¡®Vivir y morir en Auschwitz¡¯. La historia del lugar m¨¢s infame de la Segunda Guerra Mundial

Del maridaje entre el mundo del c¨®mic y el Holocausto han salido grandes obras como ¡®Yossel¡¯ (Joe Kubert), ¡®Esperar¨¦ siempre tu regreso¡¯ (Jordi Peidro), ¡®La bibliotecaria de Auschwtiz¡¯ (Antonio Iturbe), ¡®Auschwitz¡¯ (Pascal Croci) y, por encima de todas ellas, la extraordinaria ¡®Maus¡¯ (Art Spiegelman).

En la obra de Art Spiegelman se relataba la vida de su familia durante el Holocausto con especial atenci¨®n a los a?os que estuvieron en Auschwitz, era una visi¨®n cruda y no exenta de detalles de c¨®mo fueron exterminados en ese lugar m¨¢s de un mill¨®n de personas, en su gran mayor¨ªa jud¨ªos.

Con la misma minuciosidad aborda el tema Dietmar Reinhard, quien bas¨¢ndose fundamentalmente en las confesiones del que fuera el comandante del campo, Rudolf H?ss, cuenta c¨®mo un lugar terrible se convirti¨® en el infierno en la Tierra. Lo que m¨¢s horroriza del c¨®mic es la visi¨®n as¨¦ptica de los asesinos, que se enfrentaban a problemas como el de la eliminaci¨®n de los cuerpos como si de un reto intelectual se tratase.

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Un proyecto bien documentado

El acierto de Reinhard es convertir al propio campo en el personaje principal del relato, mientras que v¨ªctimas y verdugos ofrecen testimonios puntuales que sirven para dar pinceladas en un cuadro general mucho m¨¢s grande. Ni si quiera el propio H?ss adquiere un estatus relevante, es m¨¢s bien un testigo que ve c¨®mo los acontecimientos y las ¨®rdenes de sus superiores, principalmente de Himmler, le empujan hacia un genocidio. A diferencia de muchos de los guardias y mandos del campamento que eran unos s¨¢dicos, ¨¦l se dedica a mejorar progresivamente los sistemas de eliminaci¨®n con una profesionalidad aterradora. En ning¨²n momento hay una duda moral, su sufrimiento queda ligado a una posible falta de cumplimiento de objetivos.

Reinhard construye su relato a base de peque?as historias que explican c¨®mo funciona el sistema, tanto en el lado de los prisioneros, como en el de los carceleros. La historia se inicia con la conversi¨®n de un cuartel de caballer¨ªa en campo de detenci¨®n y como poco a poco se fue elevando el maltrato a los prisioneros a quienes se cosificada y deshumanizaba desde el primer d¨ªa.

No se elude ning¨²n tema, por escabroso que sea, ni la eliminaci¨®n sistem¨¢tica de los reci¨¦n llegados, las ejecuciones por diversi¨®n, los experimentos con prisioneros, el maltrato a las presas¡­ Hay una descripci¨®n bastante precisa de c¨®mo funcionaban las duchas de gas y los hornos crematorios y como estos fueron creciendo y mejorando su rendimiento a medida que avanzaban los a?os.

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Un dibujo crudo

Reinhard, que es un reconocido ilustrador vinculado a varios medios de comunicaci¨®n importantes de Alemania, deja fuera de su obra el color, manej¨¢ndose solo con tonos grises y ocres, que dotan al c¨®mic de un color ceniza que hace que el lector sienta que est¨¢ en el propio Auschwitz. Su estilo recuerda en cierta medida al de Steve Dillon, con l¨ªneas finas, rostros deformes y ojos muy expresivos. El ritmo del relato es lento, ya que hay muchas didascalias de gran tama?o y algunos bocadillos de di¨¢logo tambi¨¦n bastante amplios. Este es un c¨®mic m¨¢s de leer que de ver, donde el contenido importa m¨¢s que la forma.

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Conclusi¨®n

¡®Vivir y morir en Auschwitz¡¯ es un c¨®mic que deja un poso amargo cuando se termina, al igual que en la excelente ¡®La zona de inter¨¦s¡¯ se presenta la figura de Rudolf H?ss como la de un funcionario cuyo trabajo es mejorar la m¨¢quina de la exterminaci¨®n. Un horror mayor incluso que el de los s¨¢dicos que poblaban el campo porque no hay ni un atisbo de duda moral ni tan siquiera un inter¨¦s personal sobre la monstruosidad que estaba cometiendo.

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Ficha

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