Battlefield: Bad Company 2 - Vietnam, Impresiones
?Vietnam will never die', rezaba uno de las carteles de protesta en una de tantas manifestaciones el pueblo norteamericano realiz¨® en contra de una guerra absurda, que arrastr¨® al pa¨ªs a una crisis de identidad. Qui¨¦n iba a imaginar que el eslogan, lejos de ser un mero reclamo para captar la atenci¨®n de los pol¨ªticos, cobrar¨ªa fuerza tres d¨¦cadas m¨¢s tarde, celebrando el lanzamiento del nuevo pack descargable de Battlefield: Bad Company 2. Vietnam es el contexto elegido para vivir un nuevo conflicto exclusivamente multijugador, creado con la intenci¨®n de renovar las partidas del siempre exigente p¨²blico de esta franquicia. Smells like? victory.
Hay vida m¨¢s all¨¢ de las representaciones cinematogr¨¢ficas y videojueguiles que han aparecido en las tres d¨¦cadas transcurridas desde el conflicto de Vietnam. El pa¨ªs, sumido en una espiral de desgracia de la que no parece poder escapar, lamenta haber vivido una guerra injusta, en la que no hubo vencedores pero s¨ª un vencido: Estados Unidos. Todav¨ªa hoy se preguntan los analistas sociales el porqu¨¦ de la querencia de un pa¨ªs que sal¨ªa de una dura crisis financiera de adentrarse en una guerra tan est¨²pida y absurda como la parafernalia que se emple¨® en su d¨ªa para promocionarla entre los j¨®venes. Ellos ve¨ªan c¨®mo el Ej¨¦rcito solucionaba sus problemas econ¨®micos inyectando un suculento sueldo en sus cuentas corrientes a final de mes, pero no el monstruo que el coronel Walter E. Kurtz invocaba en los delirios de su muerte. El horror.
Fue el contexto lo que hizo de esta guerra un icono social id¨®neo para reclamar la paz. Un movimiento de estudiantes y manifestantes que buscaban nuevas v¨ªas para interactuar entre s¨ª, alejadas de la violencia que el mundo hab¨ªa vivido hasta el momento. El rock de Jimmy Hendrix, las sustancias ilegales de Jim Morrison? Las pocas ganas de combatir en los albores de lo que los fil¨®sofos han denominado tiempo despu¨¦s el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, una que afecta al alma, al ¨¢nimo del ser humano.
Se podr¨ªa decir que fue su ?ambientaci¨®n' lo que caracterizaba a Vietnam, ¨¦sa que tan bien supo retratar Francis Ford Coppola en Apocalypse Now, obra maestra cinematogr¨¢fica donde las haya. Los videojuegos no han ocultado nunca su afici¨®n por verse reflejados en el estilo de los grandes directores de cine y, en consecuencia, tambi¨¦n en tomar prestados elementos que ya han empleado anteriormente otros compa?eros, d¨¢ndoles un nuevo enfoque. Battlefield ha llevado esta aureola como bandera durante m¨¢s de un lustro: primero como competencia de las grandes producciones inspiradas en alguna de las dos grandes guerras, luego dando un ¨¦nfasis especial a los modos multijugador por encima del individual. Bad Company 2 cambi¨® ligeramente esta concepci¨®n al ofrecer un estilo de juego a caballo entre estos dos elementos reci¨¦n mentados.
Es un pack distinto a lo que estamos acostumbrados a ver, b¨¢sicamente. Cuatro Xbox 360 copaban un sal¨®n en el que se daba la posibilidad de que varios jugadores interactuasen entre s¨ª para experimentar las sensaciones de esta modalidad, acompa?ados de un presentador que gu¨ªa a los especialistas. No hab¨ªa mucho que explicar sobre las novedades, que a grandes rasgos se localizan en tres aspectos clave: la ambientaci¨®n, la mec¨¢nica de juego y el campo de batalla, que ahora se localiza en el espesor de una jungla totalmente desconocida, repleta de trampas y de momentos ¨¦picos, de esos que nunca se borran de la memoria de los aficionados al peculiar estilo multijugador que ofrecen estas propuestas.
Absolutamente todo el contenido se desbloquea al empezar a jugar, aunque sigue estando presente el sistema de evoluci¨®n de personaje, que seg¨²n lo expuesto se podr¨¢ importar a las partidas que hayamos guardado de Battlefield: Bad Company 2. De ah¨ª que se conserven las cuatro clases especializadas que podemos seleccionar al comenzar a jugar en cada partida, al igual que los modos de juego del t¨ªtulo original, dejando de lado las opciones cooperativas que ofreci¨® hace unos cuantos meses el descargable Onslaught.
En la pr¨¢ctica, la experiencia jugable cambia completamente gracias a la vegetaci¨®n que cubre pr¨¢cticamente cada uno de los costados del valle Phu Bai, donde actuar en conjunto es fundamental para evitar las emboscadas enemigas. En este sentido se recrea con acierto el esp¨ªritu de Vietnam, tanto por el uso de armas que poco o nada tienen que ver con las actuales (retroceso bestial, escasa precisi¨®n, ruido ensordecedor?), otro de los detalle en los que DICE ha querido centrar la atenci¨®n. Se ha realizado un completo trabajo a la hora de dar una nueva voz a los personajes que aparecen, por lo caminar mientras escuchamos alg¨²n improperio vietnamita es un hecho frecuente que no s¨®lo ayuda a mejorar la ambientaci¨®n, sino tambi¨¦n a ofrecer un componente estrat¨¦gico muy importante para los expertos en la materia.
En cuanto a lo que se refiere a los nuevos veh¨ªculos: de nuevo nos encontramos ante una selecci¨®n espec¨ªfica de transportes que han pasado a la posteridad, tal es el caso del tanque ruso T54 o del barco patrullero PBR (s¨ª, muy similar al que emple¨® el capit¨¢n Willard en su particular viaje hacia la locura). Habr¨¢ ocasi¨®n de controlar a un helic¨®ptero, aunque por desgracia no hubo oportunidad de probar su potencia de ataque en esta ocasi¨®n, como tampoco la de ning¨²n otro veh¨ªculo de los aqu¨ª citados. Varios intercambios de disparos fueron suficientes para reafirmar la idea de que este DLC, que en ning¨²n caso superar¨¢ los 1200MP (aproximadamente 15€ en el caso de los usuarios de PSN), contin¨²a con la tradici¨®n de la franquicia en lo que se refiere a ampliar su contenido de forma considerable a un precio que se ajusta perfectamente al nuevo material que ofrece.
Battlefield: Bad Company 2 - Vietnam
- Acci¨®n
Bad Company 2 recibe una nueva expansi¨®n, esta vez en territorio vietnamita.