La historia la escribes t

A veces sucede que juegos aparentemente an¨®nimos resultan ser una grata sorpresa. American Conquest es uno de ellos. Desarrollado ¨ªntegramente en Europa, la primera beta que recibimos en MeriStation ya apuntaba buenas maneras, y ahora con la copia final en nuestras manos, puedo asegurar que este juego se puede igualar a cualquiera de las "vacas sagradas" del g¨¦nero de la estrategia. Y eso sin un ¨¢pice de publicidad, ni autobombo, ni las exageraciones a las que nos tienen acostumbrados otras productoras.

American Conquest es un juego de estrategia en tiempo real, en una primera aproximaci¨®n id¨¦ntico a otros muchos, con gesti¨®n de recursos y mucha, mucha sangre. Su contexto es el descubrimiento de Am¨¦rica, todos ya sab¨¦is m¨¢s o menos c¨®mo fue; su colonizaci¨®n por parte de espa?oles, brit¨¢nicos y franceses (los portugueses no han tenido cabida en este juego); y finalmente su emancipaci¨®n. Todo ello dividido en cap¨ªtulos hist¨®ricamente reales, donde se permite al jugador la posibilidad de alterar la historia desde el bando que anta?o perdi¨® la guerra.

La conquista de Am¨¦rica ha aparecido en varias ocasiones en alg¨²n juego, sea como marco principal del mismo o como parte de un desarrollo m¨¢s amplio. Personalmente me quedo con el juego de Sid Meier, Colonization, bastante antiguo (mediados de los noventa), m¨¢s del estilo de los Civilization que de los Warcraft o Age of Empires. Pero all¨ª, la Corona de Castilla era la protagonista principal de los juegos, algo que siempre se nos ha negado a los espa?oles a pesar de ser los m¨¢s relevantes en la conquista, colonizaci¨®n y, por qu¨¦ no, saqueo de aquellos lares. S¨®lo hay que recordar la decepci¨®n que supuso el primer Age of Empires, que s¨®lo se acord¨® del Imperio Espa?ol en la expansi¨®n, y encima no de forma totalmente satisfactoria.

Sin embargo, este grupo alem¨¢n, creadores de Cossacks, ha tenido a bien crear un juego ETR (estrategia en tiempo real) donde la gesti¨®n de recursos no es tan importante como en otros juegos. Es verdad que existe, hay que recolectar trigo, madera, metales preciosos y carb¨®n, pero hay un componente de macroestrategia que relega la microeconom¨ªa en un segundo plano. Me explico: si miramos a otros juegos de este estilo, sabemos que empezando por unas construcciones, vamos progresando, obteniendo otras y mejorando las unidades militares. En cambio, en American Conquest apenas hay edificios, todo se gesta en el ayuntamiento, y esto nos permitir¨¢ estar m¨¢s pendientes de lo que realmente nos gusta, el campo de batalla.

En este juego veremos ind¨ªgenas, vestigios aztecas, pueblos incas, conquistadores espa?oles y tambi¨¦n franceses e ingleses. La fidelidad hist¨®rica es bastante buena, hay batallas a pie, a caballo e incluso en barco. Adem¨¢s, a pesar de seguir la historia real de ind¨ªgenas y europeos, permite la posibilidad de jugar la misma fase hist¨®rica en dos campa?as, la de los ganadores y la de los vencidos. En cualquier caso, el objetivo es siempre la victoria.

En este juego veremos ind¨ªgenas, vestigios aztecas, pueblos incas, conquistadores espa?oles y tambi¨¦n franceses e ingleses. La fidelidad hist¨®rica es bastante buena, hay batallas a pie, a caballo e incluso en barco. Adem¨¢s, a pesar de seguir la historia real de ind¨ªgenas y europeos, permite la posibilidad de jugar la misma fase hist¨®rica en dos campa?as, la de los ganadores y los vencedores. En cualquier caso, el objetivo es siempre la victoria.

Audio y v¨ªdeo

A la altura de los mejores. Este juego recuerda mucho a la primera parte de Commandos, ese juego espa?ol que contaba con escenarios prerrenderizados y sprites en 2D. American Conquest sigue en esa l¨ªnea, tambi¨¦n vista en Age of Empires. Quiz¨¢s las tropas sean algo m¨¢s peque?as que en este ¨²ltimo, pero las animaciones son soberbias, ver¨¢s a los europeos cargar las bayetinas con la p¨®lvora y el martillo, disparar esos fusiles y volver a cargar, mientras vuelven a rellenar la munici¨®n, o cargar contra el enemigo con las hojas afiladas de sus extremos. Las texturas de las zonas rocosas y de las minas, as¨ª como del suelo en general est¨¢n muy bien definidas. Son de lo mejor del g¨¦nero en 2D.

Los escenarios, a pesar de ser en 2D, mantienen algunas propiedades de un campo de batalla en tres dimensiones, como son las barreras naturales por altura, y las posiciones defensivas que ofrecen edificaciones y el propio terreno. Estas ventajas se pueden apreciar si lo deseamos, el motor del juego las muestra con un "enrejado", y as¨ª podemos decidir d¨®nde colocar una construcci¨®n. L¨¢stima que no sean demasiado variados, es la ¨²nica pega que se les puede poner, porque est¨¢n muy bien recreados, con vegetaci¨®n diversa, r¨ªos, templos perdidos...

Un detalle muy bueno es que las tropas nunca desaparecen bruscamente cuando entran en un edificio. Hay una animaci¨®n diferente para cada unidad y para cada construcci¨®n (se puede entrar en todas), y si por ejemplo un pe¨®n entra en una mina, este desciende por las escaleras. Otro detalle es la posibilidad de volver transparentes las construcciones para poder ver as¨ª detr¨¢s de edificios y recuperar unidades "perdidas".

Los indios atacan con flechas en llamas, y los edificios afectados se van degradando poco a poco. Cuando una propiedad enemiga se destruye, en realidad no desaparece, simplemente hay un cambio visual bastante elegante, que muestra perfectamente que aquella construcci¨®n ya no tiene due?o y ha sido anulada. Con respecto a la m¨²sica, es bastante agradable. Recuerda a otros juegos como Age of Empires, si bien pretende ser fiel a la ¨¦poca y contextos marcados por la historia.

Las transiciones entre cap¨ªtulos son narradas y subtituladas en ingl¨¦s, todo un detalle (vuelve a recordar a Age of Empires), algunos ej¨¦rcitos son m¨¢s locuaces que otros (los ind¨ªgenas, por ejemplo), pero lo que realmente resulta espectacular es escuchar las r¨¢fagas defensivas y los ca?onazos que salen de los fuertes, o los ruidos de las espadas. Son n¨ªtidos, a pesar de las aglomeraciones en pantalla de muchas unidades.

El interfaz gr¨¢fico es muy c¨®modo y pr¨¢ctico, tenemos atajos para casi todo, un mapa grande con posibilidad de zoom y otro m¨¢s peque?o que nos sirve para acudir a cualquier punto sin recurrir al scroll. Si activamos el zoom, el campo de visi¨®n pasa a ser global, y resulta muy ¨²til en las acciones militares en las que se ven involucradas muchas unidades.

Los men¨²s resultan agradables, y los motivos decorativos de Francisco Pizarro, Crist¨®bal Col¨®n y otros h¨¦roes suman puntos a este apartado. Hay dos fallos puntuales en este apartado. El primero es la aglomeraci¨®n de sprites en pantalla.

Cuando hay muchos soldados de ambos bandos, y comienza la batalla, se mezclan entre ellos y en ocasiones parece que los de un bando desaparecen. Realmente hay que seleccionar un cuadro entero de la imagen para saber que a¨²n hay soldados nuestros ah¨ª. El segundo tiene que ver con la construcci¨®n. Cuando ordenas a un grupo de peones construir, es posible que alguno de ellos quede detr¨¢s del edificio justo al acabar. La ¨²nica manera de recuperarlos es nuevamente marcar un cuadro de pantalla, o bien recurrir a una opci¨®n especial del men¨² que vuelve semitransparentes todas las edificaciones. Son ambos fallos menores, pero a veces resultan molestos.

Gui¨®n

El primero de los cinco cap¨ªtulos de que consta el juego narra c¨®mo Crist¨®bal Col¨®n tuvo que hacer varios viajes a las Am¨¦ricas y volver para contarlo. Sus expediciones no contaban con el benepl¨¢cito de toda la corte castellana, y en m¨¢s de una ocasi¨®n peligr¨® el ¨¦xito de su misi¨®n. Al final, fueron cinco los viajes que Col¨®n pudo hacer, siempre tratando de descubrir la manera de llegar a las Indias por el oc¨¦ano Atl¨¢ntico. En este cap¨ªtulo tendremos la primera toma de contacto con los ind¨ªgenas y el imperio Azteca, pero nuestra labor ser¨¢ m¨¢s bien expedicionaria y de acopio de riquezas, que de conquistas.

Tras la muerte de Col¨®n nuevos viajes se realizaron, esta vez con otras intenciones. El imperio portugu¨¦s, que se desarroll¨® paralelamente al espa?ol en la mitad este de lo que hoy es Am¨¦rica del sur, se ha obviado en el juego, y el segundo cap¨ªtulo se centra en la conquista de todo el territorio a manos de los espa?oles, as¨ª como el exterminio de las culturas locales (azteca, maya, y mayormente inca) Esta parte de la historia se juega desde los dos bandos.

Mientras Castilla conquistaba el cono sur, franceses e ingleses se disputaban el control de la mitad norte. El tercer cap¨ªtulo comprende la guerra de los siete a?os, en la que hist¨®ricamente los ingleses lograron hacerse con el control y derrotar a los franceses. Puedes cambiar el desenlace, puesto que como en las anteriores, hay dos bandos en los que puedes participar. En este punto, se ha dejado de lado el hecho de que tambi¨¦n los ind¨ªgenas pugnaban por su propia libertad.

En la cuarta parte, los ind¨ªgenas se rebelan contra el yugo europeo, y se constituyen naci¨®n independiente. En la ¨²ltima parte del juego, la culminaci¨®n, tendr¨¢s la oportunidad de vivir la Guerra de la Independencia, la expulsi¨®n de los brit¨¢nicos y la formaci¨®n definitiva de lo que hoy son los Estados Unidos.

Jugabilidad

Lo primero que llama la atenci¨®n en este juego es su clara vocaci¨®n hacia la batalla. La gesti¨®n de los recursos es la m¨¢s b¨¢sica que permite un ETR cualquiera, hasta el punto que la ¨²nica unidad humana que se puede crear es el pe¨®n, al cual se le asignar¨¢n labores de recolecci¨®n, pero tambi¨¦n se le enviar¨¢ al fuerte para que se convierta en un soldado.

Los recursos son el trigo, la madera, el hierro, piedra, oro y carb¨®n. Para recolectar el trigo creas uno o varios molinos, y alrededor de estos comienza a crecer trigo. Cuando est¨¢ maduro, puedes hacer que tus peones comiencen a recolectar el cereal, y as¨ª ser¨¢ hasta el final de la partida, puesto que no se acaba. El resto son bienes no duraderos, los metales y la piedra debes conseguirlos construyendo minas y dejando peones en ellas para que extraigan el material.

Como en otros juegos, hay los consabidos "upgrades" o mejoras en la moral (defensa) y el ataque. Cabe rese?ar que las mejoras son individuales para cada tipo de unidad, al m¨¢s puro estilo Warcraft.

Durante las batallas, en no pocas ocasiones ver¨¢s aut¨¦nticos enjambres de luchadores enzarzados entre ellos, aqu¨ª no hay la docena t¨ªpica de unidades con la que en otros juegos te diriges al enemigo y vas destruyendo una tras otra sus estructuras. En American Conquest hay un buen pu?ado de situaciones diferentes, desde explorar hasta resistir un ataque exahustivo, pasando por doblegar al enemigo, robarle un edificio importante o descubrir una zona vital.

La dificultad est¨¢ bastante ajustada, si bien no se trata de un juego f¨¢cil. El primer cap¨ªtulo, basado en los viajes de Col¨®n, hace las veces de tutorial, pero a partir de ah¨ª las cosas se complican. Es su gran diferencia, aqu¨ª no valen las rutinas como en otras ocasiones, porque nunca antes manejabas tantas unidades, y porque los escenarios son amplios, y adem¨¢s las edificaciones juegan un papel fundamental.

En American Conquest, cada edificaci¨®n tiene una puerta por la que tus tropas pueden entrar. Puede albergar soldados que la defiendan y se atrincheren en ellas, pero tambi¨¦n son susceptibles de ser atacadas, y los inquilinos de morir de un disparo atravesando la ventana. S¨ª, has le¨ªdo bien, los edificios tienen ventanas, y cuantas m¨¢s haya m¨¢s vulnerable ser¨¢ la casa. Por supuesto, tambi¨¦n sirve cuando t¨² ataques, incluso podr¨¢s mandar a algunos soldados a luchar dentro, y hacerse con el control. Esta parte es vital para el desenlace de algunas misiones.

Las tropas pueden avanzar y luchar en formaci¨®n. Un oficial, un tamborilero y un portador de estandarte pueden liderar (los tres conjuntamente) un grupo de soldados (quince o m¨¢s) y aumentar su moral. La moral es parte importante del juego, si les llevas en un pelot¨®n grande, se ver¨¢n m¨¢s protegidos y rendir¨¢n mejor, pero si les atacan por los flancos su moral bajar¨¢. El zoom permite un campo de visi¨®n digno de una batalla estrat¨¦gica.

Varias de las misiones pondr¨¢n en juego centenares de unidades, por ejemplo, en la campa?a de Pizarro, donde nada m¨¢s comenzar llevas unas 350 unidades ya creadas, y ver¨¢s un n¨²mero mucho mayor de indios viniendo hacia ti, y tu objetivo no es resistir, sino hacerles sentir miedo, perseguirles, aniquilarlos en el camino, y llegar as¨ª hasta su poblado para arrasarlo completamente. Parece f¨¢cil, pero la inteligencia de los enemigos es bastante buena. A menudo se destacan algunas unidades sueltas que tienden a atacar por la retaguardia, por eso es importante dejar tropas dentro del fuerte, la unidad principal que sustituye al ayuntamiento (town hall) de otros juegos.

Adem¨¢s, para que no resulte tan f¨¢cil el juego, el sistema impone algunas reglas. Por ejemplo, existe un l¨ªmite en el n¨²mero de unidades totales que puedes crear. Este l¨ªmite no viene impuesto por la comida, o el dinero (crear peones s¨®lo cuesta comida), sino por el propio fuerte. Si rebasas el l¨ªmite te quedas sin poder seguir creando. Las casas se queman cuando son atacadas. Si entran en llamas, no basta con detener el ataque, sino que hay que arreglarlas lo m¨¢s r¨¢pido posible si quieres que no se vengan abajo.

El fuerte es tu gran aliado. Es la base neur¨¢lgica de tu ej¨¦rcito, pero adem¨¢s dispara ca?onazos a lo lejos. Eso s¨ª, ni las unidades que alberga en su interior, ni sus ca?ones pueden operar cuando est¨¢s haciendo una mejora dentro, ni tampoco cuando est¨¢ creando unidades nuevas, aunque en este ¨²ltimo caso s¨ª se puede detener este proceso manualmente para que siga disparando, as¨ª que deber¨¢s andar con cuidado a la hora de decidir cu¨¢ndo crear o actualizar.

El ¨²nico lunar en este aspecto lo pone la inteligencia de nuestras tropas. Si el enemigo es bastante listo, capaz de urdir tretas y de reorganizarse, los nuestros tienden en alg¨²n momento a perderse por el camino, a no obedecer nuestras  ¨®rdenes (sobre todo "permanecer en el sitio"), o cuando llevas europeos con bayetinas, a ser desesperadamente lentos recargando el arma. Este es el caso m¨¢s sangrante, puesto que a veces llevas un grupo armado con pistolas, y en vez de terminar con el enemigo con la cuchilla de la bayetina, tardan como 30 segundos de juego en cargar, mientras los ind¨ªgenas les est¨¢n poniendo a caldo desde lo lejos.

Por contra, en algunas ocasiones tendr¨¢s la inestimable ayuda de los ind¨ªgenas neutrales. Hay una misi¨®n en la que te topas con los restos del imperio azteca (viajes de Col¨®n), y te ofrecen su ayuda para eliminar a una tribu que te asedia. Desde ese momento, les ver¨¢s hacer acopio de fuerzas en un punto estrat¨¦gico de la pantalla (t¨² no puedes controlarlos), y cuando te decides a hacer el asalto final, tendr¨¢s una inesperada ayuda en la retaguardia. Todo un detalle, mucho m¨¢s impactante que haber controlado por nosotros mismos a esas tribus amigas.

Para los insaciables, existe un editor de misiones bastante interesante, partidas por Internet y por LAN, 42 misiones diferentes y varios niveles de dificultad. Todo ello rubrica un gran trabajo, se nota que la experiencia del anterior juego de este grupo de programaci¨®n ha servido para crear un gran juego. Esta vez han dado en el clavo con un juego que sin duda atraer¨¢ a los amantes de la batalla hist¨®rica, por encima de la estrategia fant¨¢stica que propone Starcraft o Warcraft III.

Apenas tiene fisuras, las batallas son ¨¦picas, y simplemente me queda comentar que me gustar¨ªa enormemente que el motor de este juego se utilizara alg¨²n d¨ªa para implementar las batallas entre la Corona de Castilla y el Reino de Francia, la Armada Invencible, la toma de Espa?a por Napole¨®n, la Reconquista y otras etapas de la rica historia europea.

El juego es sobresaliente en todos los aspectos. Se trata de un juego donde la historia es interesante, los consejos que se dan al principio de la misi¨®n son fundamentales para encontrar el camino de la victoria. Mejor si ya conoces otros juegos de este estilo, puesto que este no te pondr¨¢ las cosas f¨¢ciles. Una gran alternativa a Warcraft 3 o a C&C: Generals. Si te gusta la estrategia hist¨®rica, ve a por ¨¦l, no te va a decepcionar en absoluto.

Estrategia y trucos

El fuerte es la base de operaciones fundamental. En casi todas las misiones tendr¨¢s que construir uno nada m¨¢s empezar. Jugando con europeos, coloca siempre a tiradores dentro, son m¨¢s efectivos que la infanter¨ªa convencional. Usa bien los edificios en misiones defensivas. A veces colocar en un alto el fuerte y alguna otra edificaci¨®n que permita albergar a 20 o m¨¢s unidades mantendr¨¢ a raya al enemigo, sobre todo a los ind¨ªgenas.

Siempre que puedas, negocia con los ind¨ªgenas neutrales, te pedir¨¢n metales a cambio de su ayuda, pero son muy ¨²tiles en determinados momentos, como tropas de apoyo en misiones de asedio al enemigo. Si tus tropas pasan por una tribu neutral activa la opci¨®n "no atacar" o se volver¨¢n en tu contra.

En muchas ocasiones, ver¨¢s venir ordas y ordas de enemigos. No desesperes, esp¨¦rales en interiores de edificios, gastar¨¢s muy pocas tropas repeliendo el ataque, y ten una buena dosis de peones que reconstruyan los edificios da?ados, o estos explotar¨¢n matando a sus ocupantes.

La moral influye en las batallas. Si literalmente te est¨¢n puliendo a pesar de estar en ventaja num¨¦rica, revisa el estado de tus tropas mediante el interfaz de juego. Podr¨¢s ver algunas pistas de por qu¨¦ tus tropas no est¨¢n dando lo mejor de ellas mismas.

Compar¨¢ndolo con...

En cambio, en American Conquest el reto est¨¢ en saber realizar la acci¨®n adecuada. De nada sirve crear un ej¨¦rcito enorme si adem¨¢s no damos con la llave del ¨¦xito de esa misi¨®n. O mejor dicho, en no pocas ocasiones es obligatorio mantener un ritmo de creaci¨®n casi infinito, con la ¨²nica misi¨®n de mantener el tipo mientras buscamos la manera de vencer. En cambio, las posibilidades de desarrollo y de crecimiento de la ciudad son muy limitadas, todas enfocadas a la batalla. Gr¨¢ficamente quiz¨¢ resulte algo m¨¢s vistoso AoE, pero los escenarios est¨¢n dise?ados de forma bastante diferente.

Mientras en AoE muchas veces debes ir explorando hasta dar con el enemigo o el objetivo de la misi¨®n, aqu¨ª el escenario no tardas mucho en vislumbrarlo completamente, pero no te servir¨¢ de gran cosa. Para m¨ª, se trata de un empate t¨¦cnico, superficialmente son ambos ETR, pero ahondando en ellos descubres que son juegos diferentes, y dominar uno no es en absoluto dominar los dos. En definitiva, creo que ambos juegos est¨¢n a la par, si te gusta la estrategia, no deber¨ªa faltar ninguno de ellos en tu colecci¨®n.

(NOTA: el tercero en discordia ser¨ªa Empire Earth, pero este juego no lo conozco en profundidad,  y no me parece justo establecer una comparaci¨®n sin haber jugado lo suficiente)

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien

Enlaces

Requisitos del sistema

Equipo recomendado

El fabricante recomienda un Pentium III a un Ghz para jugar a este juego, aunque las especificaciones m¨ªnimas son bastante m¨¢s bajas. He de decir al respecto que el juego va bien en un equipo modesto a 400 Mhz, aunque el scroll da tirones. Sin embargo, en ese equipo sufre mucho cuando los enemigos son muchos, y es necesario recurrir al zoom-out para descongestionar un poco la m¨¢quina y poder actuar con fluidez. En condiciones normales, el AMD de pruebas aguant¨® muy bien, y pude hacer casi todo el an¨¢lisis en ¨¦l. En el Pentium IV simplemente va de lujo.

Pentium II 450, Tarjeta gr¨¢fica 3D y monitor con resoluci¨®n de 1024x768, 64Mb de RAM, Tarjeta de sonido compatible 100% con DirectSound, Lector de CD-ROM 8x, Windows 98, Windows ME, Windows 2000 o Windows XP, Rat¨®n y teclado 100% compatible con Microsoft, DirectX 8.1 (incluido en el CD), 1,3 GB de disco duro.

Equipo de pruebas

AMD K6-2 400, Riva TNT2 32 MB RAM, 320 MB RAM, Sound Blaster Live! Windows 98 SE.

Pentium IV 2 Ghz, 512 MB RAM, Riva TNT2 32 MB RAM, Windows 2000 Profesional

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