Volando sin alas

Junto a la aparici¨®n del famoso puzzle protagonizado por su mascota, Rare ha lanzado ya en GBA sus ¨²ltimas apuestas, que nos llegan de la mano de THQ. La que hoy nos ocupa la lleva Banjo a todo trapo... con gran riesgo de accidente.

La evoluci¨®n ¨²ltima de Rare no deja de sorprender. Desde que se pas¨® al 'bando contrario' a golpe de talonario avalado por Microsoft, todo el ¨¦xito cosechado en la gran N parece ser la ¨²nica raz¨®n por la cual la compa?¨ªa se sostiene todav¨ªa con un cierto prestigio m¨¢s que cuestionado en los pasados meses. Ni XBox ha conseguido ver un gran t¨ªtulo nacido de la compa?¨ªa creadora de Conker y compa?¨ªa.

Aunque el acuerdo entre Microsoft y RARE les concede exclusividad en la consola de Bill Gates,  la ¨²ltima nunca ha dejado de lanzar nuevos juegos, muy poco frecuentes, para la port¨¢til de Nintendo. El fracaso ha sido rotundo y a juzgar por el resultado de estas ¨²ltimas dos entregas, es muy probable que lo siga siendo, siempre y cuando no se mejoren algunos puntos que ya estamos algo cansados de ver.

Banjo comparti¨® cierto standing en N64 gracias a la competencia que le hizo al todopoderoso Mario 64, otro juego de plataformas en 3D que tan bien usaba el motor de la consola negra de Nintendo. Esto era algo que s¨®lo se hab¨ªa visto hasta aquel momento con el fontanero, por lo que la pareja compuesta por Banjo y Kazooie se alz¨® r¨¢pidamente como una nueva bomba de relojer¨ªa de la mano de RARE, que hasta el momento todo lo que tocaba lo convert¨ªa en oro.

Tras el anuncio de una nueva aventura de la pareja previa aparici¨®n de otro plataformas que tampoco lleg¨® a agradar en GBA, parec¨ªa que Banjo iba a recuperar por fin ese gran prestigio que le hab¨ªa llevado tan lejos. Por desgracia el resultado no ha sido exactamente el esperado, y no nos queda m¨¢s remedio que afirmar que estamos ante uno de los grandes chascos de la port¨¢til, y que salvando alg¨²n que otro apartado, es un cartucho totalmente prescindible.

Hay otras opciones, pero por desgracia todas se reducen a un principio b¨¢sico, ya sea obtener determinados premios para acceder a v¨ªdeos, aprender a conducir, modificar las opciones del juego, y poco m¨¢s. Esto, repetimos, sigue sin decir nada para lo que de verdad importa, que es la jugabilidad mezclada con un agradable apartado gr¨¢fico. Esto es el ideal, luego lo que de verdad vemos en el cartucho es muy distinto.

Hay otras opciones, pero por desgracia todas se reducen a un principio b¨¢sico, ya sea obtener determinados premios para acceder a v¨ªdeos, aprender a conducir, modificar las opciones del juego, y poco m¨¢s. Esto, repetimos, sigue sin decir nada para lo que de verdad importa, que es la jugabilidad mezclada con un agradable apartado gr¨¢fico. Esto es el ideal, luego lo que de verdad vemos en el cartucho es muy distinto.

El aspecto gr¨¢fico pasa desapercibido en todo momento. Unas texturas medianamente correctas, sin hacer demasiado uso de la potencia de la consola pero que m¨¢s o menos consiguen aprobar la funci¨®n que cumplen dentro del juego. Otro cantar muy distinto es lo que vemos con los circuitos. Lejos de estar llenos de detalles o de presentar alg¨²n elemento digno de ver, se conforman con un paraje, ya sea de tierra, de hielo etc. que se va repitiendo sin ofrecer gran cosas en lo que a fondos se refiere.

Cabe destacar que al menos encontramos una gran variedad de estos, aunque pequen de repetitivos. Contamos por supuesto con ese estilo 'espejo' que consiste en repetir los mismos escenarios pero al sentido contrario. Aqu¨ª puede pasar como prueba de resistencia, pues creednos, es son fases muy complicadas.

Recoger objetos y usarlos contra nuestros contrincantes es otra de las aptitudes b¨¢sicas del juego, as¨ª como meternos por aros propulsores, elevar o disminuir la altura de nuestra nave... como resultado de esto ¨²ltimo podremos obtener m¨¢s o menos velocidad, aunque a la hora de jugar acaban resultando meros detalles casi in¨²tiles, salvo para evitar los proyectiles enemigos.

Al ganar un trofeo, algo a priori simple, no se nos dar¨¢ la copa en cuesti¨®n, sino que tendremos que retar al vigente campe¨®n a un duelo que consiste en, recorriendo siempre la misma l¨ªnea a¨¦rea, dispararlo hasta que caiga, o hasta que nosotros caigamos. Curiosamente, si nos derrota tendremos que volver a repetir los tres o cuatro escenarios por copa y luego volver a repetir el duelo. Son elementos que no conseguimos entender y que restan calidad al resultado final.

Los efectos sonoros andan a la par, con alg¨²n que otro grito de los personajes al recibir da?os y dem¨¢s, como las explosiones o las ca¨ªdas que sufren los personajes y que apenas realizan un leve gemido. Nada en particular que comentar en esta aspecto, que como ya os dec¨ªamos cumple su funci¨®n correctamente.

Esto es lo mon¨®tono de las carreras, imposibles de poner en pr¨¢ctica la m¨¢s m¨ªnima estrategia por lo absurdo del comportamiento de la Inteligencia Artificial que a veces falla a dos cent¨ªmetros de nosotros o viceversa bajo razones que se escapan a nuestro entendimiento. Ya os avis¨¢bamos antes que por extra?o que parezca este Banjo no es realmente un mal juego, sino que su proceso de producci¨®n y elaboraci¨®n ha sido err¨®neo y probablemente poco testeado.

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