Beaterator
- PlataformaPSP8
- G¨¦neroSimulaci¨®n
- DesarrolladorRockstar Leeds
- Lanzamiento02/10/2009
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorRockstar Games
Do your music
Rockstar y Timbaland unen sus fuerzas para crear el estudio musical definitivo en tama?o port¨¢til, exclusivo de PSP. Salido casi de la nada, bajo una campa?a publicitaria muy poco agresiva, tanto el estudio de Leeds como el productor norteamericano han sabido aunar el trabajo bien hecho que les ha venido caracterizando a lo largo de los a?os para crear un videojuego que incluye lo mejor de los editores musicales de compatibles sin necesidad de justificar un gasto desorbitado.
La primera anotaci¨®n que se debe realizar en el an¨¢lisis de Beaterator es que no estamos ante un videojuego propiamente dicho. La ¨²ltima obra de Rockstar, que esta vez lleva el sello del estudio brit¨¢nico de Leeds, se ha realizado conjuntamente con el popular productor americano Timbaland, que actualmente cuenta con el honor no s¨®lo de ser uno de los que mejor cobra en la industria musical general, sino que puede presumir tambi¨¦n de codearse con la alta escena. En su palmar¨¦s de producciones encontramos a artistas del calibre de Madonna, Missy Elliot, o The Pussycats Dolls, mientras que en lo que a colaboraciones se refiere Shakira, Christina Aguilera, Britney Spears o Justin Timberlake son s¨®lo algunos de los nombres que destacan en su orondo cat¨¢logo.
Su figura es la que decora la portada del juego -siempre ha sido una persona un tanto narcisista, con cierto adem¨¢n de aparecer m¨¢s de la cuenta en los medios-, as¨ª como la encargada de transmitir todo el proceso de aprendizaje y gu¨ªa por la interfaz que presenta el juego, bastante confusa si no sabemos ante qu¨¦ clase de producto nos encontramos. Al margen de la controversia que levanta su personaje, que como decimos es uno de los m¨¢s populares de la escena musical estadounidense, es imposible cuestionar su trabajo a los mandos de un editor/sintetizador musical, donde ha demostrado un centenar de ocasiones ser una aut¨¦ntica maravilla. Es una de estas personas que ha nacido con ritmo y, siendo as¨ª, no extra?a su querencia por tomar parte en un videojuego.
Lo hace en un trabajo conjunto entre dos entidades de reconocido prestigio en la industria que con esta uni¨®n garantizan dos aspectos fundamentales que no pueden dejar de faltar en un editor como Beaterator: un videojuego (permitiendo la expresi¨®n) sabe perfectamente c¨®mo poner en escena sus virtudes, y un productor que se ha esforzado por buscar nuevos estilos para combinarlos dentro de una obra ¨²nica, completa como pocas hemos conocido en el pasado. Si a estas alturas todav¨ªa no hemos comprendido de qu¨¦ va exactamente este t¨ªtulo, haremos un ¨²ltimo esfuerzo: Beaterator es un editor musical que sigue la l¨ªnea de productos similares para PC que se utilizan, como su propio nombre indica, para componer, editar, ajustar o variar una composici¨®n musical en concreto.
De lo contrario, como le pasar¨¢ a la mayor¨ªa de los usuarios que se dispongan a ponerse frente a los mandos del juego, los primeros minutos tras encender la consola ser¨¢n bastante desconcertantes. En la interfaz inicial, que viene precedida por un v¨ªdeo genialmente realizado en el que ya se est¨¢n sentando las bases del producto -con un escueto tutorial que divide el juego en tres partes, exactamente igual que nosotros-, aparecen las dos ¨²nicas modalidades de juego propiamente dichas a las que nos podemos enfrentar. Una viene relacionada con la posibilidad de tocar en directo, mientras que la otra hace alusi¨®n al estudio de creaci¨®n musical que venimos comentando hasta el momento.
La posibilidad de tocar m¨²sica en directo nos permite ponernos en la piel de un DJ que en cada secci¨®n tiene cuatro variantes de un mismo instrumento, preseleccionadas por el jugador, por lo que podemos realizar distintas composiciones sobre la marcha siempre y cuando sepamos combinar correctamente el material del que disponemos. Es una forma de pasar el tiempo que no tiene utilidad alguna salvo el hecho de poder presumir de nuestra m¨²sica durante unos minutos del modo que mejor nos venga en gana. Desgraciadamente la utilidad de este modo es m¨¢s bien reducida, sin ofrecer ning¨²n motivo espec¨ªfico por el que pasar las horas o, dicho en otras palabras, sin dar el sentido de entretenimiento a la m¨²sica que se pod¨ªa imaginar en un principio.
De aqu¨ª en adelante, todo lo que tenemos entre manos tiene que ver con el editor de m¨²sica, cuyas posibilidades van mucho m¨¢s all¨¢ de lo que pod¨ªamos haber imaginado cuando el juego era anunciado ante el gran p¨²blico de manera oficial. La secci¨®n principal es un selector de ?loops' o ?samples' que atienden a peque?os ritmos mel¨®dicos que se repiten siguiendo un intervalo marcado, medido en compases. En la primera pista podemos seleccionar cuatro loops, correspondientes a cada uno de los botones de la consola. Pulsamos el cuadrado y de aqu¨ª pasamos a un men¨² secundario donde podemos o bien elegir un sample creado por Timbaland, uno introducido por los chicos de Rockstar o sencillamente crear uno a cuenta propia.
Cuando hayamos seleccionado unas pistas e incluido los sonidos esenciales para que cualquier canci¨®n cobra fuerza (percusi¨®n, melod¨ªa?) es posible escuchar todos los sonidos unificados en uno s¨®lo, como si de una composici¨®n tradicional se tratase, o bien pasar al panel de canci¨®n desde el que podemos unir todos los sonidos en un cuadrado, gui¨¢ndonos por los compases, para realizar una mezcla coherente. En el primer sector cre¨¢bamos el sonido en el panel mel¨®dico, con la cl¨¢sica vista de las teclas de un sintetizador apuntilladas con la nota en concreto, desde el que podemos, como su propio nombre indica, elaborar cualquier sonido con sus correspondientes efectos para luego incluirlos como un loop, esa vuelta que se repite de forma incansable en las canciones actuales.
Si es posible alterar el sonido de la bater¨ªa con precisi¨®n quir¨²rgica, lo l¨®gico ser¨ªa pensar que sucede exactamente lo mismo con el editor de sonido que incluye el juego, complet¨ªsimo si tenemos en cuenta que podemos modificar pr¨¢cticamente todos los elementos de un sonido sin apenas tener que molestarnos en utilizar extra?as combinaciones de botones. El stick anal¨®gico nos permite cambiar entre la pantalla central o los botones externos -como podemos ver en las im¨¢genes adjuntas al texto-, pero tambi¨¦n alargar o acortar la densidad de una melod¨ªa para trabajar con ella de forma meticulosa. Seleccionamos un trozo de un loop con posibilidades de introducir toda clase de efectos sonoros, tales como reducci¨®n o aumento del volumen, diferentes atenuaciones, silencios, sostenidos, etc¨¦tera.
La ristra de elementos que est¨¢n incluidos en el juego sigue sin parar hasta conformar un editor musical que, como podemos comprobar, nada tiene que envidiar a los costosos productos de compatibles que han parido, con perd¨®n de la expresi¨®n, algunas de las melod¨ªas m¨¢s bailadas durante el pasado verano. Esta faceta tambi¨¦n es posible en Beaterator en tanto tenemos opciones no s¨®lo de subir nuestra canci¨®n a un gestor para que cualquier otro aficionado la pueda escuchar, sino tambi¨¦n de recibir las composiciones de cualquier compa?ero para utilizarlas a nuestro gusto dentro del editor. Si lo que nos gusta es el regocijo de escuchar nuestra propia m¨²sica basta con incluir todas las canciones en una lista de reproducci¨®n, otra faceta que tambi¨¦n aporta el UMD.
La variedad no cesa. Si lo que nos interesa son los distintos g¨¦neros musicales que incluye el juego, debemos comprender que se perciben notablemente las influencias brit¨¢nicas con una predominancia absoluta de la m¨²sica electr¨®nica -no podr¨ªa ser de otro modo- que recoge las ¨²ltimas tendencias: House, Drum & Bass, Pop, Breakbeat, Rock y UK Garage. Si los loops que encontramos en esta fila no nos convencen, podemos probar por instrumentos: Solista, Acompa?amiento, Guitarra, Bajo, Ritmo, Bombo, Cajas, Hi-hat? Cada uno con m¨¢s de un centenar de ritmos que podemos utilizar como mejor nos apetezca. Todo ello sin olvidar la posibilidad de grabar nuestra propia voz de fondo o cualquier otro sonido importado.
Cuando tengamos la canci¨®n lista, basta con reproducirla para entender que en Beaterator hay mucha seriedad, poca guasa, ganas de hacer las cosas bien. Las posibilidades son tan grandes que a veces es francamente dif¨ªcil, especialmente durante los primeros compases, guiarnos por la interfaz (que se ha pulido hasta niveles insospechados, pero hay que tener en cuenta que hablamos de una port¨¢til y no de un ordenador, con todo lo que ello conlleva) o saber c¨®mo manejar cada una de las tantas posibilidades y editores que tenemos a nuestra disposici¨®n. De hecho, es obvio que si carecemos de o¨ªdo o esto de componer m¨²sica no es lo nuestro, Beaterator no es precisamente el producto ideal para comprar estas navidades.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.