Angry Birds Go!

Muy bien lo hizo Nintendo en su d¨ªa con la franquicia Mario Kart; a lo largo de los a?os, muchos han sido los t¨ªtulos que han tratado de imitar una f¨®rmula que parece tener el ¨¦xito asegurado, aunque muy pocos han logrado ni siquiera acercarse a los excelentes resultados de Mario, Bowser, Donkey y compa?¨ªa. Rovio, con su empe?o de diversificar su famosa marca Angry Birds, lleva a dispositivos iOS y Android una nueva entrega de tan popular franquicia, ahora como t¨ªtulo de conducci¨®n arcade y locas carreras de karts. ?Original? Ciertamente, no mucho, aunque s¨ª logra su prop¨®sito, el de divertir al jugador... Durante unos pocos minutos. Y es que tanto su acabado general como su modelo de negocio free-to-play no convence, resultando demasiado simple y farragoso, respectivamente. Conozcamos m¨¢s de cerca Angry Birds Go! en nuestro an¨¢lisis.

Lo primero que llama la atenci¨®n de lo nuevo de Rovio es su marcada condici¨®n free-to-play, lo que condiciona toda la experiencia ya desde el tutorial, donde se nos introducir¨¢ tanto en las mec¨¢nicas de juego como en el uso de los diferentes elementos que usaremos en nuestra fren¨¦tica aventura. Y es que si decidimos no gastar un c¨¦ntimo en micro-pagos, tendremos que lidiar con varios aspectos poco amables con el jugador; entonces ser¨¢ cuando decidamos invertir un m¨ªnimo de dinero real o aceptar las condiciones freemium. El principal elemento de pago de Angry Birds Go! son los cristales, que actuar¨¢n como moneda premium en el juego y servir¨¢n para recuperar a nuestros alados pilotos o disfrutar de ciertas ventajas en carrera, entre otras cosas.

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Un desarrollo t¨ªpico dentro del g¨¦nero pero que en este caso ni est¨¢ bien equilibrado ni nos invita a seguir jugando una y otra vez. Tanto es as¨ª que la sensaci¨®n de estar haciendo lo mismo carrera tras carrera nos invadir¨¢ desde el principio; los escenarios son poco variados y su n¨²mero escaso, incluso los power-ups son tan limitados como poco vistosos. Puede que durante los primeros minutos sea un t¨ªtulo sorprendente y curioso ?se trata del primer Angry Birds tridimensional? pero al poco tiempo veremos todo lo que tiene por ofrecer, que no es mucho. Quiz¨¢s los m¨¢s peque?os de la casa ?atra¨ªdos por el propio fen¨®meno Angry Birds? encuentren motivos para jugar de vez en cuando, pero el resto de jugadores seguramente terminar¨¢n por volver a los t¨ªtulos tradicionales de la franquicia.

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A nivel de jugabilidad resulta igualmente limitado; el interfaz es muy sencillo aunque podemos optar por dos configuraciones: una mediante aceler¨®metro ?algo menos precisa y ca¨®tica? y otra v¨ªa iconos de direcci¨®n situados a ambos lados de la pantalla. El conjunto se completa con el icono de acci¨®n que activar¨¢ la habilidad especial de cada piloto y, ya en la parte superior, el icono de pausa, la barra de avance de carrera y nuestra puntuaci¨®n. Todo lo que haremos en las carreras ser¨¢ avanzar, girar y recurrir a nuestro power-up ?uno gratis, el resto mediante cristales premium? mientras cumplimos con diferentes retos seg¨²n el tipo de carrera. Objetivos como derribar construcciones, hacer estallar todo tipo de fruta, ganar a un adversario en desaf¨ªos versus o llegar a la meta antes que se queme la mecha en un fren¨¦tico modo contrarreloj.

Y as¨ª una vez y otra y otra... Hasta que nuestro piloto se canse y necesite descansar; ciertamente, no es el desarrollo m¨¢s adecuado para un t¨ªtulo que pretende enganchar al jugador y divertir. Donde s¨ª resulta interesante es en su presentaci¨®n audiovisual, llevando el universo Angry Birds al plano tridimensional con bastante acierto, a pesar de mantener su tan caracter¨ªstica personalidad cartoon intacta. As¨ª, los pajaritos de Rovio se pasan a las carreras de karts en la llamada isla de Cerdi?a, un paraje colorido y lleno de sorpresas en el que los personajes de la saga competir¨¢n por ser los m¨¢s r¨¢pidos; los fans de Angry Birds contar¨¢n con los personajes m¨¢s populares de la saga como Red, Chuck, Estela, Terence e incluso el Rey Cerdito o Bigotes, cada uno de ellos recreados en 3D y con sus propios karts.

Adem¨¢s, cada personaje cuenta con su propia habilidad especial, como el turbo de Red o las burbujas de Estela, elementos que influir¨¢n en el resultado de la carrera, aunque su uso no llega a ser decisivo como en otros t¨ªtulos similares. La puesta en escena es curiosa y llamativa, aunque delata su sencillez con entornos algo planos y vac¨ªos y alg¨²n que otro aspecto poco cuidado que se descubren en exceso en pantallas m¨¢s grandes, especialmente en tabletas. A pesar de contar con bastantes elementos sacados de la franquicia en la que se basa ?el tirachinas de la salida resulta especialmente gracioso? su presentaci¨®n audiovisual queda algo por debajo de lo esperado. El apartado sonoro tampoco destaca especialmente, con melod¨ªas y efectos que pretenden ser cachondos y amenos pero que terminan por resultar pesados.

Podemos gastar entre 1,79 y 44,99 euros en todo tipo de paquetes de cristales que servir¨¢n para adquirir monedas para comprar karts o mejorar los que ya tengamos, aunque dedicando el suficiente tiempo podremos lograr dichas mejoras de una forma bastante natural, eso s¨ª, s¨®lo apto para los m¨¢s pacientes. Cada kart tiene sus pros y sus contras y siempre podremos mejorarlos en cuatro aspectos b¨¢sicos: velocidad punta, aceleraci¨®n, manejo y resistencia. Por el momento hay disponibles cuatro paquetes de circuitos y carreras, siendo Seedway el primero de ellos; por contra, no podemos disfrutar de un modo multijugador al uso, dejando el pique entre amigos en una simple competici¨®n por conseguir las mejores puntuaciones v¨ªa Facebook. Demasiados elementos poco amables con el jugador en un t¨ªtulo que podr¨ªa haber dado mucho m¨¢s de s¨ª; y es que pagar por multiplicadores de monedas o modos de juego extra no resulta muy tentador a pesar de ser un juego gratuito.

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