BioShock Pante¨®n Marino

Advertencia: Este DLC es una continuaci¨®n m¨¢s o menos directa de Bioshock Infinite y por tanto este texto contiene destripes. De hecho, se desaconseja completamente esta expansi¨®n para cualquiera que no haya terminado el juego original, ya que su argumento enlaza con el final del primero.

Pante¨®n Marino, al menos en este primer episodio, tiene mucho, much¨ªsimo de fanservice, un producto dise?ado para alegrar el d¨ªa al fan de Bioshock, es una mezcla imposible que parece reunir todas las obsesiones y puntos ¨¢lgidos del aficionado a la saga de Irrational. Para empezar su propio planteamiento ya marca bastante el tono del juego: Booker y Elizabeth, en Rapture. El salto a la ciudad submarina en el emocionante final de Bioshock Infinite fue uno de los momentos m¨¢s desconcertantes, brillantes e inesperados del juego, un giro de cintura que dej¨® a muchos sentados en el sitio y que forma una parte indispensable del memorable final del juego. Con ese salto se daba sentido al multiverso de Bioshock, a los poderes de Elizabeth y se comenzaba a desenredar la madeja alrededor del propio protagonista.

Pero ese salto fue s¨®lo un peque?o gui¨® que apenas nos dejaba nada para explorar la ciudad, conducidos a nuestro destino. Este DLC en cambio nos ofrece otra cosa, una posibilidad ¨²nica: ver un atisbo de lo que era Rapture pocos antes de su descenso a la locura. Es es el primer regalo de este DLC, poder acceder a una versi¨®n reducida de los que nos ofrec¨ªa Bioshock Infinite en sus primeros compases, una oportunidad de ver esta utop¨ªa antes de que se convirtiera en distop¨ªa. Del primer Bioshock, recordamos los retazos de grandeza y estilo que salpicaban todos los rincones de la ciudad, y no son pocos los que hubieran deseado poder ver la ciudad en todo su esplendor, pasear calles, y tomar una copa en sus bares.

Este contenido adicional nos permite este peque?o paseo, aunque de una forma limitada a una zona concreta y no demasiado grande. Ser¨ªa injusto, pedir en un peque?o DLC, que se nos abriesen las puertas de par de par de toda una ciudad, o incluso de las partes que vimos en los dos Bioshock. Sin embargo, un poco m¨¢s de lo ofrecido no hubiera nada mal. Con todo es una oportunidad fant¨¢stica de ver como era todo antes del desastre, y de escuchar a sus habitantes hablar con normalidad del d¨ªa a d¨ªa de la ciudad. Aunque a decir verdad, no son d¨ªas corrientes en la utop¨ªa submarina, ya que ha pasado algo extraordinario en la ciudad sin dioses ni reyes. En un movimiento que parece ir en contra de la naturaleza fundacional de la ciudad, Andrew Ryan ha usado su autoridad para arrebatar a Frank Fontaine su empresa, hundiendo adem¨¢s su edificio, ahora convertido en una c¨¢rcel para todos los que le siguieron: los Splicers, o al menos su primera versi¨®n de ellos, adictos al ADAM que incluso ya aqu¨ª empiezan a mostrar los efectos de su locura.

En la cl¨¢sica atenci¨®n al detalle del equipo liderado por Ken Levine, nuestro paseo inicial por Rapture no s¨®lo nos permite ver la ciudad en su esplendor, los bellos paisajes submarinos a trav¨¦s de las ventanas, los bares a rebosar y las tiendas vendiendo diferentes de exquisiteces para el selecto grupo de habitantes de la ciuda. Un elemento que llama la atenci¨®n es la cantidad de conversaciones que podemos escuchar a nuestro paso, otro elemento sabiamente recogido de los momentos iniciales en Columbia. Si en la ciudad a¨¦rea nos quedaba r¨¢pidamente patente el puritanismo, el temor a dios y la reverencia por el Padre Comstock, en Rapture, escuchando a sus elegantes gentes, nos queda clara la idea de que estamos en una sociedad de mentes brillantes, de personas con una gran capacidad y una visi¨®n amplia del mundo. Esto no quieres decir ni mucho menos que sea agradable o perfecta, se aprecia en estos primeros compases algunos de los pecados capitales que acabar¨ªa por convertirse en la condena de la ciudad: la soberbia, la impaciencia, el verse por encima de los dem¨¢s. Es un cuadro que puede verse claramente a trav¨¦s de estas peque?as conversaciones.

El otro claro gui?o dedicado a los aficionados de la saga es por supuesto el regreso de la pareja protagonista. La interacci¨®n entre ambos era lo que daba vida a la historia del juego original, formando una pareja repleta de momentos entra?ables, tensos, c¨¢lidos y dram¨¢ticos. En particular, Elizabeth fue un personaje que cal¨® muy hondo en el aficionado, lo hizo incluso antes de que se lanzara el juego, lo hizo en el desarrollo del mismo y desde que deja su huella tras la conclusi¨®n. No hay demasiada dudas sobre que su persona es uno de los puntos m¨¢s importantes y celebrados de Bioshock Infinite. Pero cuando un personaje, ya sea real, o ficticio, adquiere popularidad, sus seguidores siempre quieren m¨¢s, y esto es en buena parte lo que ofrece Burial at Sea, una visi¨®n distinta de la co-protagonista.

En Columbia, Elizabeth se hac¨ªa entra?able con su inocencia, infinita curiosidad y candor, caracter¨ªsticas que poco a poco se mezclaban con su inusual valent¨ªa? y con una dureza interior que iba aflorando poco a poco durante la historia. En cambio, la mujer que vemos aqu¨ª es una versi¨®n mucho m¨¢s madura de la que nos enamor¨® en la ciudad submarina, tal y como hemos podido ver en los tr¨¢ilers pasados. Sigue siendo ella, y no podremos evitar sonreir al ver algunos de los retazos que quedan de la chica que era, pero al mismo tiempo, tambi¨¦n resulta inevitable fijarse en los cambios. Por supuesto, f¨ªsicamente estamos hablando de una mujer muy distinta, como corresponde a una versi¨®n mayor que la que conocimos en la ciudad a¨¦rea. Muy sofisticada, elegante y consciente tambi¨¦n de sus encantos, que aprovecha en un par de ocasiones para conseguir lo que quiere -nada comparado con la chica de Columbia como se puede comprobar-.

Sus profundos ojos azules tienen adem¨¢s una frialdad permanente que s¨®lo asom¨® en ciertos momentos de Infinite. M¨¢s all¨¢ de lo que se ve,? su personalidad tambi¨¦n demuestra ser muy diferente, ahora es una mujer con recursos, que tiene una idea mucho m¨¢s s¨®lida de lo que es el mundo y que entiende mejor sus propios poderes y? la composici¨®n del complejo universo que habita. De hecho, si en el original la co-protagonista se caracterizaba por no acabar de entender sus propias habilidades, ahora es evidente que act¨²a de una forma m¨¢s omniscente, ahora ella no s¨®lo entiende sus poderes sino que est¨¢ permanentemente en control de lo que pasa y en conocimiento de lo que pasar¨¢, o puede pasar al menos si mueve ciertas ruedas. En el plano t¨¦cnico, se han incorporado algunas animaciones a su repertorio, que podremos apreciar brevemente en el primer arco, cuando investigamos con ella en la ciudad.

Obviamente no podemos desvelar mucho m¨¢s de lo que sucede en la historia de este primer episodio del Pante¨®n Marino, pero no nos cabe duda de que el aficionado a Bioshock, lo encontrar¨¢ interesante, especialmente en sus partes m¨¢s sorprendentes. El juego tambi¨¦n es una peque?a joya para los buscadores de mitos, que podr¨¢n profundizar un poco el algunos personajes y circunstancias de la ciudad submarina, con una interacci¨®n en particular que destaca y que, por supuesto, no desvelaremos. Creemos que hace muy bien su papel de ofrecernos una peque?a perla, un retazo de histario con el que aumentar el valor del Infinite original, aunque tampoco es una pieza necesaria o imprescindible, es m¨¢s bien algo pensado para el aficionado.

En buena parte, esto es as¨ª porque en cuanto a combate y mec¨¢nicas, Pante¨®n Marino tampoco aporta demasiado al conjunto del juego. Una vez completado el primer arco del juego, pasamos a una segunda parte en la que pasamos a la acci¨®n. Este es ya mucho m¨¢s familiar, con una variedad limitada de armas que ya conocemos de Bioshock, sin nada demasiado extraordinario:? una pistola, una ametralladora Tommy, una escopeta recortada y un rifle; adem¨¢s contamos la sorpresa del regreso del Skyhook -aunque en Rapture no se llama as¨ª- que por otro lado usaremos m¨¢s arma de combate que como elemento de transporte, ya que los entornos cerrados en los que combatiremos no tienen demasiado espacio para ra¨ªles y s¨®lo aparecen de forma limitada por norma general. El gancho no ser¨¢ m¨¢s ¨²til en su funci¨®n de arma cuerpo a cuerpo y para usarlo como? elemento t¨¢ctico para pillar a un enemigo desprevenido desde el techo.

M¨¢s interesante es el tema de los pl¨¢smidos -recordemos que Rapture se llama as¨ª y que recolectamos Eve, no sales, aunque en el fondo es indiferente ya que funcionan de manera similar. En total hay cinco: tendremos por defecto Posesi¨®n y Beso del Diablo, y tambi¨¦n posibilidad de conseguir Caballo Salvaje y Jinete El¨¦ctrico. La gran novedad es la inclusi¨®n de un nuevo tipo de poder que nos permite congelar a los enemigos -y hacerlos pedazos con un golpe-, lo que supone una bienvenida incorporaci¨®n que resulta atractiva de utilizar, aunque tampoco aporta demasiado a la mec¨¢nica de combate.

Lo m¨¢s destacable que se ha hecho con el combate en Pante¨®n Marino es tratar de recuperar cierto elemento de surpevivencia. Mientras en Columbia era muy raro quedarse sin munici¨®n, siendo un juego mas alegre en sus tiroteos, en Rapture conseguir monedas y balas no es tan f¨¢cil. Hay m¨¢quinas por supuesto, pero el dinero es escaso y Elizabeth tampoco nos arrojar¨¢ monedas -o al menos no lo hizo en la duraci¨®n de la campa?a en modo normal, s¨®lo nos arroj¨® botiquines y frascos de eve en momentos claves. Como consecuencia, y como pasaba en el primer Bioshock, nos encontramos normalmente en combates m¨¢s f¨ªsicos contra los Slicers, con una dificultad algo m¨¢s pronunciada? y una mayor necesidad de usar bien nuestros recursos, a ser posible intentando usar nuestros poderes de forma que abarquen m¨¢s grupos de enemigos -las trampas en particular son m¨¢s efectivas que en Infinite, ya que hay m¨¢s enemigos que se abalanzan sobre nosotros, lo que hace que sea m¨¢s f¨¢cil que caigan en ella. Tambi¨¦n hay nuevo vestuario especial, con atributos tan interesantes como dotar a las balas que disparemos de da?o elemental, muy ¨²til ya que podremos congelar, incinerar o electrocutar a los enloquecidos rivales.

El resultado final es algo m¨¢s cercano a lo que ser¨ªa Bioshock Infinite, pero con un sabor a?ejo que nos hace recordar bien nuestro anterior paso con Jack. Si nos descuidamos, morimemos m¨¢s que en Columbia, lo que implicar¨¢ que perderemos m¨¢s dinero, aunque nuestra compa?era, como de costumbre, nos devolver¨¢ a la vida y podremos volver a la zona para rematar a los que quedan, as¨ª que tampoco es un reto may¨²sculo. Por descontado, esta segunda mitad de la historia centrada en la acci¨®n guarda alg¨²n enfrentamiento especial, que tampoco desvelaremos, aunque seguro que el aficionado a Bioshock se lo puede imaginar -de esto s¨®lo diremos que result¨® un poco anticlim¨¢tico por culpa del nuevo poder de hielo, que desequilibra bastante la contienda a nuestro favor-.