Anno 1800, Impresiones

Si tuvi¨¦ramos que resumir en una sola frase la experiencia con este nuevo Anno 1800 hablar¨ªamos de un retorno a la edad cl¨¢sica, apostando por la continuidad de unas mec¨¢nicas que vuelven a ser pulidas en pos de la perfecci¨®n, aderezado con algunas interesantes novedades y con un m¨¢s que atractivo remozado gr¨¢fico. Pero como no tenemos tal limitaci¨®n, a continuaci¨®n os describiremos al detalle qu¨¦ aporta esta nueva entrega de una serie que, en s¨ª misma, ha acabado por convertirse en un g¨¦nero muy particular en el que el desaf¨ªo consiste en alcanzar un sosegado equilibrio en la construcci¨®n y gesti¨®n de ciudades.

Siempre es un placer hablar de Blue Byte, los desarrolladores de toda la serie Anno, una de esas pocas compa?¨ªas que resiste ah¨ª, casi desde el principio de esta locura de los juegos de PC, aport¨¢ndonos sus t¨ªtulos desde 1988. Las series The Settlers, Battle Isle y esta Anno son el medio para que estos alemanes nos hayan robado literalmente cientos de horas a los aficionados a la estrategia, siempre con la colaboraci¨®n de Ubi Soft, por lo que no podemos negar la expectaci¨®n que nos genera cada uno de sus lanzamientos.

La serie Anno ha cumplido 21 a?os desde su primer t¨ªtulo, Anno 1602, recibiendo una nueva entrega cada tres o cuatro a?os. Ha recorrido nuestra historia desde el siglo XV, hasta un inexplorado siglo XXIII con su ¨²ltimo juego, Anno 2205. La entrega de este a?o abandona esa carrera hacia el futuro, desconocido, para regresar a una ¨¦poca cl¨¢sica con la que resulta mucho m¨¢s sencillo familiarizarse, lo que nos parece un acierto. Un acierto que a¨²n es mayor cuando la ¨¦poca elegida para su desarrollo es el Siglo XIX, el siglo de la industrializaci¨®n, del nacimiento de la clase obrera, de la burgues¨ªa, de la tecnolog¨ªa, del sufragio universal, del imperialismo, de la independencia sudamericana¡­

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Y es un poco de todo eso lo que Ubi Soft nos propone explorar mientras desarrollamos desde cero nuestra ?ciudad? ?naci¨®n?... Y es que Blue Byte se mantiene fiel a no predisponer nuestro desarrollo en base a una identidad o a?o concreto, como s¨ª ocurre, por ejemplo, con la serie Civilization de Sid Meier. En su planteamiento no pertenecemos a ninguna naci¨®n, ni siquiera a un continente concreto, permitiendo que seamos nosotros los que nos desarrollemos sin ese cors¨¦ hist¨®rico. Eso s¨ª, detalles como las indumentarias, paisajes, construcciones y veh¨ªculos nos sugieren claramente que la aventura se inicia en alg¨²n lugar de la vieja Europa, en plena revoluci¨®n industrial, para acabar expandi¨¦ndose a una Sudam¨¦rica llena de posibilidades y virgen ante un progreso que nosotros decidiremos c¨®mo introducir.

En todo caso, y como es habitual en este tipo de juegos, arrancaremos con un pu?ado de colonos a los que r¨¢pidamente pondremos a talar ¨¢rboles y sembrar trigo, mientras nos ocupamos de que tengan un alojamiento y las condiciones m¨ªnimas para que sigan trabajando y produciendo. Nuestro objetivo ser¨¢ mejorar esa producci¨®n de modo que podamos alcanzar nuevas tecnolog¨ªas que, a su vez, permitan nuevos productos. Esa evoluci¨®n requiere de trabajadores m¨¢s cualificados que son m¨¢s exigentes con sus necesidades.

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S¨ª, se trata exactamente del mismo desarrollo que llevamos jugando en los Anno desde 2008. Un modo de juego sosegado en el que las exigencias se dirigen a nuestra capacidad para prever situaciones, mantener la atenci¨®n en m¨²ltiples variables y saber gestionar y distribuir recursos y poblaci¨®n.

?Qu¨¦ aporta entonces esta entrega de 1800? Como no puede ser de otro modo, y trat¨¢ndose de una f¨®rmula que lleva 20 a?os puli¨¦ndose, el nuevo Anno alcanza un nuevo nivel de perfecci¨®n en aquello que persigue. Este Anno 1800 consigue extraer lo mejor de sus anteriores entregas, sobre todo de las m¨¢s modernas Anno 1404, 2070 y 2205, eliminando lo que han comprobado que no funcionaba.

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No se trata de la apuesta m¨¢s osada, est¨¢ claro, pero hay que reconocer que el producto final parece tan bueno que sabr¨¢ atraer a todos los aficionados a la saga, mientras es tambi¨¦n una opci¨®n excelente para cualquier ne¨®fito que quiera empezar con ella. Objetivo cumplido.

Si no os basta con lo que os hemos contado hasta este punto, bajo advertencia de que incurriremos en algunos spoilers, os contaremos algunas de las novedades que convierten este Anno 1800, sin duda alguna, en el mejor de la saga.

Como ya hemos dicho, se mantienen las din¨¢micas alrededor de mantener y mimar a la poblaci¨®n para potenciar su productividad. As¨ª pasaremos de agricultores a trabajadores, posteriormente a artesanos y, por fin, ingenieros. Dentro de las novedades de esta entrega tenemos que estas clases son independientes y, adem¨¢s de tener sus propias necesidades, viven en distintas viviendas y solo trabajan en labores y f¨¢bricas propias de su clase. Esto nos genera un nuevo desaf¨ªo a la hora de gestionarlos como mano de obra.

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Adem¨¢s de generar nuestros recursos, vuelve a ser determinante el comercio y la diplomacia con otros personajes controlados por la IA. Otra novedad, muy acertada, es el integrar todas estas relaciones dentro de un modo historia. No se trata de una campa?a en s¨ª, dado que podremos avanzar en el juego sin cumplir con sus objetivos, pero s¨ª que da coherencia a todo lo que va sucediendo. De este modo iremos progresando en una historia donde el honor, la familia y la envidia acabar¨¢n marcando nuestras decisiones.

Nuestra diplomacia no siempre podr¨¢ mantener las buenas relaciones con el resto de los personajes, as¨ª que antes o despu¨¦s acabaremos en guerra con alguno de ellos. Eso sin contar con los piratas, hostiles en todo momento. Eso nos obligar¨¢ a atender una rama de desarrollo de defensa y militar y, s¨ª, acabaremos combatiendo con ellos. Unos combates que seguir¨¢n siendo uno de los puntos m¨¢s controvertidos de la saga, dado que no satisfar¨¢n a los que conciben la Estrategia en Tiempo Real como pura estrategia b¨¦lica, en plan Starcraft de Blizzard, ni a los puristas de la gesti¨®n, en plan SimCity de Maxis, que prefieren obviar esas fases de combate para seguir mimando sus eficientes asentamientos enteramente civiles.

Y es que los combates son casi anecd¨®ticos en una saga completamente volcada en lo social. Y es aqu¨ª donde este 1800 muestra sus mayores avances respecto a anteriores entregas. Ya hemos citado la sociedad de clases que habremos de mantener y lo dif¨ªcil que ser¨¢ que todas ellas se mantengan felices en su puesto de trabajo. Cuando fallemos en la gesti¨®n y empiece a escasear el ocio, la ropa, el alcohol¡­ o cuando nuestras f¨¢bricas generen demasiada poluci¨®n o los ingenieros no tengan colegios a donde llevar a sus hijos¡­ nuestra poblaci¨®n se echar¨¢ a la calle organizando manifestaciones que ir¨¢n exacerbando el ¨¢nimo de cada vez m¨¢s ciudadanos y que, si no se eliminan las carencias o se reprimen por la fuerza, acabar¨¢n derivando en disturbios que pueden arrasar una ciudad que nos ha costado muchas horas levantar.

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Sin duda lo que m¨¢s nos ha llamado la atenci¨®n de esta entrega es c¨®mo nuestros ciudadanos se comportan de una forma coherente con el escenario en el que est¨¢n. Si construimos mercados, bares o parques, los llenar¨¢n de vida con un comportamiento adaptado a cada lugar. Si se muestran descontentos, formar¨¢n manifestaciones que recorrer¨¢n la ciudad gritando, mientras en las fachadas se colgar¨¢n pancartas de protesta. Por el contrario, si se encuentran felices lo que recorrer¨¢ nuestras calles ser¨¢n desfiles llenos de m¨²sica y alegr¨ªa. Nunca ha sido tan conseguida la sensaci¨®n de que como jugadores nos limitamos a crear el escenario y que son otros, nuestros ciudadanos, los que lo aprobar¨¢n o no, con un comportamiento totalmente aut¨®nomo.

La ¨²ltima novedad que os citaremos habla de otro gran invento de aquel siglo: El turismo. Y es que nuestras ciudades no solo vivir¨¢n de lo que generen y de c¨®mo comerciemos con ello; adem¨¢s podr¨¢n recibir ingresos de los turistas que nos visiten. Para conseguir este flujo de turistas deberemos atender, como no, a otro buen pu?ado de factores. Deberemos disponer de atracciones, de una ciudad limpia, segura y, en definitiva, de lo que hoy llamamos sector servicios.

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Menci¨®n especial merece la posibilidad de construir un Zoo, de forma totalmente libre, a base de crear senderos, jardines, arboledas y de construir all¨ª h¨¢bitats para las distintas fieras que seamos capaces de capturar en nuestras exploraciones o comprar en otras islas. Cuanto mayor sea el n¨²mero de animales y m¨¢s ex¨®ticos sean, m¨¢s contenta estar¨¢ nuestra poblaci¨®n y m¨¢s turistas recibiremos. Del mismo modo podremos abrir un museo abierto a los turistas donde exponer las reliquias que vayamos encontrando en nuestros viajes o intercambiemos con los nativos sudam¨¦ricanos.

Si por el contrario no dotamos a nuestra ciudad de jardines y monumentos, no tenemos cuidado en el trazado de las calles o la ubicaci¨®n de los servicios y permitimos que nuestras f¨¢bricas cubran nuestro cielo de humo de carb¨®n, los ingresos por turismo desaparecer¨¢n.

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Pero, ojo ?es m¨¢s pr¨®spera una ciudad que destina sus recursos a hacer jardines y a comprar gorilas para el zoo, que una donde solo se invierte en industria y agricultura? ?Cu¨¢l ser¨¢ la opci¨®n m¨¢s r¨¢pida para poder fletar barcos y conquistar las preciadas islas de Sudam¨¦rica que tanto ans¨ªan nuestros rivales comerciales? ?Es m¨¢s acertado gastar nuestro dinero en el ocio de los trabajadores y que sean felices o ahorrarnos ese dinero arriesg¨¢ndonos a unos disturbios que siempre podremos reprimir construyendo m¨¢s comisar¨ªas? ?es m¨¢s eficiente controlar y explotar una sociedad de trabajadores que produzcan barato e importar el resto de necesidades, o permitir una burgues¨ªa culta que produzca esos bienes m¨¢s avanzados pero cuyas demandas son m¨¢s dif¨ªciles de complacer? ... Eso, amigos, es la serie Anno y este 1800 promete m¨¢s que nunca.

Podremos dirigir nuestra propia revoluci¨®n industrial a partir del pr¨®ximo 16 de abril, exclusivamente en PC, en un t¨ªtulo en ingl¨¦s, subtitulado al castellano, que se pondr¨¢ a la venta en tres ediciones: est¨¢ndar, Deluxe y Pioneer.

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