After Burner: Black Falcon
- PlataformaPSP7.5
- G¨¦neroAcci¨®n
- DesarrolladorPlanet Moon Studios
- Lanzamiento31/03/2007
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
- EditorSEGA
Vuela alto, vuela libre
After Burner fue una de las m¨¢quinas que m¨¢s dinero recaud¨® en la d¨¦cada de los ochenta. SEGA rinde homenaje a toda una saga con una continuaci¨®n que no desmerece en absoluto al frenes¨ª original.
Desarrollada por AM2 para SEGA y con el gran Yu Suzuki al frente, la m¨¢quina recreativa After Burner puso de moda una t¨¦cnica denominada "scalling". Cuando no hab¨ªa gr¨¢ficos en 3D, ni tarjetas ni coprocesadores matem¨¢ticos dedicados, los programadores se las ingeniaban para emular el movimiento con gr¨¢ficos en dos dimensiones, los "sprites". Gracias a ello llegaron mitos jugables del tama?o de Outrun, Space Harrier o el propio Afterburner. Y gracias a ellos los salones se vest¨ªan con sus mejores galas para recibir las versiones denominadas "Deluxe", con una r¨¦plica a escala del Ferrari o el F-14 que se mostraba en pantalla.
La idea del "scalling" era sencilla. Se dibujaba un ¨¢rbol en cuatro o cinco tama?os y se alternaban en pantalla, del m¨¤s peque?o al m¨¢s grande. De esta forma, daba la sensaci¨®n de que el jugador se acercaba al ¨¢rbol y con este truco se consegu¨ªan arcades fren¨¦ticos. Los tiempos cambian, ahora todo es en 3D y la fluidez de la imagen ha sido mejorada, pero a¨²n a veces cuesta que un producto est¨¦ticamente perfecto enganche como aquellos cl¨¢sicos de anta?o.
Los mitos de los ochenta viven una segunda juventud en la PSP. Tras varios recopilatorios emulando recreativas se abren paso los cl¨¢sicos readaptados y en esto SEGA lo borda con sus nuevas entregas en formato port¨¢til, pues no hace demasiado se lanz¨® "Outrun 2: coast to coast" en una conversi¨®n gloriosa y vuelve a la carga con este After Burner Black Falcon, un anticipo de lo que se supone ser¨¢ la versi¨®n sobremesa en los pr¨®ximos meses. S¨®lo falta que de una vez se decidan a reversionar Crazy Taxi y la alegr¨ªa ser¨¢ completa.
La premisa es clara: la misma jugabilidad con un apartado t¨¦cnico actualizado. Es lo que separa a los juegos con el sello SEGA del resto, juegos sin complicaciones pero muy adictivos, por eso After Burner Black Falcon se controla con apenas dos o hasta tres botones, El resto del marco en el que se desenvuelve este nuevo After Burner ha sido redise?ado sobre un motor programado desde cero.
Unas cinem¨¢ticas, muy del estilo de la consola, ponen al jugador en situaci¨®n. Asumir¨¢ el rol de un piloto del ej¨¦rcito americano que debe recuperar o, si es preciso, eliminar el prototipo de un avi¨®n de reciente creaci¨®n que ha sido robado por militares corruptos con el objeto de venderlo a mafias internacionales u organizaciones terroristas. Ah¨ª empieza y acaba toda la complicaci¨®n argumental de After Burner, la historia se ir¨¢ desenvolviendo bajo la previsible tutela de "los buenos ganan terreno".
Rememorando tiempos pasados
Tras el pre¨¢mbulo el jugador toma las riendas por primera vez de su flamante avi¨®n. Las ¨®rdenes son claras: ir a por un objetivo y romper todos los platos por el camino, un recorrido plagado de cazas enemigos en totales 3D. De hecho se podr¨ªa calificar al juego de "shooter on rails", o lo que es lo mismo, un mata-mata donde ¨²nicamente hay que preocuparse de disparar, esquivar el fuego adverso y surcar el aire bordeando obst¨¢culos porque el avance es autom¨¢tico. Algo muy parecido a Lylat Wars de Nintendo 64, o m¨¢s recientemente Panzer Dragoon Orta de Xbox en los que no es posible retroceder o navegar libremente.
La apuesta de SEGA viene del lado de la acci¨®n; dado que el movimiento se ha limitado y la c¨¢mara se sit¨²a justo detr¨¢s del avi¨®n, la lluvia de enemigos al tiempo que la nave avanza es su principal baza. El ritmo de juego es realmente fren¨¦tico, el armamento inicial incluye la cl¨¢sica ametralladora y misiles aire-aire con los que se podr¨¢n efectuar incluso combos si se concatenan varios aciertos. El enemigo responder¨¢, tambi¨¦n desde el suelo, y en ocasiones utilizar¨¢ misiles que habr¨¢ que esquivar o incluso destruir al vuelo. Gracias a que la munici¨®n es bastante generosa, el aire se convertir¨¢ en toda una carnicer¨ªa.
El control es sencillo, con el stick anal¨®gico de la consola se dirige la mirilla del avi¨®n, representada en pantalla con un peque?o recuadro blanco. El mismo movimiento que controla dicha mirilla hace que la nave se eleve o descienda o se desplace lateralmente, pero siempre con un rumbo fijo, siempre avanzando hacia delante. Para realizar maniobras evasivas o ponerse a la cola de un enemigo, los botones superiores (L y R) frenan o aceleran, y para atacar los restantes botones, cada uno un arma diferente.
Gr¨¢ficos renovados
Las capturas est¨¢ticas no hacen justicia a un juego donde todo se sucede a velocidad endiablada. La PSP mueve un entorno 3D que, sin ser una maravilla, gestiona unas cuantas decenas de aviones y emula las famosas rotaciones del After Burner de los 80, pero esta vez los sprites se han reemplazado por pol¨ªgonos y texturas m¨¢s bien simples pero muy efectivas. Brillan con luz propia las continuas explosiones, algunas de ellas gigantescas.
Gran parte de los escenarios son tremendos homenajes a la saga; se podr¨¢ reconocer el legendario portaaviones que acompa?a a todas las misiones desde el inicio de la saga, muy en la l¨ªnea de la pel¨ªcula Top Gun; el tono rojizo del desierto es otro de esos gui?os apreciable, como lo son los mec¨¢nicos que aparecen en la secuencia del aterrizaje del caza.
En general los escenarios pecan de ser un poco simples, la mayor¨ªa del detalle del suelo es inexistente o poco apreciable. Todo en pos de una velocidad de refresco de pantalla suficientemente alta como para no tener que apreciar el entorno del avi¨®n. Los movimientos del arcade original se han mantenido intactos. En esta ocasi¨®n todo luce mejor y el aspecto pixelado de entonces se ha cambiado por uno mucho m¨¢s acorde con las posibilidades de la consola.
De esta forma las explosiones son bastante buenas y los desperfectos ocasionados a las naves enemigas hacen que estas caigan convertidas en pedazos. otra particularidad es que ahora los objetivos de tierra se inflaman y permanecen unos segundos as¨ª en pantalla, justo hasta que la nave los sobrepasa.
No existe zoom, ni cambio en la vista de la c¨¢mara. Pero ni falta que hace. El Afterburner original contribuy¨® a crear la leyenda de SEGA en los salones recreativos, y buena parte de su endiablada acci¨®n se ha visto reflejada en una versi¨®n que gr¨¢ficamente simplemente cumple. Es casi imposible recrearse en unos mapeados repletos de enemigos, por tanto no es una pega importante que estas "deficiencias" limiten en absoluto la jugabilidad.
El referente m¨¢s cercano y semejante para PSP es Ace Combat X, pero hay dos cosas fundamentales que los complementan y en cierto modo los separan. Ace Combat pretende ser un simulador con tintes arcade, Afterburner es justamente lo contrario. La libertad de acci¨®n en el primero no existe en el segundo, esto hace que el jugador se concentre en disparar a todo cuanto se mueva sin posibilidad alguna de escoger caminos. Afterburner permite adem¨¢s movimientos incre¨ªbles, maniobras de escape y rotaciones que en Ace Combat entrar¨ªan en barrena, am¨¦n de disparar directamente a los misiles enemigos a apenas unos metros, acto que deber¨ªa destruir un avi¨®n pero que en Afterburner incluso se premia con combos y recargas para la nave.
Dentro de cada misi¨®n se marca un objetivo claro: derribar al jefe de fin de fase. Estas misiones est¨¢n estructuradas en dos o tres subfases m¨¢s el enfrentamiento final, de forma que el avi¨®n comienza con todo su arsenal y para a reequiparse en estas dos ocasiones. Adem¨¢s del objetivo principal existen alicientes a?adidos como terminar la fase en apenas cinco minutos, derribar todos los enemigos terrestres o ejecutar alguna instrucci¨®n espec¨ªfica seg¨²n la misi¨®n.
El objetivo final del juego es completar las 24 misiones de las que consta en tres modos de dificultad diferentes. Atentos a los m¨¢s experimentados, ni tocar el modo "f¨¢cil", es demasiado sencillo y puede echar a m¨¢s de uno para atr¨¢s cuando el verdadero desaf¨ªo de After Burner Black Falcon es pas¨¢rselo en "dif¨ªcil" (ace). La diferencia es tan semejante a la que hay entre pasear por el campo o adentrarse en la selva.
No todas las misiones son iguales, o mejor dicho, no todas se afrontan de igual forma. Black Falcon premia la pericia del piloto convirtiendo los da?os infligidos al adversario durante cada misi¨®n en d¨®lares que servir¨¢n para comprar nuevos aviones, ampliar su capacidad o hasta incluso redecorarlos. Existe un hangar con dos naves inicialmente accesibles para un total de 12 diferentes desbloqueables a medida que avanza el juego y se gana dinero. S¨®lo algunas de ellas disponen de lanzaderas de cohetes, indispensables para romper el fuego enemigo terrestre, as¨ª que ser¨¢ necesario comprarlas para completar los objetivos secundarios marcados, no as¨ª la misi¨®n.
En el apartado sonoro, destacar las m¨²sicas que acompa?an la acci¨®n. Con un estilo muy rockero, suenan de fondo casi de forma imperceptible, pero una vez m¨¢s SEGA ha realizado un gran trabajo en este aspecto. Rese?ar tambi¨¦n que el resto de efectos de sonido, sin ser nada espectaculares, son muy limpios y adem¨¢s realmente ¨²tiles para "guiarse" en los momentos en que la pantalla est¨¢ poblada de explosiones y no se divisa el horizonte.
Black Falcon se puede volver algo mon¨®tono ya que no permite otra cosa que disparar. Es un arcade fren¨¦tico, puro y duro. Esto puede agradar a muchos, ideal para partidas r¨¢pidas en el vag¨®n de un tren o en el asiento de un coche, no suelen durar m¨¢s de diez minutos y permite grabar continuamente; pero puede disgustar a quienes esperen algo similar a Ace Combat, aqu¨ª la linealidad es total y la estrategia de cada misi¨®n nula o pr¨¢cticamente inexistente m¨¢s all¨¢ de vigilar el fuego enemigo y evitar colisionar con las zonas expresamente m¨¢s angostas.
Pero quienes gusten de un producto salvajemente arcade lo van a pasar en grande, los enfrentamientos con los enemigos finales en modo "ace" son espectaculares, y algunos de los tramos preparados por los dise?adores del juego no dan tiempo al error. La combinaci¨®n "espacios estrechos + docenas de enemigos" es simplemente perfecta, pues est¨¢ usada sin caer en el exceso, ¨²nicamente en puntos clave para prolongar un poco la vida de una misi¨®n.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.