Back to Stone

Una civilizaci¨®n moderna ve sus cimientos derruidos a causa de las malignas intenciones de un malvado mago, que gracias a sus m¨²ltiples poderes m¨¢gicos hace renacer un ej¨¦rcito de demonios para hacerse con el control de la ciudad y, de paso, del mundo entero. El resultado; la ciudad, destruida, queda a mercedes del poder maligno, mientras que los pocos humanos que sobrevivieron a la guerra son sometidos ante el poder de los mismos, tratados como conejillos de indias en experimentos varios.

Nuestro h¨¦roe, atrapado por las garras de los demonios, es uno de los supervivientes a la guerra. Los demonios le han concedido el poder de convertir todo lo que toca en piedra, una especie de rey Midas pero en versi¨®n pobre, virtud que convierte al protagonista de la historia en un ser triste y ag¨®nico. El juego da comienzo dentro de la celda, cuando se unen a nosotros dos seres humanos m¨¢s que atemorizados comienzan a golpear las rejas de la misma. Con nuestro poder, multiplicado hasta limites insospechados, derribaremos los barrotes otorg¨¢ndonos as¨ª la posibilidad de ser libres.

Este atractivo comienzo se derrumba a poco de comenzar, cuando el sistema de juego empieza a cobrar protagonismo y la historia no avanza por m¨¢s fases que consigamos completar. Adem¨¢s de convertir todo lo que tocamos en piedra, los demonios nos han condenado a convertirnos en uno de ellos si nuestra barra de energ¨ªa disminuye m¨¢s de lo debido. La aventura se centra en buscar a un sabio que, al parecer,  conoce la forma de librarnos de nuestro maleficio.

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Los controles son tambi¨¦n muy simples; mientras que con un bot¨®n saltamos con el otro propinamos pu?etazos y combos para derrotar a los demonios y dem¨¢s especies que nos acosan a lo largo del t¨ªtulo. Una vez hayamos conseguido restar su barra de energ¨ªa, ¨¦stos se convertir¨¢n en piedra para darnos la posibilidad de utilizarlas para acceder a zonas m¨¢s altas o activar interruptores que desbloquean distintas gemas de poder. Es necesario ir consiguiendo dichas gemas para llenar la barra de poder de nuestro personaje y efectuar, seg¨²n lo demande el juego, un ataque especial consistente en un rayo que fulmina todo lo que encuentra en su camino.

Un buen ejemplo del nefasto motor gr¨¢fico es lo que sucede si no apuntamos con tino a un enemigo en concreto. Si el rayo alcanza un ala y medio cuerpo del bicho en cuesti¨®n, ¨¦ste permanecer¨¢ inmutable en su posici¨®n, e incluso podr¨¢ atacarnos delante de nuestras narices atravesando el rayo como si tal cosa. Ser¨¢ muy frecuente caernos por un precipicio en un salto por el horroroso contorno de los mapas y la orograf¨ªa, consistente por regla general en zonas de tierra con alg¨²n resquicio de carb¨®n, c¨¦sped, arbustos muertos, piedras volc¨¢nicas, tecnolog¨ªa destruida o alg¨²n otro elemento con motivo post-apocal¨ªptico.

Tanto es as¨ª, que si comparamos este Back to Stone con Terminator 3, un juego muy similar aunque con una jugabilidad mil veces m¨¢s trabada que en esta aventura, el juego distribuido por Graffiti sale perdiendo en todos los sentidos. No hay men¨²s al finalizar los mapas, ni recompensas, nada. Simplemente avanzar hasta que el juego toque a su fin, peleando contra cientos de enemigos y cayendo inexplicablemente por los m¨²ltiples precipicios que parecen puestos aposta para enervar al jugador.

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Pero en fin, poco m¨¢s se podr¨ªa esperar de un juego como ¨¦ste, que no ofrece absolutamente nada nuevo y que para m¨¢s inri se hace infumable a poco de comenzar a jugarlo por sus numerosos fallos en el control, una c¨¢mara mal empleada y unos gr¨¢ficos que, pese a ser muy regulares, no dan la talla a estas alturas. La historia es lo ¨²nico salvable al menos en las primeras pantallas que nos narran de qu¨¦ va la aventura, porque incluso aqu¨ª, despu¨¦s de las escenas introductorias y dem¨¢s, todo parece sacado de alg¨²n shoot ?em up de NES de hace m¨¢s de diez a?os.

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