Apartment 327, an¨¢lisis. Dentro del bucle temporal

Algunas noches se hacen cortas. Cierras los ojos, y un instante despu¨¦s, el despertador a¨²lla insistentemente. Otras, en cambio, la oscuridad se alarga e invade nuestros sue?os con pesadillas que retozan burlonas en la mente. Son sue?os tan v¨ªvidos que nos hacen despertar sudorosos, entre gritos mudos y latidos acelerados. Al igual que en una pel¨ªcula, nos vemos encerrados en una c¨¢rcel ficticia que se antoja muy real. Tan veraz que para la protagonista de Apartment 327, t¨ªtulo desarrrollado por el estudio espa?ol Binary Box, la realidad y la ficci¨®n apenas se distinguen.

Viajando en el tiempo

Las viejas pel¨ªculas se proyectan y devuelven una imagen imperfecta en blanco y negro. Lo mismo ocurre con la cinta que la muchacha del 327 encuentra bajo una capa de polvo y de sangre. La singularidad es que al colocarla y hacer girar la bobina, la chica pasa a ser la protagonista del filme. La pesadilla dentro de la pesadilla. El sue?o allende el sue?o. En esa situaci¨®n, solo cabe escapar, pero huir de la pel¨ªcula no supondr¨¢ abandonar la noche eterna, solo hallar el diapas¨®n que nos permitir¨¢ viajar en el tiempo. Porque s¨ª, toda la acci¨®n transcurre en ese apartamento, pero en distintas ¨¦pocas temporales. Exploraremos la casa desde 1923 hasta 2016, unos mismos escenarios que mutan con el tiempo y que nos desvelan sus secretos m¨¢s oscuros. El objetivo es desentra?ar lo que ocurri¨® en la mansi¨®n de los Elizondo y encontrar una v¨ªa de escape para la protagonista.

El lenguaje de este videojuego no es la cinem¨¢tica. Ni siquiera se han grabado voces m¨¢s all¨¢ de los gritos y sonidos de la protagonista. La historia se narra a trav¨¦s de los documentos que hallamos desperdigados por la casa, un recurso narrativo muy recurrente en el g¨¦nero del terror que en este caso tapa, probablemente, las limitaciones presupuestarias del proyecto. La estructura prima la exploraci¨®n en escenarios lineales que se abren un poco m¨¢s en los momentos en los que nos adentramos dentro de la pel¨ªcula. Los puzles son otro de los puntos clave de la propuesta, aunque los rompecabezas sean, por lo general, bastante sencillos.

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Los enemigos, unas piezas que no encajan

Outlast introdujo la mec¨¢nica de las bater¨ªas consumibles como uno de los ejes centrales de su jugabilidad. A trav¨¦s de la c¨¢mara, pod¨ªamos ver en la penumbra, pero siempre con el miedo de que la energ¨ªa se consumiera y nos dejara a merced de las malvadas fuerzas que nos persegu¨ªan. En Apartment 327, se rescatan las bater¨ªas, que nos sirven para hacer funcionar la util¨ªsima linterna.

Las piezas de la obra de Binary Box Studio encajar¨ªan bastante mejor si no fuera por la introducci¨®n de enemigos. Es en ese punto donde el t¨ªtulo comienza a flaquear. A diferencia de otros videojuegos similares, en esta propuesta tenemos la posibilidad de acabar con las sombras, unas criaturas con forma infantil que poco tienen de inocentes, al menos en su estado actual. No disponemos de pistolas ni de armas sofisticadas, sino de la linterna y de su torrente de luz. Por supuesto, el flash consume las pilas, de modo que debemos usar su fulgor con un poquito de cabeza. El problema es que eliminar enemigos resulta anodino y repetitivo, porque la arquitectura jugable no casa con esta idea. Los enemigos reaparecen al poco tiempo y son como moscas molestas, de esas que espantas y que a los dos segundos ya est¨¢ aleteando y revoloteando en tu cara. Adem¨¢s, si te pillan de improviso y te matan, perder¨¢s unos minutos de progreso valiosos. El control tampoco ayuda en exceso, pues en situaciones en las que tienes que actuar con rapidez se siente poco pulido.

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La ausencia de actuaciones vocales puede parecer coherente teniendo en cuenta que la protagonista principal est¨¢ sola ante el peligro. Sin embargo, se echan en falta l¨ªneas di¨¢logo que complementen el argumento que se cuenta a mediante documentos. Despu¨¦s de todo, ya puedes estar m¨¢s solo que la una, que en circunstancias como esta, seguro que a cualquiera se le escapan unas cuantas palabrejas. Aun as¨ª, entendemos que esta decisi¨®n se debe a factores econ¨®micos.

Esta estructura de juego nos lleva a repetir situaciones de continuo, una sensaci¨®n que se paliar¨ªa ligeramente si los escenarios fueran algo m¨¢s variados. Lo que nos encontramos, no obstante, son las distintas versiones del apartamento, que depende de la l¨ªnea temporal, se muestra m¨¢s o menos destartalado, con sus elementos peculiares. El hecho de tener que explorar cada uno de los rincones una y otra vez genera momentos de reiteraci¨®n. Con todo, buscar objetos en una dimensi¨®n y utilizarlos en otra proporciona cierta tridimensionalidad jugable.

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Defectos aparte, la experiencia de terror es pasable y el tiempo que permanecemos a los mandos no se siente como una p¨¦rdida de tiempo. S¨ª, en efecto, hay margen de mejora, pero dentro de lo que cabe, los que busquen un survival horror en primera persona hallar¨¢n un t¨ªtulo que no enga?a a nadie: ofrece lo que promete.