De entre el indeterminado n¨²mero de t¨ªtulos que azotan nuestra existencia como jugadores y redactores, solamente una escasa cantidad de ellos, una peque?¨ªsima fracci¨®n, llega a colocarse de forma perenne en nuestra memoria, instal¨¢ndose en el preciado rinc¨®n de los juegos que recordamos con nostalgia incluso muchos a?os despu¨¦s de su aparici¨®n en el mercado. Lo mismo ocurre con las pel¨ªculas o los libros especiales y en general con cualquier tipo de entretenimiento audiovisual. Anatom¨ªa de Grey: el Videojuego se sit¨²a en el extremo m¨¢s alejado a ¨¦stos.
La principal misi¨®n de MeriStation es compilar una fidedigna base de datos lo m¨¢s completa posible que englobe al mayor n¨²mero de lanzamientos existentes; s¨®lo mediante esta voluntad divulgativa se explica la raz¨®n de este texto, pues de lo contrario no solamente estar¨ªamos hablando de una broma pesada o castigo al redactor que suscribe su an¨¢lisis, sino probablemente de una venganza. El t¨ªtulo que distribuye Ubisoft es, como veremos en las pr¨®ximas l¨ªneas, flojo desde todos los ¨¢ngulos posibles. Malo sin fisuras.
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Por si hay alguno que no conoce la franquicia sobre la que se basa el juego, Anatom¨ªa de Grey es una exitosa serie emitida por Cuatro en Espa?a que narra las experiencias personales y sociales de un grupo de m¨¦dicos en el Seattle Grace, un hospital estadounidense. Al contrario de otras series como House, en Anatom¨ªa de Grey (AdG en adelante) prima el enfoque sobre el desarrollo emocional de la protagonista que da nombre a la serie, Meredith Grey, y sus amigos, dejando el asunto de la medicina como trasfondo. En este caso, la desarrolladora Longtail Studios ha intentado plasmar en un DVD los mismos ingredientes que han hecho famosa a la saga (todas sus temporadas con puntuaciones en Metacritic superiores a 80), con resultado desigual. De esta forma, podr¨ªamos decir que el videojuego que tenemos entre manos pretende ser un t¨ªtulo enfocado para el p¨²blico muy ocasional que se sustenta a base de ofrecer una serie de minijuegos con la excusa de que sus protagonistas son cirujanos, al tiempo que mientras tanto veremos c¨®mo evolucionan los conflictos interpersonales.
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El problema principal es que, incluso tomando como base que no est¨¢ destinado al p¨²blico jugador habitual, su planteamiento es tan simploide y su estructura (o falta de ella) tan banal que, en lugar de parecer un t¨ªtulo destinado a personas menos habituadas al videojuego, a lo que m¨¢s asemeja es a un curso de aprendizaje b¨¢sico sobre c¨®mo mover el rat¨®n o el mando de la televisi¨®n, con pocas m¨¢s pretensiones. No extra?ar¨ªa que este AdG se destinara a la ense?anza ofim¨¢tica, por poner un ejemplo, y probablemente lo har¨ªa con mayor ¨¦xito. Gr¨¢ficos y sonido A pesar de que desde los requisitos de la caja se solicita expresamente un m¨ªnimo de una Radeon 8500 de 64 Mb o superior, AdG se ejecuta en cualquier caso a 800 x 600 de resoluci¨®n sin posibilidad de aumentarlo o disminuirlo. Resulta extra?o en un juego de hoy en d¨ªa pero, en aras de permitir un rendimiento homog¨¦neo en la mayor cantidad de equipos posibles, se le puede pasar. Eso s¨ª, la calidad gr¨¢fica est¨¢ acorde al sacrificio que ello supone. B¨¢sicamente durante el juego nos plantear¨¢ dos posibilidades situacionales distintas: durante las escenas cinem¨¢ticas de transici¨®n y durante los minijuegos. Durante las primeras, el nivel de calidad obtenido es bastante bajo, sin excusas. Incluso para las plataformas menos potentes, los difuminados contornos, la escas¨ªsima calidad de las texturas, el tratamiento deficiente del color, la pobre gesticulaci¨®n facial y la poca carga poligonal general dan una terrible sensaci¨®n de dejadez a los ojos de un usuario medianamente habituado y generan una extra?a mueca en el resto.
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Evidentemente, si uno es seguidor de las temporadas (editadas ya cuatro de ellas) reconocer¨¢ inmediatamente el elenco de actores sobre los que se inspiran los gr¨¢ficos, si bien esto no es necesariamente m¨¦rito del nivel de fidelidad que mantienen las representaciones virtuales con sus hom¨®logos de carne y hueso. Pueden generar cierta simpat¨ªa al principio por el hecho de descubrir a nuestro personaje favorito pero lo que se dir¨ªa 'a nivel t¨¦cnico', es sencillamente de pobre nivel. El apartado de los minijuegos es un alarde de minimalismo y austeridad. La versi¨®n de PC, por lo visto, tiene que ser un port directo de la versi¨®n de DS, sin ser nada del otro jueves. Hac¨ªa mucho tiempo, mucho, que este redactor que suscribe no se encontraba un nivel t¨¦cnico de tan pobre factura, con carne que no tiene color carne, con radiograf¨ªas que no parecen tales y con tan pocos elementos en pantalla que hay serias dudas que un 286 con una S3 Virge de 1Mb no pudiera moverlos con total holgura.
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Es cierto que para el objetivo que pretende el juego tampoco se necesita m¨¢s: hay montones de juegos divertid¨ªsimos que no necesitan de un apartado gr¨¢fico fuera de lo com¨²n. Pero, por poner un ejemplo de otra adaptaci¨®n serial reciente, CSI: Pruebas Ocultas le da mil patadas a nivel visual, siendo ¨¦ste el punto donde flojea con mayor claridad. Por tanto, dir¨ªamos que el resultado puede bastar, pero es a todas luces insuficiente por los tiempos que corren y en plataformas que permiten mucho, much¨ªsimo m¨¢s. Para acabar de redondear la situaci¨®n, el audio (por lo menos en nuestra versi¨®n) viene completamente en ingl¨¦s con la posibilidad de subtitularlo al castellano, perdiendo as¨ª mucha de la gracias que las conversaciones de las cinem¨¢ticas pudieran dar, especialmente para aquellos que no se desenvuelvan con soltura en la lengua de Shakespeare y no gusten de leer continuamente lo que aparece en pantalla. A nivel de efectos de sonido, nuevamente destaca su ausencia o pobre dedicaci¨®n. Jugabilidad Pero el aut¨¦ntico y absoluto fracaso del videojuego reside en el enfoque de su jugabilidad; para determinarlo de esta forma, nos hemos aventurado a preguntarnos el p¨²blico objetivo al que se dirige el juego. Por el nivel que exige de conocimientos o por lo simple del desarrollo de los minijuegos, dir¨ªamos que claramente no puede destinarse a una audiencia adulta pues ninguno representa alguna dificultad, m¨¢s all¨¢ de mover un rat¨®n, un puntero o un mando de la forma m¨¢s sencilla posible. Pero tampoco puede estar destinado a un p¨²blico infantil, pues ya la primera decisi¨®n que debemos tomar es si flirteamos con el Doctor Macizo en el ascensor y lo acosamos a besos u optamos por una postura m¨¢s fr¨ªa haci¨¦ndonos la interesante, temas que a buen seguro no encajan en una educaci¨®n infantil. O por lo menos en una educaci¨®n infantil tradicional, claro. Al margen que a ning¨²n ni?o le importa una endoscopia, una gasometr¨ªa o una tomograf¨ªa computada, como tampoco le resulta interesante el devaneo amoroso entre Alex y Leslie con Ava en mitad de ellos.
Luego el juego se ubica en terreno de nadie o, dicho de otra forma, en terreno de todos. Y las armas con las que sale a la pugna para enganchar al jugador son las siguientes: a trav¨¦s de una serie de escenas que se re¨²nen en actos, la mayor¨ªa de ellas y ellos desconectados completamente de una trama lineal (hay incluso a menudo la sensaci¨®n que pudieran estar intercaladas aleatoriamente), en las que deberemos tomar una decisi¨®n de tipo moral o bien llevar a cabo alg¨²n tipo de operaci¨®n quir¨²rgica. En el caso de las primeras, se nos presentar¨¢n una serie de minijuegos denominados de 'elecci¨®n' y que requieren realizar alguna de las siguientes tareas: tomar decisiones importantes (realizar un puzle de CUATRO piezas haciendo click sobre ellas), profundizar en pensamientos clave (arrastrar y soltar las cuatro esquinas de un sobre), reafirmar las emociones positivas sobre las negativas (empujar unas nubes arrastr¨¢ndolas con el puntero fuera de la pantalla), ajustar tu humor a la situaci¨®n (haciendo click al ritmo de una m¨²sica cuatro o cinco veces)? y as¨ª sucesivamente.
Pero ya que somos cirujanos, tambi¨¦n estaremos en la mesa de operaciones ya sea esterilizando una herida (coloreando con un algod¨®n pas¨¢ndolo por el interior de un c¨ªrculo), colocar anestesia o inyecciones (mantener el bot¨®n pulsado durante tres segundos sin mover exageradamente el mando), realizar una incisi¨®n con el bistur¨ª (seguir con el mouse o puntero una l¨ªnea de puntos) o suturarla (hacer click y mantenerlo sobre una secuencia num¨¦rica al estilo de 'une los puntos y saca el dibujo'). Cirug¨ªa de alto nivel, obviamente. Todo ello, eso s¨ª, con una barra de tiempo l¨ªmite m¨¢s que suficiente para realizar todas las tareas e incluso, en el improbable caso de que no logr¨¢ramos completarlas al primer intento, siempre disponiendo de por lo menos 4 intentos m¨¢s antes de perder la partida, a priori una opci¨®n que se nos antoja inveros¨ªmil. Por si fuera poco, no hay distintos niveles de dificultad con los que ajustar la pericia de cada uno y una vez terminada la 'campa?a principal', de rid¨ªcula duraci¨®n, no hay nada m¨¢s que hacer. D¨®nde est¨¢, pues, la gracia de Anatom¨ªa de Grey: el Videojuego es uno de los misterios que pasar¨¢n a los anales de la historia de nuestro entretenimiento favorito. Tal vez el poder ver representados a la pr¨¢ctica totalidad de los componentes de la serie en su cuarta temporada: la propia Meredith Greyy su hermana Lexie, Izzie Stevens, O'Malley, Cristina Yang, Karev, la Dra. Bailey, Torres, el jefe Webber, el polifac¨¦tico Mark Sloan y dos personajes m¨¢s que no desvelamos para no destripar cualquier atisbo de trama (una infecci¨®n contagiosa que ataca el Seattle Grace) que pueda intuirse y que sustituyen a las notables ausencias de Berg y Addison, claro est¨¢.
Hay una cosa que debemos recalcar por si no ha quedado suficientemente clara: no es un problema el hecho que cazar bolitas con el rat¨®n o pasear el puntero por haciendo tareas propias del manejo de Windows 3.11 no nos parezca divertido (de hecho NO nos parece divertido, pero bueno), sino que dado que el nivel de dificultad que requiere el juego - b¨¢sicamente ni?os de muy corta edad - no se corresponde ni al objetivo de mercado de la serie en televisi¨®n ni al contenido que se observa en el videojuego. Por tanto, no se trata de que sea un juego casual muy f¨¢cil, es que su simpleza es abrumadora. Insultante, se podr¨ªa decir.Manual y requisitos El juego 'necesita' un Pentium 4 a 1,8 Ghz y una tarjeta gr¨¢fica de 64 megabytes o m¨¢s, el doble si lo corremos sobre Vista que tambi¨¦n ve como los 512 de RAM se le quedan justos. Tambi¨¦n ocupa cerca de 4 GB una vez instalado en disco y, afortunadamente, se desinstala con facilidad. El manual, en castellano, consta de un pliego de 16 p¨¢ginas en blanco y negro donde se nos explica escuetamente algunas de las bases del juego, si bien existen 'tutoriales' dentro del mismo por si los necesit¨¢ramos.