un pueblo donde su ¨²nico hotel era el antiguo manicomio y me recibe el mismo personaje que en el juego, me largo nada m¨¢s cruzar la puerta). El caso es que en general funcionan para crear la atmosfera siniestra que envuelve el pueblecito y el castillo de Black Mirror.

Y es que Willow Creek conserva el encanto de la primera parte, gr¨¢ficamente ha sido retocada (no excesivamente, pero si diferentes panor¨¢micas y ¨¢ngulos de c¨¢mara) y sobre todo demuestra el paso del tiempo desde los hechos que ocurrieron en Black Mirror. Lugares que han cambiado, como el antiguo sanatorio que ahora es hotel, o el viejo faro que acusa especialmente el paso de los a?os. Adem¨¢s se ha abierto un 'museo de los horrores' que se cre¨® con la intenci¨®n de atraer cierto turismo morboso recreando parte de los sucesos sangrientos que all¨ª pasaron.

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En esencia Black Mirror 2 es una aventura a la vieja usanza (como era la primera entrega). Un 'point and click' en tercera persona donde debemos resolver la mayor¨ªa de los problemas a trav¨¦s de el inventario y la interacci¨®n con objetos. Muy cerca del inicio del juego tuvimos un sobresalto. Para abrir un escritorio ten¨ªamos que resolver uno de esos puzles de deslizar piezas una a una en un entorno cerrado hasta formar un dibujo. Hemos de ser francos, nos vinieron a la cabeza todas las aventuras echadas a perder por puzles sin sentido con el ¨²nico prop¨®sito de tenerte un tiempo resolvi¨¦ndolo. ?Qui¨¦n cierra un escritorio con este tipo de puzle? ?No es m¨¢s normal un c¨®digo o cerradura que tenga su l¨®gica el investigar para poder abrirla?

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En cualquier caso, s¨®lo era un espejismo. Hay alguno puzle m¨¢s de este tipo, pero no es ni mucho menos la norma, y el ritmo de la aventura se desarrolla francamente bien sin necesidad de alargarla de una manera un tanto artificial. Si Black Mirror ten¨ªa un perfil de dificultad medio-alto, esta segunda parte se decanta m¨¢s hacia el medio-bajo y si apuramos a¨²n m¨¢s, dir¨ªamos hacia el bajo-medio. La mayor¨ªa de los puzles suelen resolverse aplicando la l¨®gica, aunque mantiene el defecto que conservan la mayor¨ªa de aventuras de ir acaparando objetos sin sentido hasta que sea el momento de utilizarlos (?por qu¨¦ tengo que pasearme por todo el pueblo con dos cuencos si a¨²n no me he encontrado con la necesidad de usarlos?)

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Al iniciar el juego nos da la posibilidad de escoger si jugarlo en modo f¨¢cil, esto es d¨¢ndote la posibilidad de saltarte puzles como el que coment¨¢bamos antes de abrir el escritorio y sobre todo que el diario que lleva Darren te va dando m¨¢s pistas de c¨®mo resolver los problemas que te vas encontrando en el d¨ªa a d¨ªa. Creednos que no ser¨¢ necesario, el juego se juega bien a nivel normal para cualquier persona que haya jugado antes a algunas aventuras, ponerlo m¨¢s f¨¢cil ya si que pierde toda la gracia. El diario es una ayuda recurrente ya en la mayor¨ªa de las aventuras para hacer un seguimiento de las tareas inacabadas que tenemos por delante y nos acerca un poco m¨¢s a los pensamientos de nuestro protagonista. En el modo normal, el diario es solamente una gu¨ªa y no podemos saltarnos los puzles.

Parte importante de cualquier aventura es la ambientaci¨®n (quien no recuerda ese inicio de la obra maestra de Benoit Sokal 'Syberia'), y en Black Mirror 2 se ha hecho un trabajo estupendo. Gr¨¢ficamente estamos delante de unos entornos dibujados en 2D de alta calidad, pero que se funden a la perfecci¨®n con todos los personajes haci¨¦ndonos olvidar que estos son en 3D sobre un fondo plano. Pero lo cierto es que con todos los objetos externos que ayudan a la ambientaci¨®n el resultado resalta bastante. Hablamos de otros personajes paseando por las calles, p¨¢jaros, el movimiento de las copas de los arboles, las nubes que amenazan tormenta o la lluvia que transforma los decorados. Tambi¨¦n resaltar el cambio en la paleta de colores de Maine con sus coloridas casas coloniales a la m¨¢s oscura Inglaterra.

Otro de los puntos ha tener muy en cuenta es la m¨²sica y los efectos sonoros. El piano que nos acompa?a durante el juego esta exquisitamente mezclado con las escenas que estemos viviendo al momento. Fantasmag¨®rico y siniestro en Willow Creek, dulce, alegre y rom¨¢ntico en las escenas con Angelina hasta el punto que te hace esbozar una sonrisa como cuando escuchas una banda sonora acertada para una escena en el cine y piensas que listo es el director de ponerlo todo ah¨ª junto en el momento adecuado. La atm¨®sfera que tanto reclamamos se acent¨²a gracias a los sonidos de ambiente. Las gaviotas junto al mar en Maine, el Jukebox en el caf¨¦ con m¨²sica tan antigua como su decoraci¨®n, la lluvia en los tejados, o el chirriar de la madera bajo nuestros pies demuestran que ha habido dedicaci¨®n en este apartado.

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El juego nos llega con textos en castellano y el doblaje en ingl¨¦s. Esta es una de esas ocasiones donde escuchar las voces en su idioma original no es ning¨²n lastre. El trabajo hecho por los actores originales esta a la altura y los di¨¢logos acompa?an a la hora de hacer los personajes m¨¢s cre¨ªbles, no es simplemente una hoja de papel le¨ªda de golpe sin respirar. Por supuesto que hubiera sido mejor doblada al castellano, pero por los presupuestos que hablamos para aventuras hoy en d¨ªa, que llegue a doblarse a nuestro idioma es harto dif¨ªcil. As¨ª que debemos conformarnos con los textos en espa?ol y escuchar los diferentes acentos ingleses que inundan el juego, desde el bostoniano del protagonista hasta el brit¨¢nico de alta cuna de uno de los siniestros personajes que nos siguen. Pero queremos remarcar que se puede jugar perfectamente bien con los textos en castellano.

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A nivel de gui¨®n los personajes est¨¢n bien trabajados por norma general,  no s¨®lo el protagonista, si no que puedes desarrollar simpat¨ªa hacia algunos de los personajes secundarios como la Sra. Biba o una antipat¨ªa creciente en algunos individuos que pululan por Willow Creek. Eso no excluye que podamos encontrarnos con algunos personajes algo estereotipados (?por qu¨¦ todo due?o de un hotel familiar en un pueblecito tiene que parecerse o recordarnos al gran John Cleese en Fawlty Towers?).Gr¨¢ficamente se desenvuelven con soltura y tienen algunos detalles buenos como la ropa empapada cuando llueve, pero contin¨²an estando un poco por debajo de los est¨¢ndares de los recientes lanzamientos, aunque todos sabemos que las aventuras no suelen ser los exponentes gr¨¢ficos en animaci¨®n de personajes.

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Jugar con un Darren que ir¨¢ descubriendo poco a poco el pasado de la familia Gordon, propietarios de Black Mirror Castle y los hechos all¨ª ocurridos, es casi una ventaja para todos aquellos que no hayan jugado a la primera parte. Al igual que al personaje, el desconocimiento de todo lo que ocurri¨® en Willow Creek no hace m¨¢s que ayudar a entender a Darren e ir descubriendo poco a poco todo el misterio que lo envuelve. En pocas palabras, no es necesario haber jugado a la primera parte para disfrutar de esta aventura.

La historia es atractiva, tampoco es el no va m¨¢s, pero tiene su raci¨®n correspondiente de intriga, algunos sustos, su culto secreto, alg¨²n que otro crimen y personajes misteriosos. El gui¨®n tiene algunos hilos sueltos que te dejan un poco despistado cuando te preguntas que fue de aquel inter¨¦s que tenias por saber ciertas cosas de un personaje determinado y  te das cuenta que esa trama desaparece sin m¨¢s. Tambi¨¦n tenemos la sensaci¨®n de que el final es algo precipitado, como si se quisiera acabar m¨¢s r¨¢pidamente de lo que deber¨ªa buscando la m¨¢s que probable secuela.

En definitiva Black Mirror es una muy buena aventura que deber¨ªa estar en el ordenador de cualquier  entusiasta del g¨¦nero. Su poca dificultad no es sin¨®nimo de juego corto. En realidad pensar¨¢s que ya habr¨ªas acabado la mayor¨ªa de las aventuras cuando aqu¨ª te das cuenta de que vas por la mitad. Nos referimos a que el juego f¨¢cilmente te puede dar 15 horas si no m¨¢s de diversi¨®n, y no hablamos de 8 de esas 15 horas atascado, no, el juego es largo pese a que no nos atasquemos nunca. Tiene menos gore y horror que la primera parte, eso es cierto, pero si te gust¨® Black Mirror no deber¨ªas perderte esta segunda entrega.

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